Adela (2)

En el capítulo anterior dejamos a la dulce Adela con los ojos cerrados, tendida sobre el heno, con los senos al aire y su tío Rodolfo arrodillado a su lado sacándole lentamente la ropa interior. He aqui el segundo capítulo.

ADELA 2

En el capítulo anterior dejamos a la dulce Adela con los ojos cerrados, tendida sobre el heno, con los senos al aire y su tío Rodolfo arrodillado a su lado sacándole lentamente la ropa interior.

Rodolfo la miraba ahí, tendida, con sus bellos ojos cerrados, dispuesta, entregada por fin a sus deseos, y en su mente no vio a la dulce Adela, su sobrina, sino que vio a la exquisita Leonor, que no solo era la madre de Adela sino que también era su adorada hermana.

Cuantas noches en época de juventud no se paseó Rodolfo por el jardín en la noche con la secreta esperanza de que un postigo mal cerrado le permitiera mirar hacia adentro y poder ver a su hermana desvistiéndose, cuantas veces en sus juegos se deleitó abrazándola y tocando sus dulces manos y besando una y mil veces su dulce rostro.

Pero su hermana nunca sospechó nada y nunca fue suya.

Su hermana se escapó de casa y se fue con ese herrero y habían tenido a aquella hija que luego, por las desventuras de la vida habían dejado huérfana y sola, y ahora él, como su único pariente cercano y gran benefactor la había llevado hasta su casa primero deseando que hiciera de dama de compañía de su esposa enferma, pero era tan bella, tan parecida a su Leonor, tan deliciosa y Rodolfo la deseaba

Adela, la preciosa Adela

Y Adela en esos momentos tendida sobre el heno temblaba y con los ojos cerrados se dejaba hacer.

Cuantas noches no había soñado Rodolfo el tenerla así.

Y ahora así estaba, desnuda, entregada a sus manos, dispuesta a hacer todo lo que su tío le pidiese.

Adela sentía que su corazón latía aceleradamente.

Tenía los ojos cerrados sin embargo cada roce de las manos de su tío era como fuego quemándole.

Era tan extraño todo y se debatía con su alma.

Los dedos de su tío le rozaban la piel y sentía repulsión al contacto, sin embargo a la vez deseaba que volviera a repetirlo.

Mientras tanto su tío Rodolfo tomándose todo su tiempo le sacó la ropa interior.

Sintió los dedos de él sobre su vientre cuando se la desató de su cintura y luego el roce de su dedo contra la piel cuando la tiró hacia abajo.

Luego, cuando sintió sus calientes palmas presionando sus muslos y separándolos en su estómago se desató un océano de mariposas.

Su corazón dio un respingo cuando sintió sus dedos recorriendo y luego abriendo sus labios vaginales y luego cuando sintió la tibia lengua de su tío recorrer lentamente su conchita un escalofrío la recorrió por completo.

Sintió como la lengua se abrió camino entre los labios de su dulce monte, de la misma forma en la que se había abierto paso entre los labios de su boca y luego cuando se hundió en ella sintió que algo de su vientre se derretía.

La lengua la recorría tibia y suavemente y las sensaciones que le hacía sentir provocaba que su cuerpo temblara cada vez más.

Con los ojos cerrados y los labios entreabiertos Adela gemía suavemente, su mano se cerraba apretadamente conteniendo un manojo de heno y sus caderas habían adquirido un suave y leve movimiento.

No lo podía creer, esto que sentía era casi el cielo.

Era exquisito.

Y aún con sus ojos cerrados comenzó a murmurar sin darse cuenta :

Tío, tío…. Oh Dios… Tío

Cuando Rodolfo sintió que las caderas de Adela se habían comenzado a mover utilizó su lengua penetrando en su cuevita, lo mas profundamente que podía, y luego nuevamente se aplicaba al clítoris sintiendo como ella se mojaba aún mas.

Se dio cuenta de que era el momento justo y comenzó a meter un dedo en aquella mojada cuevita.

Lo hizo lentamente y comprobó que ella no daba cuenta de haberlo sentido por lo que lo comenzó a mover lentamente.

La tibieza y humedad de esa preciosa rajita era deliciosa.

Rodolfo no lo pudo evitar y metió otro dedo mas, quería que ella le sintiera, y así fue, un suave gemido llegó hasta sus oídos

Cuanto la deseaba, deseaba que fuera suya, por fin suya, suya para gozarla a gusto, sacarle el resto de ropa a tirones, ponerla de piernas abiertas y penetrarla de una sola vez, profunda y totalmente, con furia, con la furia de su mas profundo deseo

Solo ese pensamiento le provocó que su verga latiese con fuerzas aprisionada dentro de su ropa, una punzada de dolor acompañó a la punzada de deseo.

