Acudiendo a una feria
Un hombre acude a un feria en Berlín, donde conoce a la mujer de un amigo empresario, al cual hace cornudo casi sin pensarlo.
Había acudido a una Feria- Exposición Informática en Berlín enviado por mi empresa, ya que se iba a presentar los nuevos ingenios electrónicos a nivel internacional. La empresa donde prestó servicios es una de las líderes en el sector en España. A dicha Exposición acudiría diversidad de empresas de todo el mundo, por lo que era de gran importancia estar presente en dicho evento. La feria tenía previsto que durara sobre una semana aproximadamente.
Me llamo Asdrúbal, tengo 54 años, estoy casado, y soy directivo e ingeniero industrial de la empresa donde trabajo en Madrid. Respecto a mi físico, les comentaré que mantengo buena forma, no en vano práctico deporte y realizado ejercicio físico de forma continuada, cuidando además mi dieta y siendo casi abstemio en lo que a bebidas alcohólicas se refiere.
Llegado el día de apertura, coincidí con algunos conocidos de España, pero especialmente debo resaltar, la de un buen conocido, llamado Enrique que era el Director Comercial de una de las empresas líderes en España en productos informáticos, y que por lo tanto exponía en dicha Feria. La sorpresa fue cuando me presentó a la que dijo ser su esposa, una preciosa mujer de unos treinta y cinco años de edad, que respondía al nombre de Janet. Enrique, por su parte, tiene unos cincuenta y ocho años, por lo que me chocó que pudiera tener por esposa a una mujer tan joven, y sobre todo tan elegante y de una extraordinaria belleza.
Me impresionó la mirada dulce en el hablar de aquella mujer.
Fui lo mas cortes que pude y le indique a Enrique que había sabido escoger muy bien, y que era obvio que tenía por esposa a una de las mujeres más bellas. Janet se sonrió y note agradecimiento en su mirada. Muy pocos compañeros habían llevado a sus esposas, ya que saben que en esos días les iban a poder dedicar muy poca atención, ya que la actividad frenética de la Feria les coparía todo su tiempo. De ahí que me extrañó que lo hiciera Enrique, ya que además él iba a estar dedicado completamente a dicha Feria, no solo por el día sino también durante la noche preparando presentaciones, atendiendo pedidos, etc.
Los primeros momentos durante la presentación oficial no hubo mucho problema, pero luego paso el tiempo, y cada vez era más agotador, ya que recorrer los distintos stand con la cantidad de metros cuadrados de exposición era infernal. Tuve suerte y en ese primer día logre realizar una gran parte de la contratación que necesitaba, por lo que el resto del tiempo lo tenía previsto para cosas de última hora y aprovechar para dar un recorrido por Berlín, ciudad que siempre me ha encantado.
Ocurrió que la empresa de Enrique daba esa misma noche una gran recepción para sus clientes más importantes en una Casona en las afueras de Berlín. Cuando llegue al lugar del evento, me parecía estar en la época del Medievo, ya que el lugar parecía de ensueño, especialmente por la arquitectura del edificio, decoración y estilo de construcción. La casa se prestaba para ello. Como buen amigo de Enrique estaba invitado a dicha ceremonia.
Tras la presentación se llevó a cabo un coctel que más bien tuvo todo el tinte de una verdadera cena. Pase durante la primera media hora dialogando con gran cantidad de invitados, ya que mi dominio del inglés y del alemán así me lo permitían.
Mientras hablaba con unos invitados había observado que Janet se encontraba totalmente fuera de lugar en aquella reunión ya que a pesar de estar cerca de un grupo de damas, al no conocer el idioma, no podía mantener conversación con las mismas. Enrique por su parte estaba con los grandes empresarios sin preocuparse lo más mínimo de ella, como pude percatarme.
