Acosos temporales

Me sentía petrificada, al ver como se agachaba hasta introducir su cabeza entre mis piernas, al tiempo que retiraba al fin mis braguitas.

ACOSOS TEMPORALES

Hola, me llamo Susana, ante todo gracias a todos los que me habéis leído, sobre todo aun más agradecida a aquellos que me habéis escrito. Agradezco de corazón, que os haya gustado e incluso que os haya sido tan placentero, como a mí relatarlos.

Ante todo me debo disculpar, pues no siempre puedo responder a todos los que me habéis mandado vuestro email, pero os aseguro que los leo con el mayor de las satisfacciones, y en la manera de lo posible os contestare. Pero lo más difícil es responderos por el Messenger, pues ante la cantidad de pestañas que delatan vuestra presencia. Llegando a veces hasta 150 pestañas aclamando mi presencia, llegándose incluso a colgarse el Messenger, por lo que desde aquí os doy las gracias y muchos mandos un beso muy tierno en esa parte de vuestro cuerpo que mas deseéis. Os recordaré que soy una ardiente chica del sur de Andalucía, de 23 años, morena, de ojos castaños, de 1.75m de altura, 90/59/88 aprox., y bisexual. Me considero una chica simpática, abierta, extrovertida, atractiva, inteligente, en otras palabras una sin vergüenza integral, muy buena gente, simpática y bastante loca... vamos una chica con la que se puede pasar un buen rato (joder, algo más de 15 minutos… bocazas absteneros).

Me gusta conocer gente, descubrir cosas nuevas, divertirme, lo típico de una chica de mi edad (tengo una manera especial de ver la vida creo, que os habéis dado cuenta). Me gusta salir, hacer locuras, aunque me sea difícil de reconocer que me gusta beber (joder, no soy alcohólica… pero debería de controlarme algo). Soy conciente que por mi forma de vestir, me hace ser más destacable para ser manoseada, aunque no soy ni fetichista, ni exhibicionista, simplemente me gusta vestir, de forma que realce mi cuerpo (joder, como decía mi abuelo tengo un cuerpo de perdición), me gusta que las partes mas sensuales de mi cuerpo sobre salgan, aunque a veces me digan que parezco un "zorrón". Dicen que tengo un hermoso cuerpo (como decía mi difunto abuelo de pecado), me considero una mujer ardiente, de mente muy abierta, siempre deseosa de ampliar y probar nuevas experiencias. Me considero lo bastante joven como para disfrutar del sexo, de gozar de todas las diferentes formas y posturas, pues mi adicción me hace a veces a llegar tal punto, que incluso yo misma me ruborizo, y no os digo a vosotros.

No me considero una estrecha, pero me molesta muchísimo que me pidáis que conecte mi Cam… sin saber al menos si la tengo (ostias, salidos de mierda… os deberían de capar a todos). He de explicaros, que mis gustos en general, aunque lo niegue es la morbosidad de ser manoseada en publico, de sentirme acariciada, siempre que sean lugares públicos (coño, es tal la morbosidad, que es difícil describirla, pero os la intentare relatar). He mantenido relaciones con hombres maduros (joder, por que coño no van a disfrutar ellos también, es una sensación morbosa ser manoseada por viejos, no es vicio solo es puro morbo). Deberíais de aprender de ellos, pues muchos de ellos tienen la experiencia necesaria como para hacernos disfrutar. E incluso muchos de ellos, no tiene nada de envidiaros pues con semejantes maquinas nos hacen llegar, a diferentes tipos de satisfacciones y disfrute que a veces me hacen no solo perder el norte sino, el tiempo, pues algunos son verdaderos machos a la hora de dar placer.

No os ofendíais de la verdad, aunque os duela pero lo importante no es que la tengáis muy grande, sino que sepáis darnos satisfacción, Que nada mas salgáis de la cama, digamos hay va mi hombre. No siempre buscamos cantidad sino más bien calidad, que hoy día ya no os preocupáis de esos minutos preminilares que tanto deseamos, lo que deseamos es que disfrutemos… pero ambos, pues incluso después de habernos echo al menos llegar a dos hermosos y geniales orgasmo, lo que mas deseamos es que disfrutéis vosotros, nos gusta que os venga en un tiempo prudencial… y dentro de un preservativo (joder, que no queremos problemas dentro de unos 9 meses, y aun menos que nos peguéis algo raro). Lo que me he dado cuenta a veces, que no os dais cuenta de cuando nos viene, e incluso menos cuando los disimulamos. Muchos de vosotros pensáis, que entre vuestras manos tenéis la consola de la "Game" (joder, que somos personas), que ha veces nos tratáis peor que a un animal (ojo, no todos).

