Acrecentando la manada
Este relato continúa la saga de relatos que estoy escribiendo, sobre mis experiencias sexuales, que si bien no son nada pretenciosas si que son entretenidas. En la sección de sexo con maduras y transexuales
Este relato continúa la saga de relatos que estoy escribiendo, sobre mis experiencias sexuales, que si bien no son nada pretenciosas si que son entretenidas.
Tras darme la patada en el trabajo por, no cobrar los recibos,(lean mi relato anterior), tuve mucho tiempo libre, en casa aburrido no pasaban las horas. Un día llegó a casa mi hermana realmente contenta, había encontrado un novio estupendo, que la entendía y con el cual compartía un mismo sentido por la vida. Me alegré sinceramente por ella, pues aunque era realmente guapa, no había tenido suerte con los novios era una morena alta de melena larga y lisa, alta con unos pechos de impresión grandes y bien formados, un buen culo y unos ojos verdes profundos de esos que te llegan al alma cuando te miran. Pensándolo en frío puede que fuese por eso por lo que los chicos no se acercaban a ella. Además para acabar de arreglarlo tengo otra hermana, gemela a ella, son como dos gotas de agua, y siempre iban juntas a todos lados. Perdón me desvío del tema que nos ocupa.
Para aclararnos las llamaré Marta y María, son nombres ficticios porque estoy contando esta historia sin su permiso. Marta es la que acaba de encontrar el novio.
María mi otra hermana dos días después me confesó que veía algo raro en ese chico, que tenía un no se qué, que la ponía nerviosa. Eso me puso la mosca detrás de la oreja, pues María sabe juzgar muy bien a la gente. Marta poco a poco fue apagándose, de día en día se veía más melancólica. Yo realmente no lo entendía, pues debería estar radiante, feliz, como suelen estar los recién enamorados.
Un día Marta vino con una magulladura en el brazo, nos confesó que se había caído viniendo a casa. La magulladura tenía forma de canto, por lo que coincidía con un golpe en el bordillo de la acera. Pero yo no me la crí del todo Ahora era yo el cabeza de familia y decidí actuar en consecuencia.
Me acerqué a Marta y le sugerí que invitase a su maromo a casa para poder conocerlo, ella se puso algo nerviosa pero aceptó. Llegó el día de la velada, tenía ganas de conocer al que había cambiado tanto a mi hermana.
Se presentó media hora tarde, ya empezaba mal, al abrir la puerta me encontré a un tío anodino, más bien bajito, con evidentes muestras de estar quedándose calvo, barriga cervecera, bueno un cromo de tío. Me sorprendió desde un principio su prepotencia, definitivamente me caía mal, pero por mi hermana callé. Pasada una hora de la reunión el tío decidió que se había acabado se levantó y le dijo a Marta:
Nos vamos .
Guapo no quieres quedarte a cenar?- Le preguntó mi hermana.
Te he dicho que nos vamos - dijo el
Y ante mi sorpresa mi hermana se levantó y se marcharon. Empezaba a tener un cabreo considerable. Para calmarme decidí que iría a bajar la basura al contenedor, el paseo me relajaría. Al salir vid que mi hermana estaba discutiendo con aquel imbécil en la puerta de un coche, pensé que sería el de él, pues mi hermana tenía un buen coche y ese era un auténtico trasto. Cuando llegué al contenedor me giré a verlos y en ese momento le soltó a mi hermana una bofetada que la tumbó en tierra. Empecé a verlo todo rojo la ira irrumpió en mí como un volcán y al grito de TE VOY A MATAR salí corriendo en su dirección el muy cobarde se metió en el coche y salió corriendo. Y recogí del suelo a mi hermana magullada, la pobre no paraba de llorar. Mi ira no cesaba y le pregunté donde se había ido. Mi hermana me dijo:
que vas a hacer.
Eso es cosa mía.
No le hagas daño por favor.
Sólo lo mataré pensaba en ese momento, mi hermana cedió ante mis preguntas y me confesó que pensaba marcharse a un bar no muy lejos de allí.
En esos momentos me fui a por mi amigo Sacha, un auténtico armario, era un inmigrante ruso que sentía devoción por mi y nos fuimos a ese bar. No entraré en detalles solo decir que tardó tres meses en recuperarse y que jamás volvió a ser quien era, tanto miedo le dimos que no se atrevió a denunciarnos.
Más calmado me volví a casa con mis chicas. Estaban las dos en el sofá tumbadas Marta llorando desconsoladamente y María calmándola. Mi Madre estaba de viaje y no consideré necesario llamarla pues ya estaba solucionado el tema.
Marta no quiero que vuelvas a ver a ese anormal.
Si Apolo me dijo entre sollozos.
Lo que no entiendo es que con lo guapa y lista que eres te liases con ese... anormal.
Lo hice por despecho el chico que quiero no me hace ni caso - Me confesó
Pero mujer esa no es una razón. A ver quien es ese idiota que no se ha dado cuenta que una mujer tan increíble como tu le quiere- Le pregunté.
Tu bobo - Me dijo María.
Por que crees que no tenemos novio estamos las dos enamoradas de ti.
Esta confesión me dejó paralizado. soin poder reaccionar. Ellas eran toda mi vida las quería con locura, pero nunca me había planteado si sentía ese tipo de amor incestuoso.
No me había dado cuenta perdonad chicas.
Perdonado me dijeron las dos entre risas-
Y se me echaron las dos encima, yo soy un hombre el chip de mi cerebro se había reseteado y ya no las veía solo como mis hermanas, por lo que empecé a reaccionar como era de esperar empalmándome.
