ACOSO Y DERRIBO A MI CUÑADA - Parte I I
Continúo con el plan. Las fases se van desarrollando según lo previsto...
ACOSO Y DERRIBO A MI CUÑADA - Parte II –
- Dando comienzo a la
FASE
1
…
Y no sé si de forma consciente o no, comencé a comportarme de una forma más amigable y cariñosa con ella cuando se me presentaba la ocasión. Buscando momentos en los que poder bromear con ella y además, cuando estábamos solos y tenía que decirla algo, acercando mi cuerpo al suyo, más de lo habitual o necesario.
Siempre compaginando dicho acercamiento con un gesto cómplice, una broma … de forma que si se molesta pueda pedirla perdón y justificarme con que estaba bromeando.
Esta fase de tanteo me serviría , más que nada, para ver su reacción y asegurarme que un acercamiento a ella y mi comportamiento podrían ser aceptados ( como en los documentales de la 2 )
No sé… Creo que se me fue un poco la mano en esta fase 2 porque creo que mi mujer, en alguno de estos momentos, incluso se sorprendió un poco por mis comentarios y tonterías hacia mi cuñada, un poco fuera de lo habitual, pero supongo, que como una buena relación en familia siempre es deseable, nunca me hizo comentario alguno al respecto, por lo que yo, a lo mío ….
En éste comportamiento, normalmente con gente alrededor y con un poco, creo y espero, de tacto anduve durante una temporada y por sus risas y comentarios, no noté ningún signo de rechazo, por lo que irremediablemente había que pasar a la …
FASE 2
… Esta la aplicaba sólo a conversaciones en privado o por teléfono, y habláramos de lo que habláramos, siempre terminaba diciéndole:
“ Para eso y para cualquier cosa que mandes, aquí me tienes” o “ Si te puedo echar una mano en algo más… “ .
Tonterías que solo esperaba que en algún momento me respondiera con una frase con doble intención o me diera pie a decírsela yo. Lo cierto es que siempre me respondía con alguna sonrisa o un monosílabo pero nunca me daba pié continuando la broma para poder llegar a algo más.
Metidos en harina, ya no se puede dejar el pastel sin cocinar, por lo que, claramente y según el protocolo llegaba el momento tan peligroso y deseado como es …
FASE 3
… Realmente, aún no siendo la fase más peligrosa, si era la más incómoda, ya que había que poner la carne en el asador y me diría a ciencia cierta si había alguna posibilidad o no. O todo o nada.
También es verdad, que si podía realizarla de forma que en caso de salir mal, pudiera achacar el hecho a un accidente o mal entendido sería perfecto. Supongo, que como siempre, mi cabeza estaba maquinando demasiado pero eso va con la persona y su educación. En estos dos aspectos, lo llevaba jodido.
Y decidí actuar en esta fase de una forma casual, ya que aquel domingo comíamos en el chalet adosado de mis suegros para celebrar su aniversario de boda. Estaba abarrotado de gente entre familiares, niños correteando por todos lados…
Unos cuantos adultos estábamos en la cocina ayudando con los preparativos de la comida.
- “ Noe, me acercas el vino que está en la despensa ? – dijo mi suegra
- “ Voy… “ . Y hacía allí se dirige.
Yo no hacía más que molestar en la cocina entre tanta gente y decido acercarme a la sala donde se encuentra el resto de los invitados, pero cuando estoy cruzando el pasillo, veo a mi cuñada Noemí, en la despensa, intentando alcanzar de puntillas una botella de vino de la balda más alta a la que no logra llegar. Fantástico espectáculo inocente ver a mi cuñada estirando todo el cuerpo sin poder alcanzar la balda.
Pienso… “ Ya te ayudaba yo, ya .Te iba a coger de …. Y te iba a comer la… Y te iba a meter por … ” .
Un momento !
Un pensamiento nuevo acude a mi cabeza y se repite constantemente: fase 3, fase 3….A ver que pasa.
- Espera. Te ayudo. – la digo mientras me voy acercando a la despensa.
- “ Socorro “- me responde con una sonrisa
Entro en el pequeño habitáculo y pongo especial cuidado, en entornar un poco la puerta para que no se vea bien el interior desde el pasillo.
- Como siempre, lo que se necesita en la balda más alta y más difícil de alcanzar – bromeo
- “ Ya te digo” – me responde
Podría haber alcanzado fácilmente la botella desde su costado pero va a ser que no …
Deliberadamente paso por detrás de ella , rozo su culo con el paquete de mi pantalón de forma casual y me acomodo detrás de ella a escasos centímetros. Es una de las ventajas de un habitáculo tan pequeño.
Estoy justo detrás de ella y sin darla tiempo a pensar, pego mi cuerpo a su espalda con la excusa de alcanzar mejor aquella maravillosa botella a la que se supone no consigo llegar.
Su pelo me roza la mejilla, tengo su cuello al alcance de mi boca pero lo que más loco me esta volviendo es notar su culo en mi paquete. Lo había imaginado bien… Duro, prieto, totalmente disimulado en esos pantalones tan holgados. Podríamos haber llegado a esta posición de forma “ ligeramente” accidental por lo que la fase 3 transcurre de una forma perfecta pero hay que avanzar o morir. Llegados a este punto lo máximo que puedo perder es una mala contestación.
Aprieto más mi cuerpo al suyo con la excusa de no alcanzar y agradezco al inventor de los pantalones holgados, que para mi gusto estéticamente no son muy bonitos, que permitan que se note , al tocar o rozar, todo lo que se haya escondido dentro.
Totalmente pegado mi paquete ese culo que me trae por la calle de la amargura, comienzo a frotar muy suavemente con unos ligeros movimientos acomodando mi polla a su canal , subiendo y bajando muyyy suavemente…
- “ Noeeee… La botella ??? – se escucha la voz de mi “ adorada “ suegra desde la cocina
- “ Voyyyyyyy …” – responde
No se a quién escuché decir una vez que las suegras las había inventado el demonio para que lo ayudaran ya que él no alcanzaba por sí solo a todas partes…
- “ Toma.” Y le alcanzo la botella …
- “ Vale, gracias” – y veo como abre la puerta de la despenda y se dirige hacia la cocina.
Ella hacia la cocina y yo allí. Menos mal que nadie sacó una foto en ese momento porque mi cara de pasmarote y mi bulto en el pantalón serían 2 cosas difíciles de explicar … No se si he conseguido algo o no. Al menos no me ha dicho que no me pase y con eso me quedo. Habrá que seguir intentándolo.
Fin - Parte II –