Ella percibió que me había fijado en ella, a la cual venía observando desde hacía algún tiempo, y al encontrarse nuestras miradas, me sonrió. Aquella mujer parecía una diosa entre las otras mujeres, pero era obvio que el idioma le estaba jugando una mala pasada. Dejando a los invitados me acerque hasta ella, y le dije: - ¿ Como estas Janet?.
- Ya me ves solitaria y tremendamente aburrida.
- No entiendo. Una dama tan bella no pude encontrarse sola, cuando deberías estar acompañada como las abejas a la miel . Salvo quelos hombres de sean unos necios y estén ciegos.
- ¿ Porque lo dices? Me pregunto sonriendo.
- Porque eres la mujer más bella y más elegante que se encuentra en esta sala.
- Ja Ja. gracias. Pero el idioma hace mucha falta. Me señaló.
- Ya lo sé. Pero existen otras mujeres españolas en la sala. Pero, calro… ¡ya sea porque no están contigo!.
- ¿Puede saberse porque? Me pregunto intrigada.
- Fácilmente. Si estuvieran contigo sus maridos solo te atenderían a ti, y eres un peligro para ellas. Te toman como una rival peligrosa.
Ella se rio abiertamente, y me contesto: - que galante eres.
Estuve conversando con ella durante varios minutos; disculpándome en algunos momentos para conversar con unos alemanes muy amigos. Tras este paréntesis, volví hacia ella y retomé la conversación. Al rato, percibí algo en su cara y le indique: -¿ se encuentra mal? .
Me contesto:- Me parece que estoy algo indispuesta. Creo que voy a salir fuera a tomar aire .
La vi tan decaída que le dije:- ¿ quieres que avise a tu marido?
-No.. no es necesario, el está muy ocupado y no quiero ponerlo nervioso. Me contesto de inmediato.
Me ofrecí ayudarla y salimos a una terraza, y verificando mientras caminábamos que se encontraba bastante decaída y a punto de sufrir un desmayo. Me dirigí al personal de servicio, en correcto alemán, y ellos me recomendaron un lugar propicio para descansar. Rápidamente la lleve una habitación discreta donde la hice recostar sobre un sillón indicándole: será mejor que descanses los pies en alto, y seguro que pronto se le pasara. Había encargado una infusión que pronto me sirvieron, y tras tomarla ella, a los pocos minutos cambio la faz de su rostro volviendo los colores nuevamente a su rostro.
Janet no sabía cómo darme las gracias, indicándome que si no hubiera estado, de seguro hubiera sufrido un desmayo y habría montado un espectáculo.
Mantuvimos una conversación bastante animada, y cuando comprobé que se encontraba mejor decidimos regresar al lugar donde esta al resto de invitados. Verificamos que nadie se había percatado de nuestra ausencia, y Enrique seguía con los invitados, sin acordarse de su esposa.
Entre en conversación con algunas mujeres francesas e inglesas que además conocían algo de español, por lo que les pedí que si podíamos hablar en español para integrar un poco a Janet. Fue perfecto, ya que de esta forma ella pudo mantener alguna conversación con dos francesas que hablaban un casi bien perfecto español. Cuando comprobé que estaba algo integrada marche a ver a Enrique y el resto de amigos.
Cuando ya estaba bastante avanzada la noche, se acerco Enrique me dijo: tengo que seguir hasta que se retire el último invitado, y además, me han llamado y tengo que pasar nuevamente por la Feria para verificar la presentación de mañana .
Le dije: Ya veo que estas plenamente ocupado. Sin embargo, no creo que tu mujer resista la permanencia hasta esa hora. Y, le mencioné el principio de desmayo que había sufrido. Preocupado, se acercó a su mujer, y tras dialogar con ella, se dirigió hacia mí y me dijo: Se que te estoy molestando. Pero, ¿te importaría acercar a mi esposa al hotel?. De seguro que yo no regresaré hasta bien entrada la madrugada .
Le indique: claro Enrique. No hay problema.