Demostrarnos que nos amáis, hacernos disfrutar y sonreír (coño, que estoy cansada). Cabrones, si tenéis más ternura con el puto móvil de las narices que con nosotras, y joder menos correr… que ni sois Fernando Alonso, ni nosotras somos Hamilton (Joder, haber si sois más sensibles). Bueno basta de tantas palabrerías, voy a narraros una mas de mis confesiones, sabéis a veces me llevo escribiendo unas horas en mi PC por las noches, como hacia en mis tiempos de adolescente, haciéndome recordar la cantidad de confesiones que os debía de narrar. Con la consecuencia de dejar a medias la que estoy escribiendo, para comenzar una nueva, al final no acabo ninguna ni la primera ni la ultima, acabando chateando con algún chico o chica. Os narrare mi nueva confesión en referente a vuestra petición, sobre los abusos ejercido de mi sobre mi. Os debo confesar, que siempre he creído que lo ocurrido desde mi adolescencia ha sido un sueño, puntualizare una pesadilla, quizás hasta sea cierto que sea producto de mi imaginación como mi madre me dice, comentándome que algunas niñas deseamos que nuestros padres sean nuestro primer amor, quizás referente al sexo sea imaginación.

Pero no tiene respuesta alguna, cuando le comento por el maltrato tanto físico como psicológico, a veces con pruebas mas que visibles. Cuya contestación a veces, es que me lo merecía pues a veces mi conducta no ha sido la esperada, por lo que debía de ser castigada y metida en verea. Muchos de vosotros me preguntáis por el motivo de mi odio hacia mi madre. Mi mayor motivo ha sido, el no ejercer como prometió ante la iglesia cuando se caso, esos votos que tan alegre divulgo a los cuatro vientos. No solo amar a su prójimo, sino el satisfacerle plenamente y precisamente no lo cumple. Como bien que sabéis mi padre siempre ha sido muy fogoso (joder, no puede decir mi padre que no salgo a el), continuo no puedo decir lo mismo de mi madre, por lo menos creo que desde que me tuvo a mi, por lo que esa virtud la tiene nula. Intento recordar desde que edad mi padre abusa de mi, y os debo confesar que me cuesta, las primeras visiones son de cuando apenas había cumplido los 12 años, e incluso quizás podría ser de antes.

Recuerdo cuando se metía en mi cuarto, no solo a regañarme sino a veces a contarme alguna cosa que la verdad ni yo misma las entendía. Mientras notaba como una de sus manos la había posado sobre mis piernas, acariciándome desde las rodillas hasta mi cintura, perdiéndose entre mis piernas a medida que llegaba a medio muslo, sintiendo esos dedos frotar sobre mi inocente pubis, hasta notar como mis labios vaginales se me hinchaban e incomprensivamente me humedecía toda, hasta sin saber por que sentía un calor que invadía por completo mi cuerpo, para mas tarde tras notar un cansancio y un sueño quedaba rendida. Para finalizar mi padre por repetir la misma operación, pero con mi culito al cual hacia mas hincapié, pues a medida que pasaba el tiempo llegaba hasta colocarse de manera, que introducía sus rostro entre mis nalgas, me sentía confundía pues sabia que eso estaba mal pero siempre tenia una respuesta bastante coherente o incluso alguna que difícilmente me podía negar.

Sigo, aun recuerdo esa respiración entre mis nalgas avanzando hasta llegar a mi orificio anal, para sentir como algo viscoso y blando, jugueteaba con mi orificio al principio me hacia cosquilla, para convertirse en una sensación agradable pues poco a poco se iba introduciendo dentro, al tiempo que notaba con cierto dolor como algo mas grueso y largo me lo iba introduciendo (joder, no seáis mal pensado… aun no me penetraba con su miembro, sino con sus dedos). El muy hijo de puta, se llevo de esta forma al menos un año casi completo, donde noche tras noche pasaba por mi cuarto a darme las "buenas noches", llevándose al menos horas conmigo hasta salir satisfecho, pues en cierta ocasión descubrí como mientras me manoseaba y hurgaba en mis orificios con una de sus manos. Con la otra se satisfacía, dejando huella de su presencia en mi cama, de esa presencia viscosa y blanquecina pegada a las sabanas de mi cama o de mi camisón. Durante un tiempo note como mi padre dejo de visitarme, al principio me sentí aliviada pero me sentía extrañada, pues cada noche al escuchar como el sonido procedente del cuarto de mis padres, del abrir de la puerta, los pasos a través del pasillo hasta las escaleras, cierta noche me hizo levantarme, ignoro la causa pero mi intriga era aun mayor.

