Adicto al semen II (La primera vez)
En unos provadores, nuestro joven amigo estrena algo más que ropa. Por fin traga semen directamente de la fuente y da de beber al sediento.
Aquí teneís la segunda parte de esta historia tan caliente, relatada por mi joven amigo Venezolano.
Os ruego que le mandeís los comentários al correo que indica al final del relato.
Un saludo,
BISEXUALSTRAIGH.
Adicción al semen II
A partir de ese momento dejo de importar que Diego estuviera con Camila, ya tenía mi propia nueva fuente de semen y era yo mismo…
Comenzó desde este punto la intrépida investigación de cómo darme más placer para disfrutar de los frutos de este, ¡Mi semen!
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Desde aquel dia en que descubrí lo rico que sabía mi propio semen dejo de importarme mi hermano y lo que hiciera con su vida, seguía admirando su rico cuerpo cada que podía, pero ya no lo espiaba igual que antes.
La semana siguiente a la noche en que me masturbé la primera vez seguí haciéndolo a diario, hasta dos o tres veces. Aquella mañana al despertar tenía una gran carpa en mi entrepierna, era mi pene super duro punzando, parecía que pedía a gritos ser tocado de nuevo por mí; mire a la cama de Diego y me percate que su cama seguía vacía, asi que eso fue suficiente para bajar el elástico de mi bóxer y sacar mi pene que salió como bala golpeando mi abdomen, en primera instancia dirigi mi mano a mis bolas para estirarlas un poco y apretarlas mientas con uno de los dedos rosaba mi perine, todo esto era nuevo para mi y poco a poco descubría cosas nuevas que me daban placer y las disfrutaba. Mientras que con la izquierda apretaba mis bolas la mano derecha fue directamente a mi glande el cual ya se estaba poniendo húmedo por el precum, el tome con la punta de mis dedos y lo lleve a la boca, de verdad ese sabor me sabia a gloria y me llevaba a un éxtasis de placer, era indescriptible todo eso.
Cada vez me sentía más placer y no quería parar, cuando de repente escucho la voz de mi mama llamándome desde el otro lado de la puerta
Mama: Alexander ya levántate es tarde.
Su voz logro bajarme de inmediato la erección del susto, era sábado, no tenía clases, pero había quedado con ella en acompañarla a hacer unas diligencias, así que atine a responder rápidamente con la voz un poco titubeante.
Yo: ¡ya… ya voy mama, apenas estoy despertando, ya voy!
Después de eso escuche como mama se alejaba de la puerta poco a poco, y aunque algo dentro de mí me pedía que siguiera pensé que en cualquier momento podía volver así que atine a levantarme y darme una buena ducha de agua fría, al salir de la ducha salí desnudo puesto que seguía solo ya que Diego “estaba en casa de su amigo Adrian” me gustaba esa sensación de libertad de andar con mi pene balanceándose por doquier con el movimiento, el cual ya había comenzado a reaccionar de nuevo a esto y ya se estaba poniendo duro de nuevo, pero no tenía tiempo, así que fui a mi ropero y saque un bóxer viejo que me quedaba ya muy justo, era blanco y muy corto de pierna, normalmente sentía que me apretaba mucho los guevos, pero necesitaba tener el guevo apretado para que no se notara si se paraba; termine de vestirme y salir del cuerdo, desayune y luego salí con mama.
