Adela, celos y fantasías por realizar

Adela sabe que su secreto de infidelidad esta seguro. Ahora quiere más. Tercera entrega de Adela, las dos primeras fueron: Adela, una película porno; Adela, una recompensa.

Había pasado casi una hora, pensé en acercarme a la casa y espiar. Pero en eso que apareció Nico.

-          ¿Que haces?

-          Estudiando.

-          Y mi madre.

-          En la casa, llego Toño con las existencias.

-          Comprendo.

Aquella respuesta me dejo algo perplejo, corta pero posiblemente muy elocuente. Sabría Nico la relación entre su madre y Toño.

-          Y tu y Majo...

-          Bien.

-          Solo bien.

-          Creo que me estoy volviendo loco.

-          ¿Por qué?

-          Estábamos en su piscina, la observaba, se puso en top-less.

Recordé el día anterior que su madre también se puso en top-less.

-          Imagina yo mas caliente que el palo un churrero. Y me pide que le de crema.

-          Por delante o por detrás.

-          Al principio por detrás, pero después de un rato, se giro y  me pidió que se la diera por delante. Le di en la barriga, no quería pasarme; pero fue ella la que me pido que le diera también en las tetas.

Quede expectante.

-          Y se la di, le manosee las tetas. Entonces ella se desato los lacitos del bañador, no tiene ningún pelo en el coño. Me cogio la mano, la llevo a su entrepierna, para que le acariciara, y metiera los dedos en su coño. Ya me ves a mí con la polla toda tiesa, marcando paquete en el bañador.

-          ¡Y!

-          Nada que me desperté.

Reí a carcajadas.

-          Te pasa por agonías - dije.

-          Lo que es una calienta pollas. Pero se va a enterar, la he invitado a comer, y en la siesta....

-          Nada, te volverás a despertar – dije riendo.

-          Ríete, ¿No te ha pasado nunca a ti?

Nuevamente me reí a carcajadas.

-          Bueno voy a ver a mi madre, para decirle que somos dos más.

-          Espera te acompaño.

Sentí una cierta morbosidad. Que pasaría si Nico pillaba en la cama a su madre con Toño.

Me termine de vestir poniéndome una camiseta. Y acompañe a Nico.

-          Mama...

No hubo respuesta, me imagine a Toño dándole lo suyo a Adela.

-          Mama...

-          Siiii – escuchamos – estoy en la cocina.

Nos dirigimos allí. Estaba sola. Pero nuevamente se me puso la polla tiesa al verla. Pues solo llevaba el bañador y un delantal que le cubría los pechos, pero al ponerse de lado se les veía las tetas.

-          Te echamos una mano.

Pensé yo ya se la había echado y Toño también.

-          Bueno como queráis, vamos a comer en el jardín.

-          Se me olvidaba, Majo viene a comer.

-          Bien. entonces ve preparando la mesa del jardín. Y tu Rod quédate aquí y me ayudas.

Nico salió al salón, abrió varias cajones y salió al jardín, desde la ventana lo veíamos moverse. Me acerque a Adela por detrás, pegando mi paquete a su trasero.

-          ¿Qué tal Toño?

-          No te lo imaginas.

Su mano se deslizo debajo del bañador, tocándome la polla.

-          ¡Te lo imaginas! – dijo irónicamente.

Vimos por la ventana como se acercaba Nico. Adela saco la mano rápidamente. Nico toco en la ventana.

-          Abre la ventana, y lo que te pida se lo das.

Abri la ventana, Nico fue pidiéndome cosas y se las llevaba.

Cuando estuvo todo listo volvió entrar en la cocina.

-          Ya esta.

-          Pues ahora os ponéis guapos, y a esperar a tu invitada.

Nos fuimos a la casa de invitados.

-          Esta tarde espero que sea ...

-          No te preocupes yo estaré estudiando.

-          Eso, no quiero que estés aquí.

-          Lo mismo te puedo ayudar – dije soltando una carcajada.