Con sigilo lo seguí cierta noche, descubriendo como acababa la aventura de mi padre en la habitación de la chica de mantenimiento. Si era excitante seguirlo, aun mas era espiarlo a través de esa puerta mal encajada. Descubriendo como mi padre, cogia la esta chica en diversas postura hasta que ambos entre exclamaciones, palabras prohibidas por mi, jadeos y respiraciones aceleradas, se quedaban quietos ambos, para salir yo corriendo hacia mi cuarto por evitar ser pillada (coño, como disfrutaba que morbo). Por otro lado no deseaba la presencia de mi padre, por que sentía unos cambios en mi cuerpo que lo ignoraba, sobre todo en mi vagina la cual no solo la notaba húmeda, sino molesta pues no solo era un escozor sino hasta una viscosidad (joder, la regla). Obviamente no siempre fue tan sencillo espiar a mi padre, pues no se como ocurrió cierta vez, cometí un error (joder, patosa de mi), sin querer di a una puta escoba siendo descubierta por esta. Saliendo estos como un rayo del dormitorio, acabaron por descubrirme a mi padre no le cayó precisamente bien que lo espiara, que descubriera que engaño a mi madre parecía darle igual, castigándome por ese echo, siendo de lo más cruel y hasta despiadado.

Aunque en verdad la idea del castigo, fue de la chica que en esa ocasión trabajaba en casa, la cual dio la idea a mi padre. Antes esta me pregunto una serie de preguntas la cual iba desde que si he tenido mi primera menstruación, hasta algún cambio en mi cuerpo, a la primera pregunta mi padre callaba a la segunda con rapidez salio al paso. Su castigo fue de lo más cruel, pues en presencia de esa chica me penetro mi orificio anal, no sin antes de haberme preparado ambos, dejándome mis orificios de los más dilatados, siendo el elegido por mi padre el anal. Mi padre siempre me comentaba que le gustaba que me colocara pantalones, pues le gustaba como mis nalgas se marcaban, notándose como las contoneaba. El como se jactaba en decir, que era su devoción desde que yo era pequeña, pues como alardeaba mis nalgas eran pequeñas, duritas y bastante estrecha, siendo la penetración de lo mas satisfactoria (joder, me comentaba, que ese iba a hacer nuestro secretó). Me comentaba que mis nalgas era la puerta de atrás, y que iba hacer suya hasta que algún chico, al cual yo elija me haga mujer, entonces ya pensara hacerme suya. Las palabras era el castigo despiadado, pues escucharlo mientras la muy zorra me miraba sonriente, una digamos latina de mierda (excusarme, pero no diré la procedencia por no faltaros a los demás).

Aunque a ella la odio tanto a mi padre, en cierto sentido digamos fue la primera mujer que me hizo gozar, el notar como esa lengua relamía y hurgaba en lo más profundo de mi cuerpo, haciéndome gozar mi cuerpo inocente. Hasta que separándose de mi dejo paso al semental de mi padre, el cual con aquel inmenso vástago me dejo desechar hasta notar como un hilo de sangre llenaba mis muslos. Como la sacaba de mi, mezclada de sangre con excremento y tras limpiarla la volvía a meter, para después un tiempo que ya ni me importaba me dejo echada sobre la cama, de esa chica. Una vez finalizo, tras descansar me cogio hasta llevarme a mi dormitorio, donde previamente antes de marcharme, limpio todo rastro que signifique que he tenido abuso alguno y se marcho no volviéndome a visitarme, ni en las noches previas ni en varios meses después. Pero no os niego, que su actitud haya cambiado pues si os comento que su osadía ha llegado, hasta el punto que a plena luz del día, no solo ha intentado meterme mano sino hasta lo ha logrado. Desde un manotazo en mis nalgas, una nalgada o incluso ha veces ya sea en su despacho, en el salón o donde el se encuentre, cuando me acerco hasta el, no oculta cuando me introduce su mano por debajo de mi falda.

