Adela

Hola a todos, me llamo Adela, soy de Madrid casada de 52 años con dos hijos ya mayores y la historia que os voy a contar se fue forjando desde hace un año.

Mi marido, tres años mayor que yo, desde hace ya algún tiempo no se comprotaba como debiera comportarse un marido amante de su mujer, asi que despues de estar investigando lo que podría pasar, se hicieron ciertas las sospechas mas terribles…..me estaba poniendo los cuernos con una jovencita del despacho donde trabajaba.

Como consecuencia de este descubrimiento, cogi el toro por los cuernos y una noche, después de venir del trabajo….se lo dije que a partir de ahora todo iba a cambiar y que si no quería irse de patitas a la calle, tendría que dejar a la veinteañera y mostrar todo su arrepentimiento conmigo.

Así fue, a los pocos días, llego con el rabo entre las piernas, diciéndome que lo sentía, que había sido algo pasajero y puramente sexual y que ya estaría solo conmigo para lo que yo dijese aceptado mis condiciones.

En los meses que mi marido no me atendía, me dedicaba a masturbarme en la soledad de la habitación, hasta que un dia, que estaba revisando el correo en el ordenador, vi una página de relatos eroticos y me empezaron a llamar los de dominación femenina (me venían muy bien por los deseos de sexo que tenia y la rabia contra mi marido). Fui leyendo mas y mas esos relatos hasta convertirme en una adicta a ellos y saber muchas de las técnicas que se describían en los mismos, pero solo era una teoría, una ilusión….hasta que descubrí los cuernos de mi marido. Todo seria distinto a partir de ahora.

Como dije, mi marido pensó que con solo su arrepentimiento seria suficiente, ¡¡que equivocado estaba !!! Hice todo lo posible para que el siguiente fin de semana, mis hijos estuvieran fuera de casa y no esperásemos ninguna visita y asi se lo hice saber a mi marido y que no hiciese ningún plan para el fin de semana, que tendríamos que hablar y marcar las directrices de lo que seria nuestra vida a partir de entonces. Se enfado mucho por las amenzas que le dije, pero en cuanto le dije que sino aceptaba que contaria a todo el mundo lo que estaba haciendo y que se marcharia de casa (la casa en donde vivimos es mia, no de los dos) bajó los humos y condescendió.

Legó el fin de semana, el sábado por la mañana, se levanto y vio ue no le había preparado el desayuno como había hecho siempre desde que nos casamos y me pregunto que pasaba, entonces le hice ir al salón y encima de la mesa había un papel con lo que era un contrato de sumisión hacia mi. Le dije que se sentase y lo leyera detenidamente

Tras varios minutos y habiendo leído detenidamente, decide aceptarlo.

A partir de ese momento, el ya sabe lo que tiene que hace y como debe llamarme. Como primera pueba le digo que se arrodille y que me bese los pies detenidamente mientras estoy en el sofá sentada releyendo los términos del contrato ya firmado por el…..

Mientras lo hace le hago saber de las costumbres que tendrá que hace a partir de ese momento, como llevarme el desayuno a la cama, prepararme el baño, limpiar la casa, planchar, hacer la comida, recoger la mesa…….a lo que el acepta sin pestañear…..

Una de las cosas que mas me habían sobrecogido al instruirme en la Dominacion, fue el facesitting y al encontrarme con el camisón y las bragas…..necesitaba experimentarlo cuanto antes,….le dije a mi marido…que se tumbase sobre la alfombra….le tire un cojin para que pusiese la cabeza, me fui bajando lentamente mi coño hacia su boca, aparte ligeramente la braga y me senté cómodamente sobre su boca y cara y le dije que me tenia que dar placer con su lengua hasta que me corriese, me fui moviendo lentamente de izquierda a derecha….saboereando el momento, notando la lengua de mi sumiso marido como se esforzaba en darme placer de forma torpe (ya lo aprendería mejor) y yo allí en mitad del salón….mi marido comiéndome el coño y el culo,…toda poderosa…..habia empezado una nueva vida, mas placentera, con mas poder y vcon muchas ideas morbosas y humillantes para con mi cornudo maridito

Continuara….

Me gustaría recibir correos de casadas con los mismos deseos y alimentarnos mutuamente