Adicto al semen

Como Alexander se aficionó al sabor del semen de su hermano Diego, tres años mayor que él.

El siguiente relato, pertenece a un amigo Venezolano, que por problemas técnicos no ha podido publicarlo.

Es una historia muy caliente sobre el despertar lascivo de un preadolescente como lo fuimos cualquiera de nosotros, que descubre su pasión por el semen en la figura de su hermano, como lo hicimos muchos de nosotros.

Os adelanto que muchos de vosotros, vais a recordar vuestra propia adolescencia y os vais a excitar tanto como lo haciais entonces.

Obviaré el nombre de mi amigo, puesto que no me ha autorizado a publicarlo, pero él mismo os indica su correo para que le envieis vuestras opiniones, o lo que os parezca.

Os pido por favor que le escribais a

ragde23rivas@gmail.com

Necesitamos jovenes valientes, dispuestos a contarnos sus excitantes fantasias.

Atentamente BISEXUALSTRAIGH

Adicto al semen

Comenzare diciendo que esta historia tiene tanto de real como de falsa (no es personal, el protagonista me lo conto), son ustedes los que decidirán que creer, al final mi intención es despertar en ustedes morbo y excitación.

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Comenzare presentándome, me llamo Alexander, actualmente tengo 23 años, mido 1,75, siempre he sido delgado a pesar de que mi apetito siempre ha sido voraz, soy de piel blanca bronceada por el sol típico del clima tropical de mi ciudad. Soy el menor de tres hermanos, actualmente sigo viviendo con mis padres, los cuales rondan ya los 50, no me detendré a detallarlos tanto puesto que su presencia no es de importancia en la historia.

Como les dije soy el menor de 3 hermanos, la mayor de los tres se llama Patricia actualmente ella tiene 30 años, ya tiene su esposo y se mudó a vivir con él hace un par de años, luego esta Diego el hermano del medio, tiene 26 años actualmente y también vive ya fuera de casa, por ultimo estoy yo como lo dije antes con mis 22 años y aun viviendo con mis papas.

Desde que puedo recordar siempre me sentí diferente, sentía que no encajaba con la forma típica de cómo debía actuar un varón, siempre de pequeño fui muy sensible, prefería aislarme y siempre jugar solo o de hecho prefería pasar el tiempo leyendo o haciendo actividades manuales, sin embargo, nunca fui juzgado por ello; mis padres siempre me consentían y cuidaban mucho al igual que mis hermanos mayores. Por razones de espacio me toco compartir el cuarto con Diego mientras que patricia siempre tuvo su cuarto individual.

A diferencia de lo típico, Diego y yo siempre solíamos llevarnos muy bien, de hecho, siempre era muy cariñoso conmigo para que se hagan una idea de su apariencia el tenía una tes un poco más oscura que la mía sin llegar a ser moreno, solo un bronceado oscuro típico de pasar mas tiempo bajo el sol, era alto con cabello castaño y ojos café oscuro. Toda nuestra infancia transcurrió normal, todo comenzó a cambiar cuando Diego llego a la pubertad, su cuerpo había cambiado yo que compartía el cuarto con el comencé a notarlo más detalladamente, como creció en estatura, se notaban definidos sus brazos y piernas, su abdomen lucia más trabajado (él siempre fue fanático de practicar deportes), comencé a ver que ya tenía vellos donde no solía tener antes, y todo esto estaba despertando en mí una especie de curiosidad y cierta atracción por mi hermano lo cual creí que era normal puesto que siempre lo había amado.

Aunque compartíamos cuartos ambos siempre fuimos pudorosos con la desnudes, solíamos vernos en extremo en ropa interior ¡nunca desnudos!, recuerdo que cuando Diego se cambiaba de ropa o salía del baño y yo estaba presente trataba de mirar disimuladamente cuando lo hacía y notaba que tras su ropa interior se escondía algo más grande, un bulto mucho mayor del que recorvada haber visto tiempo atrás, también notaba una ligera mata de vellos que salían tras el elástico de su bóxer que llegaba hasta su ombligo y también unas axilas tupidas de un vello más oscuro y poblado. Todo esto dentro de mi inocencia ponía duro mi pequeño pene y yo no entendía él por qué. Así fue transcurriendo el tiempo y yo notaba a Diego apartado de mí, más concentrado en sus deportes y en sus compañeras de clase, notaba que a veces tardaba mucho mas de lo normal en la ducha y que a veces durante la noche me despertaba y la pequeña luz que entraba por la ventana lo delataba todo cubierto con su cobija y notaba como este se movía de forma rara bajo esta, la curiosidad me estaba matando.