No, no seria hoy, pero la aprovecharía y disfrutaría lo más que pudiese

Adela, aún con los ojos cerrados sentía los dedos, los sentía dentro suyo, los sentía moverse y a pesar de que no deseaba siquiera moverse para no sentirlos rozarla de esa inquietante manera, aun así sus caderas parecían tener vida propia.

Era exquisito y doloroso a la vez.

Su pequeño sexo estaba siendo invadido por dos inquietos y temblorosos intrusos, y deseaba que no se lo hiciera mas, sin embargo no deseaba que esa lengua se detuviese, era exquisito sentir su calorcito y la forma como se deslizaba, sobre todo por ese lugarcito donde punzaba mas y mas y luego se hundía profundamente para pronto volver a presionar

Adela no sabía pero la púdica lengua de su tío se deleitaba presionando alternativamente el clítoris como hundiéndose dentro de ella, y la sentía tan excitada y entregada a sus primeras sensaciones de deleite que la pequeña casi no se percataba de la forma en la que él la penetraba con 2 dedos y que sus pequeñas caderas habían comenzado a moverse lentamente siguiendo, sin darse cuenta, los lujuriosos movimientos eróticos.

Los movimientos de dedos y lengua se hicieron más rápidos y profundos y Adela sin saber que estaba sucediendo con ella sintió como que sus entrañas se derretían en la boca de su tío y todo su cuerpo comenzó a temblar violentamente

Una sensación deliciosa se repartió desde su dulce entrada hasta su nuca y la dejó extasiada y sin aliento mientras sus labios murmuraban :

"Tío, tío… tío"

Rodolfo sintió como aquella humedad manó de su sobrina, supo inmediatamente que ella había tenido un orgasmo, la paladeo, la esparció por todos lados y luego sonrió mientras se separaba de aquella dulce hendidura.

Se apoyó sobre su brazo mientras que lentamente comenzó a sacar los dedos de aquella preciosa conchita en donde los vellos se mezclaban con su saliva y con la humedad de ella.

La miró.

Ella con sus ojos cerrados y la cabeza echada hacia atrás respiraba dificultosamente por la boca.

Rodolfo se deleita con lo que ve : la parte superior de su vestido abierto dejaba al aire aquellos hermosos senos y lo que quedaba de él, totalmente arremangado, dejaba descubierto ese hermoso vientre que era rematado por aquel precioso montículo del que aún manaba suave y lentamente aquella brillante de humedad.

Era su momento, si hubiera querido en ese mismo momento la habría podido poseer, pero no, aún no, aquel era un bocado dulce, un bocado que valía la pena saborear, y no, no lo haría ahí en un granero y apuradamente, quería poseerla larga y sabrosamente, no, aun no, pero ya pronto y mientras tanto gozaría de todo lo que pudiera.

Se pasó una manga por la cara para secar la humedad de ella, abrió su pantalón y dejó su pene al aire, estaba duro, muy duro, y quería que ella lo tocara, lo tuviera en su boca, lo mamara y fue nuevamente en busca de sus labios, la besó con fiereza sacándola de aquel adormecimiento y devolviéndola a la realidad.

Pasó una mano debajo de ella y la hizo sentar.

La preciosa Adela apenas entreabrió los ojos y lo miró aun intentando recobrar la respiración y él, tomando sus pequeñas manos las llevó hacia su tiesa y enorme verga.

Los ojos de la muchacha se fijaron inmediatamente en aquello en donde su tío las había puesto.

Salía desde el pantalón de su tío que estaba a medio abrir, era un trozo de carne y cuando lo tocó lo sintió duro, caliente y que bajo la piel algo bullía suavemente.

Las manos de su tío guían las de ella para que, manteniendo una leve presión, se deslicen desde la base hasta la punta, ahí ella se da cuenta que la piel que lo cubre esta suelta.

Sus ojos no pueden dar crédito a lo que ve, cuando la piel se hace hacia atrás queda descubierta un rojiza punta de forma extraña, cuando se desliza para el otro lado queda cubierta esa punta pero se da cuenta que cada vez se siente mas calido, mas duro, mas grueso.

Mientras tanto Rodolfo saca sus manos, la deja seguir haciéndolo sola y captura con la derecha uno de los hermosos senos de Adela el que, respondiendo ante sus caricias, tiene el pezón completamente erecto.

Adela sin retirar los ojos de aquel cálido instrumento que tiene entre sus manos y sin saber que pensar susurra :

"¿Qué es…"

Rodolfo acerca su boca al oído de Adela y le murmura :

"Es algo que te va a gustar mucho preciosa"

Y seguidamente gira la cabeza y le besa el cuello.