Toda la mañana trascurría con normalidad, no tenía normalmente muchos temas de conversación en común con mi mama, así que realmente todo estaba muy callado en el carro, salvo un par de veces que hablo sobre que Diego ya estaba creciendo y le daba miedo que fuera a caer en malas andanzas, yo solo estaba fingiendo interés para que no se molestara, cuando realmente mi atención estaba en lo caliente que estaba, puesto que a mi mente llegaban como pequeños flash la imágenes de los videos gay que había visto la noche anterior, sentía como mi pene punzaba y no podía sentirme ruborizado puesto estaba junto a mi madre, lo bueno era que el bóxer estaba haciendo su trabajo…
Estaba loco por llegar a casa y volver a masturbarme, estaba ansioso por sentir lo que había sentido en la noche y sobre todo probar de nuevo mi semen, pero hasta que no terminara con mama eso no podía suceder. Tras varias horas después, llegamos a casa; de tanto que se me había parado el pene durante el dia ya se había salido por una de las piernas del bóxer y así lo había dejado puesto que el roce del jeans me hacía sentir rico, al entrar subí rápido a mi cuarto tratando de disimular, aunque fue obvio, mientras subía le grite a mama que me bañaría puesto que no toleraba el calor, cosa que en parte era cierto, pero la realidad era que moría por tocarme y acabar a mares de nuevo!
Al entrar a mi cuarto cerré la puerta con seguro, Diego aún estaba en casa, le había avisado a mama que pasaría el día con la familia de su amigo, así que aún tenía el cuarto para mí solo, me pare frente al espejo y comencé a desvestirme, quedándome solo con mis pequeños bóxer frente a este (la imagen hizo que se parara de nuevo mi pene) me daba tanto morbo ver como este apuntaba hacia abajo guiado por la abertura de la pierna del bóxer, con una mano comencé a solo rozar el glande mientras me miraba al espejo y con la otra mano tocaba mi pecho, se sentía súper rico.
Termine por fin quitándome el bóxer y camine hacia al baño, mi pene súper duro de bamboleaba de lado a lado con cada paso que daba, aunque antes no lo había notado ahora me encantaba ver como se veía mi cuerpo así, con mi polla súper dura.
Al llegar a la ducha la abrí y me senté en la taza del baño a tocarme mientras el agua cayendo hacia ruido de fondo para que mama no sospechara nada. Con mi mano derecha tomaba la base de mi pene y lo meneaba en círculos, luego comenzaba con movimientos de sube y baja que llevaban mi prepucio de arriba abajo, mi glande no dejaba de lubricar y yo no dejaba de tomar cada gota con mi índice izquierdo y lo llevaba a mi boca, estaba sintiendo muy rico, pero ¡quería más!
Así que para variar decidí meterme bajo el agua de la regadera y seguir allí, descubrí que la sensación del agua cayendo sobre mi pene se sentía rico, así que tome la ducha manual y la apuntaba a mi pene con la mano mientras con la otra seguía tocándome, en busca de más sensaciones apunte la ducha manual ahora a mis bolas y aunque la presión era fuerte no me hacía daño por el contrario me daba más placer, en medio de la euforia abrí mas mis piernas y me agache un poco para que el agua me pegara mejor en las bolas, en ese movimiento ahora el agua comento a caer en mi periné y mi ano, al sentirlo mi pene comenzó a punzar cada vez, pensé que iba acabar pero no fue así, era simplemente el placer aumentando en mi así que en busca de más deje mis bolas de lado y puse la regadera súper pegada a mi ano, la sensación de presión que hacia el agua sobre mi ano era deliciosa, a veces retiraba la ducha y sentía como de mi ano escurría toda el agua que por la presión había entrado y se sentía rico esa agua tibia recorrer mis muslos, así volvía otra vez a poner la ducha manual y al rato la retiraba de nuevo, repitiendo lo mismo, todo esto mientras no dejaba de masturbarme frenéticamente, en medio del placer se me ocurrió algo, así que cerré la ducha manual y tome mi mano izquierda y la llene de jabón, comencé a tocar mi ano mientras con la otra mano retomaba la masturbación, ya sentía mis piernas temblar, sabía que la acabada estaba cerca, así que en el desespero me deje de rodeos y sin miramientos hundí mi dedo índice lo más profundo que pude en mi ano, la sensación fue de dolor pero sobre todo placer, como loco comencé a mover mi dedo dentro de mi culo realmente no sabía hacerlo bien pero igual lo disfrutaba y ya sentía como mi pene palpitaba y se hinchaba así que lo solté y mientras seguía destrozándome el ano con mi dedo puse mi mano derecha en la punta de mi pene y fue justo a tiempo porque inmediatamente comencé a tener un orgasmo que casi me lanzo al suelo, de mi pene salían varios chorros de leche espesa y blanca que iba a parar a mi mano mientras mi culo no dejaba de estrangular a mi dedo que seguía moviéndose dentro de él, iba por el tercer chorro cuando lleve mi mano llena de leche a mi boca quien con una lengua ágil busco toda la leche y la relamía, ese sabor a leche de hombre saladita y grumosa me encantaba, cada gota de leche caliente que había en la mano fue devorada por mí ,mientras que de mi pene seguía escurriendo más gotas de leche, mi culito ya había dejado de palpitar así que poco a poco fui sacando el dedo mientras no paraba de chupar mi mano con restos de mi corrida mientras que caía recostado a la pared de la regadera con mis piernas aun templando. ¡Había descubierto lo hambriento que era mi culo y lo placentero que era complacerlo, obviamente sin dejar de lado mi gusto por tragar leche!