Tras hablar con Janet, tomamos un taxi y nos dirigimos a la zona del Kurdam donde radicaba el hotel donde se estaba hospedando, el cual coincidió que estaba muy cercano al mío. Antes de llegar le indique si le apetecía caminar un rato por una de las calles más concurridas de Berlín, y estuvo encantada. Paseamos observando los escaparates y, entramos a un lugar donde había algunos grupos tocando. En medio de todo ello me dijo: creo que estoy ya bastante cansada y creo que voy a regresar al hotel.
La llevé hasta la misma entrada del hotel y le dije que descansara. E incluso le facilite mi número de teléfono por si ocurría algo. Cuando se iba a retirar se acercó y me dio un beso de despedida en la mejilla, haciendo lo propio.
Al día siguiente pase toda la mañana en la Feria, y observe que Enrique no estaba, pese a ser las once de la mañana. Pensé que se había acostado bastante tarde. Cuando llegó serían las once y media y me extraño que, llegara acompañada de una mujer alemana bastante exuberante . Me causo extrañeza, porque al despedirse lo hiciera con un beso en plena boca. Me dejó totalmente perplejo. Pero no hice comentario alguno.
Durante el almuerzo, le comenté si su mujer se encontraba mejor, y me contestó que sí. No le quise hacer más comentario. Terminé algunas cosas, y constate que Enrique seguía afanado con su trabajo. Supe que había ido al hotel, se había cambiado de ropa y había regresado, pero no le acompañaba Janet .
Esa noche había otra gran recepción en un Gran Restaurante. Durante la cena, comprobé que había también acudido Janet, pero vi que su saludo hacia los comensales que le presentaba su esposo era bastante frio. Cuando me vio, me saludo efusivamente, preguntándole como se encontraba. Y me dijo mirando a su esposo, gracias. Mu y bien . Sin querer dar más importancia me retire y estuve con otros comensales.
Después de la cena, logré hablar algo con Janet pero ni comentario sobre lo que había visto por la mañana. Serían las diez y media de la noche cuando me iba a despedir. Enrique se acercó y me rogó de nuevo diciendo: sé que es mucho pedirte, pero ¿podrías acompañar a mi esposa al hotel? . Le dije que no había ningún problema . Comprobé que la despedida de su esposo fue demasiado fría, ni siquiera un beso.
Cuando venía en el taxi de regreso al hotel, ella me dijo: ¿ Tienes prisa? Me apetecería tomar alguna copa antes. Le conteste: por mi encantado .
La llevé a un lugar muy céntrico, con buena música, donde la gente además bailaba. Tras tomar unas copas, ella pidió si la podía sacar a bailar. Yo encantando así lo hice. Durante el baile, note que se pegaba claramente a mi cuerpo como si buscara refugio, e incluso llegó a depositar su cabeza descansándola sobre mi hombro.
El contacto con aquella belleza me puso muy tenso, y al sentir sus seños contra mi pecho, y su pubis cerca de mis partes, irremisiblemente tuve una erección, poniéndome muy nervioso ya que sabía de sobra, que ella se había percatado de tal circunstancia. Sin embargo, lejos de alejarse, comprobé que hacía esfuerzos para pegarse más a mi cuerpo. En uno de los bailes note que se encontraba tan a gusto que puso sus manos sobre mi cuello durante el baile. Pensé que disfrutaba haciéndome sufrir ya que, mi pene estaba desafiante y pujaba tocando contra el pubis de aquella hermosa hembra. Menos mal que terminó los bailes románticos y comenzó la música para bailar sueltos.
Nos sentamos y tomamos una nueva copa, en un lugar bastante recogido, diciéndome: lo único bueno que voy a recordar de este viaje será el tiempo que he pasado conmigo .
Le sonreí y le pregunte: ¿ no te vi por la mañana en la feria? . Quedó triste y pensativa, y luego me dijo: bueno…,Enrique no apareció en toda la noche.
