Acampando con mi concuñado
Dos concuñados de 36 años se van a acampar sin sus señoras, y descubren que tenían muchos más lazos que los familiares.
ACAMPANDO CON MI CONCUÑADO
Con Sergio nos conocemos desde la Universidad. En realidad nos conocimos por nuestras pololas, ya que ellas eran hermanas gemelas. Y como todos sabrán, los gemelos y gemelas tienen esa simbiosis especial que los hace hacer todo juntos, así que nuestras vidas con Sergio fueron muy paralelas: veraneábamos juntos, salíamos juntos los fines de semana, nos casamos prácticamente al mismo tiempo, compramos casas iguales una al lado de la otra en un condominio, tuvimos hijos al mismo tiempo, era como vivir mirándose a un espejo. En realidad, éramos también los mejores amigos, concuñados, y compadres, ya que nosotros éramos padrinos de sus hijos, y ellos de los nuestros.
Además, a los dos no gustaba el fútbol, así que nos reservábamos dos tardes a la semana para ir a jugar a la liga, y éramos amantes del outdoor por lo que siempre acampábamos y nos íbamos a explorar la naturaleza con familia.
Obviamente que con guagua todo cambia, y las mujeres se empiezan a poner un poco "burguesas" (por no decir huevonas), así que cada vez el tema del camping y la naturaleza empezó a quedar más y más relegado.
Como relataba, tuvimos hijos casi al mismo tiempo. Nos casamos jóvenes, recién egresados casi, y tuvimos hijos prácticamente al cabo de un año. Mi hijo mayor y el de Sergio, tenían ya 11 años; y las niñitas nacieron 3 años después. Iban al mismo colegio, por lo que hacíamos turnos, lo clásico. Y ahora, ambas mujeres estaban nuevamente embarazadas.
Pero este verano los niños insistían que querían ir a acampar, y nuestras burguesas señoras y las niñitas no querían por ningún motivo, además de que estaban en el octavo mes de gravidez. Así que transamos y decidimos que nos iríamos una semana de camping los hombres, en una actividad "padres e hijos", y ellas se irían a la playa, a pasear por los malls.
Bueno, al final partimos. Cargamos la camioneta, cada uno con su carpa, y nos fuimos a la precordillera. Encontramos un lugar increíble, con un lago, senderos para trekking, y muy buenas instalaciones.
Así que empezamos a armar las carpas y a bajar las mochilas. A Sergio siempre lo encontré muy fachoso, el compadre tenía un tremendo forro, no muy alto, pero bien marcado porque le había bajado la onda de hacer triatlón. Estaba bastante dotado, al igual que yo, y siempre echábamos tallas de lo bien que lo debían pasar nuestras esposas y que por eso andaban las dos con esas sonrisas.
Pero esta vez como que lo miré con otros ojos, el hecho de estar armando la carpa, sin polera, y de estar sin las señoras me pareció con un aire de erotismo y me tenía "armando carpas" en los shorts también! Obviamente comprenderán la situación: la posibilidad de dejar ver cierto "homoerotismo" con mi concuñado era absolutamente nula, así que puro morbo y represión. "Oración y mortificación", dirían otros.
Pero la fuerza del morbo se dejó caer en nuestro paseo cuando los niños comenzaron a decir :
- "Tío, papá, ¿podemos dormir nosotros en una carpa y uds en la otra?"
La verdad es que con Sergio nos miramos, y nos pareció que no debería haber ningún problema, así que accedimos. Y por cierto, que me daba mucho morbo compartir la carpa con mi apetitoso concuñado, porque uno ha leído muchas relatos eróticos de camping, y siempre en realidad siempre me ponía cachondo compartir pieza con otro macho, así que en carpa y con los sacos pegaditos, más caliente todavía.
Bueno, fue un día de muchas actividades: trekking, bicicleta, bañarse en el lago. Así que hicimos un asadito en la noche, a ducharse y a los sacos.
Nos fuimos los cuatro a las duchas, y ahi aproveché de deleitarme una vez más con este pedazo de potro que se comía mi cuñada. Me pareció en un segundo que mi compadre me estaba mirando, ya que de repente lo miré y como que desvió la vista. Claro que lo atribuí a que eran rollos míos, por lo caliente que estaba.
Como nuestras dos esposas, estaban embarazadas y con síntomas de pérdida, los dos estábamos con ley seca hacía como unos 8 meses, y eso fue también un factor gatillante de la calentura que me consumía, e imagino que a él también.
Bueno, nada, tampoco iba a poder pajearme a mis anchas, ya que debo confesar que era mi deporte favorito, porque con mi cuñado al lado iba a ser más difícil.
En fin, el tema es que hacia un calor inédito esa semana, y los sacos que teníamos eran térmicos, así que finalmente dormimos en boxers. Obviamente que con calor es imposible dormir, así que en medio de la noche los dos nos estábamos moviendo tratando de no meter ruido para no despertar al otro, pero era evidente que ninguno dormía.