Manoseándome, frotando mis labios vaginales hasta notar como mis braguitas se me humedecen, y no solo precisamente por la excitación. Creo recordar que cuando fui a casa de una amiga semanas después, fue esta quien me aconsejo que debiera de ver a un medico después de haberle comentado lo sucedido, me comento que si mi motivo es por confidelidad me recomendaba, que fueran sus padres quien me pudieran hacer una exploración, pues ellos eran médicos…para ser exacta ginecólogos. Los cuales obviamente como profesionales que son, lo primero que me comentaron que al ser menor de edad debía de estar acompañada de un adulto, o en todo caso que mis padres estuvieran al tanto de mi visita. Algo normal pues no querían líos, pero después de haberles comentado algunas cosillas, como que comprendieron rápidamente mi temor hacia que mis padres supieran mi estancia allí, decidieron que no era necesario su permiso, haciéndome una exploración a fondo (ostias, os aseguro que desde ese día hasta hoy decidid, que fueran mis ginecólogos… bueno entre otros motivos). Me comentaron que no me preocupara por nada que estoy perfectamente, no hay signos de posible embarazo y el desgarro es mínimo. Al haberme penetrado analmente, no tengo problema de embarazo por si quiero continuar practicándolo.

Por otro lado, mi preocupación por el abundante líquido que sale de mi vagina, no era peligroso ni alarmante, pues tal líquido transparente o incluso blanquecino que sale de la vagina, me ayuda a prevenir que mi vagina se seque e incluso me protege de las infecciones, que la cantidad de flujo variara con el ciclo menstrual, entre otras cosas que me dejaron de lo más tranquila. Recuerdo que me extrañe que tuviera la menstruación con solo doce años, aunque me calmaron comentándome que normalmente se tiene entre los 11 y los 15 años, me comentaron que habré notado algunos cambios en mi cuerpo (joder, si me hubieran visto el volumen de mis pechos en solo días). Aunque eso en verdad depende de cada chica, de la constitución y hasta de la genética, continuo me indico que tendré la regla cada 28 días por lo que debía de tener cuidado para posibles embarazos, aunque en mi caso con la edad que tengo y la moralidad de mis padres no hay problemas. Los cambios que seguramente he notado, es como comienzo a tener pecho, vello corporal sobre todo en ciertas partes de tu cuerpo, por lo que me aconseja durante cierto tiempo la depilación (coño, recuerdo bien como la ginecóloga se me ofreció a instruirme como debía de hacerlo).

Me indico que puedo sufrir cambios de humor, mal estar, dolor abdominal, etc., siendo el resultado que me venga el síndrome premenstrual. A lo largo de mi vida he sentido el abuso de mi padre, ha habido épocas en la cual mi padre se metía en mi cama con la única satisfacción de poder tocarme, y en otras penetrar mi orificio anal, hasta quedarse vació. Ha veces venia cada noche a apagar sus necesidades que evidentemente como comentaba no las ha podido saciar con mi madre, la cual no le dejaba hace tiempo consentir e incluso a veces que la tocara. Os voy a confesar lo que ocurrió cierta vez, os diré como anecdótico que la noche anterior mis padres habían salido a cenar dejándome a mí a cargo de una amiga de ellos, hasta que vinieron en la noche. Cuando yo dormía no se que hora era, sentí como la puerta se entre abría pensé que debía de ser mi padre, en busca de poder apagar su sed conmigo, en cierto sentido yo también lo esperaba, pero cuando oí la voz de mi madre sentí como un vuelco en mi corazón. Pensé que quizás durante la cena, mi padre le habría contado algo por lo que me asuste muchísimo, pero continué haciéndome la dormida a la espera de que haría. La escuche caminar hacia mi cama con esos zapatos de tacón, hasta llegar hasta mí comenzando a zarandearme hasta despertarme, tras disculparse se sentó junto a mi.

Comenzó a comentarme una serie de cosas, que la verdad sea cierta no o no ni me entere de la ni la mitad, quería que esa noche le hiciera un favor para ella, que por otro lado es un favor hacia mi padre. Comentaba que no debía ni incluso de comentármelo, pues era pecado y que ella iría al infierno por solo proponérmelo, pero la fuerza de mal podía sobre su voluntad y ella es cobarde (ostias, cierto que ni la entendí ni la mitad…verdad). Procedió comentándome que no solo se trataba de favor sino de algo que debía de hacer, en aunque al principio me dolería, a medida que lo estuviera practicando me gustaría, sintiendo hasta cierta satisfacción que desearía continuar. Por otro lado, es hasta instructivo pues debía de explicarme una serie de cosas, la evolución de los órganos femenino y masculino, cambios en mi cuerpo, hormonas y el sexo… referente a ese último punto, es el favor que me debes hacer. Comenzó primero a a preguntarme cosas intimas, que por mi edad no debía de responder pues debía de ignorarlas, aun mas su significado. Al tiempo que sus manos se dirigieron hacia mi cuerpo, hurgando entre primero para palpar después, para continuar por introducir sus manos por mi camisón, sintiendo como manoseaba mis intimidades, al tiempo que fue retirando algunas de mis prendas que comentaba que molestaban.

