Adicto al Sexo: Las Violadoras (Parte 1)

En su afan por satisfacerse, Nicolas acudirá a una fiesta muy especial organizada por un grupo de alocadas chicas. Lo que no sabes es lo que ellas le tienen preparado...

Tumbado en el cesped del parque, Nicolas debía estar estudiando o al menos haciendo el intento de ello. En vez de eso, estaba tumbado tranquilamente en la fresca hierba mirando a las chicas pasar y a ratos acordandose del rápido polvo de la noche anterior en el baño de la discoteca. Recordar a esa zorrita se la ponía dura.

Aunque podría llamarla y estaba seguro que se dejaría hacer de todo, el pensaba que en la variedad estaba el gusto. Y si podía catar carne nueva, mejor que mejor. Ignoró los apuntes y dirigió su vista a un grupo de chicas que, al igual que el, pasaban de los libros de texto y charlaban animadas. El las miraba con su mejor cara de chico inofensivo. Por si no sabéis cual es esa cara, digamos que lo ultimo que piensas es que lo único que piensa es en follarte cuanto antes mejor.

  • ¡Hola! -lo saludo una chica morena, las otras rieron como bobas.

  • Hola -contestó Nicolas bajando la cabeza como si se avergonzase.

  • No seas tímido y ven -le dijo otra con una risita.

¿Podía tener más suerte? Seguramente si, pero no iba a quejarse. Fingiendo estar avergonzado se levantó y cogió sus apuntes antes de ir con ellas.

  • Sientate aquí, vamos -dijo una rubia de bote menuda de ojos marrones.

  • Eso, sientate -corearon otras.

  • Hola chicas -dijo Nicolas sentándose donde le habían dicho -¿como estáis?

  • Bien -contestaron algunas- ¿Y tu? ¿como te llamas?

  • Nicolas -dijo con un saludo de cabeza a todas

Cada una se presentó a si misma y después la chica morena que le había hablado la primera pasó a explicarle por qué le habían llamado.

  • Tienes un problema -dijo la morena que se llamaba Natalia.

  • ¿Tengo un problema? -preguntó Nicolas confundido.

  • Si, veras -algunas chicas empezaron a reírse -pertenecemos a una hermandad. Y nos gusta divertirnos. Te vimos y pensamos... vamos a violarle

Todas estallaron a carcajadas y Nico rió con ellas. ¿Hablaban en serio? Les echó un vistazo y cada una a su manera era bonita y muy follable.

  • No veo como va a ser eso un problema para mi -dijo entrando en el juego de ellas que claramente estaban bromeando, si por el fuera.... -un montón de mujeres hermosas -las piropeó

Todas volvieron a reír.

  • Bueno, quizá es excesivo eso de que te violemos -dijo una chica menuda y de pechos enormes,

  • Pero nos gustaría jugar un rato contigo -dijo Natalia poniéndole una mano sobre el muslo- ¿te apuntas?

Aunque la promesa de jugar con un montón de mujeres era más que tentadora, Nico lo pensó muy bien, quizá se estaban riendo de él o era solo una broma. Sin embargo una oportunidad así...

  • Claro, ¿donde he de firmar? -bromeó y todas rieron.

  • En ningún sitio, basta con que estés dispuesto a pasártelo bien -dijo Natalia.

  • Y que tengas aguante -dijo la rubia teñida, lo cual hizo que todas se rieran.

  • Ven a nuestro colegio mayor esta tarde, celebramos una fiesta especial -dijo Natalia, al parecer ella era la jefa del grupo.

  • De acuerdo -contestó Nicolás encantado.

Tras intercambiar su teléfono con Natalia por unas señas, Nicolas estaba exultante y con una erección de caballo a la hora de comer. Pensó en aliviarse, pero como no sabía lo que le esperaba decidió que reservaría todo por si al final tenía suerte.

Media hora antes se presentó en el colegio mayor. Era una especie de residencia de chicas que compartían espacios comunes mientras estudiaban. Se las imagino todas juntas y revueltas y un escalofrio le recorrió la columna vertebral. Quizá su excitación le estaba nublando el juicio, pero no le importaba en absoluto.

  • Llegas demasiado pronto -dijo la chica que abrió la puerta -pasa adentro.

  • Mejor pronto que tarde -dijo Nico, recordaba a la chica de por la mañana, pero no recordaba su nombre.

Lo condujo a una salita amplia con multitud de sofás y una gran tele de plasma, allí había otras chicas que lo saludaron entusiasmadas. Había un par de chicos alli que por el aspecto que tenían, habían sido seducidos por la idea de juegos eróticos y sexo por una horda de jóvenes desbocadas.

  • Esperamos a Natalia -dijo una de ellas.

