Abuso de autoridad. Detenida y violada por un poli
Estás detenida. Un policía rudo y bastante cabrón te lleva esposada a la comisaria, y tú aún no sabes el porqué. Llevas unas esposas y notas como te agarra con fuerza y te empuja dentro de un calabozo. Sin comerlo ni beberlo, sin saber el porqué, has acabado en los calabozos de una comisaria.
Abuso de autoridad. Detenida y violada por un policía.
Estás detenida. Un policía rudo y bastante cabrón te lleva esposada a la comisaria, y tú aún no sabes el porqué. Llevas unas esposas y notas como te agarra con fuerza y te empuja dentro de un calabozo. Sin comerlo ni beberlo, sin saber el porqué, has acabado en los calabozos de una comisaria.
A tu alrededor solo hay una cama, un lavabo, y la puerta de entrada, cerrada. Y cuatro paredes que te impiden salir de ahí. Empiezas a pensar: ¿Qué ha pasado? ¿Cómo has acabado detenida por un policía cabrón? ¿Qué has hecho tú para ser detenida? Recuerdas que un hombre ha empezado a seguirte hace un rato, te ha seguido durante 5 minutos, y cuando ha encontrado un momento adecuado, se ha acercado a ti, y te ha detenido, de manera ruda e incluso violenta, pero sin decirte el porqué. Sigues sin tener respuestas.
Entonces se abre la puerta y vuelve a entrar él. Es alto y fuerte, con cara de pocos amigos. Impone respeto.
"¿Sabes porque estás aquí, putita?", te pregunta.
"No, señor agente. Esto debe ser una equivocación, yo no he hecho nada."
"Pues deberías saberlo, putita.". Es la segunda vez que te llama putita, y eso no te hace mucha gracia. Un policía normal y corriente jamás se comportaría así ante un ciudadano.
Él te mira de arriba a abajo. Es verano, y llevas una minifalda cortita, abierta para que pase el aire, y un top ajustado, de color blanco. No llevas sujetador por el calor que hace, y tus pezones se marcan claramente.
"Estás detenida por menosprecio a la autoridad y agresión a un agente de policía".
"¿Cómo? Si yo no le he tocado, a usted ¡¡¡"
"Sí, putita... tú me has insultado, me has menospreciado, te has negado a identificarte y me has agredido. Serás acusada y castigada por ello".
Aquí ocurre algo raro, piensas para ti. Yo no he tocado a esa persona y no lo he visto en mi vida. No hay ningún motivo aparente para que te acuse de ello.
"Pero si no lo he visto en mi vida ¡¡¡"
"Si, pero eso solo lo sabemos tú y yo, y en un juicio sería tu palabra contra la mía."
"Mierda", piensas... Acabas de darte da cuenta de que ese policía no te quiere por ningún motivo policial. Quiere algo más de ti. Ese hijo de puta quiere joderte, y empiezas a notar que tienes un problema, y muy grave. Vuelve a mirarte de arriba a abajo, notas como te desnuda con sus ojos, y empiezas a tener muy claro lo que quiere de ti. No le interesa la justicia, ni le interesa meterte en la cárcel. Sólo quiere tu cuerpo.
"Tengo derecho a retenerte las próximas 72 horas si yo quiero, putita. Y si no retiro los cargos, irás a juicio, e incluso podrías ir a la cárcel."
"No por favor, no puedo dormir aquí".
Te aterra la idea de dormir en el calabozo. Huele a orines, y la situación es trágica para tí. Todavía llevas las esposas y no sabes por qué no te las quitado. Se supone que una vez detenida deben sacártelas.
Notas como se acerca a tí, y da un par de vueltas a tu alrededor, mientras te observa fijamente. Puedes notar como sus ojos se clavan en tus piernas, en tu trasero y en tus pechos. "Quién te mandaría a ti salir vestida así de casa", piensas para ti misma. Para colmo insiste una y otra vez en llamarte putita.