Aquello me sorprendió, pero al relacionarlo con la rubia alemana que había visto en la Feria comprendí que había pasado la noche con aquella mujer, y posiblemente, esta noche hiciera lo mismo. Me comentó: mi marido no quería que viniera a la Feria, pero yo insistí en acompañarlo. Sé que tiene un romance con una alemana, aunque nunca la he visto, y lo más probable es que anoche haya lo haya pasado con ella.
Las lágrimas corrían por su rostro, por lo que saque un pañuelo y se las seque. Le dije: - a lo mejor son imaginación tuyas. Pero, su fuera realidad, pienso que Enrique es un verdadero idiota: No le llego a comprender cómo puede irse con otra mujer teniendo una hembra como tú. ¡De verdad que no lo entiend o!.
Estaba tan cerca de ella, que se acercó y sin decirme nada me besó en los labios. Yo me quedé sorprendido, pero rápidamente respondí con otro similar por mi parte.
Luego, se recompuso y me dijo Lo siento…. No sé qué me pasa… estoy muy nerviosa. Necesito regresar al hotel .
No quise forzarla y así lo hice. Cuando subió a su habitación me pidió perdón por su reacción y se alejó rápidamente.
El tercer día paso algo muy similar al segundo, y Enrique volvió aparecer con su amiga alemana.
Fue a medido día al hotel y sobre las cinco regresó. Se volvió acercar y me confesó: Esta noche tengo que viajar a Dussedorf y posiblemente no regresaré hasta las veinticuatro horas. Sé que te estoy molestando demasiado, pero voy a tener que pedirte si podrías llamar a mi mujer de vez en cuando para saber cómo se encuentra ?
Le dije que así lo haría. Al salir verifique que lo hacía con la rubia alemana, se montaba en un gran BMW y machaban juntos.
Regresé al hotel, y sobre las seis llamé a Janet verificando que se encontraba bastante triste y la escuche llorando por teléfono. Le dije que iría a verla . Muy discretamente logré llegar a su habitación, toque, y cuando me abrió rápidamente se echo a mis brazos sollozando. Esta cubierta con una bata muy fina, notando que había estado llorando. La acaricie por el pelo, la nuca, y ella se abrazó fuertemente a mi durante un rato.
Me dijo que había tenido una discusión con Enrique y que se había marchado a Dusedorff por motivos de trabajo, pero ella sabía que era para estar con la alemana. Se sentó en el sofá y lo hice a su lado. Le dije que quería invitarla a cenar . Ella me miró y me beso en los labios, correspondiendo a su beso, dándome las gracias por ser tan amable con ella.
Se vistió muy alegre y la lleve a cenar, estuvimos pasando una vela encantadora. Me indicó que llevaban tres años de casado, que ella había querido tener hijos pero Enrique le indicó que no era el momento. Que a pesar de todo ella no tomaba ningún anticonceptivo para ver si lograba concebir en uno de sus encuentros sexuales con su esposo, pero hasta la fecha no lo había conseguido. ¡ Que ardía en deseos de tener un hijo !. Estaba intimando tanto que llego a confesarme que estaba muy cerca de sus días fértiles, y había querido que durante dicha fase concebir un hijo con Enrique aprovechando el viaje, pensando que fueran a estar más tiempo junto, pero había sido un verdadero fracaso.
Durante el baile la bese en diversas ocasiones, y ella no hacia esfuerzo alguno por evitar que sintiera mi daga frotando su pubis. Sabía que si estaba en sus días fértiles, era evidente que estaría muy activa sexualmente, por lo que había abrigado la esperanza de poder cogerme a Janet , aunque debía tener cuidado, con las consecuencias. Pero llevaba varios días sin estar con mi esposa, ni tampoco me había masturbado, por lo que mi excitación sexual era bastante optima.
