Accedió al cabo de los años (Segunda Parte)
Así es como termino nuestra primera vez en un local liberal, más de lo que nunca imaginé.....
Accedió al cabo de los años (Segunda parte)
Salimos de la pista de baile y pedimos unas bebidas en la barra, Angie sentada en un taburete, sin las bragas, con el culo directamente sobre la madera se sentó de espaldas a la barra, quería exhibirla, que la gente supiera que lo había conseguido. Estuve un poco delante de ella, con sus piernas abiertas con mi cuerpo en medio, me daba mucho morbo meter mi mano en su coñito depilado abierto y mojado, saber que había gente mirándola, me aparté a un lado y ella siguió con sus piernas abiertas, mirandome a la cara me dijo….
Que guarro eres, estás disfrutando como nunca.
Cuanto más puta eres más te quiero.
De ahí pasamos a una zona nudista, tenías que dejar la ropa en unas taquillas y solo con una toalla moverte por la zona.
Así que nos desnudamos, dejamos la ropa. Yo me puse la toalla por la cintura y Angie tapando sus tetas.
Allí había una cama gigante, con almohadones para orgías en la que solo había una pareja, solía llenarse más tarde. unos sillones, jacuzzi, y unas habitaciones más discretas. Una de ellas tenía la puerta entreabierta, nos habían dicho que si estaba así era como si te invitaran a pasar.
Nos sentamos frente a la puerta entreabierta, Angie estaba un poco tensa, le había pasado la calentura de antes y con la toalla no podía tapar bien todo su cuerpo. Al sentarse la toalla quedaba a la altura de su coño, dejándolo al aire, si lo tapaba un generoso escote terminaba bordeando sus pezones. Es una hembra potente, con unas tetas hermosas, apetecibles para cualquier hombre, gasta una talla 105 C de sujetador. Sus caderas anchas te anticipan una vagina amplia y jugosa en la que puedes meter la polla agusto, es una mujer con aguante que sabe como debe tratar a un hombre para sacarle todo su jugo.
Se oían gemidos salir de la habitación entreabierta, alguna mujer no podía con tanto placer como estaba recibiendo.
Decidimos asomarnos, dentro estaban dos parejas en una cama grande, dos chicas jóvenes, un hombre muy dotado al que una de las chicas se la chupaba mientras él masajeaba el pubis de la otra, de pie estaba el otro hombre, más maduro, nos miró… avanzó hacia nosotros….
Estaba desnudo, con buena complexión, que dejaba adivinar que hacia deporte y una polla que a pesar de no estar tiesa se veía de buen tamaño, (He de aclara que a mi esposa le gustan las pollas grandes).
Ella hizo por salir, pero yo me puse detrás, no pensaba dejar que se me escapara esa ocasión, Abracé a mi mujer por detrás, por encima de los pechos, la besé en el cuello mientras le susurraba al oído..
-Llegó el momento, vamos a cumplir nuestras fantasías.
Abrí su toalla dejando sus bonitas tetas al aire, y extendiéndola sobre la cama la tumbé sobre ella, desnuda. Su respiración era agitada, estaba excitada y nerviosa, así que sin más empece a prepararla lamiendole el coño. Lentamente, como a ella le gustaba, con mis labios tiraba de los pliegues de su vagina mientras usaba la lengua para jugar con su clitoris, que estaba erecto, como un pequeño pene. Sabía que si la calentaba lo suficiente ella era capaz de cualquier cosa. Mi intención era dejarla al borde del orgasmo, pero que no llegara a correrse.
Nos envolvía un olor excitante, mezcla de fluidos vaginales y semen.
Sus tetas brillantes, cómo si les hubiera puesto aceite, con las aureolas grandes y los pezones tiesos, fueron el primer objetivo del hombre más mayor que se percató inmediatamente de la situación, vio una pareja inexperta a la que podría hacer lo que quisiera, una hembra casera, ajena a esos ambientes a la que tratar como una autentica puta, que le iba a permitir hacerle de todo. Un marido que estaba ofreciendo a su esposa, para disfrutar viéndola en brazos de otro. Se sentó junto a nosotros, yo estaba en cuclillas, fuera de la cama comiendo el coño de Angie, que estaba tumbada con las piernas abiertas al borde de la cama.
