Acampada

Segunda experiencia, una acampada en la montaña y un experto amigo, me llevan a tener mi segunda experiencia gay.

Hace ahora tres años, mande a estas paginas mi primer relato, como no podía ser de otra manera, en él narraba mi primera experiencia sexual con otro hombre, desde entonces no he vuelto a mandar ningún relato, sin embargo aquel bucear en mis recuerdos me sirvió como catarsis para recuperar mis deseos y ansias de practicar sexo gay, desde aquel lejano día retomé mis actividades sexuales con toda libertad, soy bisexual y tengo que disfrutar de este regalo de la providencia, o no es un regalo el poder disfrutar de cualquier tipo de sexo.

Podría contaros mis nuevas experiencias, pero lo que de verdad me apetece es continuar cronológicamente con las maravillosas sensaciones de las que disfrute en mi adolescencia . Mi primera historia por si la queréis releer esta publicada el 14 de marzo de 2.003, bajo el titulo de Estreno Compartido y con Josmi como autor. Esa fue mi primera experiencia y fue el comienzo de un tiempo de maravilloso sexo.

Lo que os voy a contar ocurrió unos meses después del primer relato, sucedió la Semana Santa Siguiente al verano del 75, hace mil años. La panda de amigos que en aquella época éramos inseparables, estábamos planeando una excursión en tienda de campaña por la zona de Gredos, llevábamos semanas planificando el viaje y estábamos deseando que llegara el día.

Por fin el miércoles santo nos encontramos en la vieja Estación Sur de autobuses, nos embarcamos mas cargados que un porteador africano y después de dos horas de viaje nos bajamos del autocar, recogimos nuestros pertrechos y salimos andando del pueblo abulense donde terminaba el viaje.

Carlos, era hijo de oriundos de la zona, así que nos guió por caminos, subimos laderas, hasta vadeamos un pequeño riachuelo saltando de piedra en piedra, toda una aventura, por fin después de tres horas de infernal caminata, llegamos a una zona llana con grandes árboles, era una pradera preciosa, hacia un día espléndido y estábamos derrotados de cansancio, al fin y al cabo éramos cinco chavales de ciudad, así que nos dejamos caer sin resuello en la hierba.

Por fin nos decidimos a montar las tiendas, teníamos dos tiendas, una de tres y otra de dos, al acabar se nos había echado la noche encima así que cenamos unas latas y con el cansancio que teníamos decidimos acostarnos. Echamos a suerte en que tienda nos tocaba a cada uno y a mi me toco dormir con Josemi en la tienda de dos.

Allí nos fuimos, entramos en la tienda y nos comenzamos a desnudar, no había ni de lejos la mas mínima tensión sexual en el ambiente, yo sabia que Josemi practicaba ciertos entretenimientos con Carlos, que estaba en la otra tienda, y con Jesús que no había venido en este viaje; yo por mi parte recientemente había tenido mi primera experiencia con Miguel, que también dormía en la otra tienda, pero ninguno de los dos nos dábamos por enterados de los divertimentos del otro.

Josemi se metió rápido en su saco, un gigantesco saco de dormir del ejercito, yo sin embargo no tenia tanto lujo, me envolví en dos mantas y hasta mañana, o no.

Me quede dormido enseguida y al cabo de un par de horas note que alguien me zarandeaba, era Josemi.

  • Oye, oye

  • Que pasa? Pregunte medio anestesiado.

Esta helando, te vas a quedar congelado.

Efectivamente, habíamos acampado en plena montaña, y la temperatura había caído en picado, hacia un frío tremendo, aún arrebujado en las mantas y con el pijama de invierno puesto, estaba helado.

Metete en el saco.

Si , espera.

La cosa no tenia duda, o me metía en el saco o me convertía en sorbete. Me incorporé para introducirme en el saco.

Donde vas?, si te metes con pijama te vas a achicharrar, este es un saco especial de plumas del ejercito, esta diseñado para soportar las mas bajas temperatu....

Ya, ya , ya – le corte, le encantaba todo lo militar hasta la pesadez.

Me quite el pijama y me quede en calzoncillos y me metí a la carrera.

Cuando entre en el saco cada poro de mi cuerpo comprendió que Josemi estaba desnudo totalmente, no sabia como colocarme así que decidí darle la espalda. Como una lapa se pego a mi espalda se acoplo como una pieza de rompecabezas a mi cuerpo y si tenia alguna duda se me despejo, estaba desnudo, note su polla enorme adherirse a mi culo, mi calzoncillo apenas conseguía disimular su tremenda consistencia, de un tamaño tremendo, 22 cm , dura como una piedra, creí notar hasta las venas que la surcaban. Notaba su respiración en la nuca, su pecho, pezones y pelos, en mi espalda, sus muslos pegados a los míos, sus rodillas engranadas detrás de las mías, sus pies rozando suavemente las plantas de los míos.

