Acaso era amor?
No se si nos estabamos enamorando el uno del otro, pero lo que si era cierto es que tanto ella como yo queriamos seguir disfrutando del sexo, de nuestro sexo.
Acaso era amor?
Después de pasar esa lujuriosa noche con mi diosa transexual, en la mañana del sábado salió hacia su apartamento después de haber desayunado juntos en mi casa.
Cuando ya había quedado solo, comencé de nuevo a pensar en lo sucedido, pero no como la primera vez que pensaba si lo hecho estaba bien o mal, no, esta vez era distinto, mis pensamientos eran otros por que sospeche que las cosas con Evelyn comenzaban a tomar otros rumbos, mas aun con lo que me dijo mientras desayunábamos
- Quieres café, amor? Preguntó.
No, solo dame jugo, así esta bien.
Cuando me sirvió el jugo y mientras se sentaba en la mesa a mi lado, dijo
- Sabes que me gustas mucho, pero creo que lo mejor para los dos es que no sigamos viéndonos.
Por que? Pregunte.
Por que es lo mejor para los dos, esto no puede ser, así me duela mucho
Esas palabras me dejaron muy pensativo, en especial lo ultimo que dijo.
Pero no pienses eso, dije, tú me gustas mucho también pero no veo que no pueda ser.
- Creo que no me has entendido, mejor dejemos las cosas así me voy ya para mi apartamento.
Fue a mi cuarto, se acabo de vestir pues estaba solo en sostenes y la diminuta tanga que se le veía divina en ese culito paradito y redondo.
Salí tras ella y ya en la habitación la abracé por detrás y acaricie sus piernas y sus nalgas, recorriéndolas suavemente.
No te vayas nena, quédate, hoy no tengo que trabajar, le propuse.
- No, No, me voy ya
Cuando dijo esto comencé con una mano a buscar la entrada de su culito mientras que con la otra acaricié su pene sobre la tanguita.
- No me hagas esto por favor, pidió entre suspiros.
Al decir esto, corrí la tanga hacia un lado dejando al descubierto su pene flácido, comencé a acariciarlo suavemente, mientras le besaba el cuello y le decía
Quédate, se que quieres mas
- Si quiero, dijo, pero no puede ser.
Se aparto de mí, se compuso la tanga y se vistió rápidamente.
Contemplé la escena en silencio, la acompañe hasta la entrada de mi casa, al salir, dijo.
- Me duele mucho decirte esto pero no nos veamos mas, comprende que es lo mejor para ambos.
No lo entiendo, respondí.
Con un tímido beso en los labios se despidió. Eran casi las 11 de la mañana.
Pasé largo rato meditando todo cuanto me había dicho y lo que aquello podía significar.
Sospeche entonces de algo, pero quedarme en esa posibilidad sonaría que estaba siendo muy convencido, pero tenía que salir de dudas.
Así comencé entonces una nueva semana laboral, siendo ya miércoles, no había vuelto hablar con ella por teléfono y mucho menos vernos.
Decidí entonces pedir un permiso en el trabajo para ir a buscarla donde ella trabajaba.
Ella trabajaba en un almacén de ropa en un pequeño centro comercial, algo cerca de donde vivía, pues ella vivía cerca del centro de la ciudad que según me había dicho era de un amigo suyo, la verdad no quería ni saber que le toco hacer para trabajar allí.
Trabajaba de lunes a sábado solo en las tardes, era obvio entonces que el teléfono que me dio y al cual la llame anteriormente era el del trabajo, también sabía que trabaja cerca de su casa, no precisamente sabía donde, pero me dedicaría a buscarla, pues según me dijo no era muy lejos.
Tarde un buen rato buscando el almacén hasta que la encontré, desde afuera ví que estaba allí, al parecer sola, sentada sobre un pequeño butaco con la mirada perdida, pensando quien sabe que cosas.
Al verme entrar, se sorprendió mucho, era obvio que no me esperaba ni pensaba verme por allí.
- Que haces aquí, pregunto casi tartamudeando.
Vine para hablar contigo, quería verte.
- Pero, y tu trabajo?
Pedí permiso, Evelyn, tenemos que hablar, necesito que me expliques todo lo que me dijiste antes de irte.
- Puedes esta noche? No quiero hablar aquí.
Esta bien, en tu casa o la mía?
- Ven a la mía. A las 7 esta bien?
Si, allá estaré.
Regresé a mi trabajo. Era media tarde, todavía tenía bastante rato por delante pues trabajaría hasta las 6, lo cual me daba el tiempo justo para llegar a su casa, no alcanzaría a ir a la mía para cambiarme de ropa.
A la hora indicada estuve en su casa, toque y salió ella.
Hola preciosa, como estas?
- Bien, pasa.
Gracias, como te fue hoy, pregunté.
- Bien, pero no he dejado de pensarte desde que saliste de allá, me dejaste helada cuando te ví entrar.