Joder era mi madre, no supe como reaccionar, y mucho menos que hacer, sentí sus manos en mi pubis al tiempo que una de sus preguntas se refería a mi virginidad, mientras sentí como de forma violenta introducía sus dedos en mi interior hasta toparse... precisamente con eso mi virgo. Estaba tan tontada como asombrada de su acción. Sus manos las ascendió hasta mis pechos tocándomelos de una forma extraña, tanto que hasta sentí mis pezones endurecerse y una extraña sensación, aunque conocida al notar mis braguitas humedecerse. Mandándome que me levantara al tiempo que apareció mi padre por la puerta, caminando hacia nosotros sentándose sobre la cama, donde mi madre le instaba a que me tocara (Dios, hijos de puta quizás era un pesadilla).

Intente taparme con lo que pude, mientras mi madre tiraba de mis braguitas hacia abajo, intentando sujetar con fuerza. Mi madre instaba a mi padre a que me tocara, comentándole mi padre su negación insistiendo ella nuevamente, mientras yo entre sollozos les pedía que abandonara mi habitación y que me dejaran en paz (coño, no es lo mismo que tu padre abuse de ti, que sea tu madre quien se lo proponga). Escuchaba comentar a mi madre, que era una manera más fácil y rápida para que mi padre le dejara en paz, que de esa manera no habría problema de embarazos premeditados, de indenminaciones millonarias y lo mejor que quedaba en casa y en familia. Hay ocasiones que duelen más las palabras que los hechos, esta es una de esas ocasiones.

Os comentare, que mi padre actuaba conmigo como si fuera la primera vez, pues tampoco deseaba revelar, que ese cuerpo hacia tiempo que ya lo conocía. Se mostró temeroso, aun mas cuando fue mi madre quien cogiendole la mano, la dirigió hacia mis intimidades, la verdad es que estaba muy excitada. Me sentía petrificada, al ver como se agachaba hasta introducir su cabeza entre mis piernas, al tiempo que mi madre retiraba al fin mis braguitas. Para sentir sus labios a mis labios vaginales, comenzando primero por besar mis labios vaginales, para luego continuar chupándolos, mientras suspiraba. Comenzó a introducir sus dedos en mis orificios, sentía mucha que vergüenza aunque sobre todo era humillación lo que sentía, pensar que era la puta de mi madre, quien era quien instruía a mi padre.

Con voz autoritaria me comento que me levantar, dejando a mi padre ocupar mi posición en la cama, para continuar obligándome a agacharme sobre el, al tiempo que mi madre le abría la bragueta e introducía su mano dentro, sacaba el miembro de mi padre, el cual comento a mi madre a modo de sugerencia que fuéramos las dos quien le diéramos un par de lametones. Recuerdo como mi madre, tras comentarle unas palabras continuo con su labor, pues comenzó a pajear a mi padre al tiempo que posando su otra mano sobre mi nuca, comenzó a presionarme hasta introducirme su miembro dentro de mi boca, sintiendo arcadas y hasta nauseas por la manera (ostias, me sentía utilizada mas que forzada).

Tras un buen rato tragando ese miembro, sacándola de mi boca y volviéndola a meter al ritmo que marcaba mi madre, desconocida para mí hasta ese día. Mientras iba retirando su mano de mi nuca, fue observando como tras sacarme el miembro de mi boca, recorrí el tronco con la lengua, marcando sus venas con satisfacción. Al tiempo que se levantaba de la cama, caminando hacia el fondo de mi dormitorio, dejándose caer sobre un butacón quedándose sentada, mientras observaba como mi padre abusaba de mí, con su consentimiento. Creo que mi madre debía de estar bebida, o quizás hasta drogada, pues a ella siempre la he conocido con un grado de moralidad que era tajante. La muy puta, después de comentar algo que apenas escuchamos, se levanto y se marcho caminando hasta su dormitorio, pues escuchamos el portazo. Creo que quizás se dio cuenta de lo que había echo, y en vez de actuar a modo de arreglar lo que había echo, se marcho acobardada, e incluso avergonzada dejándome en manos de mi padre. Pero no creáis que mi padre, hizo mucho mas pues tras haberse marchado mi madre el hizo lo mismo, pero no hacia su dormitorio sino hacia el dormitorio de la chica de la casa.

