Adela, una recompensa

Adela ha estado follando con Toño, ahora me toca a mi.

Introducción:

Es la continuacion del relato: Adela, una película porno

Estaba pasando unos días en la casa campo de un compañero de clase. Por causa del destino vi a su madre follando con el joven Toño, el cuidador de la casa de campo.

Adela, una recompensa.

Casi media hora después, Adela volvía a salir al jardín, se había cambiado, se había puesto un vestido azul que le llegaba justo por encima de la rodilla con un escote redondo. Era el momento de salir y decirle que lo había visto todo, pero llegaron Nico y su padre.

  • Nos vamos a cambiar – dijo Nico – para ir a comer al pueblo.

-         Y tu amigo Rod, ¿Donde esta? – pregunto Adela.

-         Se quedo estudiando.

En ese momento salí yo de la casa de invitados. Pude ver el asombro de Adela, se puso pálida, estaba seguro que si la hubieran pinchado no habría salido sangre.

-         Tu, tu, tu estabas ahí – dijo tragando con dificultad – no te he visto.

-         Sí. Yo si que la he visto... paseando – dije.

-         Bueno vamos a cambiarnos – dijo el padre de Nico.

-         Vale, nos damos un chapuzón y vamos – dijo Nico

Se desnudo quedándose en slip. Nico se tiro al agua, mientras que su padre desaparecía en la casa principal.

-         Tirate Rod – dijo Nico.

-         Mejor no – dije, y mire a Adela – voy a ducharme.

Entre en la casa de invitados. Mire hacia donde estaba Adela, ella me miro. Sonreí y ella se cogio a una barra como si necesitase un soporte para mantenerse de pie.

Me metí en el baño y me duche. Al salir de la ducha, Nico hablaba con su madre al verme salió de la piscina y corriendo se fue a la ducha.

Mientras Nico se duchaba. Salí fuera, Adela se me acerco.

-         Rod... tengo que hablar contigo. Tú has visto...

-         El que... como le chupabas la polla a un joven, como follabais en la habitación o como lo volvíais hacer en la piscina.

Por primera vez la había tuteado. Se quedo cortada. No era capaz de mirarme a los ojos. En ese momento me di cuenta de dos cosas, la primera que la tenia a mis pies, y la segunda que ella lo sabia.

-         No puedes decir...

Le iba a contestar pero en eso salió Nico, iba en pelota picada, al pasar por delante.

-         ¡Mama! Creí que te habías ido.

Eso hizo que Adela se fuera.

Volví a entrar y termine de arreglarme. Espere en el salón a Nico, salimos juntos y esperamos en la puerta de la casa principal. Poco después salieron los padres de Nico. Adela aun se le notaba nerviosa.

-         Adela, has visto por aquí a Toño – pregunto su marido.

Adela me miro, se puso más nerviosa.

-         No lo he visto.

-         Y tu Rod, lo has visto – dijo Nico.

-         ¿Quién es Toño? – pregunte.

Aunque no lo sabia me imaginaba que seria el joven que le daba fuerte y flojo a Adela. Esta pareció entenderlo, pues sonrió.

-         Ya te lo dije ayer el que cuida el jardín, la piscina...

Le faltaba por añadir que también era el que se beneficiaba a su madre.

-         Hoy no he visto a nadie - dije.

Acaba de demostrarle, a Adela cierta complicidad. Eso pareció tranquilizarla

-         Ha hecho un buen trabajo en nuestra ausencia,  pasaremos por su casa – dijo el padre de Nico.

Pensé y tan buen trabajo.

-         ¿Para que? – dijo Adela algo sobresaltada.

-         Para felicitarlo – dijo el padre de Nico – habrá que gratificarle.

Mire a Adela, y le sonreí. Ella se puso más nerviosa y se le cayeron las llaves. Se había follado a su mujer, además le iban a gratificar.

-         No creo que haga falta – dijo Adela.