-"Pucha que hace calor, compadre"
-"Imposible dormir"
-"Pero los niños están lo más bien" (les habíamos puesto uno de esos monitores inalámbricos para bebés en la carpa de ellos para que nos hablaran si necesitaban algo)
-"Yo tengo que dormir encima del saco"
-"Yo igual, compadre"
-"Oye, y si nos vamos a bañar un rato al lago"
-"Excelente idea, compadrito"
Así que nos fuimos a nadar, había luna llena así que mejor imposible. En pelotitas no más, ya que de verdad, no hay nada más rico que nadar en pelotas de noche y en luna llena!
A la vuelta, pasamos a ver a los niños, que estaban de lo mas bien, y nos fuimos a la carpa. El tema es que al final nos metimos a los sacos así no más en cueros, y con la remojada yo al menos dormí estupendo. Al amanecer el escenario cambió, y Sergio estaba con el saco todo desparramado, prácticamente destapado, y con una erección portentosa.
Bueno, en realidad es normal que todos los hombres despertemos así, sólo que no todos los días se tiene el privilegio de ver a otro semental en dicha condición. Así que ajusté un poco mi vista y me dediqué a contemplar el trozo de macho que dormía atulado, perdón, a tu lado.
De tanto mirar, a mi también se me paró, como era obvio, pero nada, a dejarlo a nivel de fantasía. De pronto, Sergio comenzó a desperezarse, y como que se despertó, se vio a si mismo en ese estado y en vez de ser piola y taparse, dijo "Buenos días! ... Mmm, say good morning to Wally ... good morning wally!" y empezó a mover su erección como si Wally estuviera saludando. Yo en realidad me cagué de la risa, y le dije "weón ridículo", pero en realidad esa imagen todavía me cuesta sacármela de la cabeza cuando me masturbo en la ducha.
Nos pusimos shorts y polera y fuimos a ver a los niños. Otro día transcurrió en forma normal, y luego otra noche. La misma rutina, sólo que esta vez hicimos dormir a los niños, y Sergio me dijo que se iba a ir a duchar para acostarse más fresco. Yo me quedé un rato ordenando las cosas de la comida, y decidí irme también a la ducha, en parte por refrescarse y en parte por la sensación deliciosa de ducharse al lado de mi concuñado, ya que las duchas eran una pieza bastante pequeña con 4 challas una en cada pared.
Cuando entré, yo en general soy bastante silencioso, y con el ruido de la ducha Sergio -que estaba de espaldas a la puerta y con los ojos cerrados- no captó que yo había entrado. Así que me quedé un rato contemplándolo, y la verdad es que estaba harto rico el weón, como se diría en buen chileno. Involuntariamente, sentí que se me empezó a parar mirándole la espalda y el culito, así que prendí la ducha que estaba opuesta a él, con lo cual Sergio salió de su letargo y se dio vuelta para seguir duchándose, quedando de frente a mi. Yo estaba, como dicen los gringos, "half-hard", y él también.
-"No te había cachado".
-"Si, dejé todo ordenado y me vine a duchar".
-"Estuvo bueno el día".
-"Si, estoy raja".
-"Nada mejor que una buena duchita".
-"Trajiste shampoo?"
Así que le pasé el shampoo y seguimos conversando mientras nos enjabonábamos, nos lavábamos el pelo, y yo no dejaba de notar que su pirula estaba como más engrosada, con el prepucio semi descubierto y más colorada, como si hubiera estado erecta, o se hubiera masturbado recién, pero bueno ... yo la verdad es que cortaba las huinchas por una paja, pero me trataba de aguantar. Así que me jabonaba harto la tula, y él hacía lo mismo. Que dificil que a uno no se le pare en esas circunstancias, así que la jabonada era más bien como para disimular la semi-erección. En un minuto me tuve que dar vuelta para hacer como me lavaba el pelo, porque no lo pude aguantar y se me puso tiesa, pero afortunadamente pasó en un rato y pude terminar mi ducha.
Al final de la ducha, nos fuimos a dormir, pero esta vez Sergio me dijo:
-"Compadre, espero que Usted no se moleste, pero yo esta noche duermo en pelotas. NI loco me aguanto el calor".
- "Bueno, en pelotas será, si a Usted no le incomoda".
Así que los dos machitos en pelotitas en la carpa. La verdad es que yo estaba muerto de sueño, así que me quedé dormido en seguida. Pero en medio de la noche, sentí unos ruidos y un movimiento, como que me rozaban la pierna. Como estaba semi-dormido, entreabrí los ojos, y lo que vi me dejó helado. En realidad, me dejó hirviendo. Sergio estaba en plena faena. Se estaba librando una intensa batalla "cinco contra uno": sus cinco dedos contra su verga solitaria.
Yo ya sabía que al igual que yo, Sergio era devoto de San Onán, y que la ley seca de nuestras mujeres embarazadas nos tenía rindiendo culto diario, pero jamás imaginé que el tipo iba a ser tan "cara de raja" de hacerse una paja ahí mismo al lado mío, y no sólo eso, sino que morbosamente -y como si fuera accidentalmente por efectos de la estrechez de la carpa- el weón se calentaba rozando su pierna contra la mía y mirando mi paquete que estaba como palo.