Luego termine de ducharme me vestí y me acosté, cuando al rato escuche a mi mama tocar mi puerta preguntando porque no había comido aun, resulta que había quedado tan agotado que me me había quedado dormido y ya eran las 3 de la tarde, me puse un short y una camiseta y baje a comer, mientras caminaba sentía mi culito raro, sentía como aun palpitaba, pero esa sensación me gustaba, por lo menos se me había ocurrido ponerme de nuevo mi bóxer apretado porque ya tenía mi pene duro de nuevo y no quería que nadie en la casa lo notara. En menos de 24hrs me había convertido en un cerdo y eso me encantaba, allí no me detendría ¡quería experimentar más!
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¡Así comencé a masturbarme casi a diario solo para tomarme mi lechita, no siempre jugaba con mi culito, pero si era algo que me encantaba hacer también! Acepte con el tiempo que realmente lo mío no eran las mujeres, por el contrario, mi gusto era por el cuerpo masculino y que disfrutaba tanto del placer anal como a través de mi pene, aunque aún no había tenido contacto con otro hombre estaba seguro de eso.
Comencé a experimentar con todo, me masturbaba con la derecha, con la izquierda, lo hacía con guantes, con agua, solo rozándolo contra mi almohada, metiéndolo entre los pliegues del colchón, en diferentes partes de la casa con la adrenalina de ser descubierto, incluso llegué a hacer en los baños del colegio y la biblioteca. En cuanto a mi culito, ya lograba meter hasta tres dedos, usaba el mango de cepillos incluso llegue a meter el embace de un desodorante pequeño, realmente disfrutaba todo esto que había aprendido en todo ese tiempo, porque ya con 18 años había experimentado bastantes cosas con mi cuerpo ya que contaba con la privacidad para hacerlo puesto que la habitación ya era solo mía, Diego se había ido a la universidad y ya no vivía con nosotros hace ya 3 años.
Sin embargo aunque en la privacidad de mi cuarto podía ser el más sucio e intrépido amante no me atrevía a buscar contactos con otro chico, era muy inseguro realmente; aunque la edad me había favorecido, ya con 18 tenía un cuerpo fribrado porque a pesar de que nunca me gusto el deporte a partir de los 15 había comenzado a hacer ejercicios a escondidas en mi cuarto, tenía unos buenos brazos que sin ser súper grandes estaban bien marcados, mi abdomen era plano con una pequeña mata de vellos que iba desde la base de mi pene hasta el ombligo, con unas sexys entradas bien marcadas (a decir verdad es una de las partes favoritas de mi cuerpo), mis piernas eran largas y torneadas, se lograba notar casi que cada muscolo en ellas puesto que era lo que más me gustaba trabajar, coronadas por unas grande nalgas redondas a puntas de sentadillas cubiertas de una mata casi invisible de pelitos que la tapizaban, que dentro escondían un culito ya bastante hurgado por mi (que suelo mantener siempre depilado junto con mis bolas, solo dejaba una pequeña mata de pelos sobre la base de mi pene en el pubis) en general no tenías tanto vellos, en la cara no me salía y en la axilas si me salían abundantes pero los podaba un poco solo dejando lo suficiente porque me daba morbo llevarlos asi, mi piel tan bronceada como siempre había sido, y mi cabello con mis rizos negros rebeldes que uso más o menos largos que hacían resaltar mis ojos café. Aunque solían decirme que era bastante atractivo mis inseguridades me dominaban y me hacían ser bastante retraído haciendo que nunca intentara relacionarme física ni emocionalmente con nadie. Así se pasaba mi juventud, machacándome el pene y destrozándome el culito yo mismo.