Con el tiempo he aprendido a disfrutar, si es verdad me dejo hacer, se que pensáis que soy tan culpable como el por consentirlo, pero se que si lo denunciara tendría la batalla perdida y aun mas estaría en la calle sin nada, por lo que decidid en su día aguantar hasta que pudiera salir de esa casa. Pues al final de nada me sirve oponerme, se que si mi madre me hubiera ayudado a dar el primer paso… quizás, pero en ningún momento me apoyó. He tenido que aprender a disfrutar (a la fuerza), y creo sinceramente que hasta esas sensaciones ha sido como el molde a seguir en mis relaciones, en otras palabras mis gustos por los hombres maduros, y por las relaciones en la cual la fuerza es un condimento. A lo largo de mi confesión os narrare, episodios de mi vida, aunque en verdad han sido bastantes, solo os narrare algunos mas por no alargarme demasiado con ellos, dejándolos para mas adelante e incluso aquellos que no solo han sido humillantes sino hasta denigrantes.

Bueno comenzare por comentaros lo que me ocurrió en una ocasión… bueno mentira me suele ocurrir casi siempre, por no deciros a diario, aunque siempre han sido por temporadas. Mi padre me dejaba tranquila, pues buscaba no solo la compañía de otras chicas, que no solo pueda saciar su apetito sino sus vejaciones. Bueno continuare con esta pequeña confesión, os diré que por ejemplo esta me ocurrió después de haber cumplido los 18 años. Como sabéis aun vivía en casa de mis padres, pues quería acabar mis estudios para poder encontrar un trabajo el cual me pudiera independizar, y si eso significaba que aun mi padre pudiera abusar de mi cuerpo, pues por que no lo podría hacer siempre que no me afecte a mi mente, si se que resulta algo confuso pero yo me entiendo y eso es lo importante.

Bueno continuo, en una ocasión que estaba estudiando en mi cuarto, recuerdo que me entro algo de hambre y fui hacia la cocina en busca de algo que llevarme a la boca, y de paso llenarme el estomago (joder, que mal ha sonado… verdad). Sigo, como he comentado estaba estudiando en esa época de exámenes, en la cual estaba todo el día y parte de la noche tirada en la cama o sentada en mi escritorio hincando los codos (joder, soy de las que denomináis empollonas, pues he acabado mi carrera en tres años). Recuerdo que esa noche, como única prenda llevaba unas braguitas tipo short, por lo que cuando me decidí bajar a la cocina, no cogi la bata y me dirigí a esta, donde los pasillos permanecían en silencio. Nada mas entrar en la cocina me lleve un susto enorme, pues no esperaba a nadie y aun menos a mi padre, mas por la hora que era.

Mi padre aun estaba vestido, nada mas verme me pregunto por mi presencia, mas por la hora que aun estaba levantada, cuando le comente el por que, se mostró comunicativo y respetuoso, e intentando entablar una conversación. Tras indicarme que me sentara, tras comentarme que la verdad que hacia tiempo que no lo hacíamos, que la gran verdad es que nunca habíamos tenido una sin que esta acabara con una sonora bofetada. Sus palabras de sentirse orgulloso de que su hija (joder, palabra difícil de repetir por el), de poder acabar la carrera. Orgullosa de mi ahora, después de saber que su hijo al cual desde que comenzaba a andar, lo ingreso el muy hijo de puta, en un colegio casi militar de curas que apenas ha podido salir a la calle y al final ha salido homosexual, le ha matado pero se lo merecía. Después de conversar un buen rato, de una buena conversación que hasta me cuesta recordar, cuando mi padre ha llegado a estar tan bien conmigo, e incluso a habido momentos en el cual me ha hecho reír. Pero como todo cuento llega a su fin, pues tendiéndome su mano indicándome que me sentara sobre su regazo, para estar mas cerca y aunque sabia que eso como acabaría, como una tonta acepte.

Nos parecemos más de lo que piensa mi padre, sabemos degustar un buen vino, catar la buena comida y saber vivir la vida y disfrutarla. Comentaba que el vino es el elixir de la vida, tras coger dos copas y cogio una botella del botellero la cual no la cogio al azar, pues la que abrió fue un vino de crianza, un Beronía del 1985 que tras humedecer nuestros labios, supimos que fue un buen año. Como sabéis, una copa lleva a otra, mientras no dejábamos de hablar fue llevándome a su terreno, sintiendo como una de sus manos la dejo caer hasta posarla sobre mis muslos, comenzando a deslizarla a todo lo largo de mis muslo, transmitiéndome cierto calor a través de las yemas de sus dedos hasta rozar el borde de la costura de mis braguitas short, continuando hasta mi pubis. No os niego que había notado hace rato su juego, no solo el sabe aguantar el alcohol aunque se trate de un buen vino, pero en cierto sentido quería continuar. Continuo, mientras note como su otra mano la coloco sobre mi cintura, primero con la intención de sujetarme y evitar que me cayera hacia atrás.

