Abuso carnal

La niña no razona del todo mal pero es lentita de reflejos, por ello los hombres se aprovechan de su temeramento ardiente.

ABUSO CARNAL.- (AMOR FILIAL - HERMANOS )

La niña no razona del todo mal pero es lentita de reflejos, por ello los hombres se aprovechan de su temperamento ardiente.

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No veo la hora de salir del colegio y llegar a mi casa. Chamaco, el perrito que me regalo mi mamá por mi cumpleaños número 18, es mi mascota mas querida y debe estar desesperado por verme, con las mismas ansias que yo deseo verlo a el.

Se parece a los perros salchicha, aunque es mas grueso, creo que es de raza Bassel Hunt y se ha encariñado mucho conmigo, me ve y se pone loquito de contento, salta, menea la colita, da vueltas, con desenfreno y su delirio es lamerme por donde pueda.

Ojalá que no esté en la casa el técnico que repara los artefactos, es un negrazo que cuando no está en la cocina arreglando algún electrodoméstico, se la pasa en los dormitorios reparando alguna otra cosa, ese es el problema cuando no hay papá en casa.

Mi papi nos visita solo una o dos veces por semana y se encierra horas con mi mamita y no le queda tiempo para arreglar nada.

Me molesta que haya alguien en mi casa por que no me gustan los extraños, en realidad no me gusta nadie, por eso no tengo amigos y menos amigas que todo el tiempo quieren estar burlándose de mi.

Me fastidian mucho, me apodan la burranca por que todos los de mi salón son menores que yo y me llegan a la oreja o mas abajo, hablan y se ríen a mis espaldas, me molestan con mi trasero y mis pechos, dicen que son de señora ó que tengo muchas hormonas y pocos sesos.

Creo que alguna razón pueden tener con eso de las hormonas por que hay días que amanezco rarísima, siento que me quema todo, me pongo muy inquieta y me sofoco, como hoy por ejemplo, pero bien tranquila me aguanto las ganas.

Que suerte, hoy faltó el profe de educación física y la movilidad nos está regresando dos horas antes de lo previsto; finalmente llego a mi casa y sale a recibirme mi amigo mas querido, mas que eso, mi único amigo, mi perrito chamaco, como de costumbre se deshace de alegría al verme.

Mi hermanito Ricardo todavía no regresa de su colegio y mi mamy debe haber salido a hacer sus compras de la semana por que no veo a nadie en casa.

Voy a mi habitación a cambiarme el uniforme, para luego servirme algún refrigerio, seguro que mi mamá ya no tarda en regresar.

Me visto con ropa cómoda, un polo una faldita y mis zapatillas, antes de ponerme mi calzoncito me sentaré en el bidet un buen rato por que el chorrito tibio me hace sentir muy rico y el chorrito de agua fría me calma los ardores que todo el día me han tenido húmeda.

Hay que bueno está este chorrito tibio, me choca con fuerza en la crestita de adelante y la vibración la hace crecer y me la pone roja y durita , hmmmmmmmm, ay .......... que rico está esto.

Cuando de pronto escucho a mi mamita, dar un terrible grito como si le hubiesen clavado una puñalada, sin pensarlo dos veces, interrumpo mi deleite y sin siquiera secarme la cosita, salgo disparada del baño para ver que le ha pasado a mi mamy; pienso que puede haberse caído.

Estoy yendo presurosa y chamaco corre conmigo cruzándose por entre mis pies a punto de hacerme caer, pero antes de llegar al dormitorio de mamita, siento unos topetones cadenciosos contra la pared, acompañados al compás por los quejidos de mi mamy.

Eso ya no me pareció un asesinato, me detuve y pensé que habría llegado mi papy, pero que raro no vi su carro en la cochera cuando llegue del colegio, además ellos siempre cierran la puerta y ahora está entreabierta, me dio gran curiosidad.