-          Que gracioso, no quiero que estés ni de mirón.

-          Vale, yo desaparezco. Y tu madre.

-          Claro, mi madre.

Sonreí.

-          Vaya es una putada.

-          Tengo una idea, tú podrías entretenerla.

Ahora era el propio Nico el que me ofrecía a su madre.

-          Entretenerla ¿cómo?

-          Usa tu encanto.

-          Mi encanto...

Nos cambiamos y salimos al jardín. Poco después salió Adela, con una bandeja, iba vestida con un blusón blanco largo, debajo el bikini.

-          Cuando venga sacaremos la comida. De mientras tomaremos un refrigerio.

Adela se puso a repasar una revista, y mientras que nosotros hablábamos de deportes.

Unos minutos después llego Majo.

-          Buenas tardes señora Hernández, Nico, Rod.

-          Buenas tardes Majo, Adela como quieres que te lo diga.

Adela se fue al interior y Majo la siguió.

-          Recuerda, después de comer... – dijo Nico apoyando sus palabras con gestos

Salieron Adela y Majo.

-          La comida... – dijo Adela.

Mientras comíamos hablaban de cosas del pueblo y de la fiesta de la noche anterior.

-          Que queréis de postre – dijo Adela.

Yo la mire y me relamí. Ella entendió el gesto y sonrió.

-          Un helado – dijo Majo.

-          Si un helado – dijo Nico – para Rod también.

Mejor me refrescaba pues me estaba poniendo... no solo por Adela, también Majo tenía parte de culpa, llevaba puesta una camiseta muy ajustada, que potenciaba la visión de sus pechos.

Nuevamente Adela se fue. Volvió con 4 helados.

-          Que vais hacer – pregunto Adela.

-          No se, supongo que tomaremos el sol – dijo Majo.

Sus palabras fueron acompañadas quitándose la camiseta, y el pantalón quedándose en bikini. Compare el cuerpo de Majo con el de Adela, Majo estaba mas rellenita y por supuesto tenia unas tetas mas grandes.

-          Yo me iré a dormir la siesta, procurar no hacer mucho ruido.

-          Y tu Rod no me has dicho que ibas a dar una vuelta para ver los alrededores – dijo Nico.

-          Quédate, nos daremos un bañito... – dijo Majo.

Apoyo sus palabras con un movimiento lateral de cuerpo, haciendo que sus tetas se batieran a derecha e izquierda.

Me dejo fuera de juego, sin saber que decir.

Nico me miro.

-          Me llevare un libro y en cualquier sombra me lo leeré.

Recogimos, mientras Majo y Nico se tumbaban en las hamacas, Adela se fue a su habitación. Yo cogí un libro y me fui a dar una vuelta, pero a los pocos metros, deshice el camino, para entrar en la casa, por la puerta principal. Subí al segundo piso, mire en un par de habitaciones y a la tercera vi a Adela estaba tumbada en la cama con solo la parte inferior del bikini.

-          Cucu – dije a modo de presentación.

Adela se sobresalto.

-          Que haces aquí, mi hijo...

-          No te preocupes de tu hijo, esta con Majo, quiere follársela.

-          Y tu no, es joven y esta...

Pensé puede que llegue...

-          Para follarla... como tu.

-          Nico puede venir.

-          No lo creo. Si le sale bien, pronto estará dentro de la casa de invitados...

-          Y si le sale mal.

-          Se tirara toda la tarde empalmado.

Me acerque a la cama, me senté en el borde, y le quite el bañador. Comencé a acariciar su cuerpo, mientras que una mano acariciaba sus tetas, la otra se desplazaba hasta su coño, acaricie su clítoris, sus primeros gemidos salieron de su boca,

-          Cuando esta mañana lo estaba haciendo con Toño, no pude dejar de pensar en ti.

-          Bueno o malo – dije metiendo mis dedos en su vagina.

Adela echo la cabeza hacia tras, cerrando los ojos, mordiéndose el labio inferior para no hacer ruido.