Imagine que Adela pensaría lo mismo que yo, que ya estaba bien gratificado.

-         Así se le estimula, y que siga haciéndolo.

Solo hacia falta eso estimularle. Ya estábamos en camino, según había dicho Nico solo serian un par de kilómetros, hasta la entrada del pueblo.

-         Además, para que tu no tengas que ir al pueblo a por víveres, le diré a Toño que se pase cada día como hizo el año pasado.

-         Eso esta bien – dijo Nico – así no tendremos que ir nosotros.

Unos minutos después estábamos delante de una casa, Nico y su padre se acercaron, llamaron a la puerta, salió una señora mayor y junto a ella el joven, Toño, el follador.

Adela intento mirar hacia otro lado, dando la casualidad que fue en el que yo estaba. Me miro. Mi sonrisa le volvió a poner nerviosa.

-         Rod, este es Toño.

Me acerque y le di la mano saludándolo. Y volví junto a Adela, la vi mas serena, algo había cambiado en ella, había desaparecido su temor a ser delatada.

Fuimos a comer al restaurante, tal vez fuese imaginación mía, durante toda la comida Adela no solo me miraba, sus gestos tenían una carga sexual inusual, como al pedir el postre pidió un plátano, y tras pelarlo se lo metió en la boca lentamente chupándolo y dándole pequeños mordiscos. Estábamos para irnos.

-         Buenas tardes, Adela – dijo un hombre – a tu marido y a tu hijo lo he visto esta mañana.

Se dieron dos besos en las mejillas. Entonces entro una mujer, algo mayor que Adela, pero también se cuidaba muy bien y vestía muy elegantemente

-         Adela, buenas tardes, ya me ha dicho mi hija que te quedas una semana.

-         Si, Nicolás se va y vendrá el fin de semana siguiente, y aquí nos quedamos mi hijo, un compañero suyo y yo.

Ni el hombre ni la mujer me prestaron atención.

-         Nico, me ha dicho mi hija que esta mañana os ha dado una paliza.

-         No ha sido tanto, pero es que ella es muy buena.

Dejamos hablando a los padres de Nico con la pareja recién llegada, y Nico y yo salimos a la calle.

-         Son los padres de María José. No sé si te he hablado de ella.

-         Pues no.

-         Esta mañana hemos estado jugando al tenis, ella es muy buena.

-         No será que esta muy buena.

-         Eso también, en lo que va de año se le han desarrollado las tetas una barbaridad, el año pasado no las tenia tan grandes.

-         Y tu y ella.

-         Ya me gustaría, pero tiene novio.

-         Novio o marido eso te ha importado.

-         Como me conoces – dijo riendo.

Entonces salieron los padres de Nico.

-         Nos han invitado a una barbacoa esta noche – dijo el padre de Nico

-         Vamos a descansar y sobre las ocho con la fresca nos iremos, como esta cerca de casa iremos andando – dijo la madre de Nico.

-         ¿Dónde es? – pregunto Nico.

-         En casa de María José – dijo Adela con cierta intención.

-         Ahh – dijo Nico

Los padres de Nico iban delante a un buen ritmo, Nico y yo detrás cada vez mas lejos.

-         Chicos aligerar que no se diga – dijo el padre de Nico.

Era Nico el que hacia que fuéramos mas despacio.

-         Esta noche conocerás a Majo.

-         ¿Majo?

-         María José.

-         ¡La de las tetas grandes!

-         La barbacoa es en su casa. Y ya me dirás que te parece.

Ya llegábamos a la casa. Nico y yo nos fuimos a la casa de invitados, y sus padres a la casa principal.

Yo me metí en mi habitación, pensando en la madre de Nico, estaba tan excitado que estuve a punto de meterme la mano bajo el pantalón. En eso llego Nico.

-         Estas dormido.

-         Si te digo que si me dejaras tranquilo.

-         Por supuesto, pero como no lo estas...