Me arrastré como una lagartija el trecho que faltaba y sin levantar el cuerpo asomé el ojo, y ............... ¡que impresión!, el negro grandulón y mi mamy, parecía que querían tumbar la pared o destrozar la cama, mi madre gritaba como desquiciada, estaba en cuatro patas y tenía al negro encima.

Estaban desnudos, casi de espaldas a la puerta y vi como Bernabé metía y sacaba su tremendo garrote negro de la chichi de mamita. Tengo la impresión que en un momento el intruso volteó la cara y notó mi presencia, aunque no estoy muy segura.

Al verlos, sentí como si un rayo me penetrara el cuerpo, un sopor humedeció todo mi ser, mas que asustada me sentía invadida por la tentación, nunca antes había sentido algo igual, la imagen fue muy lujuriosa y perturbadora.

No reparé que chamaco se prodigaba en caricias lamiéndome las piernas mientras estoy tumbada en el piso, hasta que su lengua logró llegar a mi entrepierna. Eso es demasiado para mi, su húmeda y caliente lengua en el lugar correcto y en el momento preciso.

En el estado que me encontraba no pude menos que darle algunas facilidades, sin medir consecuencias y guiada solo los mis impulsos, separé mis rodillas y levanté un poco el trasero, casi me muero, la lenguaza del perro azotaba mis zonas mas íntimas en forma que jamás hubiese podido imaginar, no bien había comenzado y sentí que la vida se me iba por entre las piernas, fui presa de incontrolables espasmos y por entre mis muslos chorreaba abundante líquido que había brotado de mi rajita.

Noté con preocupación que chamaco me estaba queriendo montar, me di vuelta para verlo y pude apreciar una increíblemente grande cosa roja que le había salido por abajo, eso me asustó demasiado y opté por retirarme de inmediato a mi dormitorio.

Entré, cerré la puerta para que chamaco no pudiese montarme, estaba muy perturbada, casi fuera de sí; me introduje a la vagina lo primero que tuve a mi alcance; el plumón corrector que viene con la popa redondeada, no le presté atención al dolor, lo sentí a pesar de estar totalmente dilatada y lubricada, pues me había perforado el himen, bonita forma de perder la virginidad.

Me taladraba con el plumón y con la otra mano me masajeaba la crestita frenéticamente, mientras chamaco rascaba la puerta queriendo entrar. La siguiente explosión de placer no se hizo esperar y me corrí muy rápido con la imagen del negro barrenando a mi mamita, así me quede dormida sobre la cama.

No se cuanto habré dormido pero desperté al sentir que sacaban de mi almejita el plumón que había dejado insertado, me asusté mucho pensé que mi mamá había descubierto mi desfloración, pero peor que eso, era Bernabé, que había ido a convencerme para que no abriera la boca.

Indignada le recriminé su mal comportamiento y su abuso de confianza con mamita y lo amenacé con acusarlo con mi papá cuando venga.

El sonrió y me dijo: Mire niñita, le voy a explicar, hace tiempo que su mamá me llama para arreglar aparatos que no necesitan ninguna refacción y cuando vengo se pone a darme vueltas como una mosca golosa.

La verdad no entendí su respuesta en ese momento y no supe que contestar.

Y mientras metía el plumón entre su inmensa geta, prosiguió diciendo: Además mi niña si usted me acusa con su padre, yo le voy a hacer saber que usted es una viciosa y que se anda metiendo cosas como esta en la zorrita.

Eso si le entendí y me quedé muda y aterrada de solo pensarlo, como habrá visto mi cara que, pasó su brazo por mi hombro y me dijo: Ya vera, reinita vamos a ser buenos amigos.

Y metiendo su manota entre mis piernas volvió a incertar el plumón al mismo sitio en que lo había encontrado, con una rapidez y precisión asombrosas, antes que yo pudiera reaccionar metió su cabeza bajo mi faldita, separó una de mis piernas y estampó un sonoro beso en mi desnuda y húmeda conchita recién estrenada.