-          Os comparaba, a Toño, a ti.

-          Y que conclusión sacaste.

-          Toño es todo fuerza, rapidez, pensando en correrse. Tu por el contrario te tomas tu tiempo, buscas... mi satisfacción.

En ese momento, mis dedos estrujaron su clítoris, soltó un pequeño grito.

-          Toño hace rato estaría encima mío.

-          Que me dices de Nicolás.

-          Cual.

-          Tu marido.

-          Cuando digo cual me refiero al de antes o al de ahora.

-          No es lo mismo.

-          Nooooo – dijo apretando las piernas – estoy a punto de llegar.

Acelere mis caricias sobre su clítoris, más rápido, aunque con más dificultad pues al tener las piernas cerradas me dificultaba el movimiento.

Entonces se le escapo un gemido, y su cuerpo se relajo.

-          He llegado...

-          Me contabas lo de tu marido – dije poniéndome sobre ella.

Cogí mi polla con la mano, la acerque a su coño, con ella acaricie su clítoris y la puse en la entrada de su vagina.

-          Antes era como Toño, ahora nada de nada.

-          Nada.

Empecé a meterle la polla, lentamente dejándome caer sobre ella.

-          En los últimos seis años se puede contar con los dedos de las manos.

Con la polla dentro comencé a empujar, acelerando el ritmo. Hice que pusiera las piernas sobre mis hombros, haciendo que la penetración fuese mas profunda.

Unos minutos después, estaba a punto de correrme.

-          Voy a llegar -  dije.

-          No pares yo también estoy ...

Fue casi al unísono, correrme, sentir como mi leche entraba en su interior y alcanzar el orgasmo. Me deje caer sobre ella.

Unos minutos después mi polla se deshinchaba, me colocaba a su lado.

-          Ha sido entretenido.

-          ¿Entretenido? – pregunto sorprendida Adela.

-          Si tu hijo me ha dicho que te entretuviese.

-          Ha sido más que entretenido... Creo que me estoy convirtiendo en una adicta al sexo.

-          ¿Por qué?

-          Acabamos de hacerlo y estoy pensando en volver hacerlo – dijo.

Me estaba acariciando la polla y nuevamente se me ponía tiesa.

-          Me pongo arriba.

-          Como quieras.

Se puso encima de mí rozando su coño contra mi polla.

-          Desde aquí veo a Nico en la piscina.

-          ¿El te puede ver?

Se introdujo mi polla en la vagina.

-          No los cristales son traslucidos – dijo con dificultad al sentirse empalada - como los de la casa de invitados.

-          Estas segura.

-          No...

Su reacción fue agacharse, dejarse caer sobre mí, por si la podía ver. La cogí del trasero, apretujándola contra mí para que mi polla no se saliese. Y di pequeños empujones, a los que ella contestaba con gemidos.

Se volvió a incorporar. Sin dejar de moverse, yo la cogí por la cintura para que se moviera sin que se saliera la polla.

-          No nos puede ver el sigue pelando la pava con Majo.

No tardo mucho en sentir que alcanzaba un nuevo orgasmo, se dejo caer nuevamente sobre mí, para que yo siguiera con pequeños empujones con mi pelvis. Unos minutos después se relajaba, pero yo seguí hasta sentir que me corría.

Se quedo un buen rato encima mío, para después colocarse a mi lado.

-          Te puedo hacer una pregunta sobre Nico.

-          Adelante.

-          Tanto Nico como tu tenéis ya los 18 años, ya he comprobado que tu en la cama... ¿Lo ha hecho con Majo?

-          No lo ha hecho con Majo aunque le pone empeño.

-          Tú lo harías mejor.

-          No lo se, tal vez si.

Nuevamente me vino a la mente la fiesta.

-          Sabes si Nico lo ha hecho con alguna mujer... mayor.

-          Te refieres como tu...

  • Si, supongo. Nico es los del “Parchís” se come una y se cuenta 20.