Vaya, vaya nuestro hermanito parece que se alegra de nuestros mimos - Dijo María.
Chicas que esperáis sois dos auténticas bellezas y yo no soy de hielo.
María pues habrá que hacer algo para remediar esta situación.
Que propones marta.
Por respuesta me bajó la cremallera del pantalón y me sacó lo polla, no tengo una polla grande se unos 17cm pero es gruesa. Mis dos diosas empezaron a acariciarla cada una alternativamente. Mientras Marta tocaba el glande delicadamente María recorría el tronco y acariciaba mis huevos. Mi polla se calentaba por momentos y mi glande se ponía muy rojo.
- uy esto se calienta hay que refrescarlo- Dijo María
Y se metió el glande en la boca y con su lengua lo recorría todo. Se la sacaba pasaba la lengua por la raja y volvía a metérsela.
- Tienes razón María, pero los huevos también se le engordan voy a tomar medidas radicales.
Y se metió un huevo en la boca lo succionó y pasó al otro. y mientras lo hacia me acariciaba el tronco.
Chicas parad que me vais ha hacer correr.- Les dije.
Y que crees que pretendemos.- dijeron las dos al unísono.
y no pude aguantar más, que habrían hecho ustedes si dos diosas les mamaban la polla, pues como yo, correrse como locos 4 chorros cargadísimos les solté, Las llené completamente de semen.
Mira como nos has puesto la ropa.- Dijeron las dos risueñas
Si nos las tendremos que quitar - Dijo María con un mohín pícaro.
Y Empezaron a desnudarse Marta llevaba un conjunto muy bonito de blusa y falda. María le fue quitando la blusa lentamente botón a botón acariciándole la cara de forma muy sensual. Cuando le quitó la blusa empezó con la falda la desabrochó lentamente, me estaba poniendo malo, que delicia. Subí la cabeza y me fijé en sus tetas divinas de la 100 no bajaban, María le quitó el sostén, primero soltó una teta para que yo la mirase, tenían una aureola normal rosado y un pezón duro ya como las piedras. Luego la otra. Por dios que delicia.
- Ahora me toca a mí- Dijo Marta.
María solo llevaba ua camiseta y unos pantaloncitos Siguió el mismo sistema le hizo levantar los brazos que los lamió de forma sensual y después de un sólo movimiento le sacó la camiseta. María no llevaba sostén por lo que sus tetas aparecieron dando un salto muy gracioso. Idénticas a las de Marta, es lo que tienen las gemelas. El pantaloncito al ser tan estrecho le costó mas de quitar pero eso me dió tiempo a empalmarme otra vez como un animal en celo.
- Arráncanos las bragas - Gritaron las dos al unísono
Y yo no podía defraudarlas, cogí una con cada manos y se las desgarré sin contemplaciones. Estaban tan calientes que poco les faltó para correrse.
- Vamos arriba a mi cama sugerí yo.
Y subimos arriba donde tengo mi cuarto yo duermo en una cama de 2x2 con sabanas de seda, soy así de delicado, les acaricié sus coños depilados mientras las besaba, besos húmedos intensos, sensuales bebiéndonos el alma los tres. Me desnudaron entre las tres rápidamente, querían lamerme el cuerpo entero y yo sus tetas maravillosas. Que delicia de tetas, esas cuatro tetas me estaban volviendo loco las lamía las mordía. Metía sus pezones en la boca succionándolos. Me ponían a mil. María se metió mi rabo en la boca y la detuve.
- Es mi turno dije yo.
Y empecé a comerme su coño primero lamí sus labios superiores y la hice dar un grito de placer. En ese momento Marta puso su coño en la boca de mi hermana y ella se lo empezó a comer. Al tocar el clítoris se empezó a correr de una forma salvaje. Al igual que mi otra hermana. se corrieron de la misma forma las dos. Gritando como locas y diciendo salvajadas como “cabrón tu si que saber hacerse correr a una puta como yo”. Nunca había visto dos corridas simultáneas tan largas me encantó.
Nada más dejar de gritan le metí a María mi polla entró de un solo empuje y eso que es gruesa, estaba lubricada más no poder. Y empecé el mete-saca. No paraba de gritar y cogerse los pechos por lo que Marta empezó a lamerle los pezones en 5 minutos se había corrido.
Cambiamos de posición , enseguida me di cuenta que a Marta no le gustaba tanto el sexo salvaje, como a su hermana, por lo que se la metí muy despacio para que se diese cuenta de su grosor y empecé un mete-saca más lento más sensual notando la calidez de su coño era extraordinario. María se puso detras de ella y empezó a acariciarle las tetas la cara y el cuerpo entero. Marta suspiraba más que gemía y a los diez minutos se corrió.
Yo estoy a punto de correrme y no llevo protección.- LAs avisé.
Tranquilo tomamos la pastilla córrete dentro de Marta- Me dijo María.
Y así lo hice una corrida no tan abundante como la primera pero nada desdeñable.
Nos acostamos los tres en la cama yo entre ellas dos.
Y ahora que haremos, lo que hemos hecho es inmoral.
y que somos los tres adultos y lo hemos hecho de mutuo acuerdo - Me contestó María.
Ahora tienes dos novias si nos aceptas.- Marta respondió entre risas.
Por supuesto que os acepto amores.- Les contesté.
Y así nos dormimos los tres abrazados.
Mi manada crecía el macho alfa seguía marcando terreno.