La llevé al hotel, y al llegar, ella me mira y de dice: ¿quieres subir a tomar la última copa? . Aquella era una invitación en toda regla, por lo que en modo alguno la decepcione, aunque le indique: ¿ no podría llegar tu esposo en cualquier momento ?.
Me contesto: estoy completamente segura de que tampoco vendrá esta noche. Sé que esta con esa fulana . Dude, pero ella me tomo de la mano y no me hice rogar.
Tan pronto entre en la habitación se tiro a mis brazos y me beso ardientemente, comenzando a quitarme la corbata, la camisa, desabrochó la hebilla del cinto y dejó caer mis pantalones. Ella se percató del tremendo bulto que se notaba en mi bóxer, por lo que con su palma de la mano me toco la polla, diciendo: - ¡ vaya bulto!, ¡Uhhm debe ser enorme!.
Yo mientras le había quitada la blusa, al tiempo que le soltaba las tiras de su sostén, quedando desnuda de cuerpo arriba. Al momento me maravillo aquel par de tetas no muy grandes pero tremendamente duras, que terminaban en unos pezones bastante pronunciados. ¡Tan pronto pase mi lengua por ellos, Janet se estremeció!. Metí uno de sus pechos en mi boca y con la otra mano palpe su otro pecho, logrando sacar los primeros gemidos de aquella hembra.
Sin más preámbulo, ella me apartó un poco y mirándome a la cara me bajo el bóxer, constatando que mi daga salió empitonada. La , exclamación de Janet no se hizo esperar: - ¡ oh dios, que grande, y que gruesa!.
Creo que se puso algo nerviosa al ver las dimensiones de mi vástago. No en vano mi aparato supera los 22 cm y una grosor bastante proporcionado a esa medida .
Ella entonces paso la mano por todo mi falo, desde la base hasta la misma punta, comprobando sus dimensiones, notando como le gustaba tomarla en su mando, diciendo: ¡ joder… que dura la tienes?. Ufff que venas mas grandes!.
-te gustas Janet. Es toda tuya.
Me miro a la cara, verificando aquella cara de mujer en celo, al tiempo que no dejaba de masajear mi tranca una y otra vez.
Por mi parte la había logrado bajar la falda y sin más preámbulo pase mi mano por su braguita, comprobando que estaba bastante mojada. Sin miramientos aparte su braga y metí mis dedos en la raja de su conejito. Al momento ella empezó a suspirar profundamente. – oh siii ooooo
La tome en brazos, y sin poder contenerme más la llevé hasta la cama, la puse sobre la misma, y mirándole a la cara fue acercándome hasta su entrepierna hasta alcanzar su monte de Venus, comenzando a lamer las ingles, hasta terminar alcanzando al raja de su vagina. Tras mis primeras lamidas, ella comenzó a revolverse en la cama notando que mis caricias le reconfortaban. Cuando mi boca alcanzó su clítoris, note que tuvo su primer orgasmo, vaciando sus jugos en mi boca. ¡ Aquella hembra estaba bastante caliente !. De no tenía la menor duda.
Ya sin poder contenerme más, me puse de pie, abrí sus piernas, y dirigí mi enorme falo a aquel conejito . Ella me dijo: - por favor hazlo despacio soy muy estrecha, y tienes un pene muy grande.
_ tranquila Janet, te lo hare muy despacio y verás que vas a disfrutar.
Fui metiendo poco a poco mi grande, luego la primera parte de mi polla, y llegue hasta la mitad, esperando hasta que su vagina se fuera adaptando al grosor de mi cipote. Cuando observé que se encontraba mejor, la saque un poco y volví a meterla, y así repetí el mismo movimiento varias veces y llegando solo a entrar la mitad de mi pene. Note que su coño estaba ardiendo, por lo que era muy probable que estuviera ya ovulando , y fue ella la que me pidió: - por favor Asdrúbal no me hagas más sufrir métemela toda, revientamente, te necesito completamente dentro, ….ohhhhhh siiiii…hoggggggggg me vas a partir, dios como me estas abriendo.
