Acostado con mi hermana
Dos hermanos de 19 y 18 años, terminan juntos en una cama...
ACOSTADO CON MI HERMANA
Al tener dos padres que trabajaban era frecuente que con mi hermana estuviésemos solos casi todas las tardes de la semana, salvo un día a la semana donde venía una señora a planchar y en época de vacaciones, era estar prácticamente solos todo el día, ya que yo con 15 años y mi hermana con 14 años éramos lo suficientemente grandes para estar sin el cuidado de los padres.
Nunca había mirado con otros ojos a mi hermana. No teníamos problemas de compartir el baño mientras hacíamos nuestras necesidades, pero nunca vernos completamente desnudos como entrar mientras el otro se estuviese bañando.
Pero fue una tarde de verano, cuando cada uno en su cuarto disfrutábamos esos gloriosos días de verano lejos de los estudios. Recuerdo que estaba viendo una película en mi cuarto y me levanté a buscar algo para beber al refrigerador. Al pasar por el cuarto de mi hermana veo la puerta de su cuarto entreabierta y solo por curiosidad de saber que estaba haciendo me asome.
Mi hermana dormía placidamente con una pierna recogida y la otra estirada, abrazando la almohada. Sin meter ni un ruido para no despertarla, estaba punto de cerrar la puerta, cuando me doy cuenta que los pantalones cortos que usaba esa tarde, que eran bastante holgados se habían subido mas de la cuenta y me mostraba una perfecta visión de su sexo. Me quede parado en la puerta, inmóvil, contemplado semejante espectáculo. Era mi hermana, pero a la vez era la primera concha que veía en mi vida. Mi mente quedo en blanco, con mi mirada fija en su entre pierna, mientras mi cuerpo instantáneamente reacciono. Un segundo de cordura me hizo salir del cuarto sin emitir el mínimo ruido y entrar a mi cuarto. Sin embargo la escena de mi hermana en esa posición quedó grabada en mi mente e instintivamente mi mano me sobaba mi miembro por sobre mi pantalón. Seguramente se había puesto esos cómodos pantalones para dormir a gusto y por lo mismo se había sacado su ropa interior. Mi mente no se podía concentrar en otra cosa y aun pensando en que esa mujer era mi hermana, me encontré afuera de su cuarto tomando el valor para volver a entrar.
Mi cuerpo pudo más que mi cordura y sigilosamente entre. Ella permanecía en la misma posición, completamente dormida, llegando incluso a roncar, mientras me mostraba toda la hermosura de su sexo.
Como un gato al acecho me agache y gatee hasta llegar a los pies de la cama, con un dolor en el estómago por el miedo a ser sorprendido por ella, mas la cordura contra la calentura siempre pierde y levantando apenas la cabeza para tener una mejor visión
Divinamente el pantalón corto se había corrido dejando su hermosa vulva al aire, hermosa rosada, de labios hinchados con una leve vellosidad por los contornos. Casi podía imaginar el aroma que emanaba tan precioso y virgen cavidad. No se cuanto tiempo estuve en esa posición, mirándola y tocándome ante tan divina imagen, mas por precaución tuve que salir del cuarto. La imagen quedaría grabada en mi mente por tiempo y fue causal de muchas pajas en su nombre.
Sin embargo después de eso , mi hermana despertó en mi un sin fin de sensaciones extrañas hacia ella, ganas de estar con ella, ganas de espiarla , ver sus movimientos , buscar entre sus cosas, incluso, lo mas delicioso para mi, hurgar entre la ropa sucia y masturbarme con sus prendas interiores oliéndolas, mientras mas sucias , mejor.
Físicamente mi hermana no era una mujer que sobresaliera del grupo, no para nada, pero tampoco era fea. A sus 14 años ya su cuerpo estaba tomando forma de mujer, se estaban anchando sus caderas, su busto ya comenzaba a notarse, de piernas normales, color de piel un poco mas clara que la mía, yo soy moreno, pelo largo , negro. No era de vestirse provocativa en sociedad, pero en la casa era habitual verla usar poleras sin sostenes, o pasearse en calzones, claro que siempre con poleras largas que tapaban su culo.