Nos acomodamos en su sala, ella vestía un short rosado que realzaba su precioso culo, una blusita bastante ajustada y bastante escotada, sin mangas y llevaba unas sandalias que usaba cuando estaba en casa, obviamente me permitía ver sus pequeños y delicados pies.
Ahora si, por favor explícame por que me dijiste todo eso antes de salir de mi casa.
- Por que no quiero sufrir, ni que tu sufras, has sido una persona especial conmigo aunque solo hemos tenido sexo, pero es la forma como me has tratado, diferente a los demás, diferente a todos
Quedo en silencio mientras que sus ojos se comenzaron casi a llorar.
Por que dices eso? Por que?
- Por que no te he contado muchas cosas de mi, además no lo ves? Si seguimos así, terminare enamorándome de ti.
Eso confirmaba mi sospecha, pero, ¿que había de mI?
Si, la verdad no se si estaba comenzando a enamorarme de aquella linda mujercita con pene, pero lo que si tenía claro era que quería seguir con ella, disfrutando de su cuerpo, disfrutando del sexo con ella.
Y que tanto es lo que no me has contado?
- De mi pasado, de lo que fui antes.
Ya se que eras hombre, pero ahora eres una mujercita muy linda, con una sorpresita guardada.
Sonrió tímidamente y repuso.
- Es mucho más que eso, fui una puta, vendía mi cuerpo para vivir, o como crees que me volví la mujer que soy ahora, y no seguir siendo la mariquita que era antes, usando ropitas de mujer y pretendiendo serlo.
Su confesión, me recordó lo que me había comenzado a contar la ultima vez que salimos y que no termino de relatar.
- Además, continuó, en eso fue donde conocí a quien ahora es mi jefe, el quiso ayudarme, pero obviamente no fue gratis, no tuve mas remedio pues no quería seguir siendo una puta
Empezó a llorar, la abracé y le dije
Tranquila, no sigas si no quieres seguirme hablando de esto.
- No, esta bien, el me dijo que trabajara para el, tiene varios almacenes, me dejo en este a mi con otras dos chicas, pero para trabajar ahí
Si, lo imagino, no tienes que decirme todo.
- Es mas, aun siguen pasando las cosas.
Como? Que cosas?
El es casado y tiene 3 hijos, su esposa es una mujer muy bonita y atractiva, pero a veces viene por mi antes de cerrar en las noches, me invita que vayamos a algún motel a que hagamos cosas, que sea buena con el, así mantengo mi trabajo, como puedes ver no tengo opción, donde alguien como yo puede encontrar un trabajo estable?
En medio de sollozos termino de contarme sobre su trabajo, sus penas y problemas.
- Ves por que te digo que terminare enamorándome de ti, por que solo me has hecho sentir bien, no te ha importado mi pasado, no te ha importado nada, solo pasarla bien conmigo, y eso para lo que he pasado, es demasiado
Gracias por decirme todas esas cosas Evy, tu solo has hecho sentirme bien y eso me encanta.
Sus ojos tenían una dulce mirada, estaba mas tranquila pues ya se había desahogado de todo lo que la hacía sentir mal, lo que la mantenía intranquila.
Tranquila linda, aquí estoy, yo también pienso como tu, que lo nuestro es realmente imposible, pero quiero que lo poquito que pasemos juntos, sea inolvidable para ambos, físicamente eres una mujer muy atractiva e interiormente eres una excelente persona, y te admiro por eso, por que saliste de algo que no te hubiera llevado a nada bueno, y muy a pesar de los problemas que tengas ahora tienes la firme decisión de no volverlo a hacer, por eso te admiro y eres una mujer con muchos valores.
Ahora rompió a llorar pero de alegría por lo que le dije, me abrazo mas fuerte y me beso.
- Se que no estarás a mi lado toda la vida, pero también quiero que lo que pasemos juntos sea inolvidable.
Nos besamos apasionadamente mientras nos acariciábamos, era un momento casi celestial
- No te vayas, quédate ésta noche conmigo.
Quiero hacerlo, pero sabes que debo trabajar mañana, además, como me cambio de ropa para ir al trabajo?
- Ya no me des mas excusas, vamos entonces a tu casa, quiero pasar la noche junto a ti y no sentirme sola.
Se puso un jean, una blusa escotada y unas sandalias, saco un bolso con algunos efectos personales, y nos dirigimos a mi casa.
Eran ya como las 9 p.m. cuando llegamos.
Entramos, comimos algo que compramos en el camino mientras veíamos televisión en mi cuarto.
Después de un rato entro al baño, llevaba ya un buen rato ahí, me acerque y toque la puerta
Evy, estas bien? Pregunte.
- Si, espera un momento ya salgo. Vuelve a la cama.
Me recosté nuevamente en mi cama y al cabo de cinco minutos salió.
