Acompaño a mi esposa a que la follen

Las aventuras de un matrimonio en la que el marido consentidor llega hasta acompañar a su esposa para que vea cumplidos sus pervertidos.

Acompaño a mi esposa a que la follen

Durante meses mi mujer Beth, y yo, habíamos leído relatos y visto varias películas en internet de esposas y novias que iban a los aparcamientos para ser folladas y cubiertas de esperma caliente por un desconocido, mientras su pareja lo observa todo.

Esta era una fantasía que teníamos desde hace mucho tiempo... A mí, me encantaría verla follar y a ella que un extraño la usara para su disfrute personal, especialmente al aire libre… Así que era algo que estábamos obligados a probar pero pactamos que sólo sería mamar su polla y que su corrida fuera sobre sus pechos.

Sabíamos de varios posibles sitios dentro de un radio de diez kilometros de nuestra casa, pero a los dos nos preocupaba que fuera alguien que conocíesemos o con el que podríamos tropezarnos en la calle.

Después de fantasear aproximadamente durante seis meses más, Beth y yo decidimos pasar un fin de semana cerca de algunos lugares mucho más alejados de casa... Así pues reservamos un hotel en el campo, que se suponía que estaba a pocos kilometros de dos sitios diferentes… Uno de los lugares decían estar frecuentemente ocupado por habituales, especialmente los viernes y los sábados... El otro lugar se decía ser más tranquilo pero con la posibilidad de que nadie apareciera.

Llegamos al hotel a eso de las 19 h. en una fría tarde de noviembre y rápidamente nos acomodamos… En verano hubiera sido un momento ideal, pero Beth había decidido que tenía que ser ahora o nunca… Cenamos temprano y luego volvimos a la habitación para prepararnos.

Alrededor de las 21 h. estábamos listos para partir… Debido al clima frío, Beth había elegido usar un par de jeans ajustados, lo que enfatizaba su increíble trasero pero como íba, posiblemente, a tener que desnudarse, optó por desafiar el frío y usar unas prendas más sueltas y que reverenciase su fantástico busto… Sabía que algún afortunado iba a disfrutar tirando de él esta noche.

Como era nuestra primera vez, acordamos ir primero al sitio más tranquilo... Después de echar un rápido vistazo al mapa, la tensión nerviosa era obvia mientras realizamos el corto viaje en silencio.

Mi pene estaba tieso mientras pensaba en las muchas imágenes que vimos de hombres mirando como otros follan a su mujer en lugares abiertos… Ahora iba a ver a mi bonita esposa llevar a cabo los mismos actos de sexo.

Miré a Beth mientras ella fumaba nerviosamente un cigarrillo… Mirando hacia abajo noté sus pezones, duros como balas, hurgando en el delgado top que llevaba puesto.

Cuando entramos en el aparcamiento, notamos que había un coche estacionado en el otro extremo con las luces apagadas... Rápidamente apagué también mis luces y aparqué a unos diez metros de distancia.

  • "¿Viste a alguien en ese coche?", le pregunté a mi esposa, sintiendo la emoción del momento.

  • "Puedo ver a una persona… Se ve como un hombre", respondió Beth, tratando de ver mejor en la oscuridad…

  • "Sí... Sí… Es un hombre y parece estar solo."

Mi corazón comenzó a latir con fuerza y ​​de repente me sentí débil a medida que la adrenalina bombeaba por mi cuerpo... Vi como Beth se rociaba rápidamente con un poco de perfume fresco y aplicaba una nueva capa de lápiz labial… Yo podía sentir mi polla temblar en mis pantalones, sabiendo que muy pronto esos dulces labios estarían  alrededor de la polla de un desconocido, dandole placer a su dueño.

Cuando Beth guardó sus cosas, el coche solitario encendió y apagó luces en señal de que estaba listo para hacer algo.

  • "¿Estás preparada para esto, Beth?", le pregunté.

-"Nunca me había sentido tan asustada en mi vida… Pero tampoco me he sentido tan jodidamente caliente.", me dijo sonriéndo.

Beth abrió la puerta y puso un pie fuera… El aire frío me impactó.

  • "Espera un minuto… ¿Qué estás haciendo?", le pregunté.

  • "Voy a chuparle la polla y dejar que se corra", respondió, volviéndose para mirarme mientras comenzaba a bajarse del coche... Sus pezones estaban más tiesos que nunca… Ese tipo estaba a punto de obtener el regalo de su vida.

Rápidamente salí también del coche y seguí detrás de Beth.

  • "¡Vamos, date prisa!", me gritó.

  • "Sólo voy a ir detrás de tí", le contesté.

Beth se acercó al lado del pasajero e inmediatamente abrió la puerta.

  • "Hola cariño, ¿estás bien?", preguntó ella, de forma atrevida.

  • "Sí, estoy bien, cielo", respondió el extraño, moviéndose en su asiento.

  • "No quiero saber tu nombre … Sólo quiero chuparte la polla", le dijo antes de sentarse en el asiento del acompañante.

Me quedé estupefacto y también lo hizo el afortunado extraño mientras ambos observábamos a Beth, mi esposa, alcanzar sus pantalones y comenzar a desabrocharlo.

Caminé hacia el lado del conductor a tiempo para ver al tipo bajarse sus pantalones y mostrar una polla dura como una roca... Beth no perdió tiempo en cogerlo en su mano y acariciarlo suavemente mientras deslizaba una mano dentro de su top y sacaba sus pechos.