Todo cambio un día, ya estaba cerca de cumplir los 19 así que mama me había ofrecido regalarme ropa, y yo gustoso acepte. Recuerdo que entramos en una tienda de ropa, al llegar nos atendió una chica que nos encamino al piso de hombres y allí nos mostraba cada cosa por la que mama preguntaba mientras yo solo caminaba por inercia tras ella aunque al principio estaba emocionado, ya había perdido el interés; mama me mostraba emocionada piezas de ropa para que yo opinara y entre una y otra elegí unas cuantas camisas y pantalones para probármelos, así que las tome y la chica me guio hasta los probadores donde entre, como les dije estábamos en el piso de ropa masculina por ende el probador solo era de hombre ni mama ni la chica podía entrar, era una especie de cuarto con una puerta corrediza, y adentro tenía 5 cubículos con cortinas como puerta, al fondo tenían un espejo grande que iba desde el techo al suelo, ya dentro escuche que mama me dijo que mientras yo me probaba eso ella buscaría unas cosas para ella.
Estando dentro vi que todos los cubículos parecían vacíos a excepción del penúltimo del cual repentinamente salió un chico como de 21 años (era tan alto como yo, era de piel blanca, de cuerpo delgado pero se notaba fribrado, con cabello castaño y lizo que embarcaba un rostro con una barba como de tres días y unos ojos café muy claros), al parecer iba solo porque cerca del probador no había mas nadie y dentro el único que estaba ocupado era el suyo, al salir se sorprendió tanto el como yo, al parecer no esperaba que estuviera yo allí parado, ya que salio con una camisa puesta arriba y sin nada puesto abajo más que unos calcetines y unos bóxer azules celestes (bastante llamativos), parecía que su intención era verse en el espejo grande de afuera pensando que estaba solo!
Al verlo quede perplejo ya que como les dije realmente era bastante penoso, comencé a mirarlo como un idiota de arriba abajo, comenzando por sus pies iba subiendo por sus piernas algo velludas hasta que llegue a su entrepierna que se notaba bastante abultada dentro de ese bóxer azul, hasta que me saco del trance el hecho de que él se apretara el bulto con una mano, avergonzado alce la mirada hasta su cara donde él me estaba viendo fijamente, luego me sonrió y me guiño un ojo, yo súper nervioso lo que hice fue un gesto rápido de saludo con la cabeza y entre al cubículo al lado del suyo!
Ya dentro trate de calmarme pues que aunque yo no reaccionaba mi pene ya lo había hecho y estaba como poseído dentro de un silp negro que traía puesto, el morbo se apodero de mi y entendí que el me había coqueteado y que el chico era realmente guapo, que no podía perder la oportunidad! Asi que opte por jugar su juego y por primera vez salir de mi cascaron y actuar como el puto que sabía que era…
Me desnude quedándome solo en ropa interior y me puse unas de las camisetas que elegí para probarme, por una de las hendiduras de la cortina me asegure que el probador seguía solo y al confirmarlo, respire profundo y Sali de mi probador hacia el espejo, donde solo atine a decir:
Yo: Realmente estos probadores tienen muy mala iluminación, adentro no podía ni verme bien.