Comenzó a recordarme pasajes hermosos de mi vida, pues en verdad son fragmentos, en los cual había momentos felices, continuando por coquetear conmigo comentándome la cantidad de chicos que seguramente hacen cola por salir conmigo (ojo, en ningún momento comento palabra referente al sexo, sabe perfectamente como tejer una conversación, hasta poder llevarte a su terreno). Sus palabras dulces, me gustaba escucharlas y como a toda mujer ser pronunciada por un hombre, aunque en ese momento provengan de un padre, en otras palabras de un hijo de la puta, degenerado y pedofilo. La mano que me sujetaba por mi cintura, hacia rato que había comenzado por acariciarme mis nalgas, sintiendo como mis short estaban humedecido y me sobraba hasta la bata por el calor que sentía. Comenzó a pedirme que si haría el favor, de que le enseñara mis pechos pero con leves movimientos de cabeza le indicaba que no, comentándole que no debía. Pero como si intuyera mi padre que me tenia a su merced, comenzó a tirar con suavidad del cordón de mí bata hasta que consiguió lo que pretendía, pues este se fue desasiendo al tiempo que esta se fue abriendo, dejando mis pechos a la vista. Por mi parte solo deje caer una exclamación, y entre unas risas tontas, fue inclinando su cabeza hacia mis pechos, hasta introducir su rostro dentro y sentir su caliente respiración en mi piel haciéndome sentir un escalofrió. Su brazo derecho comenzó a ascenderlo, sacando la mano del interior de mis muslos, hasta llegar a la altura de mis pechos comenzando primero a manosearlos para continuar acariciándolos, hasta llevárselos poco a poco a su boca, donde su áspera lengua los esperaba.

La cual comenzó a lamer mis pechos, desde mis mamas hasta llegar a mis pezones, introduciéndoselos completamente chupándolos como si fuera un chupa chups. No pude evitar gemir de satisfacción, sacando uno de mis pezones del interior de su boca, visiblemente endurecido y enrojecido, sintiéndome bastante excitada, mojada y hasta ardiente. No os voy a decir que fue en contra de mi voluntad, y aun menos que no sabia que hacia, aunque llevaba mas de una copa, pues hacia días por no decir semanas que estaba a dos aguas, en otras palabras no me había tocado ningún chico y aun menos chica (coño, me deje hacer, mostrándome tan sumisa como siempre). Comenzó a abrirme la bata, echando a cada lado cada apertura, para pasar por dirigir su mano hacia mi entre pierna acariciando mi entre pierna hasta notarla la humedad, y la visible mancha en esta. Como es costumbre no quise mostrarme tan fácil, por lo que retire su mano agarrándola, echándola a un lado, sin darme cuenta que la deje sobre mi muslo, al cual comenzó a acariciármelo deslizando su mano a lo largo de mi pierna, erizando mi vello por los escalofríos que me estaba haciendo sentir.

Quise levantarme de sus pantorrillas, perdiendo el equilibrio por un momento, quizás producto de la bebida ingerida, echando mi brazo hacia atrás a modo de apoyarme, no dándome cuenta donde había colocando mi mano hasta que el me lo indico. Comentándome con una sonrisa malévola (Joder, si lo hubiera echo a agrede no me hubiera salido), cuando me di cuenta donde coño me había apoyado, avergonzada me fije que pose mi mano sobre su entre pierna. Recuerdo como me comento, que estaba deseando que le hiciese un favor, pero siempre que yo lo deseara, pues no estaba dispuesto a hacerlo de otra manera.

Sin esperar mi contestación, comenzó a abrirse el cinturón, continuando por el botón del pantalón y bajar la cremallera, introduciendo su mano dentro y sacando su hermoso miembro, toda dura y reliada en sus venas rojizas y moradas. Sin decir nada, comenzó a tirar de mi brazo hacia abajo a modo de hacerme entender que deseaba que me agachara, recuerdo como sin decir palabra nada por mi parte, me fui arrodillando hasta tener ese miembro a mi altura, alzando mis manos hacia el. Mientras con la mano derecha la sujetaba por la base de su miembro a modo de poderme ayudar a introducírmela en la boca, con la mano izquierda comencé a manosear sus genitales. Joder debía de hacérselo bastante bien, pues mi padre no dejaba de jadear, suspirar y hasta mascullar, mientras se la sujetaba era yo quien subía y bajaba por ese tronco con la lengua, recorriéndola y tras dejar caer mi saliva por ella la recogía al tiempo que impregnaba su miembro. Mientras que con una mano sujetaba el miembro, a modo de controlar la mamada, a veces alzaba la vista hacia arriba observando como mi padre permanecía con los ojos cerrados e incluso a veces curvado hacia abajo, como si lo estuvieran absorbiendo.