Se despidió diciéndome: Adiós mi niña, ahora me están esperando; mas tarde hago una visita especial para usted. Se retiró rápidamente antes que y pudiera despedirme .

Quedé reconfortada pensando que no era tan malo como me lo había imaginado y convencida de no delatarlo. Después me hice la desentendida con mi mamita y la saludé, al rato se despidió de mi como sinada y recién salió a hacer las compras de la semana.

Después de una rápida merienda, regresé presurosa a mi habitación, no podía deshacerme de la imagen de Bernabé con mi madre, zamarreándola, y la sensación de la lengua de chamaco me persigue implacable, el escozor que llevo entre las piernas es insoportable, siento la urgencia de calmarlo de alguna manera pero de inmediato.

Ya me chorrea un hilo de baba por los muslos y siento que me quema la pelambrera del entrepierna.

Chamaco me persigue, logra entrar, quedo atrapada en una vorágine de lúbricas imágenes y a disposición del perro, éste, frenético no cesa de lamerme el coñito saboreando todo mi jugo.

Con esa sensación que me deleitaba me quedé inmóvil dejándolo hacer, yo gemía y suspiraba aceleradamente, sentada en el piso con las piernas abiertas y acariciando la cabeza de chamaco que lamía gozoso, yo estaba a punto de un orgasmo, con la mirada en el vacío y la boca abierta, con expresión de estúpida. Intempestivamente aparece mi hermano y me doy cara acara con el, que recién llegaba del colegio.

Tuve la intención, pero me resultó imposible interrumpir mis sensaciones en ese momento y continué haciéndolo ante la atónita mirada de Ricardo, que sin decir palabra tiró su mochila al suelo y se bajó los pantalones, ni bien quedó liberado, saltó su verga completamente tiesa.

Botó a chamaco del cuarto y cerró la puerta, no hablaba solo jadeaba, me levantó de una mano y me puso al filo y sin contemplaciones, me la incrustó completa de un solo tirón; sentí como si me hubiesen clavado una espada en el corazón.

Recién desflorada y con mi almejita todavía inflamada, me dolió mucho, pero si bien la picha de Ricardito es muchísimo mas grande que el plumón, el es menor que yo por tres años y soy mas corpulenta que el, no podía hacerme demasiado daño.

Me taladraba con desesperación, el dolor inicial fue tornándose agradable con su magréo, ya soportaba con comodidad sus arremetidas.

Recapacitando, le dije entre jadeos: Ricardito, cre ...... creo que no está bie ......bien que hagamos esto entre hermanitoooooos.

Me contestó volteando los ojos: Cállate y sigue moviendo el culo, peor está que lo hagas con el perro. Yo no me había dado cuenta que le estaba moviendo el culo (como el dijo), pero no le faltaba razón, si lo estaba moviendo con frenesí, y peor sería que lo hiciera con chamaco.

No solo lo movía, lo hacía rotar como una licuadora y no se como podía, pero era por el impulso interior de otro orgasmo irrefrenable que lo gocé atenazando a mi hermano con las piernas para que no me robe ni un milímetro y me la meta completa, solo quedó afuera sus péndolas y una mecha de pelambrera.

Cuando Ricardo estaba terminando de derramarse, muy agitado, hace su aparición mi amigo Bernabé, tal como me lo avía ofrecido, él tan bueno que ya me había exonerado de culpa, para mi mala suerte otra vez me sorprende en falta.

Una vez dentro y a puerta cerrada, levanta a mi hermano como un estropajo y lo pone a un costado de la cama y dice con tono parsimonioso: Hay niños, hay niños, que voy a hacer con ustedes, fíjense en el lío que se han metido, esto no lo puedo callar de ningún modo. Dijo, liberando el broche de su correa y el botón del pantalón, de inmediato pensé que nos iba a dar una cuera por malcriados.