Tras decir esto con una voz fuerte, siento como se abre la cortina del probador del chico y saca su cabeza, al verme como estaba este abrió sus ojos con una cara de sorprendido, que rápidamente cambio por una sonrisa llena de luguria, y me respondio
El: Con que te has dado cuenta tambien, por eso me encontraste en esas fachas hace un momento.
(terminaba de decir mientras que salía sin camiseta esta vez pero con un pantalón puesto)
Yo: ¡No te preocupes, estamos en confianza, no hay problemas con eso!
Le dije mientras esta vez era yo el que sonreía y le guiñaba un ojo mientras me apretaba el bulto que se notaba ya prominente
Yo: me llamo Alexander, por cierto ¡mucho gusto!
El: Mucho gusto Alexander, me llamo Alejandro
Dijo eso acercándose a mi tendiendo su mano, la cual apreté con la mano con la que hace unos segundos había tocado mi pene. Alexander mientras tomaba mi mano se detenía a detallar mi cuerpo mientras yo le miraba su cara en la que se notaba que le gustaba lo que veía.
Esta vez fui yo quien lo saco de su trance diciendo
Yo: ¿andas solo?, yo ando acompañado, pero me han dejado solo un rato, y me temo que será largo
Alejandro: (saliendo de su trance y mirándome a la cara) si, ¡ando solo!
¡Lastimosamente, puesto que no tengo quien me dé su opinión de lo que me estoy probando!
Yo: descuida, para eso estamos los nuevos amigos
(dije sin siquiera disimular la cara de sádico con la que lo decía y agregué)
Yo te ofrezco mi ayuda
Alejandro: ¡Que bueno esto!
Dijo volviendo a su vestidor dejando la cortina abierta esta vez!
Alejandro: Mira tengo ahora que probarme estos otros pantalones
(Dijo alzando hacia mi unos jeans cualquiera que ni me detuve a detallar)
Acto seguio me dio la espalda abriendo los pantalones que cargaba puestos y bajándolos lentamente dejando salir unas grande nalgas que lucían redondas tras esa pieza casi traslucida de ropa, mientras que se doblaba al frente para desnudar tambié sus piernas, tosod esto lo hacía casi que sin flexionar sus rodillas, casi que me estaba poniendo su culo en bandeja de plata para mi grandiosa visión, yo solo atinaba a ver muy callado mientras me frotaba la verga dentro del slip negro que traía! Al terminar se puso el jeans nuevo y salió del probador y se paró frente a mi y me dijo
Alejandro: ¿Qué opinas Alexander?
Yo: Date una vuelta, déjame verte mejor
Lo cual hizo muy obediente, tardando bastante en el proceso, dejándome ver todo su cuerpo, el cual se notaba ya caliente, pues el jeans delataba su bulto
Yo: creo que me gusta cómo se te ve el anterior
Alejandro: tu dices?
Yo: claro confía en mí, pruébatelos de nuevo
Alejandro regreso al probador y repitió el mismo procedimiento de hacia un momento, pero cuando aún seguía inclinado no me contuve al ver de nuevo ese culo y me acerque y le apoye mi bulto sobre sus nalgas, el al sentirme no se agunto y dio un respingón y dijo:
Alejandro: pensé que jamás lo harías
Yo ignoré sus palabras y seguí rozando mi guevo que ya estaba súper duro sobre sus nalgas tibias y redondas, el se enderezo y pego su espalda a mi pecho, yo con mis brazos lo rodee y comencé a olfatear su cuello mientras hacía movimientos pélvicos
Aunque yo era un inexperto, de algo estaba seguro ¡yo llevaría las riendas!
El solo soltaba pequeños gemidos mientras yo era quien usaba todo su cuerpo, en una de esas no aguantaba más y quería ver su culito así que lo hice poner las manos sobre la pared y separar sus piernas.