El sinvergüenza se coloca detrás tuyo, y tras acercarse a tu oreja te susurra:
- "Vas a dormir en el calabozo, putita. Vas a pasar tres noches de mierda en este cuchitril, y lo vas a hacer porque a mí me da la gana. Te voy a acusar de agresión a la autoridad, tendrás un juicio, e irás a la cárcel. A los jueces no les gustan las niñas tontas que agreden a la policía."
Vale, ahora ya estás acojonada, muerta de miedo. Ese hombre quiero joderte bien jodida, ya sea físicamente, o psicológicamente. Entonces notas como cambia de oreja, y sigue susurrándote:
- "Aunque todo esto podría ser un sueño pasajero si te portas bien conmigo. Las niñas que salen vestidas como putitas a la calle merecen ser tratadas como tal. Si accedes a jugar conmigo, retiraré los cargos y podrás irte a tu casa. Pero para que eso pase, deberás ser mi putita. O te jodo una hora, o te jodo la vida, tú eliges"
Ya está, ya te lo ha dicho, ese hijo de puta, violento y agresivo, quiere follarte. O eso, o te va a joder la vida. Si no lo haces, serás juzgada y podrías pasar un tiempo en la cárcel, lo cual te da pánico. Tu vida por el retrete en un abrir y cerrar de ojos. No puedes permitirlo...
"No, por favor, no me haga esto, señor agente. Yo solo salí a dar una vuelta."
"Cállate, putita. Te voy a dejar 5 minutos para pensarlo. O te jodo durante una hora, o te jodo el resto de tu vida. Habrá calabozo, acusación, juicio, y seguramente cárcel. Aunque solo sean 6 meses, tu vida quedará marcada para siempre. O te jodo durante 1 hora, o te jodo el resto de tu vida. Tú eliges, putita."
Tras salir de la celda, te deja 5 minutos sola. Y le das vueltas, muchas vueltas. La amenaza es real, muy real. Quiere joderte, y tú le tienes pánico a poder pasar más de 2 horas en una celda como aquella. ¿Cómo vas a pasar 6 meses allí?...
Tras aquellos 5 minutos, el cabrón vuelve a la sala.
"¿Te lo has pensado, putita? ¿Quieres que te joda una hora, o el resto de tu vida?
"Una hora.". Ya has elegido.
El policía te tapa la boca con una mordaza para que no puedas gritar, te empuja violentamente contra la cama, y te pone a 4 patas. Con otras dos esposas te ata a la cama, de manera que no puedes moverte.
- "Ahora vas a saber lo que es el abuso de autoridad."
Empieza a azotarte el culo, de manera fuerte y contundente. Notas sus palmadas en tu culo y no puedes hacer nada para evitarlo. Estas atada y amordazada. Con su mano izquierda empieza a agarrar tus pechos, con fuerza, y a masajearlos mientras sigue dándote azotes. Tras unos minutos repitiendo la acción e insultándote, notas como te sube la falda, y te sube también el top.
Vuelve a masajear tus pechos, y a azotarte el culo, pero ahora sin ropa. Lo peor de todo es que empieza a gustarte. Es tan rudo, tan cochino, que te está poniendo a tono. Ahora empiezan los pellizcos. Sus dedos empiezan a pellizcarte los pezones, primero suavemente, para ir aumentando la presión poco a poco. Su otra mano ha dejado de golpear tu culo para deslizarse por tu culo camino de tu raja.
Empieza a masturbarte suavemente, mientras juega con tus pezones y te susurra al oído: "Te voy a follar, putita. Te voy a meter mi gorda y dura polla por tu chochito y vas a llorar de placer".
De repente saca de su bolsillo un juguetito y te lo enseña. Es un plug. Has visto alguno antes, y sabes para qué sirven. Te lo mete en el culito mientras vuelve otra vez a azotarte. Lo ha clavado hasta el fondo, sin lubricante ni nada, y un grito ahogado sale de tu boca. Sin dejarme descansar, comienza a meter y sacar el plug, sin pausa, con ritmo.