Observe como su mano rápidamente se dirigía hacia mi rostro, en un primer momento pensé que me golpearía, pero que equivocada estaba pues, solo coloco su mano sobre mi nuca, sujetándose al tiempo que presionaba sobre mis cabellos, a modo que pudiera tragarme toda, que la pudiera sentir hasta el fondo comencé a notar como se le endurecía aun mas (ostias, que se iba a venir). Quise apartarme, pero me sentía prisionera por sus manos, las cuales evitaba que me pudiera quitar, tras notar como con fuerza un salivazo choco contra el fondo de mi garganta, sintiéndola contra mis amígdalas haciéndome sentir arcadas, no por asco ni mucho menos repugnancia sino por la fuerza de esta, tras varios chorreones ceso, pero su erección aun continuaba.

Una vez satisfecho me hizo apartarme con brusquedad de el, al tiempo que comenzó a desnudarse, continuando por tenderme la mano me ayudo a levantarme, tras colocar sus manos sobre mi cintura me hizo girarme a modo de darle la espalda, haciéndome inclinarme con una de sus manos en mi espalda, a tenderme sobre la mesa mientras fue acercándose por detrás, sintiendo como su miembro húmedo rozaba mis muslos. Os juro que deseaba que me la introdujera de una vez, quería sentirla toda dentro no hacia falta que me dilatar, pues estaba tan caliente y deseosa que notaba que no opondría oposición. Recuerdo, que por un reflejo de un mueble, pude ver como se la tenia sujeta con una mano, frotándosela…seguramente se la estaba endureciendo. Para tras notar como la coloco en la entrada de mi orificio anal, comenzó a presionar hasta que su endurecida cabeza se introdujo, comencé a jadear pidiéndome que no alzara la voz, por evitar despertar a los demás.

A no se que quisiera que colocara su mano en mi boca, a modo de silenciar sonido alguno por mi parte, a modo de silenciar mi satisfacción. Mientras sentía como me entraba, me sujetaba a la mesa con ambas manos mientras sentía el cuerpo de mi padre sudoroso y pesado sobre mi espalda. En ocasiones se detenía, quizás para coger fuerza siendo yo quien continuaba, quien se movía, de atrás hacia delante, sintiendo sus genitales chocar contra mis nalgas, mientras sentía como sus labios besaba mi espalda, y su una de sus manos presionaba mis pechos, masajeándolo e intruso pellizcando mis pezones. Ascendiendo su mano hasta mi rostro, e introduciéndome uno de sus dedos en mi boca, imitando la mamada previa, mientras yo continuaba gozando, mientras que me masturbaba frotando mi vagina y mis labios vaginales. Repetía tal acción una y otra vez, aumentando la velocidad de sus embestidas y comenzar a frenar las penetraciones, hasta detenerse coger fuerza, mientras me abraza y de nuevo continuar.

Os aseguro lo excitante que era, escuchar el sonido de nuestros cuerpos, el chapoteo de mis nalgas chocar contra su pelvis, en mas de una ocasión me pedía penetrarme por mi vagina, deseaba sentirme como mujer comentaba. Pero me negué una y otra vez, aun mas tras comentarme "el sentirme como mujer" (cabron, cuando me estaba follando que era yo, un agujero donde satisfacerse). Recuerdo que cierta vez quiso, introducírmela por mi orificio vaginal, pero no se que coño le ocurrió, pues se puso de mala ostias y se marcho, luego mas tarde averigüe que le salio ese lado oculto que a veces le sale, su lado paternalista, comentándome que podía que era superior a el, por mucho que lo desee, por lo que continuara dándome por mi orificio anal, pues aunque la sensación es diferente para el siempre será suyo, pues en cada embestida es como la primera vez, ya que lo tengo tan estrecho como cuando me desvirgo mi culo.

Espero que os haya gustado, si queréis que siga contaros me lo comentáis pues me gusta mucho recibir vuestros email. Aquellos que queráis contactar conmigo hacedlo a mí dirección de email: susanabix@hotmail.com.

Aunque también os podéis pasar por mi blogs, no esta actualizado si me muestro en varias fotos: susanabix-misconfidencias.blogspot.com. Pero este estará hasta que me puedan acabar mi nuevo blogs, el cual espero que os sea de vuestro grado, donde podéis comentar lo que queráis.