-         ¿Qué quieres?

-         Hablar.

-         De que o de quien.

-         De Majo.

-         Si quieres que vaya esta noche a la barbacoa me tienes que dejar dormir.

-         Vale, luego hablamos.

Nico se marcho, quedo todo en silencio. Me quede dormido, tan dormido que no me entere cuando Nico me llamo. Tubo que entrar y zarandearme.

-         ¿Qué pasa?

-         Que son las ocho.

-         Vale me ducho, y me cambio.

-         Te esperamos fuera.

Intente ir lo más rápido posible, salí y vi a Adela, llevaba un vestido negro largo pero ajustado a su cintura y a su cadera, marcando el trasero, de la cintura salían dos bandas que se ensanchaban sobre sus pechos, para terminar anudados en su nuca.

Lo que me sorprendió es que no tuviera marcas de la ropa interior, por la forma del vestido estaba claro que no llevaba sujetador, pero tampoco bragas.

Fue un subidón de excitación reflejado en mi polla que se había puesto a mil.

Fuimos andando, Adela con cierta dificultad, por los tacones que llevaba. No tardamos en llegar, no estaba a mas de medio kilómetro. Era una casa tan grande como la de los padres de Nico. Allí estaban en la entrada de la vivienda el matrimonio que nos encontramos en el restaurante.

-         Buenas noches, Nicolás y Adela – dijo el hombre.

-         Buenas noches – dijeron los padres de Nico.

-         Pasar al jardín allí esta mi cuñado con la barbacoa.

Justo detrás del matrimonio había una joven.

-         Rod esta es Majo.

Tenia que reconocer que estaba muy buena, y además tenia unas tetas impresionantes, mucho más grandes que las de Adela.

-         Mucho gusto en conocerte – dije extendiendo la mano.

-         Nico me ha hablado de ti – y me dio dos besos en las mejillas.

Mire a Adela, aquella amistosidad de Majo, pareció no gustarle mucho. Majo y Nico se alejaron, el padre de Nico se quedo con los anfitriones, mientras que Adela y yo continuamos.

-         Te gusta mi vestido – me dijo en voz baja.

-         Es muy... – replique.

-         Dilo atrevido, además no llevo ropa interior – aun bajo más la voz.

-         Ya me di cuenta – dije también en voz baja.

Ella sonrió. Me había confirmado lo que yo ya imaginaba. Llegamos al patio, Adela se quedo hablando con una mujer.

Yo seguí a distancia a Nico, que al darse cuenta me espero. Realmente era una fiesta de gente mayor, había pocos jóvenes, fue Nico el que me presento a los pocos jóvenes que había incluido a un tal Juanma, el novio de Majo.

Tanto los padres de Nico como este se movían entre los invitados sin problemas, pero yo era como el convidado de piedra, que esta pero nadie se da cuenta. Entonces se me acerco Majo.

-         Te diviertes.

-         Sí, mucho.

Mire a Adela, y no nos quitaba ojo.

-         No mientas, me ha dicho esta mañana Nico que habías venido para estudiar.

-         Si, también creí que el venia para lo mismo.

-         Bueno, Nico es...

No pudo terminar la frase, pues Nico se nos acerco.

-         Probar la carne, esta buenísima – dijo arrastrándonos a Majo y a mí.

Justo delante de la barbacoa, el hombre que estaba, aun sin ser de los jóvenes era bastante joven.

-         Tío, danos un buen trozo a cada uno – dijo Majo.

-         Como desees...

-         Es mi tío el hermano de mi madre, si no fuera por él...

-         Ven te enseñare esto.

Estuvimos dando una vuelta, ella habla yo escuchaba. Tras la casa en la semi-oscuridad, nos paramos. Majo me cogio del cuello y me beso.

-         Perdona, desde que te he visto quería hacerlo.

-         ¿Y tu novio?

Como si lo hubiera llamado se presento su novio. Unos minutos antes y nos habría pillado.