De un certero golpe de pelvis, le había entrado todo mi falo hasta la base, y tras unos momentos de espera, comencé un mete y saca, bombeando una y otra vez mi tranca hasta el fondo de su coño, contabilizando dos orgasmo casi seguidos. Entonces comencé una toma y daca persistente, pero cada vez más intenso.
Cuando comprobó que estaba a punto de eyacular me indicó: - Asdrúbal, recuerda… ¡debes hacerlo fuera !
Le pregunté morbosamente: - de verdad quieres que me salga, no la quieres sentir dentro. No deseas ser preñada, te juro que con la cantidad que tengo quedarás a la primera. Llevo sin correrme unos cinco días, y tengo gran cantidad de semen acumulado .
Ella me mira entre excitada e indecisa. Le volví a decir: ¿de verdad no quieres mi leche dentro?
- estás loco. Me preñarías.
Ella dudó pero luego me pidió que lo hiciera fuera. Y así lo hice con gran estrépito, lanzando gran cantidad de semen sobre su cuerpo, y llegando hasta sus pechos. Al terminar ella me señalo:
- Joder que potencia. Nunca había visto correrse de esa manera. Si te llegas a correr seguro que me embarazas.
Continúe besándola, y nos metimos en la cama. A los pocos momento mi pene volvía a estar en forma, por lo que ella mi indicó que como era posible, que su marido no lo hacía ni tan rápido, ni tampoco le había echado más de un polvo seguido.
Me dijo que quería montarme. Me puse boca arriba, por lo que mi daga se empitonó al ver su coñito brillante, y en cuanto se puso sobre mi ella misma se la clavó totalmente comenzando a cabalgarme de una forma amazónica, verificando que pronto tuvo un nuevo orgasmo, y un segundo. Al notar que estaba otra vez por llegar, lo dudó pero se salió a tiempo lanzando mi semen igualmente dispara sobre su barriga y pubis.
Tras una estar media hora más, le dije que debía irme, ya que no debíamos correr más peligros de ser sorprendidos. Y regrese a mi hotel.
Por la mañana me llamo indicándome que su marido tampoco había venido, y yo me fui a la Feria. En toda la mañana y parte de la tarde tampoco apareció, pero Enrique me llamo. Al decirle que estaba en la Feria, y que no había visto a su mujer en toda el día. Me indicó que posiblemente estuviera en Dusserdoff más tiempo del previsto. ¿ te importa si llamas a Janet por si necesita algo?, Le conteste: Claro. No hay problema . En el pensamiento, me dije a mi mismo que la iba a cuidar mucho mejor que él. Al momento mi pene se enderezó de nuevo pensando en el coñito de aquella hembra.
Desde las cinco de la tarde salí con Janet y cenamos fuimos a un espectáculo, y al regresar, le dije. “ porque no te vienes a mi hotel. Allí estaremos más tranquilos”.
Ella dudó, pero luego marchó conmigo, y nada más entrar nos desnudamos, y nos comenzamos a besar y abrazar como enamorados. Note claramente que Janet estaba más caliente que el día anterior, confesándome ella que se notaba hirviendo. Sospechaba que estaba en el mejor día de su ovulación, y que por ello debíamos tener cuidado.
Sin embargo, yo estaba de nuevo deseando poseerla. Es más, desde la noche anterior me excitaba el poder preñar aquella hermosa hembra. Sé que no era la correcto, pero saberla en aquel estado, abandonada de su esposo, y además con sus ansias de ser madre, mi mente estaba decidida a correrme dentro de ella si se daba la oportunidad.