Mi polla cobro vida, como un resorte abulto mi ropa interior, intentaba no moverme, no respirar, estaba seguro de captar perfectamente las señales que Josemi me enviaba, pero tenía miedo de equivocarme, de quedar al descubierto, apenas unos meses atrás había tenido mi primera relación con otro chico y no había vuelto a repetir experiencia, no estaba seguro de nada, así que permanecí inmóvil.

El si supo captar mis señales, entendió mi quietud como una invitación a continuar y mis pequeños y recortados suspiros los comprendió como los primeros barruntos de comprensión.

Así que decidió dar un nuevo paso, coloco su libre mano izquierda sobre mi cadera, encima del borde de mi slip, lenta y suavemente comenzó a acariciar esa zona, poco a poco su área de caricias se fue ampliando, hizo una excursión por mi vientre, bajo hasta el muslo y al cabo de varios de estos viajes se deposito en mi paquete, a esas alturas absolutamente desbordado por una tremenda erección, sin embargo aquella mano consiguió realizar los imposible, aumento y endureció mi polla hasta limites insospechables.

Si Josemi había tenido alguna duda hasta ese momento, ahí desapareció cualquier atisbo de incertidumbre, su mano inició un suave pero firme masaje de mis huevos y una ascendente y descendente manipulación de mi enhiesto miembro, me estaba volviendo loco de excitación.

La punta de sus dedos levantó la goma elástica de mi slip y note sus yemas acariciarme el pelo pubico, como por un camino sus dedos se dirigieron por el borde del calzoncillo hasta llegar al centro de mi espalda y ahí se zambulleron hacia abajo, su mano agarro mi culo, lo apretó con morbo y lo acarició con fuerza, con habilidad empezó a bajarme los calzoncillos, tuve que ayudar pues mi polla actuaba como un mástil frenando la bajada de la única barrera textil que separaba nuestros candentes cuerpos.

Con maña y esfuerzo conseguimos bajar el spli hasta las rodillas, de momento era suficiente, y su mano retomo el sobo de mi culo, a esas alturas jadeábamos quedamente; su diestra mano izquierda abría la raja y un dedo comenzó un viaje de ida al centro de mi culo, repaso un dedo, luego dos y al final todos, por mi ano, llevo sus dedos hasta mi boca, aprovechando el camino para apenas rozarme el pene, acariciarme el vientre y magrear mis tetas y pellizcar mis pezones. Abrí la boca y note sus dedos algo húmedos, lamí y ensalivé sus puntas y cuando consideró que era suficiente reiniciaron su camino, haciendo de nuevo paradas en cada punto de la ida, dedicando un poco mas de tiempo a mi polla,la cual masturbo con lentitud unos segundos hasta dejar mi capullo fuera de su funda a punto de estallar.

Sus dedos encontraron de nuevo mi ano y repasaron y repartieron mi propia saliva hasta el último rincón, los dedos cada vez empujaban con mas fuerza buscando la entrada y por fin uno de sus dedos se introdujo despacio en mi agujero, con lentitud empezó a entrar y salir, no sin cierta dificultad, pero en pocos segundo y con un poco de relajación, su movimiento de entrada y salida se hizo fácil; un nuevo dedo se unió al primero y tras unos primeros momento de dificultad la penetración digital se torno enormemente placentera.

De pronto sus dedos se retiraron y con un repentino movimiento se volvió a quedar pegado a mi cuerpo, note como frotaba su enorme polla contra mi culo, como toda su longitud se acoplaba en la raja, note cada vena de esa tremenda verga , casi me daba miedo , 22 cm. de larga y gruesa como una botella, cuando íbamos a las piscinas Josemi era el escándalo del día, con esa polla y los minúsculos bañadores de competición que se ponía, era difícil substraerse de mirar, además le adornaban otras virtudes físicas, alto, moreno, bien parecido, cuerpo muy esculpido por el deporte, no tenia dificultades en encontrar pareja, a lo que parecía de cualquier sexo.

Gire el cuello para encararle y expresarle mis miedos al tamaño del instrumento, solo conseguí que me estampara un beso en toda la boca, note sus labios abriéndose camino

sus diente mordiendo mis labios, el encuentro de nuestras lenguas fue como un estallido, nos besamos, nos lamimos, nos mordimos, nos comimos las lenguas, nuestra excitación iba en un increíble aumento, me gire de nuevo y note como besaba y mordía mi oreja, su hasta ese momento inactivo brazo derecho se introdujo por debajo de mi cuello y llevo su mano hasta mi pecho, magreo mis dos tetas, pellizco mis pezones y mientras su mano izquierda agarro su propia polla y dirigió su punta hacia mi ano, note como su enorme prepucio se pegaba a él y cuando decidió que estaba bien encaminada, llevo su mano hasta mi polla y mis testículos, comenzó a sobarmelos y tomando impulso empezó a empujar.