Llevaba un babydoll amarillo claro estampado con flores pequeñas, una tanguita blanca y las sandalias de tacón que llevaba puestas que eran blancas también.
- Que te parece? Preguntó.
Estas hermosa, como para comerte, respondí.
Eso es lo que quiero que hagas esta noche, y todas las noches, que me comas y me hagas tuya.
Si así quieres, así será mi diosa.
- Quiero que empieces a comerme ya por aquí dijo mientras se corría la tanga para liberar su pene.
Se acercó a la cama y lo puso frente a mi, lentamente me acerque mientras le acariciaba las nalgas, lo comencé a besar lentamente en la cabecita, en la puntita que ya comenzaba a salir del capullo que la guarda, mientras la besaba y le pasaba la lengua delicadamente, se fue poniendo erecta lentamente, entonces comencé a lamerlo todo, desde las bolitas hasta la punta, le chupaba la cabecita, me lo metía en la boca despacio saboreándolo como si fuera un bombón, mientras que ella solo suspiraba y me acariciaba el cabello.
Se separó de mi y se quito la tanga, me recostó en la cama y me bajo el pantalón y se acomodó sobre mi en un 69, comenzamos entonces a mamar nuestros penes mas rápido, mas fuerte, con mas pasión, ella me daba una mamada de lujo, mientras que yo le hacía lo propio a ese pene rosadito y delgado, que sabía delicioso y me gustaba mucho, nunca pensé que llegaría a hacer algo así, pero allí estaba, chupando el pene rico de una diosa transexual.
Duramos así mucho rato, no se si fueron 5 o 10 minutos o mucho mas, nos chupábamos delicioso, ella tragaba todo el liquido seminal que salía de mi verga, yo también tragaba los que salían de esa rica cabecita rosada, mientras estábamos en eso se sacó mi pene de su boca y empezó a gemir diciendo
Aaahhhh, me vengo papi rico, me vengooooo, aaaahhh, al contrario esta vez no saque su pene de mi boca, lo deje allí sintiendo como descargaba su leche en mi lengua. Era saladita, muy caliente, aunque no fue mucha, realmente me gusto, la tragué, realmente me gusto, nunca en mi vida imagine que fuera a hacer algo así, pero lo había hecho.
Aaaahhhh, que delicia, aahhhh, quiero tu carga en mi boca, quiero toda esa leche caliente en mi boca.
No tuvo que mamar mucho pues gracias a la excitación que me provoco recibir su leche en mi boca, después de tres succionadas explote en su boca, llenándola con mi semen.
Lo tragó todo y luego limpió todo mi pene con su lengua, al rato con sus deliciosas lamidas lo dejo erecto, se levanto y se sentó sobre mi, poniendo mi verga en la entrada de su culito.
- Cómeme, quiero esta vergota dentro de mí, ya mismo.
Fue bajando despacio sobre ella hasta que estuvo dentro de ese apretadito culo, comenzó a subir y bajar despacio primero, luego mas rápido, meneándolo de un lado a otro y de atrás hacia delante, cabalgaba delicioso, sus gemidos eran suaves y melodiosos, verdadera música para mis oídos, que lo único que hacía eran calentarme mas y mas. Mientras tanto yo jugaba con sus tetas y le masturbaba el pipicito, que ya estaba erecto otra vez.
A ese ritmo no demore mucho en venirme.
Me vengo, me vengo nena
Quiero que me llenes el culo ahora con tu leche papi, llénamelo todo
Termine en su culo, la corrida fue bastante, al tiempo que ella nuevamente echaba su lechita en mi abdomen.
Nos quedamos recostados un momento, luego nos duchamos y nos acostamos a dormir.
Durante la madrugada se despertó y me despertó diciéndome al oído.
- Quiero tu leche en mi boca, y quiero que tomes la mía.
Bueno amorcito, hagámoslo, respondí.
Hicimos nuevamente el 69 mamando nuestros penes, ella chupaba la cabeza de mi pene de una forma que me hacía ver estrellas, yo le chupaba la cabecita, chupaba sus bolitas, saboreaba ese rico pene, hasta que terminamos el uno en la boca del otro, esta vez fue mas larga la sesión de sexo oral pero fue deliciosa, su lechita estaba muy rica, calientita, me encantó, mientras ella disfrutando bebiendo hasta la última gota de mi semen.
Al día siguiente me levante a ducharme para irme a trabajar, cuando salí de la ducha no estaba en el cuarto, al rato mientras me terminaba de arreglar, ella me dijo.
- Ya te hice unos sándwiches para el desayuno, espero te gusten.
Gracias amor, ya voy.
Mientras desayunaba ella se ducho y se arreglo, salimos juntos, ella para su apartamento y yo para mi trabajo.
Nuevamente agradezco a todos los lectores que han seguido esta saga, gracias por su apoyo. Abrazos y mucha suerte.