Uno de los días en los que estaba tardando mucho mas de lo normal en la ducha dentro de mi curiosidad fui a tocarle la puerta

Yo: Diegoo (glopea la puerta) Diego, sal, necesito usar el baño

El: espérate aun no acabo de ducharme

(respondió con una voz algo nerviosa, pero con cierto toque de molestia)

Yo al notar su respuesta opte por no tocar de nuevo, tras varios minutos por fin salio con su toalla a la cintura

El: ya tienes el baño libre mocoso, no entiendo tu apuro

Yo simplemente algo avergonzado mire al suelo y entre al baño para continuar con mi mentira. Tras cerrar la puerta de este no sabía que hacer puesto que realmente no tenía ganas de ir al baño, asi que me senté en la taza del baño para hacer tiempo y luego salir, estando sentado allí comencé a mirar a todos lados y entonces lo vi, en la pared de la regadera había algo raro como una especie de gelatina blanca que escurría por la pared, me acerque curiosamente a ver que era porque resaltaba llamativamente en la cerámica verde de nuestra ducha, era algo espeso y blanco.

Al verlo más de cerca seguía sin saber que era asi que acerque mi rostro y trate de oler y me di cuenta que no era ninguno de los productos de baño, tome un poco con el dedo y lo volví a oler y seguía sin saber que era, entonces en media de la curiosidad lleve el dedo a mi lengua y lo probé, un nuevo mundo se abrió para mi sin saberlo, era raro no sabía cómo nada que hubiera probado antes, era más o menos salado pero no desagradable, de hecho me gusto, así que volví a tomar otro poco y lo lleve a mi boca, mi lengua recibió esa pequeña porción grumosa y lechosa y la degusto detalladamente, no sabía que era pero la curiosidad y el morbo del momento me llevo a seguir, no pude detenerme hasta que termine con todo lo que había en la pared, al acabar me sentía raro y mi pene otra vez estaba duro, sin entender el porqué.

Fui al lavamanos, me mire en el espejo y lave mi cara con un poco de agua puesto que sentía el cuerpo hirviendo, salí del baño y seguí con mi día como si nada, mientras que en mi mente rondaba lo que había hecho en el baño y que sea lo que fuera esa sustancia sabía que a Diego no le dio tiempo de limpiarlo porque yo lo estaba apurando.

Días después había seguido al acecho de todo lo que hacia mi hermano, siempre que salía del baño enseguida entraba yo a ver si encontraba lo mismo, pero no había tenido suerte los siguientes días. Una noche en la que la luna estaba llena y entraba bastante luz por nuestra ventana recuerdo que tanto mi hermano como yo nos habíamos acostado a dormir en ropa interior puesto que hacia bastante calor ese día, más tarde desperté y vi a Diego bajo sus sabanas haciendo los movimientos raros que ya lo había visto hacer antes, pero esta vez decidí quedarme despierto a ver qué era lo que sucedía, recuerdo que escuchaba la respiración de mi hermano mayor bastante agitada y entrecortada, todo eso despertaba en mi la sensaciones nuevas que hace un tiempo venia sintiendo, mi pene de una vez se puso duro, apenas hacia un poco de bulto, sin embargo automáticamente lleve mi mano a él y lo tocaba y lo frotaba sobre el interior que tenía puesto todo esto bajo las cobijas.

Tras algunos minutos en los cuales yo seguía frotándome mi pene y escuchando a mi hermano sentí como sus respiraciones pararon de repente y me asuste puesto que pensé que se había dado cuenta que lo espiaba. pero no fue así. Inmediatamente el silencio fue roto por una especie de quejido pero no de dolor, parecía de gusto al escucharlo sentía como en mi cuerpo una electricidad lo recorría y sentía más gustito al frotan la cabeza de mi pene, tras unos segundos en los cuales el silencio de volvió a apoderar del cuarto vi como de repente se quitaba la sabana hasta su cintura dejando la mitad de su cuerpo bajo la cobija, en ese momento me quede inmóvil aprovechando la penumbra para dejar uno de mis ojos abiertos sutilmente y poder seguir espiando, seguidamente vi como Diego tiraba el bóxer negro con el que se había acostado al suelo, tras unos segundo de descanso gracias a la poca luz que entraba al cuarto logre ver como se levantaba desnudo y caminaba hacia el baño de nuestro cuarto, apenas pude ver su sexy espalda y unas nalgas que se veían bastante grandes y llamativas no pude ver su pene por las sombras y lo rápido de sus movimientos, la gloriosa visión de su cuerpo desnudo de espaldas caminando al baño no fue larga ya que entro rápidamente.