Me agache tras él y con mi cara a la altura de sus nalgas con una mano le di una pequeña nalga a la que el respondió solo arqueando la espalda y soltando un pequeño quejido, seguidamente con ambas manos apreté cada una de sus nalgas y luego acerque mi cara a su culo y la hundí con fuerza, aunque tenía el bóxer aun puesto podía sentir claramente el calor de su ano y el olor a culito limpio (por suerte),deslice una de mis manos por la abertura de la pierna y logre llegar hasta su nalga, buscando su raja, hasta que la encontré y con mi dedo curioso fue hundiendo poco a poco hasta que la punta de mi dedo llego a su culito el cual se sentía que ardía de calor y palpitaba, todo estaba en silencio solo se escuchaba sus respiración entrecortada . Al sentir su ano no me pude controlar más saque mi mano violentamente y baje bruscamente el bóxer, como lo sospechaba sus nalgas eran aún más blancas que sus piernas y eran completamente lampiñas, al abrirlas descubrí en el centro un pequeño culito que se veía palpitante, cerradito y rosadito; no aguante más y con mis manos separe lo más que pude sus nalgas y hundí mi cara, mi lengua buscaba con desespero su ano y al encontrarlo comenzó literalmente a violarlo tratando de entrar insistentemente en el fallando ya que estaba bastante cerrado, tas varios segundo dando lengüetazos su culito fue cediendo a su lengua y sus gemidos lo iban delatando!
Era la primera vez que me comía un culo y me estaba encantando, lo disfrutaba como si del mayor mangar se tratase.
Despuses de un par de minutos devorándole su culo me levante lo voltee y lo mire, el me sonrió gustoso y yo también le sonreí, él se me acerco y me beso, primero fue lento, pero luego se convirtió en una ardua pelea de lengua que se gloriaba por el sabor a su culito que yo le estaba dando a probar!
Yo estaba tan concentrado disfrutando el beso que no me percaté de que el me agarro y me puso contra la pared, se separó de mí y me dijo
Alejandro: ¡mi turno!
Algo había cambiado, el tono con el que lo dijo se sentía lleno de poder y ¡eso me gustaba! Pronto de agacho y me bajo de un tirón los slip negros que traía puesto que para esa altura estaban empapados de mi precum, se quedó mirando mi pene con una cara de sorpresa, mi pene mediría para ese entonces unos 18cm pero era realmente grueso, alzo su miraba me guiño un ojo y comenzó a darme pequeños lengüetazos en mi glande, en ese momento mis piernas temblaban y mis sentidos se iban, solo estaba ido por el placer que un desconocido hasta ahora me estaba brindando, de un momento a otro cambio de los sutiles lengüetazos que me estaba dando y abrió la boca y de una bocanada se metió con bastante dificultad un poco menos de la mitad de mi pene, yo solo resoplaba del placer y lo veía hacer su trabajo, el muy osado mientras se ahogaba con mi guevo llevaba sus manos curiosas a mi culito que también quería recibir placer, mientras el intentaba meterte a la boca más y más de mi pene, sus dedos iba hurgando mi culito y yo lo disfrutaba sin dudas. En una de esa se saco mi guevo de su boca y dijo
Alejandro: creo que nos entenderemos bien
Mientras metía su dedo índice profundo en mi culo y yo daba un respingo, debido a mis juegos mi culito recibió ese dedo con facilidad y disfrute y ¡él lo noto!
Allí volvió a mamar mi guevo que ya entraba casi todo en su boquita, después de unos minutos subio y nos volvimos a comer desesperadamente la boca. Fui yo que esta vez volvió a tomar las riendas y lo puse a el recostado a la pared, baje velozmente y cuando ya tenía mi cara a la altura de su pene que hace rato estaba libre lo mire y fue cuando por fin lo detalle, era un pene de unos 19cm, algo curvo a la derecha, pero no era tan grueso, al igual que su culo iba todo depilado y era blanco con una cabeza grande, rosada y brillante de la cual se desprendían varias gotas de precum, puse mi boca como si un beso le fuera a dar pero un poco abierta de forma que su glande encajo perfectamente entre mis labios los cuales recibieron todo ese precum que me brindaba ese bello guevo, allí me despegue de él y lo mire, estaba con una cara de asombro y placer, le sonreí mientras con mi lengua barría mis labios limpiando todo el precum que había en ellos, allí volví mi mirada a su guevo y abrí la boca lo más que pude en mi desespero por ahogarme su guevo he intente metérmelo todo de un golpe, y casi lo logre de no ser por la arcada violenta que me vino, sim embargo tras recuperarlo volví a la acción y esta vez sí logre meterlo por completo, sus bolas blancas reposaban sobre mi barbilla y eso me gustaba!