Intentó hablar con ellos pero no lo consiguió. Todas las mujeres parecían compinchadas en el mismo complot, por momentos pensó en excusarse para ir al baño y escapar por una ventana. Entonces llegó Natalia, Nico casi se atraganta con su propia saliva, estaba completamente desnuda.

  • ¡¡Ropa fuera!! -gritó como si de un grito de guerra se tratase.

Las mujeres a su alrededor rebulleron y gritaron. Saltaron de sus asientos y en algún lugar se encendió un equipo de música que inundó la estancia de guitarras eléctricas. Algunas ropas como jerseis y chaquetas volaron por los aires enseguida. Las chicas bailaban y se desnudaban. Miró a los otros dos que tenían los ojos como platos y no sabían donde mirar. Nico estaba seguro que él tenía la misma cara de asombro.

Una chica le pidió en medio del tumulto que le quitase la camiseta, en cuanto se la sacó otra ya estaba pidiéndole lo mismo. Perdió la cuenta de cuantos sujetadores desabrochó y cuantas bragas tuvo en las manos. Su polla estaba dolorosamente dura.

Desnudas siguieron bailando al son de las guitarras eléctricas, algunas se restregaban y bailaban de modo obsceno, otras bromeaban juntando los pechos o dándose palmadas en el trasero. Otras son embargo insistían en bailar y frotarse con él. De repente la música bajó un poco y Natalia hablo para hacerse oir.

  • ¡Bienvenidas a todas! -dijo en voz alta para hacerse oir, todas rebulleron y gritaron -¡antes de empezar a estresarnos con libros y exámenes, tenemos que desfogarnos, señoras! -todas volvieron a gritar encantadas- ¡para eso vamos a seguir con las tradicionales fiestas de nuestra hermandad! ¡¡VIVAN LAS VIOLADORAS!!

  • ¡¡VIVAN!! -rugieron todas.

  • ¡Ya tenemos a nuestras victimas! -dijo Natalia cuando callaron- así que... ¡A POR ELLOS!

Nico retrocedió ante sus palabras. ¿Donde coño se había metido? Una vorágine de manos, pechos y piernas se movió a su alrededor. Le inmovilizaron contra el suelo de pies y manos. Aunque el fuese mas grande y corpulento que ellas, el número jugaba en su contra. Multitud de manos se pasearon por todo su cuerpo. Tiraban de su ropa y le decían cochinadas. Aunque asustado, también estaba excitado. Así que cuando su ropa fue arrancada de su cuerpo, su polla apuntaba a lo alto firme como un soldado.

  • ¡Bien chicas, ya estan desnudos! -dijo Natalia haciéndose oír -¡ahora dejemosles que se recuperen del susto!

  • ¡Este no lo necesita! -dijo una menuda pelirroja a su lado- ¡está empalmado! -todas rieron  y le miraron con ojos golosos.

Lo soltaron y pudo ponerse en pie. Entre todas apiñaron juntos a todos los chicos. Eran cuatro en total y todos parecían igual de recelosos que el. Uno de ellos se tapaba la entrepierna colorado como un tomate.

  • En fila muchachos -dijo Natalia como si de un sargento se tratase.

Nicolas se colocó tercero en la fila de cuatro y miró como Natalia se acercaba. Si la polla se le pudiese haber puesto mas dura, lo habría hecho. Nunca jamas en su vida había visto tanta teta y tanto coño. De todos los tamaños, los pezones variados. Coños morenos, pelirrojos y rasurados, peludos. Por un momento se vio en el paraíso, pero solo hasta que Natalia hablo de nuevo.

  • ¡¡Firmen!! -gritó haciendo que sus pechos botasen.

Todos cuadraron hombros y miraron al frente mientras las mujeres los rodeaban y reian.

  • ¡Que obedientes! -dijo provocando las risas de todas- ¡Y mirad! ¿habeis visto esos penes? Hummm.... todos bien duros...

  • ¡A ver cuanto duran! -dijo una mujer alzando la voz, provocando gritos y risas.

Natalia pasó delante de Nico y le miró la polla un segundo antes de guiñarle un ojo en señal de aprobación. Se sonrojó como un muchacho.

  • Antes de nada, tenéis que competir -dijo Natalia dirigiéndose a ellos. El silencio se hizo a su alrededor y todas escuchaban las palabras de su jefa -el que gane, será el el violado de las más veteranas, el que quede en segundo lugar hará lo propio con las de tercero... y así sucesivamente ¿lo habéis entendido?

Ninguno contestó y ella les gritó con voz de sargento

  • ¡¡QUIERO OÍR UN, "SEÑORA SI SEÑORA"!!

  • ¡Señora, si señora! -gritaron todos, Nico el que más.