Su otra mano acaricia tu coñito, buscando el clítoris y estimulando. Cada X segundos deja de jugar con el plug para volver a tus pezones, ya duros y excitados. Ya estas mojada, no hay duda. Lo peor de todo es que esto te está comenzando a gustar.
El muy cabrón pasa de pellizcarte los pezones a masajeártelos, juega con el plug en tu culito, lo mete y lo saca, te azota el culo con fuerza, y acaricia tu clítoris con suavidad, para que te pongas mojada. Te llama putita al oído mientras te cuenta como te va a follar. Está jugando contigo, poniéndote cardiaca. Seguro que no es la primera vez que lo hace, se nota que el muy hijo de puta sabe hacerlo.
- "Sabía que te iba a gustar. El problema es que las putitas como tú os revolvéis mucho y gritáis más aún. Por eso he tenido que atarte y amordazarte."
Finalmente, después de 30 minutos de jugar contigo y de ponerte a 100, se pone detrás de ti y te empala con su polla. Notas perfectamente como su pene erecto y duro entra en tu vagina hasta el fondo. Dios, que placer... estas atada, en un calabozo, sin poder decir ni pio, y a cuatro patas, mientras un policía te está follando. Está abusando de tí.
Ese bestia empuja y empuja, sin parar, te vuelve loca, y no para hasta que te corres. Un gemido, profundo y ahogado por la mordaza, sale de tu boca. Al final, por mucho que lo has intentado, te has corrido, no has podido evitarlo. Tu nivel de excitación es demasiado alto, y a pesar de sentirte acosada, abusada y violada, te has puesto cardíaca y no has podido controlar tu propia excitación.
Él no para, no tiene intención de parar. Continúa bombeando con fuerza, penetrándote a su antojo, y poniéndote a tono. Tras unos minutos empujando, vuelves a estar otra vez al borde del orgasmo, y tú ya has dejado de luchar.
Entonces, sin avisar, saca su polla de tu coñito, y sin decir nada, la introduce hasta el fondo en tu culo. Un gemido, mezcla de dolor y de placer, sale de tu boca, para chocar con la mordaza que la tapa. Nuevamente vuelve a empujar, y a embestir, con fuerza, con violencia, clavándola hasta el fondo, una y otra vez. Notas como a cada embestida sus huevos chocan contra tu chochito excitado, mojado.
- "Ahora voy a correrme en tu culo, putita. Y vas a llevarte mi semen para casa, como recuerdo."
Al final te has acostumbrado a que te llame putita. Puedes oír como sus gemidos suben de tono, y como su respiración se acelera. El cabrón está a punto de correrse. Finalmente, tras 3 o 4 embestidas mas, notas como un rio de leche inunda tu culo. Se ha corrido dentro tuyo.
Después de jadear un rato, y descansar, notas como saca su enorme miembro de tu ano, y se aparta de ti, dejándote atada, amordazada, a 4 patas, y con el culo en pompa. Puedes ver como se viste tranquilamente, tras limpiarse un poco. Tu culo y tu coño están completamente irritados. Te ha follado como le ha dado la gana.
Tras vestirse, y 'admirar su obra de arte', se acerca de nuevo a ti para subir tus braguitas, y bajar de nuevo tu top y tu faldita. Está vistiéndote otra vez, como si no hubiera pasado nada. Puedes notar también como limpia y arregla un poquito el calabozo, limpiando las posibles pruebas que haya.
- "Ahora te estarás calladita y no dirás ni una palabra, putita."
Tú asientes con la cabeza. Sólo quieres que esto acabe y poder marchar a casa. Tras vestirte, te desata las manos y las piernas, te levanta y te quita la mordaza. Luego te agarra, y te conduce por la comisaria, de nuevo hasta el coche de policía. En 3 minutos en el coche te das cuenta de que te está llevan al mismo sitio donde te detuvo antes. Te va a devolver. Al llegar allí te baja del coche, te quita las esposas, y suavemente, te besa la mejilla.
- "¿Te ha gustado, putita?"