Asi estuve varios minutos mamando su guevo y hurgando su culo don ya dos de mis dedos que lo recibo placenteramente… El me agarraba de la nuca y literalmente ¡me follaba la boca!... estuvimos así varios minutos hasta que el comenzó a respirar aceleradamente, sentia como su guevo se hinchaba y su culito ahorcaba mis dedos, sabía que se iba a correr y no me importaba, el intento apartarme pero yo deseaba su leche y no me importaba que fuera un extraño, no pasaron muchos segundo cuando él se tapó la boca con su mano y se escucharon los resoplidos que indicaban que estaba acabando mientras su pene en mi boca palpitaba y me inundaba de su leche, fueron más de 4 chorros, después de allí perdí la cuenta, trate de retenerlos en mi boca todos para poder saborearlos detenidamente pero era tanto que parte bajo sin querer por mi garganta y otra parte se escurría por las comisuras de mi boca, me separe de él sacando mis dedos de su culo y poniéndome de pie para detenerme a saborear su leche mientras me pajeaba pero para mi sorpresa él se dio cuenta de que aún me quedaba leche en mi boca y de un jalón me atrajo a él y nos dimos un morreo en el que compartimos su leche y literalmente nos empapamos la cara con ella, fue salvaje.
Al acabar los restos de leche se agacho y me digo
Alejandro: Que esperas, dame la tuya
Yo no salía de mi asombro y en ese instante comencé a masturbarme frenéticamente mientras el apenas podía pasar una que otra vez su lengua por mi glande, realmente no tarde mucho cuando en un ataque frenético comenzó mi pene a disparar leche como loco y el primer choco fue a caer a su frente, así fueron parar los siguientes a su nariz, mejilla y los restos a su boca, el sacaba la lengua y se limpiaba los labios mientras me miraba con deseo, yo me incline hacia su cara y con mi lengua fui limpiando cara resto de mi semen de su cara, al terminar él se puso de pie y me volvió a besar ahora compartiendo mie leche en el beso!
¡Al terminar los dos nos vimos estábamos ambos desnudos de la cintura para abajo y todos llenos de restos de semen, ambos nos limpiamos con nuestra ropa interior mientras nos reíamos!
Allí regrese a mi vestidor por mi ropa y me vestí, para cuando salí Alejandro también estaba vestido, me pidió el número y encantado se lo di, aun nos quedaba mucho por hacer, le dije que mi mama seguro estaría loca esperándome, pero que algo me inventaría, me despedí no sin antes darle un beso, salí yo primero y me dirigí a buscar a mi mama quien seguía en el departamento de mujeres y ni se percató que me había perdido casi 45 minutos.
¡El camino a casa estuve pensando en Alejandro y lo que había pasado, lo rico que la había pasado y los deliciosa que me había parecido su leche! También me detuve a pensar si alguien nos habrá escuchado en el vestidor y si fue así no me importaba ya a esas alturas…
Al llegar a casa fui enseguida a ducharme pues tenía todo el rostro pegajoso jajajaaj al salir de la ducha revisé mi tlf y allí estaba, un mensaje de un número desconocido que decir
“aún tengo el sabor de tu leche en mi boca”
Supe que había sido Alejandro
CONTINUARA….
¡Les dejo mi correo para que me den sus opiniones directamente!
ragde23rivas@gmail.com
Saludos