-         Que hacéis aquí.

-         Le estaba enseñando esto a Rod.

-         Debes estar con todos los invitados, no con uno solo.

Vi marcharse a Majo y a Juanma. Fui tras ellos. Pensé que habría pasado de no aparecer el novio. Al volver a la fiesta se me acerco Adela.

-         Una conquista fallida.

-         Solo estábamos paseando.

Sonrió, fue una sonrisa muy falsa. Tampoco pude seguir hablando con Adela pues esta vez fue Nico el que volvió.

-         Mama, no distraigas a Rod.

Nico no tardo mucho en volver  a marcharse. Me quede en una esquina, veía las evoluciones de Majo, que de vez en cuando me miraba y sonreía.

Como convidado de piedra, escuchaba a la gente hablar sin darse cuenta que estaba. Escuche como una pareja pasaba por mi lado, hablando de alguien a la que llamaban Beatriz, decían de ella de todo, menos bonita. Poco después, pasaron por delante dos jóvenes de unos 20 años.

-         Tu crees que es cierto, que Majo en la universidad se ha liado con uno de los profesores.

-         No lo sé, no me extrañaría. La hermana de un amigo mío que la conoce de la universidad, me dijo que por su boca han pasado muchas pollas.

-         Pobre Juanma, se la están pegando delante de él y ni se da cuenta.

-         Tienes que reconocer que esta muy buena.

-         Es una calienta pollas.

Se marcharon hablando, no sabia si lo que habían dicho de Majo era cierto, pero después de lo visto cualquier cosa podía ser cierta.

Después de mas de dos horas, bebiendo y comiendo empezaba a estar cansado. Me acerque a Nico.

-         La fiesta esta muy bien pero yo estoy cansado.

-         Vale, se lo diré a mis padres.

Nico fue en busca de sus padres. Unos minutos después aparecía el padre de Nico.

-         Tienes razón debemos irnos. Yo mañana me quiero ir pronto. Pero vosotros os podéis quedar.

-         Yo también prefiero irme, estoy algo cansado –dije.

Acompañe al padre de Nico, recogió a Adela y a Nico. Y nos fuimos. Por el camino, unos pasos mas atrás iban los padres de Nico. Cada vez nuestra distancia era mayor.

-         Te voy a contar un secreto, estoy intentando ligarme a Majo.

-         Precisamente no eres muy discreto. Hasta un ciego se daría cuenta. ¿Y el novio?

-         El novio es un idiota, muy celoso, pero... no ve mas allá de sus narices.

De eso estaba seguro, que el pobre Juanma no se enteraba de nada.

-         Estas navidades casi lo consigo.

Después de lo que había escuchado me extrañaba que no hubiera conseguido.

-         Estuve a punto... nos besamos.

Yo también me había besado con Majo, me pregunte que habría pasado entre Majo y yo si Juanma no nos hubiera cortado

-         Pero, flipa he quedado mañana con Majo en su casa, sus padres se van  y no llegaran hasta lo noche.

-         Lo que significa que no estudiaras.

-         Lo hare el lunes, mañana la pasare con Majo.

Simplemente sonreí, al llegar a casa nos estaban esperando sus padres.

-         Creí que la juventud tenia mas... – dijo el padre de Nico.

-         Deja papa, que esta mañana en el tenis, casi te mueres, de lo cansado que estabas.

-         Ahora veras – dijo el padre de Nico.

Hizo intención de cogerlo. Pero Nico salió corriendo.

-         Buenas noches – dije.

-         Buenas noches - contestaron los padres de Nico

Me dirigí a la casa de invitados, Nico me esperaba.

-         No se si podré dormir, mañana estaré con Majo solo en su casa.

-         Tranquilízate no té de un infarto. Por lo del corazón – dije riéndome.

-         No tiene ninguna gracia – dijo.

El se fue a su habitación, yo me quede en el salón a oscuras mirando la piscina.