Trate de volver a verla de esa forma, pero nunca se presentó la oportunidad, incluso una vez que entro a bañarse me subí al entretecho de la casa, para ver si podía verla por la lámpara colgante del baño que estaba mal puesta ( y movida apropósito ) , pero solo la vi desnuda desde arriba y por solo segundos cuando pasaba por el lugar que accedía mi mirada , pero sin ver prácticamente nada.
Después de muchos intentos y fantasías con ellas, el tiempo paso y esa obsesión también se desvanecieron. No fue hasta 5 años después, un verano, cuando nuestros padres se marcharon unos días con unos amigos a la playa, dejándonos solos en casa, yo con 19 años y mi hermana con 18.
Nuestra relación de hermanos era normal pienso yo, sin tomarnos mucho en cuenta uno u otro, pero siempre prestándonos apoyo al momento que lo necesitáramos. Dentro de esos días, unos amigos de mi hermana le pidieron la casa aprovechando que estábamos solos para hacer una fiesta. Mi hermana hablo conmigo y como teníamos algunos conocidos en común en el grupo, no puse problema
La fiesta resulto muy buena, sin mayores inconvenientes. Todos la pasaron muy bien, los vecinos no estaban tampoco, por lo que no teníamos reclamos de ellos, en fin, muy agradable. Ya un poco tarde, cerca de las 3 de la mañana, un primo mayor que yo , se acerca y me dice que ponga atención con mi hermana, que se le estaban pasando las copas y que había un tipo muy interesado en ella. Disimuladamente me acerqué a donde estaba mi hermana y efectivamente se notaba que estaba algo pasada de copas. Me hice el serio y la tome del brazo separándola del tipo que la estaba conquistando. Ella en vez de enojarse como yo pensaba, me sacó a bailar y me dijo que no me preocupara, que el tipo no le interesaba para nada.
La noche estaba llegando a su fin, solo quedando un par de amigos mas cercanos que nos ayudaron a mover los muebles dejando el aseo de la casa para mañana. Mi hermana estaba sentada en el sofá, con bastantes copas de mas, pero nunca perdiendo la cordura. Despedimos a estos amigos y apagando las luces subimos a acostarnos. Por seguridad la abrace para que no se fuera a caer en las escaleras
Ella se reía de todo, me hablaba de lo bien que la habíamos pasado y como nos teníamos que levantar al otro día a ordenar todo el desorden que había quedado. La deje en su cuarto y me metí al cuarto de mis padres. Ella salió de su cuarto solo en calzones y la misma blusa que estaba usando en la fiesta al baño. Al pasar por el cuarto se dio cuenta que yo me estaba desvistiendo y cuando me preguntó el por que dormiría en ese cuarto le dije que como yo era el mayor y a mi se me había ocurrido. Ella aun riéndose y haciendo sus payasadas se salto a la cama, diciendo que ella, por ser mujer le correspondía dormir más cómoda. Comenzamos un pequeño forcejeo yo tratando de sacarla de la cama, lo que derivo, que yo ya estando en calzoncillos me frotara contra su cuerpo. En una especie de llave de lucha libre, mi cara quedo apoyada en su culo, mientras mi pierna le hundía la cabeza en la almohada. Ella se rindió, pero esos segundos que la tuve así, me hizo recordar esa hermosa cosita que tenía guardado bajo esos diminutos calzones. Aun excitado, preferí soltarla y decirle que ya era tarde y que me acostaría, ella metiéndose bajo las ropas dijo que ella también dormiría ahí.
Apague las luces y me metí bajo la ropa, mi hermana se acomodaba para dormir, mientras yo empalmado trataba de pensar en otra cosa y no que estaba acostado con ella. En la oscuridad, veo que mi hermana se sienta en la cama y diciendo que estaba muy incomoda, se desabrocha la blusa y la arroja a los pies de la cama. No obstante con eso, mi hermana con su pierna comienza a jugar con la mía, subiéndola y bajando, llegando cada vez mas arriba. Era tal mi calentura que ni siquiera podía decir algún comentario y mucho menos moverme.