-          ¿Y tu no? – Se giro mirándome.

-          A veces, pero yo suelo ser más discreto. Para prueba un botón – dije pellizcándole un pezón.

-          Si, a saber que les cuentas a tus amigos.

-          Suelo contar muchas cosas, pero como te he dicho soy bastante discreto.

-          Que les contaras que te has follado a la madre de un amigo que tiene 36...

-          Lo de la madre de un amigo sobra, pero que una madura de 36 años me la he follado eso se ha de contar.

-          Y que dirás.

-          Poca cosa, que cada vez que le pegaba un pollazo gritaba, casi se desmayaba.

-          Y no estarías lejos de la realidad.

Se levanto la cama, la observe desnuda. Estaba claro que haber follado con una mujer como Adela tenia que ser contado.

-          No te levantas, deberíamos ir a la piscina.

-          ¿Los dos juntos? Que pensara Nico.

-          No te dijo que me entretuvieras... Pues eso que me has entretenido.

-          Sera mejor que digas que no me has visto, luego apareceré yo.

Se puso el bikini, y salió de la habitación. Yo espere un buen rato, incluso la vi meterse en la piscina, salió y se puso en otra tumbona al lado de Nico.

Me vestí, y me dirigí al exterior, para volver a entrar esta vez directamente en el jardín.

-          ¿Dónde has estado? – dijo Nico – le he preguntado a mi madre si te había visto.

-          Yo no la he visto, me fui andando y me tumbe junto a un árbol a leer.

Se acerco Nico.

-          Tenias que haber entretenido a mi madre.

-          Pero si no la he visto, que querías que fuese a su habitación.

-          Si era necesario.

-          Y si la pillo desnuda...

-          Tienes razón.

-          Entonces tu madre se ha presentado...

-          Si, pero no ha estropeado nada, al contrario me ha sacado de una situación bochornosa. Estuve a punto de declararme a Majo.

-          Tú estas loco.

-          Lo cierto es que me gusta.

-          Dejar de cuchichear como las viejas – dijo Majo – vamos al agua.

Dio ejemplo tirándose al agua. Cuando salió del agua la parte superior del bikini casi se trasparentaba, y sus pezones se le marcaban.

Nico se tiro también.

-          Voy a cambiarme.

Entre en la casa de invitados, en mi habitación y me desnude.

-          Perdón, me he confundido.

Era Majo, se había colado en mi habitación, aunque intente taparme estaba seguro que me había visto.

-          Iba al lavabo.

-          Esta al fondo.

-          Lo se, he venido muchas veces.

Eso me demostraba que lo había hecho a propósito.

-          Me tengo que poner el bañador.

-          Quien te impide.

Tenia razón, me gire me mostré desnudo ante ella, y me puse el bañador. Ella en ningún momento aparto la vista, se marcho sonriendo.

Salí a la piscina, y me tire de cabeza salpicando.

-          Ya estoy aquí – dijo, tirándose ala agua.

Majo buceo hasta salir justo delante de mí rozándome con sus pechos.

-          Dejarme sitio – dijo Adela, tirándose.

Para caer justo ente Majo y yo, cuando salió al igual que Majo sus pezones se marcaban, pero tetas no podían compararse con los de Majo que eran mucho más grandes. Yo me encontraba entre dos mujeres espectaculares, solo podía hacer una cosa, zambullirme en el agua, buceando y salir de la piscina.

Me tumbe en una hamaca, buscando descansar del acoso de las dos mujeres. Estaba seguro que Adela se dio cuenta de la maniobra de Majo. Lo que no estaba tan seguro si Majo era consciente de la actitud de Adela. Y Nico ni se enteraba.

Poco después salió de la piscina Adela, y volvió a tumbarse en la hamaca. Dentro se quedaban Nico y Majo. Y Nico no desaprovechaba la oportunidad para meterle mano a Majo. Unos minutos después salía Majo de la piscina.