Su mente funcionaba a toda velocidad y decidió que llegaría hasta el final y que si podía elegir, quería que lo violase Natalia. Ella era la jefa, llevaba la voz cantante y por el modo en que se pavoneaba debía ser una autentica fiera. Por narices tenía que ser una veterana, y eso sognificaba que tenía que ganar la competición fuera como fuera.

  • Dana, la cinta métrica -dijo dirigiendose a alguna de las mujeres.

La susodicha trajo una cinta amarilla de costurera y se agachó a medir sus pollas. Natalia se paseaba si alrededor con una sonrisilla malvada.

  • ¡Uuuhhhh, 16,2 centímetros! -dijo tras terminar con el primero que estaba tan empalmado como Nico, todas aullaron y sus ojos se perdieron en el mar de pechos.

El siguiente no estaba tan duro, su polla estaba tan solo semi erecta así que ella se le quedó mirando con una sonrisilla. Nico no entendía como no estaba empalmado por completo.

  • ¡Vamos, tocate! -dijo una.

  • ¡Eso! ¡Eso! -gritaron muchas.

  • ¡Te queremos palote! -se atrevió a decir otra, había tantas chicas que Nico no sabía quien hablaba.

  • Ya has oído el clamor popular -dijo Natalia dirigiéndose a el personalmente.

Animado por la multitud, el empezó a tocarse. Todas rebullieron y se agitaron. Nico desvió la mirada, no quería ver a otro tio tocándose así que se concentró en mirar a las mujeres deshinibidamente desnudas a su alrededor. Sabía que era imposible, pero le encantaría meter su polla en cada uno de esos coños, al menos una vez. Las mujeres voceaban al compás de la paja hasta Dana, la portadora de la cinta métrica se agachó y le midió el pene.

  • ¡Ummm, vaya vaya 18,1 centímetros! -dijo exultante

Algunas aullaron y silbaron claramente impresionadas por la longitud. Nico resopló, en eso no iba a ganar. Dana se acercó a el y se arrodilló. Por un momento imaginó que iba a hacerle una mamada. Las manos cálidas y menudas le sujetaron el pene con maestría experta. Se la agarró por la parte posterior y colocó la cinta métrica desde la base hasta la punta. Le sujetó la cinta al glande y miró los números.

  • ¡Mmmmmm, 17,8 centímetros! -dijo Dana poniéndose en pie.

Las mujeres volvieron a aullar, reír y gritar. Nico vio como algunas se lamían los labios entre risas. ¿Había algo mejor para el ego de un tio que un montón de mujeres feroces deseosas de su pene?

  • ¡Ohh vaya, 14,3 centímetros!

Las chicas rieron y animaron igual que si tuviese un rabo de 20 centímetros.

  • ¡Nos gusta tu polla, numero cuatro! -dijo una a voces.

. ¡Si! -gritaron muchas otras.

  • ¡Bien, pues cuatro puntos para nuestro número 2 y su pollón de 18,1cm! -dijo Natalia encantada -tres para el no menos impresionante numero 3 con 17,8 cm y dos y un punto para el numero 1 y el numero 4, respectivamente!

Las mujeres aplaudieron y silbaron. El miedo se había disipado del cuerpo de Nico y estaba deseoso de saber qué pasaría ahora.

  • ¡Segunda prueba! -dijo Natalia en voz alta y después se dio la vuelta y le habló a ellos- en esta tendréis que esforzaros más -les guiño un ojo.

Cuatro mujeres salieron de la multitud y se colocaron en fila, todas eran rubias y todas iban rasuradas.

  • Debéis demostrar los diestros que sois complaciendo a una mujer -empezó a decir Natalia- para ello tendréis que.... ¡comerles el conejo a estas señoritas!

Nico ya reía con ellas contagiado por el ambiente festivo y desenfrenado.

  • Eliges tu, 18cm -dijo dirigiéndose al numero 2- el las miró a todas y cogió a la que tenia los pechos mas grandes -ahora tu, numero 3.

Nico dio un paso adelante y cogió a la mas menuda de todas, ella le dio la mano y se lo llevó a uno de los sofás. La muchacha, de brillantes ojos azules se tumbó cómodamente y abrió las piernas. Cuando los otros dos eligieron y se acomodaron, el resto de mujeres los rodearon. Natalia se alzó de nuevo entre la multitud.

  • ¡Bien chicos! Vuestra misión es hacer que ellas se corran.  Así que, preparados, listos... ¡Ya!

Nico consciente que debía hacerlo bien, no se lanzó desesperado a por su coño, primero le dio un fuerte y apasionado morreo, bajo por sus pechos y se los mordisqueó mientras acariciaba muy suave su coño. Para cuando bajó la boca, ella ya estaba húmeda. Lamió y succiono, jugó con el clítoris, recorrió cada pliegue. Ella jadeaba de gusto. Aceleró las lamidas y comió de esa almeja sin pensar en el mañana.