Estaba inmóvil en la cama, sintiendo la pierna de mi hermana jugar con la mía, cunado esta se da vuelta y me pasa un brazo por sobre el pecho. Luego toda su pierna se coloca sobre mis muslos, dejándome helado al darme cuenta que si mi hermana movía la pierna un poco mas, era inevitable que se diera cuenta del tamaño de mi verga en todo su esplendor que aprisionada en mi calzoncillo, ya comenzaba a mostrar su punta sobre este.
Mi hermana respiraba profundamente cerca de mi oído y su pierna aun se movía de abajo arriba. Podía sentir su sexo frotarse contra mi muslo y su mano que buscaba el mejor acomodo en mi pecho desnudo. Tal cual como dije, inevitablemente mi hermana sube un poco mas la pierna y se encuentra con un duro pedazo de carne aprisionado bajo la tela. Como acto reflejo, bajo la pierna inmediatamente, dando acuso con su respiración sobre la sorpresa que se encontró. Mas, pasado un par de minutos, siento que nuevamente su pierna se coloca sobre mi pelvis, ahora sin moverse, dejándola inmóvil , sintiendo sin duda lo que aprisionaba bajo ella.
Su respiración era mas agitada, podía sentir su corazón latir mas fuerte. Ambos inmóviles, sintiendo nuestros cuerpos, mi concentración al máximo por evitar que mi verga se moviese, pero fue inútil. Como con vida propia esta se estira y se acomoda, haciendo presión con el cuerpo de mi hermana, que en vez de retirarse, ejerció un poco mas de presión sobre esa zona.
Ya mi calentura estaba al máximo, sentía la respiración muy agitada de mi hermana y ya voluntariamente volví a mover esa zona sintiendo la respuesta positiva de ella a mi movimiento, apretándola más nuevamente. Una y otra vez lo volví hacer, pausadamente, esperando unos minutos antes de volver a moverla y siempre recibía su misma respuesta. Estos movimientos continuaron, cada vez mas frecuentes, al punto que parecía que me estaba masturbando contra la pierna de mi hermana y ella moviéndola poco a poco de arriba abajo hasta que de interior salio un pequeño gemido que me hizo estremecer. Aun con miedo, pero excitado me atrevía a bajar mi mano y tocar sus muslos, suaves, exquisitos, acariciándoselos suavemente al compás de nuestros movimientos, hasta que mi hermana, sin ni un aviso se montó completamente sobre mí
Ya no teníamos nada que ocultar, ambos estábamos excitados y nos movíamos al compás, rozando fuertemente nuestros sexos. Mi hermana me abrazo fuertemente y con su boca en mi oído gemía desesperada, mientras mis manos le manoseaban completamente el culo, apretándoselo, empujándola contra mí.
Mis manos bajaban cada vez mas hasta que hicieron contacto con los que años antes había despertado toda esa calentura. Mi dedo se metió en esa húmeda cavidad, masturbándola frenéticamente. Mi hermana me mordía la oreja y gemía como una loca, moviéndose de arriba abajo, apretándose y restregándose fuertemente contra mi verga. No paso mucho rato cunado con unos gritos desesperados en mi oído me dijo - ¡dale! comprendiendo que llegaba a su orgasmo. Tan solo escucharla me descontrolé y sintiendo que ella acababa, yo también comencé a descargarme copiosamente.
Mi semen se quedo desparramados en nuestros cuerpos y poco a poco nos fuimos relajando. Solo permaneció unos segundos sobre mi y luego se bajó, dándome la espalda. A los poco minutos se levanto y salio del cuarto yéndose al suyo.
No hubo penetración, no fue necesaria para sentir uno de mis mayores orgasmos de mi vida. Me quede penando en lo sucedido con mi hermanita, viendo como el cuarto se aclaraba con la llegada del amanecer.