Ella da un respingo y deja de mover sus manos.

El inmediatamente de dice :

"No dejes de hacerlo… Ahora tengo que disfrutar yo"

Busca la boca de ella y la besa intensamente mientras aprieta entre su índice y su pulgar el, pequeño pezón.

Adela gime y su reacción inmediata es apretar un poquito más la verga de su tío entre sus manos.

Rodolfo se da cuenta inmediatamente y sin sacar la lengua de la boca de su sobrina disfruta tomando todo el seno con su mano, el cual cabe perfectamente en su mano, y nuevamente vuelve a tomar el pezón y lo aprieta, obteniendo nuevamente la reacción de ello entre las manos de la pequeña Adela y a la vez la placentera presión en su pene.

Se separa de ella y mientras la mira profundamente le dice :

"Me encanta lo que haces con tus manos… siento casi tan rico como tu sentiste hace un rato… ¿Te gusto lo que sentiste preciosa?"

"Ss… si", responde titubeante Adela.

"¿Te gusto mucho?", insiste Rodolfo.

"Si tío… mucho", responde ella sonrojándose.

Rodolfo vuelve a girar la cabeza y mientras con un tono de voz que denota lo excitado que se encuentra le murmura mientras da pequeños besos en el cuello y oreja de ella :

"Esta muy bien que te haya gustado mucho, así debería ser, así es como un esposo hace sentir a una esposa, así te haré a sentir a ti cada vez que cumplas con los deberes que no puede cumplir mi esposa y que tu harás por ella… Aunque en ocasiones con el placer hay que saber soportar un poquito de dolor… Porque luego viene mas placer"

Y sumó a sus palabras un fuerte apretón al pezón erecto.

Adela contuvo el aire y luego cuando los dedos siguieron acariciando suavemente el sensible pezón lo soltó jadeando, sintiendo aquel contacto deliciosamente, mas deliciosamente que antes y entendió a lo que su tío se refería al decir que luego del dolor venia mas placer.

"Me gusta como lo tocas pero quiero que te lo metas en tu boca, y que me hagas disfrutar como yo te hice disfrutar a ti"

Y diciendo aquello Rodolfo se recostó sobre la paja mientras la miraba titubear.

Adela miraba el objeto que tenia entre las manos y luego la cara de su tío, ella se había comprometido a hacer aquello que su tía Meredith, esposa de su tío por estar enferma no podía hacer, ella daría satisfacción a su tío.

Miraba aquel miembro, lo sentía latir en sus manos, miraba aquella punta roja que cada vez se veía más y más inflamada, el instrumento había pasado de su estado inicial a uno más grueso.

Miró una vez más el rostro de su tío y titubeando un poco bajo su cabeza hacia aquel instrumento.

Ahora podía ver con claridad que este surgía de una mata de pelos negros y rizados, acerco su boca a él y sintió su peculiar aroma.

Todo era tan extraño y estaba estática en aquel momento cuando la voz de su tío llegó a sus oídos :

"Mételo en tu boca y ten cuidado con los dientes preciosa"

Adela aún lo tenia sujeto en una mano, acercó lentamente su boca, abrió sus labios y separó sus dientes y obedeciendo la petición de su tío metió aquel pene en su boca.

La ardiente y roja cabeza apenas había entrado en contacto con la tibia lengua de su sobrina cuando Rodolfo sintió un exquisito escalofrío de placer y emitió un gran gemido soltando al aire que sin darse cuenta había tenido contenido en sus pulmones anticipando este supremo momento de placer.

Si el toque de aquellas preciosas manos había sido exquisito, el tibio contacto de aquella lengua, de aquella caliente boquita fue prácticamente el cielo para Rodolfo.

"Siiiii… Que delicia mi tesoro… que delicia… Mas adentro de tu boquita mi niña, mas adentro que apenas si has metido la puntita"

Adela abrió más aun su boca y metió aquel instrumento mas adentro cuidando en todo momento no tocarlo con los dientes, pero estaba tan hinchado que ya no cabía mas.

Cuando Rodolfo se dio cuenta de aquello le murmuró presa de una profunda excitación que apenas le dejaba aliento:

"Chupa … Ahora chupa… chúpalo mi vida… Chúpalo.."

Adela, con aquel miembro dentro de su boca, lo aprieta un poco y chupa como si estuviera absorbiendo algo.

"No dejes de chupar preciosa y mételo y sácalo de tu boquita"

Adela retrocedió un poco su cabeza y antes que el pene de su tío saliera de sus labios sintió las manos de él empujando su cabeza hacia abajo y haciendo que aquel duro miembro entrara nuevamente y esta vez un poco mas adentro que antes.