Apareció Adela, llevaba un camisón largo, pero se trasparentaba con las luces de fondo, no llevaba nada debajo. Adela miro hacia donde yo estaba, sabia que no me podía ver. Se quedo un rato como pensando o decidiendo, pero por fin se marcho.

Yo me fui a dormir. Me desperté al sentir unos ruidos, mire y era Nico jugando con unas raquetas de madera. Salí al jardín.

-         Nico que hora es.

-         No es tarde, mi padre ya tiene sus cosas en el coche, yo me voy a ir con Majo.

-         Ahh.

-         Mama, si no vengo a comer es que me he quedado con Majo – dijo Nico.

Mire para la casa, no vi a Adela.

-         Recuerda, como tu té quedas tienes que entretener a mi madre. Que no se le ocurra ir a casa de Majo.

Salió el padre de Nico.

-         Nico, me voy, no querías que te llevase a casa de Majo. ¿Rod no vas tu con él?

-         No yo me quedo estudiando.

-         Bien, pero tienes que tomarte la vida mas relajado.

Me senté en la mesa que había en el jardín y desayune despacio. Nico y su padre se marcharon. Espere a que en algún momento apareciera Adela, pero no fue así. Termine y me fui a dentro, pensé si acercarme a la casa para hablar con Adela, estaba sola, tal vez esperando a que llegara Toño.

Entonces la vi salir de la casa, iba como el día anterior con el albornoz y una toalla, dejo esta en la hamaca, entonces vino hacia la casa de invitados, por un momento pensé en esconderme, pero en esta ocasión ella sabia que yo estaba.

Llego hasta la puerta, y la abrió.

-         Hoy no te escondes.

-         Para que no hay nada que ver.

-         Seguro.

Se quito el albornoz, pero a diferencia del día anterior no llevaba el bikini debajo, realmente no llevaba nada. Se acerco a mí.

-         Te gusta lo que ves, o prefieres verlo desde lejos.

No sabia que contestar, la tenia muy cerca de mí, desnuda. Metió su mano por debajo de mi bañador, me cogió la polla.

-         No esta mal, la tienes grande y dura.

Me beso en los labios. Fue un roce, una caricia.

-         Acompáñame.

Tiro de mí llevándome a mi habitación. Se sentó en el filo de la cama. Me bajo el bañador.  Me cogió la polla, me la acaricio, y empezó a darme pequeños lametazos en la punta de la polla.

-         ¿Es tu primera vez?

No dije nada, solo actué, la cogí de la cabeza, quería demostrarle que no era mi primera vez, metí mi polla en su boca, primero un poco, sentía como su lengua me la acariciaba. Después un poco mas, sus ojos se abrieron, de dieron arcadas. La saque lo suficiente para que dejara de dar arcadas, ella me miro complacida, entonces la volvía meter nuevas arcadas, ella se quiso echar hacia atrás pero yo se lo impedí, nuevamente la volví a sacar, repetí la operación varias veces, hasta que dejo de dar arcadas. Ya con toda mi polla dentro de su boca la saque.

-         Veo que no es la primera vez, ni la segunda... – dijo con algo de dificultad – casi me asfixio.

-         Casi...

Con un pequeño empujo hice que se tumbara en la cama, acaricie sus pechos, pellizque sus pezones, ella se agarro a los bordes de la cama, se mordió el labio inferior.

Le chupe las tetas y mordisqueaba sus pezones, mi polla siempre rozando su cuerpo.

-         ¿Por qué has venido?

-         Ayer cuando supe que nos habías visto, me puse muy nerviosa.

-         Lo note.

-         No era para menos. Pero a medida que pasaba el tiempo y tu no decías nada me tranquilice.

Baje mi mano a su entrepierna, acaricie su vello púbico, mis dedos se introdujeron en su coño, primero acariciando el clítoris, y después metiéndolos en su vagina.