Luego comencé a escuchar la regadera, era mi momento así que me levante silenciosa pero rápidamente de mi cama a ver que había debajo de sus sabanas buscando entender que era lo que había pasado y no vi nada fuera de lo normal, al decidir regresar a mi cama me llamo la atención el bóxer que recién había tirado al suelo, así que me acerque y lo tome y cuando lo detalle me di cuenta que estaba lleno de la misma sustancia blanca que había visto días atrás en la pared del baño y que ahora resaltaba claramente sobre la tela negra de la prenda íntima, así que me sentí super excitado otra vez, entendí que provenía de Diego esa sustancia y casi por inercia lleve el bóxer a mi boca y pase mi lengua por toda ese líquido blanco salado que ya había probado antes y que tenía días deseando volver a probar, no me importo que estuviera sobre el bóxer que sabía que mi hermana había llevado puesto minutos antes, recuerdo que mientras lo hacia una especie de choques electrónicos recorrían mi cuerpo he iba a parar a mi duro y pequeño pene. Aunque ya se había acabado aquel rico, saladito y espeso néctar yo seguía pasando la lengua una y otra vez en el bóxer de mi hermano mientras con una mano tocaba mi pene sobre la ropa, cuando de repente el sonido de la ducha cerrándose me saco de mi trance, rápidamente tire el bóxer al suelo de nuevo y me fui rápidamente a mi cama para fingir que seguía durmiendo.

Aduras penas con los ojos entreabiertos vi como diego salía de la ducha con otro bóxer nuevo puesto y tomaba el que estaba en el suelo para echarlo en la cesta de la ropa sucia sin percatarse de nada, para luego volver a su cama y acostarse como si nada.

Esa noche me quede pensando mucho tiempo, muchos pensamientos venían a mí ¿qué era eso blanco que ahora me gustaba? ¿porque mi cuerpo se sentía así? ¿porque mi pene se ponía duro y se sentía tan rico cuando lo frotaba? y sobre todo ¿porque Diego hacia eso y de donde sacaba ese líquido?

Esto siguió pasando, casi que todas las noches se repetía lo mismo. Se había vuelto mi adicción comerme eso blanco directamente del bóxer de mi hermano, no sabía si él sabía lo que yo hacía, y sinceramente ya no me importaba, solo sabía que me encantaba hacerlo y que el nunca hizo ni dijo nada que indicara que sabía lo que pasaba.

Mucho Tiempo después cuando fui creciendo me enteré de que era eso blanco, supe que llevaba tiempo comiéndome el semen de mi hermano y no sentí ni una pisca de asco, por el contrario, despertó en mi un morbo más grande. ¿acaso era gay? ¿acaso estaba enamorado de mi hermano?

Sin embargo, nunca llego a mas esto entre mi hermano y yo, con el tiempo el dejo de masturbarse tan seguido y ya no dejaba sus bóxer lleno de semen por allí tirado en el cuarto, asi que yo en medio de mi ansiedad por seguir con mi vicio me vi tentado a buscar otro lado donde conseguirlo.

_____________ Años más tarde__________________________________________________

Diego había dejado de masturbarse tan seguido como antes, ya no tenía mi ración nocturna de semen para devorar con desespero así que en la búsqueda de lo que me gustaba fui yo el que comenzó a descubrir su cuerpo, porque a pesar de rozar mi pene toscamente con mi mano anteriormente no pasaba a mas, simplemente eso, porque aunque ya sabía que era la masturbación no me había apetecido intentarlo porque mi placer era saborear el semen que me daba inconscientemente mi hermano, con eso me bastaba, pero en vista de que ya no lo tenía me toco innovar.

Un día como cualquier otro al llegar de clases a casa, entre como siempre sediento buscando un poco de agua en la cocina, cuando entre en esta me tope a mi hermano Diego y a mi mama quien hacia el almuerzo.