Entramos a la habitación, y fui al baño a orinar. Al salir del baño ella se encontraba sentada en la cama, pensativa. Su actitud cambió y cuando la mire a la cara y la bese en la boca. La tome del pelo, jugué con el un poco, ella me empezó a acariciar por encima del pantalón, mi bulto se hacía bastante notable, me bajó el cierre, y sin más empezó a masturbarme, luego comenzó a usar su lengua muy suavemente sobre mi verga, uhmmm le dije eso se siente bien, vamos mámamela más rico y se la comió toda, yo sentía la calidez de su boca, su lengua y sus labios.
Pronto mi cipote alcanzó tal erección, que ella misma se comenzó a quitar la ropa, quedándose completamente en pelotas. La coloque de espaldas sobre la cama, y la ensarté en plan misionero. Mis penetraciones fueran tan potentes que ella alcanzado nuevamente unos dos orgasmos casi al unísono.
Ella me mira mientras me la follaba, y me dice: -oh Asdrúbal como estas hoy. Creo que la tienes más grande que ayer .
- es que tú me pone de esta manera. Me tienes muy envarado.
Luego la hice que se pusiera en cuatro a la orilla de la cama, la penetré rápido y empecé a embestirla desde atrás, la tomaba de la cintura y le dejaba ir todo lo que tengo de verga hasta el fondo, en ocasiones me reclinaba un poco y la tomaba de las tetas, le acaciaba el pelo y la espalda, sus nalgas, sus piernas. Variaba mi ritmo, de repente le daba con todo y después mis embestidas eran lentas y suaves.
Ella gemía y apretaba sus manos a la cama. De vez en cuando escuchaba un así,así... dame... dame. Mi cuerpo se empezó a estremecer, y ella se percató de que estaba por llegar. Entonces hizo algo que me estremeció aún más, alargo su mano por debajo de su cuerpo y alcanzó mis testículos. Y me dice:- oh Asdrubal los tienes repletos otra vez.
-si preciosa. Tengo una buena ración de semen. Te voy a regar bien ese coñito.
-estas loco. Debes correrte fuera. No puedes correrte dentro .
- vamos Janet sabes que estas deseando que te llene con mi lechita. En el fondo deseas que te deje mi semilla bien dentro de tu cuquita.
-estas loco…
-Creo que hoy vas a quedar bien embarazada. Te voy a regar ese coño tan cliente que tienes siiii oooo suiii
Mientras hablaba me comencé a deslechar dentro de aquella caliente vagina una y otra vez. Me estaba viniendo y sentía como mi verga vomitaba chorros de semen dentro de su estrecha cuquita. Apretaba a Janet contra mí, para que mi penetración fuera más profunda, hasta que termine. Ella se derrumbó en la cama, yo permanecí con mi polla dentro de ella un buen rato.
Me dijo: - oh Asdrúbal te has corrido dentro, y estoy segura de estar ovulando, es muy probable que me hayas embarazado, nos has parado de correrte, me has llenado por dentro.
- Janet. Quiero darte el hijo que estas buscando. Si no has quedado con el polvo que te he echado, de seguro que con las cogidas que te voy a propinar esta noche quedaras embarazada.
- Oh Asdrubal. Pero tú no eres mi esposo.
- Pero tu esposo no te folla como yo, verdad? Tu esposo nunca te llenara como te he llenado yo.Seguro que el nunca te daría el hijo que voy a darte.
- estás loco. Tengo que marcharme, no debía haber venido.
Fui nuevamente al baño, me lave mis genitales, y volví a la habitación. Janet se había quedado dormida. Me acosté a su lado completamente desnudo, me abrace a ella y así estuvimos por espacio de unas dos horas follando sin parar, y en todas me corri dentro.
Luego la lleve al hotel. A la mañana siguiente regrese a España. Cierto tiempo después me entre del embarazo de Janet, pero sin embargo nunca más he vuelto a poder hablar con ella.
Sin embargo, pese al tiempo pasado, aún sigo recordando aquellos días, y la fogosidad de aquella esplendida mujer.