"Así mi nenita… no se lo saque todo de la boquita… siga chupando"

Y ella entendió lo que debía hacer así que cerró los ojos, y lo siguió repitiendo por un largo rato mientras su tío no dejaba de pensar en lo exquisito que era aquella boquita caliente y mientras sostenía aquella cabeza incitaba cada vez mas su placer moviendo sus caderas.

Adela no sabía si aquello le gustaba o no, solo repetía con los ojos cerrados los movimientos sintiendo cada vez mas que sus mandíbulas le comenzaban a doler, se le habían comenzado a adormecer y por las palabras que dejaba escapar su tío comprendía que él estaba sintiendo mucho placer, así que no pensaba nada mas, solo seguía repitiendo aquellos movimientos intentando mantener la boca cada vez mas abierta y chupando sin cesar.

Al cabo de un rato Rodolfo ya no podía mas aguantar el placer que se acumulaba en sus entrañas y le dijo a su sobrina :

"Voy a acabar… tomate todo"

Adela no alcanzó a entender lo que su tío le decía cuando un chorro de caliente líquido comenzó a inundar su boca

Fue tan sorpresivo que apenas alcanzó a tragar el primer chorro cuando el segundo que ya entraba a su boca la hizo atorarse.

Comenzó a toser y el resto de aquel líquido caliente y salado se salía por sus comisuras.

Rodolfo tomo su cabeza y la retiro hacia atrás, su pene cayó de los labios de su sobrina mientras seguía derramando su caliente contenido manchando no solo sus manos sino también sus senos.

Se enderezó y deposito un beso leve en aquellos chorreantes labios mientras Adela hacia esfuerzos por volver a respirar naturalmente.

Rodolfo se saco el pañuelo de seda que llevaba atado al cuello y con el limpió la cara de la preciosa Adela, cuando ella dejo de toser limpió los senos y capturó sus labios nuevamente, mientras la besaba lujuriosamente la empujó suavemente sobre la paja y con el pañuelo comenzó a secar con movimientos no tan lentos ni delicados los jugos que aun inundaban su suave vagina.

Él sabia que aquella pequeña vaina estaría muy sensible y quería que ella no olvidara fácilmente lo vivido

Estaba caliente y húmeda.

Los besos apasionados y aquel fuerte toqueteo hicieron que la pequeña volviera a excitarse.

Rodolfo se separo de ella y apenas había recobrado su respiración normal cuando a lo lejos se escucho el grito de una de las criadas : "Niña Adela"

Se sentó súbitamente en el heno y se miraron asustados, mientras que a lo lejos se repetía otra vez el grito : "Niña Adela"

"Tranquila" le dijo Rodolfo mientras le acercaba la ropa interior para que ella se la pusiera.

Mientras ella se ponía sus interiores él se ponía de pie y se arreglaba la ropa.

"Niña Adeeeeeelaaaaaaaaa", se repetía una vez mas a lo lejos el grito.

Adela ya de pie y de manos temblorosas no acertaba a cerrar la parte delantera de su vestido.

"Déjame a mi que lo haga" le dijo Rodolfo y antes de cerrar completamente el vestido metió un dedo y acarició suavemente el pezón.

Adela dio un respingo y lo miró. Él la beso apasionadamente.

"Mañana seguimos… y recuerda que este es un secreto solo entre nosotros dos" le murmuró.

Terminó de arreglarle la ropa y le quitó algunas pajas que se habían enredado en sus cabellos y la sujetó para darle el ultimo beso y finalmente la dejo salir.

Adela ya oía la voz de Tom que avanzaba acercándose al granero : "Niña Adela" y ella avanzaba rápidamente hacia la puerta haciendo esfuerzos para no caer con lo resbaladizo del heno.

Cuando llegaba a la puerta del granero casi tropieza con él.

El negro la mira desde su altura y se queda confundido por la turbación de la niña y lo sonrojado de sus mejillas, mira hacia el fondo del granero donde puede distinguir en un lejano rincón a don Rodolfo que se ajustaba tranquilamente la chaqueta apenas visible tras los montones de heno y paja acumulados.

Lo comprende todo inmediatamente. Siente una mezcla de decepción y resignación.

Devuelve la vista hacia la joven Adela y ella sin poder aguantar el peso de aquella miraba baja los ojos hasta el suelo. Tom entiende y le dice :

"La ama esta despierta y quiere que usted vaya señorita"

"Si, si", murmura muy confundida Adela "ya voy" y sale corriendo hacia la casa.

Tom se la queda mirando como se aleja y cuando ella ya casi llega a la casa Rodolfo se para a su lado y le dice :

"Tom necesito que me consigas algo muy especial… para mañana… sin falta"

Continuará

¿Qué les parece esta segunda parte?