-          Majo, te vas a quedar a cenar – dijo Adela.

-          No, en cuanto me seque me iré a casa.

-          Yo te acompañare – dijo Nico.

-          Vale.

Media hora después.

-          Buenas noches señora… Adela, nos vemos…

-          Buenas noches, Majo – dijo Adela, marchándose hacia la cocina.

-          Buenas noches Rod – dijo Majo, con voz suave.

-          Buenas noches… Nico no tardes me gustaría cenar pronto.

Se marcharon, Nico agarro por el trasero a Majo, y esta no protesto. Yo me dirigí a la cocina, allí estaba Adela, aun en bikini.

-          Mi hijo es tonto, si se la quiere follar. Menos palabrería.

Me puse detrás de Adela, la abrace cogiendo con mis manos sus tetas, y apoyando mi polla en su trasero.

-          Que dura la tienes. Es el efecto Majo.

-          ¿Celos?

-          De esa niñata.

-          Niñata; pero con dos buenas tetas.

-          Eso no te lo voy a negar. Te gustaría follártela.

Pensé en la fiesta y cuando entro en mi habitación.

-          No lo se, tal vez. ¿Te importaría?

-          A mi, no.

Lo dijo de aquella manera, sus actos y sus palabras no coincidían. Apreté mas mi paquete contra su trasero, y le baje la parte superior del bikini para apretarle los pezones, ella gimió.

-          Sera mejor que lo dejemos Nico puede llegar en cualquier momento.

Era una forma de cortar, para no meternos en tierras movedizas.

-          Voy a cambiarme – dijo, marchándose.

Yo me dirigí a la casa de invitados. Para cambiarme.

Cuando salí llegaba Nico.

-          La tengo en el bote.

-          Porque lo dices.

-          No viste al marcharnos, le cogí el culo y no dijo nada.

Podía ser, pero a mi me pareció mas una especie de aviso hacia mi persona. Después de lo que escuche en la fiesta y su comportamiento, Majo quería lo que quería.

-          Yo ya me he cambiado.

-          Y mi madre.

-          No la he visto desde que se fue a la cocina.

-          Vale, voy a cambiarme, dile que ya estoy aquí.

Me dirigí a la cocina, me cruce con Adela.

-          Ya ha llegado Nico.

-          Lo he visto desde la ventana.

Comprobé que Adela estaba algo distante, estaba seguro que mis comentarios sobre Majo le habían afectado. Durante el resto de la noche no me dirigió la palabra; su carácter había cambiado. Cuando nos fuimos a dormir.

-          Te has fijado, mi madre esta muy rara – dijo Nico.

-          Rara, ¿Por qué?

-          No se. Hoy la he visto contenta, más que nunca, además se ha tirado a la piscina de golpe. Se comportaba como una joven.

No iba a estar contenta había follado mas que nunca.

-          Y esta noche ha vuelto a ser como antes.

No dije nada, pero eso me confirmaba que la visita de Majo y su interés por mi le había afectado.

-          Bueno, serán cosas mías. Buenas noches.

-          Buenas noches – le dije.

Estaba en mi habitación, pensaba precisamente en Adela, y en los comentarios de Nico. No podía dormir, así que decidí salir al jardín a pasear, vi la luz de su habitación encendida. No lo pensé me dirigí a la casa principal, sin hacer ruido subí al segundo piso, y me dirigí a su habitación. La puerta estaba entre abierta, entre dentro. Adela no se sorprendió al verme.

-          Que haces aquí.

Llevaba un blusón corto casi trasparente, y debajo solo las bragas.

-          No podía dormir.

-          Remordimientos de conciencia.

Me hacer que a ella, estaba junto a la cama, me quite la camiseta y el pantalón del pijama quedándome desnudo. Ofreciéndole mi polla. Ella la miro he hizo como que no le interesaba. Me acerque más aun hasta poner mi polla a su alcance.

Su deseo pudo mas, me cogio la polla, me la acaricio.

-          Nico puede vernos - dijo.