-Diego: pero mama, todos los de mi clase van a ir, ya tengo edad para salir a ese tipo de fiestas.

-Mama: no diego, todavía eres muy joven, seguro habrá licor y hasta drogas, sabes que no te permitimos tomar aun

-Diego: pero mama, te prometo portarme bien, además será en casa de Adrian, tú lo conoces de toda la vida y sabes que yo no sería capaz de meterme esas porquerías.

-Mama: ¡no lo sé Diego! Tendría que hablarlo con tu papa

(dijo mama ya con un tono más dócil)

-Diego: ¡listo mama, está bien!

(Era obvio que el permiso ya era todo un hecho puesto que por como conocemos a nuestros padres sabemos que cuando un cede el otro le sigue la corriente)

Mientras todo eso transcurría yo estuve parado allí como invisible ante sus ojos, hasta que Diego se fue y mama se percató de mi presencia y comenzamos a hablar de cómo me había ido y toda la típica conversación.

Al terminar de hablar con mama iba a mi cuarto a quitarme el uniforme y darme una ducha cuando me acerco a mi cuarto veo que la puerta de este estaba abierta y escucho murmullos, al acercarme con cuidado escuche a Diego hablando con Adrian su amigo diciéndole que ya todo estaba listo, que el plan marchaba bien, que si todo salía como se esperaba el podría escaparse con Camila toda esa noche, fue allí cuando entendí que todo era una trampa para pasar una noche con la chica con la que tenía tiempo saliendo, al escuchar eso mi primera reacción fue de enojo, entre violentamente al cuarto y el cambio rápidamente la conversación asustado, puse cara de enojo y el noto, pero no me dijo nada, supongo que no entendía el porqué, claramente yo tampoco lo entendía aunque en el fondo era claro que eran una especie de celos, simplemente el siguió con su llamada al terminar no dijo más nada y salió del cuarto.

¡Así trascurrió toda la tarde y parte de la noche sin novedad, aunque sabía el plan y me molestaba no era capaz de delatarlo porque sabría que fui yo y tampoco quería que se enojara conmigo!

Al terminar de cenar Diego subió casi que corriendo al cuarto, iba a alistarse para irse, después de varios minutos subí yo también al cuarto, realmente no quería ir, no quería verlo alistarse para irse con la zorra de su novia, pero tenía que hacerlo, debía hacer unas cosas para el colegio. Al entrar me encontré con toda la ropa que Diego traía puesta en el suelo mientras que el estaba ya vestido frente al espejo listo, se había duchado y vestido ya, al terminar me miro, prácticamente mientras yo fingía que el no estaba allí y me dijo

Diego: ¿qué tal me veo?

Cargaba un pantalón que se ajustaba a sus torneadas piernas por el futbol, con una camisa de mangas cortar cuyas mangas se ajustaban perfectamente a sus fornidos brazos, y unos zapatos casuales que hacia juego completo con lo demás.

Yo simplemente lo mire con cara de desinterés y atine a decir

Yo: Bien

Aunque estaba molesto no podía negarlo

Diego prácticamente ignoro mi respuesta mientras se peinaba frente al espejo y de echaba perfume. Al acabar simplemente agrego:

Diego: ¡nos vemos mañana hermanito, te quiero! Hoy será una gran noche lo se

Yo: Adiós Diego

El me miro extrañado al tonar la frialdad con la que le estuve respondiendo, pero no se detuvo y simplemente se fue.

Tras haber terminado todo lo que tenía pendiente del colegia ya se habían llegado las 10 de la noche pero no tenía sueño, baje a la cocina para tomar agua y luego me detuve en la sala a ver si encontraba algo para ver en la tv, sin nada que me llamara la atención subí al cuarto para intentar dormir!

Me duche, me cepille los dientes y me acosté, pero aun así no podía evitar pensar que Diego estaría con Camila y eso me hervía la sangre, imaginar que sería ella quien obtendría la leche de mi hermano y no yo, que él se la daría a ella y no la tendría que robar como yo, pensar todo eso me puso caliente y sin darme cuenta ya tenía una carpa en mi bóxer. El sentimiento de ira se había disipado y solo quedaba la excitación que recorría mi cuerpo y no podía negarlo.