Chuta! ¿Resulta que a mi compradre le gustaba el "que te jedi"? ¿Era igual que yo en ese sentido? ¿Y si ese era el caso, yo le calentaba? ¿O en realidad eran puros rollos míos que de caliente me pasaba esas películas, y él simplemente estaba caliente y no se pudo aguantar una paja?
Eran muchas interrogantes para resolverlas ahí mismo, así que para no arruinar el momento seguí haciéndome el dormido y disfrutando del presenciar la batalla desde el mejor de los palcos. Era como verla en HD y 3D !!! Pero lo que de verdad hubiera querido era participar del juego que que fueran mis "cinco" contra su "uno"; lo único que quería en ese momento utilizar mi "nunchuk" con mi concuñado.
Sergio acabó en unos minutos, y se vino con unos espasmos deliciosos, y a borbotones. Acto seguido, se dio vuelta, se tapó y se puso a dormir. Yo quedé mal, pero al final no me quedó más que conciliar el sueño y esperar el amanecer.
El tercer día transcurrió como de costumbre, pero por respirar tanta testosterona yo ya estaba bufando. La verdad es que cuando uno está caliente como que se pone más atrevido, y hace cosas en que la cabeza que manda es la de abajo. Como que le echaba tallas más de segundo sentido, tenía más contacto físico, pero no dejaba de pensar en las interrogantes de la noche anterior.
La noche era la parte más interesante, pero tenía que diseñar mi estrategia. Si yo estaba caliente, tal vez Sergio no, porque ya se había descargado. Así que decidí irme a dormir, pero usar una estrategia accidental: si a mi compadre le gustaba el webeo, andaba falto de cama, y yo lo ponía, debía proveer que él me viera todo lo que quisiera. Pensándolo bien, tanto exhibicionismo de su parte también podía deberse a que él haya estado caliente y me estuviera tratando de calentar.
Así que manos a la obra: dormí en pelotas, me destapé toda la noche, y como yo tengo el sueño liviano, cuando amanecí erecto y apenas había una penumbra, como que se lo mostré, me lo toqué, lo estiré y lo enderecé haciéndome el dormido.
Con los ojos entreabiertos, caché que él me estaba mirando, y también se estaba tocando. Con eso me quedaron claras las respuestas, muy para mi beneficio. Así que para no sorprenderlo y aguar la fiesta, me estiré -con lo cual se estira todo, incluso aquello- y lo miré. Le di los buenos días, y esta vez yo bromeé diciendo -"Say good morning to Jhonny! ... Good morning Jhonny!!", moviendo mi erección como si estuviera saludando.. Entonces Sergio dijo:
-"La verdad eris bastante pichulón, compadre, ahora que me fijo".
-"Mmm, asi que ahora te anday fijando en la pichula? Chita que anday necesitado."
-"Pero si la tenis grande, poh".
-"Y vos que te quejai, si igual eris medio Godzilla".
-"Si, en realidad la tengo grande", dijo, destapándose y mostrándola.
-"Andamos por ahí en realidad".
-"No", dijo más en serio, "tu la tenis más grande que la mia".
La verdad es que yo estaba que explotaba, los dos, casados, a los 36 años, completamente piluchos, mostrándonos las pichulas y hablando de su tamaño, acostados a menos de un metro uno del otro.
Lo único que supe es que de repente se produjo un silencio, estábamos como embobados mirándonos los picos, acercándolos cada vez más, hasta que de repente, el suyo palpitó, y empezó a lubricarse. Nuestras respiraciones estaban entrecortadas, nos miramos, y los dos teníamos una cara de calientes inconfundible. Entonces yo me acerqué más, y le toqué su pene con el mío. El dejó escapar un suspiro. Entonces yo presioné más, y empecé a frotar pene contra pene. El cerró los ojos y suspiró más.
-"Weón, que rico"
-"Cállate y disfruta"
Le empecé a correr mano por la espalda, y entonces él se desesperó, y me mandó un beso como si lo hubiera estado reprimiendo desde la universidad. Nos volteamos, y quedé encima de él, y nos empezamos a frotar con tantas ganas, que ya hervíamos.
Le empecé a mordisquear las tetillas, mientras él sólo gemía, se contorsionaba, y seguí bajando hasta que llegué a "Wally", a quien empecé a mordisquear y a lamer. Me dijo -"weón, lo chupai increíble", y respondí -"aprende que luego te tocará a ti". Yo estaba que reventaba, hasta que me detuve y me di vuelta: -"tu turno".
Lo hacía mejor que yo, se lo engulló completo. Yo como estaba tan lleno de leche no iba a tardarme en acabar, así que me giré para hacer un 69 y así seguimos hasta que acabamos juntos, entre sudor, moco y resoplidos y risas.
De pronto, en el intercomunicador se escuchó "Papáaa" ... Sabíamos que un nuevo día comenzaba, pero en realidad comenzaba una nueva vida.
(Continuará .....)