Como si lo hubiese calculado, ella se retorció y gritó bajo su boca. Nico siguió comiendo hasta que se calmó por completo.

  • ¡Habeis visto que rapidez! -dijo Natalia haciéndose oír a la multitud de silbidos que habían empezado cuando la chica había empezado a gemir- ¡parece que el numero tres es un verdadero devora almejas! -dijo encantada.

Se quedó allí sentado, contemplando a las mujeres que lo miraban con lujuria y diversión. observó a los otros como si de una peli porno se tratase, todos lograron su objetivo mas o menos bien, incluso vitoreó cuando la ultima empezó a gemir y gritar. Su polla estaba a punto de estallar, pero procuró no tocarse. Tras eso los reunieron de nuevo a los cuatro y las cuatro rubias se reunieron con Natalia, empezaron entonces a cuchichear. Tras unos instantes de debate, rompieron el circulo y Natalia hizo callar a todos.

  • Tras deliberar y comparar el placer que han sentido por la lengua de estos hombres, hemos decidido, otorgar la máxima puntuación, por... un dominio de la lengua espectacular, una atención a los detalles sublime y un control del tiempo inmejorable a....  ¡el numero 1, al que le daremos un 10!

¿Qué? Se oyó decir Nico mientras las mujeres vitoreaba. El había acabado antes y ella había gemido como la que más. No pudo ocultar su enfado.n

  • Por un manejo de de los labios exquisito, damos un 8 a... ¡el numero 4! -los vítores crecieron tanto como el enfado de Nico- ¡y un cinco a nuestros números 2 y 3! Para que veáis que tenerla grande....

  • ¡No lo es todo! -corearon todas las mujeres en lo que parecía una broma privada.

Nico se rebuyó furioso. Echó mentalmente la cuenta y eso le dejaba con 8 puntos, en ultimo lugar.

  • ¡Ultima prueba! -anunció Natalia -Poneos en fila y dirigios cada uno a una de estas habitaciones, una vez dentro cerrad los ojos y esperad-dijo dirigiéndose a todos.

  • ¿Que hay? -preguntó el numero 2,

  • ¡Ohh, ya lo veras! -dijo misteriosa.

Nico se colocó frente a la primera puerta, no quería esperar, estaba molesto y su polla estaba bastante mas blanda después del mazazo. A la señal, entró en el cuarto que estaba completamente a oscuras y se quedó quieto y esperó. Unos instantes después la puerta se volvió a abrir y unos pasos se dirigieron a el por detrás. Una mano suave y pequeña le sujeto el hombro y a tientes buscó su cara. Después unos labios le besaron.

Sin decir palabra esos labios descendieron a oscuras por su cuello y por su pecho, recorrieron su estómago y tomaron su polla casi blanda entre los labios. Nico gimió en voz muy baja cuando sintió la acompasada succión en el glande. Poco a poco la mamada se hizo más profunda, él buscó con la mano un sitio donde sujetarse y terminó apoyando le espalda contra lo que le pareció que era un armario.

La boca cálida y sedosa, subía y bajaba por su polla, unas manos juguetones jugaban con sus testículos. La saliva de la desconocida lo empapaba todo. Nico se relajó y disfruto de la mamada. Ya que iba ultimo pensaba disfrutar plenamente de esto por un buen rato. Sin ver, imaginó que era Natalia con su desparpajo quien se la comía con ansia. Porque ahora cada chupada era desenfrenada y potente.

Una mano agarró su base y empezó a estimularle. Nico gimió bajo por el placer que sentía y se permitió empujar las caderas contra aquella boca que impasiblemente chupaba sin parar y sin emitir palabra. Tras un rato, las chupadas se hicieron desesperadas y se concentraron en su glande. La mano se movía frenética por su mango.

Retrasó el momento cuanto pudo y finalmente se corrió en la boca de la desconocida. Le inundó la garganta con su semen caliente y ella lo chupó todo. Antes de recuperar el aliento, ella ya se dirigía hacia la puerta, la silueta se perfiló unos instantes y después desapareció con un portazo.

La luz volvió de repente y una mujer morena entró en el cuarto y le tomo de la mano.

-La competición ha terminado, sigueme -dijo con una sonrillisa viciosa.

El se dejó que lo llevase. Subieron unas escaleras y torcieron por un pasillo. Justo en la tercera puerta entraron. Nico entró y la muchacha cerró a su espalda. Se fijó entonces en que la habitación la ocupaban varias mujeres que le sonreían y le dirigían miradas mas que interesantes. Una voz habló a su izquierda.

  • Bienvenido -dijo la voz de Natalia.

Su polla empezo a despertar.