Sus manos empezaron a acariciar las tetas con un suave masaje, sus labios atraparon el pezón masajeandolo con la lengua. Mi boca se llenó de líquidos vaginales, estaba chorreando, moviendo las caderas. Una mano sobre mi cabeza y la otra sobre la espalda de él.
Acarició sus piernas, su coño pasando la mano junto a mi boca por su pubis, sus labios, subió hasta sus pechos, en ese momento hizo una seña a su chica, ella me cogió del pene, y estiró de él para ponerme a su lado llevando mi cabeza entre sus piernas, delgadita, depilada, con piercing en el clitoris… me había quitado de en medio, ahora podría hacer lo que quisira con mi esposa y yo solo sería un espectador, cuando hundí la cabeza entre las piernas de su chica, exageradamente más joven que él, el hombre metió su lengua en el coño de mi esposa.
Ella estaba confusa y caliente, el sabía que en ese momento podía hacerle todo lo que quisiera, y vaya si se lo hizo.
Le morreó como una puta, con la lengua lamía sus labios, pasaba de los labios a las tetas y volvía a la boca, metiendo su lengua hasta la garganta.
Ella se comportaba de la única forma que sabe, entregándose como si fuera su novio, le abrazaba, me miraba para ver mi cara, sabía las ganas que tenía de verla follar con otro, le respondía en todo.
Tenía mucha habilidad en chupar el coño, lo habría completamente con las manos se metía el clitoris en la boca y lo chupaba como si estuviera mamando de una teta, le pasaba la polla por la cara.
Puso su cabeza al borde de la cama, él de pie, cuando le metió su polla por la boca ella me miró, ofreciéndome ese espectáculo. Aprisionó con fuerza el glande, le apretaba los huevos con la mano y con la otra se masturbaba, yo estaba como loco, no me lo podía creer, era como estar viendo una película porno.
La polla entraba y salía de su boca, bombeando cada vez más rápido, cuando parecía que iba a correrse apartó la polla, no quería que terminara todavía, aún quería hacerle muchas más cosas a esa perrita.
Yo lo veía todo en secuencias, cuándo podía levantar la cabeza le veía comiéndole el coño, la siguiente vez su culo moviéndose arriba y abajo, follandola.
La puso a cuatro patas y él de pie, se oían los huevos chocar contra su culo.
Angie empezó a gemir, cada vez más fuerte. Su cara había quedado cerca del otro chico, que aprovechó para sobarle las tetas, que se bamboleaban a cada embestida y le acercó su buena polla a la boca. Ella chupaba, gritaba, todo a la vez.
Yo disfrutando de un espéctaculo maravilloso, no me lo podía creer, ni en mis mejores sueños. Follada por dos hombres delante de mí, todo un lujo.
El más mayor empezó a jadear, no podía aguantar más, le dio un par de cachetazos fuertes en las nalgas y empezó a correrse en su vagina, el cabrón ni siquiera había usado preservativo, sacó la polla y el semen empezó a salirle del coño, espeso, quedaban chorritones colgando, me encantó ver ese chochito abierto, con contracciones, aún se abría y cerraba, chorreando semen.
El otro se colocó un preservativo y le metió un polvo de miedo, la hizo ponerse de lado, de espaldas, le acercó el glande a la vagina y estuvo frotandoselo por ese coño lubricado con la leche del anterior, mientras ella cotoneaba las caderas, cuando ella intentaba metérselo el se apartaba y le hacía desearlo más,
-Todavía no perrita…..deja que tu marido disfrute un poco más de sus cuernos.
Una y otra vez se la metía, Angie, gemía, se había corrido y estaba gritando como una perra en celo, le metí mi polla en la boca, la chica le besaba las tetas, el hombre la follaba, parecía que no se corría nunca.
Al fin se puso ha hacer unos gemidos y se corrió, estabamos todos sudados,
Cogió el preservativo lleno de leche y la dejó caer sobre los pezones de mi esposa, puso su polla encima y nos dijo lamer, me empujó la cabeza sobre las tetas su chica lamía pezones, leche y polla, todo junto y se mezcló con mi lengua, este es el premio de tu esposa dijo, mientras yo limpiaba toda esa leche el me meneaba la polla, me hizo una paja y me corrí mientras chupaba su leche.
Angie estaba exhausta, creo que se corrió un par de veces, sudada y mimosa, los demás la estaban mirando, había sido algo escandalosa…….
Fue inolvidable y hemos repetido en algunas ocasiones.