Decidí tomar mi lapto y buscar que conseguía navegando en internet y di con un sitio que tenía muchos buenos videos y fue allí donde por primera vez vi mi primer video de sexo gay, en el que para resumir el asunto era un tipo musculoso que se cogía un chico de apariencia joven y al final terminaba corriéndose en su cara, disfruté mucho imaginar que era yo el que se tragaba toda la leche de ese desconocido fornido y atractivo ! Así vi varios videos pero sin siquiera tocarme, aunque de vez en cuando frotaba mi pene sobre el bóxer, ya sentía que me dolía el pene así que decidí quitarme el bóxer, al bajar la liga salió casi que rebotando mi pene, apenas mediría unos 15 centímetros pero de ancho no me entraba completo en mi mano.

Mientras ponía otro video inconscientemente comente a frotar mi pene de arriba abajo, comenzaba desde la base y subía mi prepucio hasta la punta, lo hacía lento y con fuerza.

Estaba muy lubricado, súper baboso de tanto líquido que salía del glande, cada que subía mi mano llegaba hasta el glande y lo apretaba eso dejaba mi mano toda embadurnada de líquido pre seminal, en un momento decidí pararme para buscar algo con que limpiar mi mano cuando iba camino al baño vi en el piso la ropa que se había quitado Diego y que había dejado en el suelo, entre eso su bóxer, unos exquisitos bóxer rojos que le quedaban súper ajustados y cortos (lo recordé claramente de las anteriores veces que se los vi puesto), enseguida el morbo poseyó mi cuerpo y recordé como antes lamia sus bóxer en busca de su semen, así que lo tome con la mano izquierda y los mire, luego vi mi mano derecha brillante y chorreante de mi propio liquido pre seminal, la excitación que recorría mi cuerpo me hizo acercar mi mano a la boca y comencé a pasar la lengua por cada uno de mis dedos degustando placenteramente mi propio precum que en ese momento me supo a gloria!

Simplemente decidí abandonar la idea de ir por una toalla al baño y volví a mi cama con el bóxer de Diego en mano, puse la lapto de lado a un lado ya no necesitaba más videos y comencé de nuevo a masturbarme completamente desnudo sobre mi cama, lo hacía lentamente pero con más ritmo y fuerza que al principio mientras que en la otra mano tenia el bóxer de Diego, en un momento lo mire y lentamente lo fui acercando y lo puse sobre mi cara y lo presione con fuerza mientras aspiraba esa mezcla de oleres entre orine, sudor y algo de precum mientras recordaba un poco del video que había visto, y recordaba cómo se le veía ese bóxer puesto a Diego, cuando sentía mi mano estaba toda babosa de nuevo me quitaba el bóxer de la cara y me lamia de nuevo mi mano derecha probando todo mi precum, me sentía en la gloria a tal punto que todo mi piel estaba erizada, de vez en cuando soltaba el bóxer para apretar mis bolas mientras aumentaba el ritmo de mi paja. Así me mantuve como por unos minutos más cuando de repente una electricidad comenzó a recorrer mi cuerpo y sentía espasmos musculares por todos lados y por inercia comencé a acelerar mis movimientos que al final resulto en una corrida inmensa, la cantidad de semen fue impresionante para mi, casi 4 chorros de leche bastante blanca y grumosa sobre mi pecho y abdomen fueron a caer y en el mismo desenfreno no termine de masturbarme cuando con mi mano tome lo que había caído sobre mi pecho y abdomen y lo lleve como poseído a mi boca y lo deguste como loco mientras que de mi pene terminaba de salir las ultimas gotas de mi corrida.

Al pasar la euforia del momento caí en cuenta en lo que había hecho y lo increíble que lo había pasado. Quería repetir, pero era tarde y estaba exhausto y al siguiente dia tenía clases así que fui y me duché para luego acostarme y dormir placenteramente!

A partir de ese momento dejo de importar que Diego estuviera con Camila, ya tenía mi propia nueva fuente de semen y era yo mismo…

Comenzó desde este punto la intrépida investigación de cómo darme más placer para disfrutar de los frutos de este, ¡Mi semen!

CONTINUARA….

Este primer relato sobre la historia de Alexander, el primero de una saga en la que les contare como este chico se volvió adicto al semen, sé que esta primera entrega no tiene tanta carga erótica, pero era necesario para que comprendieran el resto de la historia. Es la primera vez que escribo, así que sean condescendientes conmigo.

¡Les dejo mi correo para que me den sus opiniones directamente!

ragde23rivas@gmail.com

Saludos