En dúo con mi hermano le imploramos: Por favor no nos vallas a............., yo dije: pegar y Rubén dijo: acusar.

Entonces ¿ como vamos a resolver esto, quiero saber, haber díganme?, nos preguntó.

Rubén dijo : Te regalamos dinero, a mi no se me ocurrió nada.

Bernabé le contestó: Ustedes nunca van a tener dinero suficiente para pagar esto, pero yo tengo una solución. Cuando entré vi que no lo estaban haciendo bien,¿qué les parece? Yo les enseño y quedamos todos amigos.

Que bueno es, pensé, además de enseñarnos, no nos va a delatar. Me pareció un trato mas que justo.

Como nadie contestó, Bernabé tomó la iniciativa y le dijo a Ricardo: Tu niñito siéntate en la silla y mira muy calladito y pon mucha atención, para que aprendas la lección.

Y tu niñita linda, sácate toda tu ropita para que estés mas cómoda y siéntate al filo de la camota. Confiando en mi amigo, me desvestí y tomé asiento donde el me había indicado, luego me concentré para prestar atención a lo que nos iba a enseñar.

Tiró una almohada al suelo, justo frente a mi y se arrodilló en ella, separó mis rodillas y le dijo a Ricardo: Mire niño Ricardo, a la mujer primero se la calienta así, antes de hacerle el amor. Dijo mientras colocaba mis muslos sobre sus hombros y metía su cabeza a mi entrepierna, yo quise escaparme de esa postura que me pareció muy atrevida, pero de una primera chupada me mandó al cielo sin calzones.

Se metió mi crestita a su bocota y empezó a succionarla como si fuese un biberón y la chupeteaba sonoramente, después me la abofeteaba con la lengua como castigándola severamente para terminarla con un suave masaje cargado de saliva.

Cambiaba de agujero pasando por el puentecito y también remojaba mi culito, y por momentos metía la lengua en mi ojetito. Me puse a llorar desconcertada por lo que estaba sintiendo, me asustaba de tantas sensaciones perturbadoras y tan intensas, temía por mi salud mental.

Cuando me sintió al borde de la locura se puso de pié y me pidió que le bajara los pantalones, cuando lo hice me quedé petrificada frente a una cosa negra tremenda, larga y gruesa y con una cabezota que parecía una manzana.

Tenía las venas saltadas y mas atrás le colgaban un par de cojones negros del tamaño de los de un toro de lidia, me miró con dulzura y me dijo: No tenga miedo mi reinita, hágale cariñito. Y me instaló la punta entre los labios, ahogando las palabras que estaba a punto de pronunciar.

Miró a mi hermano que se estaba masturbando y le dijo: Que bien niño Ricardito, ya se está preparando, lo voy a nombrar mi ayudante. Vaya desatándome los pasadores mientras yo me saco la camisa.

Rubén obedeció y yo hacía esfuerzos por poder meter tremendo garrote caliente a mi boca, mis dedos intentaban juntarse a su alrededor sin conseguirlo.

En un instante quedó completamente desnudo y se tendió de espaldas en la cama y me colocó frente a el con su cuerpo entre mis rodillas y muy excitada pero temerosa le pregunté, entre balbuceos; Bernabé no ........ no pensaras meter esa cosa en mi pequeño huequito ¿no?

Y me contestó: Ni pensarlo damita, solo le voy a enseñar a hacerlo por afuerita, para que sienta gustito sin dolor.

Sus palabras me colmaron de confianza y relajé todos mis músculos, pensando en transportarme al cielo.

Jaló mi cabeza hacia el y me empezó a besar en la boca con lengua y mordisconcitos que me deleitaron, estaba que me hervía la sangre y todos los demás fluidos, frotaba su gran cañón entre mis labios genitales, sin intentar penetrarme, con acompasados giros de cintura que me turbaron aún mas.