  • "Mira estas tetas... Quiero que me tires tu carga caliente y pegajosa de semen sobre ellos… Así podré frotármelas", le dijo soltando su pene para bajarse totalmente la parte superior del top y dejar las tetas al aire.

Yo, muy caliente, no sentía el frío mientras desabrochaba mis propios pantalones y sacaba mi polla… Vi como el extraño apretaba las tetas de mi esposa y pellizcaba sus pezones.

  • "Mmmmm… Me gusta eso", dijo ella, en respuesta al asalto a sus tetas.

  • "Deja de hablar perra y ponte a trabajar", exigió, empujando su cabeza en su regazo.

Los dos sonreímos antes de que mi esposa metiera su polla en su boca y gimiese de satisfacción... Yo estaba cautivado por mi propia lujuria mientras veía la cabeza de Beth moviéndose arriba y abajo en su herramienta… Su mano trabajaba la base de su pene mientras él empujaba sus caderas hacia arriba, forzando a que su pene  se metiera más profundo hacia la garganta de Beth.

  • "Joder... Tu esposa sabe cómo chupar una polla", gimió el extraño pasando su mano por el culo de mi esposa.

Beth levantó su cabeza, saco su polla de la boca y la acarició un par de veces antes de volver a hundir su cabeza tragando toda su longitud.

  • "Oh, Dios… Eres una buena perra mamadora", le dijo.

Mientras su charla sucia animaba a Beth, me puse de pie acariciando mi propia polla, tratando de evitar que me corriera hasta que fuera mi turno.

Beth se quitó de nuevo la polla de la boca y esta vez la besó… Habló diciéndole:

  • "Sostén mi pelo hacia atrás mientras te chupo la jodida polla", dijo, antes de deslizar, de nuevo, su boca hacia abajo.

Casi me corrí cuando lo vi agarrar su largo pelo rubio rizado con una mano y empujar su cabeza hacia abajo, con más fuerza, sobre su polla.

  • "¿Eso es todo, puta asquerosa?... Chupa mi polla bien, que pronto voy a vaciar mis bolas en tus enormes tetas", gruñó.

Sabía que el tipo estaba a punto de correrse y quién podría culparlo, Beth, estaba dando la actuación de su vida.

Entonces, de repente, ella se detuvo y se arrodilló.

  • "Quiero que cojas mi coño con los dedos", siseó, antes de bajarse rápidamente la amplia falda que llevaba y tirarla al asiento posterior, quedandose totalmente desnuda.

Unos minutos más tarde, Beth estaba en cuatro patas, tragándose la polla, profundamente, mientras el desconocido deslizaba dos dedos en su agujero empapado.

  • "¡Voy a correrme, cariño!", gritó el tipo unos minutos después.

  • "No… No te atrevas", exigió Beth, soltando su polla de su boca resbaladiza.

  • ¿Qué quieres, puta", le dijo el desconocido.

  • Sal del coche para que pueda acostarme y luego puedes correrse en mis tetas", le dijo Beth.

No podía creer lo que mi esposa estaba diciendo… Ella estaba jugando a ser una puta.

Luego, el tipo salió de su auto y comenzó a acariciar su pene, esperando a que Beth se pusiera acostada, con la espalda apoyada en el asiento del conductor y los pies en el suelo.

  • "Oooh, qué puta más asquerosa" gruñó el hombre, aumentando la velocidad de su masturbación.

  • "¿Estás lista para que te tire mi semen caliente, puta?", le dijo.

Beth que tenía presentadas sus hermosas tetas, abrió sus piernas y comenzó a frotarse su coño, mientras el extraño se masturbaba la polla a escasos centímetros de sus hinchadas tetas.

  • "Vamos maldito bastardo sucio... Tira tu semen sobre mí… Cúbreme con tu esperma jugoso... Síiii... Eso es, cariño… acaricia tu puta polla gruesa hasta que me cubras con tu..."

Sus palabras fueron demasiado para él… Cuando yo terminé de correrme y metí mi polla en mis pantalones, el desconocido estalló en las tetas de mi esposa.

Cuando el primer chorro de semen aterrizó en cada uno de sus montículos, Beth arqueó la espalda al alcanzar un tremendo orgasmo que le hizo estremecer  todo su cuerpo... Fue una visión increíble verla temblar mientras un desconocido le cubría sus tetas con su semen.

Momentos más tarde, Beth abrió los ojos mientras dejaba de frotar su clítoris… Miró hacia abajo al desastre pegajoso y sonrió para sí misma antes de mirarnos y lamerse sus labios.

Los dos miramos a mi esposa desnuda en silencio mientras ella ahuecaba ambos pechos en sus manos y suavemente comenzó a masajear el esperma fresco en su piel suave.

De vuelta en el hotel esa noche, folle a Beth por toda la habitación y en todas las posiciones deseadas mientras ella me contaba lo mucho que había disfrutado su primera experiencia de entregarse a un desconocido.

Ella me dijo que había cumplido el pacto que hicimos… Ahora me suplicó que la sacara de nuevo, pues quería que un desconocido se la follaran bien follada y también que varios tipos la cubrieran de semen.

Teniendo en cuenta el hecho de que estábamos registrados en el hotel para otra noche, y que teníamos otro sitio cerca, ibamos a repetir la experiencia pero esta vez habría penetración consentida por mí para darle gusto a Beth… Ella quería ser follada y así sería.

F I N