Me gire otra vez para catar de nuevo su boca y así, besándonos, con una mano magreando mis pezones y con la otra masturbándome, su prepucio, no sin dificultad ni sin dolor, desapareció dentro de mi ano. Paro y espero hasta que mi agujero se acostumbrara al brutal trozo de carne que debía tragar. Yo estaba excitado hasta el infinito.

Sigue, despacio pero sigue hasta metermela hasta el fondo-

Puedes estas seguro, te voy a follar bien follado, no lo vas a olvidar en la vida.

Si, follame, quiero notar tus huevos pegados a mi culo.

Ni en sueños pensé que pudiera hablar así, ni que un hombre me hiciera sentir el placer que me estaba dando Josemi, mi primera relación había sido muy satisfactoria, pero ni de lejos tan excitante y morbosa como esta, sin duda la experiencia de mi amigo era mucho mas amplia de lo que yo creía.

Retomo el empuje y poco a poco, centímetro a centímetro, aquella polla acabo entrando en mi culo, entera hasta los huevos, al principio el dolor apenas me dejaba disfrutar pero con un suave movimiento de vaivén, sacando y metiendo con dulzura su maravillosa polla, el dolor dejo paso a un placer inenarrable, alce mi pierna izquierda intentando abrirme lo máximo posible, y eso facilito la actividad de Josemi, su miembro empezó a entrar y salir con facilidad, que placer¡¡¡ sentía sus gruesas venas limando mi recto, fue aumentando el ritmo, pasaba de metermela hasta el fondo a apenas introducirme la punta, paraba, reiniciaba lentamente, aceleraba, me estaba volviendo loco de placer, que éxtasis; su mano seguía masturbándome y apenas cinco gloriosos minutos después del comiendo mi polla evidenciaba claramente que se iba a correr de un momento a otro, coincidió ese maravilloso momento con un fuerte empujón de su pelvis que llevo su polla hasta el fondo de mi culo, me corrí entre gritos, siguió masturbándome y mi leche corría entre sus dedos, retiro la mano y la llevo empapada hasta su boca, sorbió mi lefa hasta la ultima gota, se relamió los dedos y me miro a los ojos, como me alegro de que la luna llena bañara de una casi espectral luz blanca nuestra tienda de campaña, me permitió no perder ni un solo detalle.

Con los labios empapados en mi leche y con un pequeño hilo húmedo escapándosele de la boca le bese, nuestras salivas y mi leche intercambiándose entre las bocas era un elixir que nos transporto hasta el éxtasis.

Hundió su polla hasta el fondo de mis entrañas y ahí se quedo, solo notaba las tremendas pulsaciones de pene, señal inequívoca de su pronta corrida; pense que sus gritos despertarian a los durmientes en las otras tiendas, y entre esos gritos note que mi culo se inundaba de su semen, caliente y caudalosa como un río de lava, me abrazo con fuerza hasta que la ultima gota se vertio dentro de mi cuerpo, teniamos casi espasmos de placer.

Tras unos minutos de reposo, saco su polla y su leche salió detrás, resbalando por mi culo y mis muslos.

Me di la vuela y nos abrazamos besándonos, nuestras pollas medio erectas y aún húmedas se frotaban, piel contra piel, pegados como lapas, besándonos con pasión, con tranquilidad y sosiego, fue tan bueno el post-polvo como el polvo en si mismo.

Me clavo la mirada.

Será mejor que intentemos dormir, es tarde y mañana estos quieren levantarse temprano.

Si tienes razón, es muy tarde.

Hasta mañana.

Josemi, una cosa.

Dime

Como será mañana?, que hacemos?, como manejar esta situación.

Pues con la misma normalidad que cualquier otra cosa, somos amigos y eso lo seremos siempre, pase lo que pase, no tiene mas importancia que la que queramos darle, puede que repitamos, puede que no, ya veremos.

Tienes razón, hasta mañana.

La semana santa trascurrió con normalidad, en aquella ocasión no repetimos experiencia, no dejo rastros en nuestra relación de amigos, seguimos como si tal cosa, compartiendo, tardes de cine, guateques con chicas, días de fútbol , pero unos meses después..............., pero esa es otra historia.

Si os ha gustado lo suficiente este relato, os la contare.