-          Lo deje totalmente roque – dije.

-          Nos puede sorprender.

-          ¿Desde la ventana ves la piscina?

Era una pregunta retorica, porque aquella misma tarde me lo había dicho.

-          Claro, la ventana no es tan alta.

-          Y desde la piscina se ve la ventana pero no lo que hay dentro.

-          Pues claro...

Me levante y me dirigí a la ventana, mire con sumo cuidado, eran como los de la casa de invitados tintados, no se podía ver lo que había dentro si dentro había oscuridad.

-          Cierra la puerta y apaga la luz - le dije a Adela.

Esta se apresuro ha hacerlo.

-          Mira – le dije.

Adela se acerco a la ventana y miro, su temor era que la vieran desde fuera.

-          No te pueden ver.

Me puse detrás de ella, metí las manos por debajo del blusón haciendo que se lo quitara, le agarre las tetas, y puse mi polla en su trasero. Ella jadeo, se notaba que estaba muy excitada. Tire se sus bragas hacia abajo, quedando tan desnuda como yo.

-          No dejes de mirar la ventana.

Hice que se apoyara en la ventana.

-          Abre las piernas.

-          Que piensas hacer, por el culo no.

-          No lo había pensado... pero no te la voy a meter por el culo.

Se abrió de piernas, y le empuje la espalda para que para facilitar que mi polla entrara en su vagina por detrás. Cuando mi polla entro soltó un gemido.

-          Nunca me la habían metido así.

-          Ni Toño.

-          No, nadie.

Una vez dentro, di pequeños empujones hacia arriba, haciendo que levantara un poco los pies.

-          Sigue no pares.

Tan excitada estaba que no se dio cuenta que uno de mis dedos acariciaba su ano, hasta que el dedo estaba dentro.

-          ¿qué estas haciendo te he dicho...?

-          No te preocupes es solo una prospección anal.

-          Para que – dijo entre jadeos

Ella seguía mirando por la ventana, por si Nico salía.

-          Para tomar medidas. En un futuro tal vez quieras...

No dijo nada de que parara, me dejo que explorase con mis dedos su ano que lentamente se fue dilatando. Hasta el punto que me permitía meter dos dedos sin dificultad.

-          He comenzado a tener fantasías eróticas – dijo jadeando cada vez mas alto.

-          ¿Como cuales?

-          Estar follando mientras me observan.

-          Pero eso ya lo hiciste ayer, yo observaba mientras follabas con Toño.

-          Pero yo no sabia que tú estabas observando...

-          Cual más.

-          Verte follando a Majo. Si tuvieras oportunidad te la follarías – dijo jadeando.

-          Si se me pone a tiro puede.

Estaba seguro que si se ponía a tiro me la follaría.

-          Estoy a punto de llegar. Te gustaría follártela – dijo dejándose llevar, pues acaba de alcanzar un nuevo orgasmo.

No se cayó al suelo porque yo la tenía cogida por la cintura. Unos empujones mas y termine corriéndome.

Se giro y me abrazo.

-          No me has contestado. Te la follarías, comprendo que ella es joven y delo que no hay duda es que tiene dos grandes tetas, es de familia su madre también las tiene.

Recordé a la madre de Majo, tendría unos años más que Adela, y si tenía un par de tetas impresionantes y ella lo sabía y sabía sacarle provecho.

-          Tienes que irte, Nico se puede despertar.

Se separo de mí y se tumbo en la cama desnuda. Era una clara incitación, pero tenia razón Nico se podía despertar y ver que yo no estaba. Cogí mi ropa, pero antes de irme me acerque le di unos besos a sus pezones.

-          Buenas noches, ser buenos – dije.

Me fui dejando a Adela sonriendo, desnuda sobre la cama.

-          Mañana, mas – escuche decir a Adela cuando ya estaba fuera de la habitación.

Volví a la casa de invitados, Nico seguía dormido, me tumbe sobre la cama, no tarde en dormirme.