-         Dios, me estas poniendo...., métemela – dijo jadeante.

Por supuesto que mi intención era metérsela, pero más adelante. Le sonreí, acerque mi polla a su muslo, cerca del coño, para que sintiera lo gorda que estaba.

Pronto sus jadeos se hicieron más rápidos, con gemidos de placer.

-         Estoy a punto de llegar, métela – dijo entrecortadamente.

Cerro las piernas para que no siguiera, pero aun así, mis dedos se movían lo suficiente para seguir excitándola hasta el punto que alcanzo su primer orgasmo, relajo su cuerpo.

Entonces me coloque encima de ella, hice que abriera las piernas, y muy lentamente mi polla entro en su lubricada vagina por primera vez, cada vez mas adentro. Ella se tapaba la cara con la almohada, ahogando los gritos de placer. Hice que pusiera sus pierna en mis hombros haciendo una penetración mas profunda. Y sus piernas haciendo de mulle para que mi polla entrara y saliera. Pronto, empezó a decir con dificultad que estaba a punto de llegar nuevamente, hasta que llego su segundo orgasmo, dejando que su cuerpo se relajara, y no ofreciera resistencia. Mientras yo seguía penetrándola.

-         No has llegado...

Era cierto no me había corrido, me había estado reservando.

-         Espera - dijo.

Hizo que me tumbara a su lado. Me lamió los pezones, daba pequeños chupetazos, mientras que su mano cogía mi polla. Tras unas caricias a mi polla, comenzó darle como si fuera una zambomba, primero despacio, para ir acelerando. Le cogí la mano, con la que me agarraba la polla, para indicarle el ritmo. Aunque no tarde en soltarla porque estaba llegando.

-         Estoy a punto de correrme – le dije.

Ella siguió hasta que comencé a echar leche, su mano se mancho. Acerco su boca a mi polla, me miro.

-         Adelante como si fuera tuya.

Sonrió. Mientras aun movía mi polla, comenzó a chupar y lamer el semen de su mano y el que estaba en mi polla. Dejándola limpia. Se recostó a mi lado.

-         Te puedo hacer una pregunta intima - dije.

-         Dispara... contigo creo que no puedo tener secretos

-         A parte de Toño, tienes o has tenido algún amante más.

Sonrió.

-         Te creerás lo que te diga.

-         Si porque me ibas a mentir.

-         Tienes razón. Hasta ahora solo Toño, mi marido y tu.

-         Y porque con Toño o conmigo.

Pareció pensárselo.

-         Me case muy joven, Nicolás fue el primero. Y poco después nació Nico. Durante muchos años solo fue Nicolás. Pero el verano pasado, mi marido y mi hijo se fueron un mes fuera.

Recordé que Nico me explico que había estado de vacaciones solo con su padre, recorriendo Italia. También recordé que me contó que había tenido un par de relaciones con italianas.

-         Me sentía muy sola, y un día en la piscina se me acerco Toño, no se como fue pero de pronto me vi en la cama follando con él. Desde ese día he pensado muchas veces en tener algún otro amante.

-         Y conmigo.

-         Al principio pensé que seria como una recompensa por tu silencio.

-         Y ahora.

-         Ahora pienso que es una recompensa para mí.

En eso que escuchamos voces.

-         Quien puede ser – dije – Nico.

-         No lo creo, debe ser Toño que trae la los víveres para hacer la comida.

-         Salgo y le digo que no estas.

-         No, será mejor que venga conmigo.

-         No has tenido suficiente.

-         Nunca es suficiente – dijo Adela.

Se levanto, salió al salón, cogio el albornoz y se lo puso. Y salió.

-         Toño, estoy aquí. Vamos a la casa.

-         No quieres hacerlo en la piscina.

Vi como se alejaban hacia la casa. Me fui a la ducha y me duche. Salí al salón y me puse a estudiar. Aunque no podía concentrarme, pensando en que Toño y Adela estarían follando.