Le dio indicaciones a Ricardo, que estaba en su máxima erección, para que colocado detrás de mi, hiciera lo mismo que estaba viendo, pero en mi raja trasera; de un salto y con gran esmero mi hermano obedeció a su maestro.

Yo estaba a punto del orgasmo pero hacía esfuerzos por contenerme, mi maestro me había indicado que el me diría cuando terminar.

Al sentirme al borde del climax, dejó de moverse y me encañonó colocando su cabezota en la entrada de mi dilatada vulva, que manaba fluido en grandes cantidades.

Ejerció un poquito de presión, sin forzar demasiado y empezó a girar la cintura nuevamente, pero despacito como pidiendo permiso para entrar y me dijo: Madrecita yo llego hasta aquí nomás, si quiere que le entre un poquito mas, usted se tendrá que resbalar solita. Justo me lo dice cuando yo estaba sintiendo que talvez podría entrar sin que me mate, ya no quería que se detenga.

Yo empuje hacia el y me entró la cabezota causándome un gran dolor, pero sacándome a la vez un orgasmo muy intenso, fue una sensación antagónica pero de sumo placer.

No entendía como con solo abotonarme en ese gran bálano el clímax resulto incontenible,

Entre lagrimas de placer y de dolor se iba resbalando con suavidad el tremendo mástil a mi interior, al tiempo que le imploraba perdón a mi maestro por haber gozado sin su permiso, pero la verdad fue humanamente imposible poder evitarlo.

Me había desquiciado, me sentía transportada a otro mundo, ya nada me parecía suficiente y le pedí a Ricardo que probara de meter su órgano por mi culito, el pobrecito también merecía participar.

Para poder comerme la tremenda pieza de Bernabé, había tenido que aflojar hasta los músculos de las orejas, así es que estaba con los esfínteres totalmente distendidos, por lo que después de un pequeño esfuerzo ya tenía adentro las dos herramientas en pleno funcionamiento.

Que bien a un solo compás puedo menear la pieza y la piezota, me entran y me salen las dos a la vez y me siento como si me hubiera convertido en una maquina de culear.

No debe ser malo lo que estoy haciendo me digo, por que es demasiado rico, de lo contrario me estaría volviendo una corrompida degenerada.

Estaba por gozar por enésima vez y siento una tercera picha, ésta sin permiso se mete directamente a mi boca, era Fernando, el amigo de Ricardo que siempre viene para estudiar con él.

Conectada por mis tres orificios, gocé como nunca hubiera podido imaginar que era posible, saturados de magrearme se fueron retirando uno a uno hasta dejarme sola, cansada, inflamada, aturdida, pero totalmente satisfecha al máximo nivel de saturación.

En el colegio se han enterado de lo sucedido por culpa de Fernando que habló mas de la cuenta, ahora el profesor de educación física quiere llevarme al baño para darme ciertas clases particulares, hasta el director del colegio me ha invitado a su oficina varias veces, a él se la chupo y nada mas, dispone tan solo de un armatoste blandengue que le cuelga en el entrepierna, pero eso si, me ha prometido que voy a aprobar todos los cursos con calificación sobresaliente.

Mis compañeros me rifan para llevarme al bosque que está a espaldas del colegio, a diferencia de lo que ocurría antes, ahora soy la alumna mas popular y solicitada y simplemente por realizar una obra de bien social que tanto disfruto.

Mi papy ya se enteró de mis nuevas actividades y me ha citado a su estudio para este sábado, me ha dicho que vamos a hablar a calzón quitado, por que quiere que le explique con pelos y señales todo lo que estoy haciendo por mi hermano y por todos los demás.

Estoy segura que me quiere felicitar y pedirme que le haga una demostración para comprobar lo bien que me desempeño, iré decidida a causarle la mejor impresión y demostrarle todos mis avances; así podrá sentirse orgulloso de las habilidades de su hijita en esta materia y quedar convencido que ya no es mas la tontolina de antes.

OCTOPUSI – 19/05/04