Abusaron de mi hija y de mi, frente a mi hijo
Alguna estupidez hizo mi ex esposo, que unos tipos entraron a mi casa para darle una lección a él, abusando de su familia. (Este relato es una fantasía, que me solicitaron algunos lectores).
Era tarde en la noche, ya estaba acostada cuando escuché que se abría la puerta de abajo, seguramente era mi hijo que llegaba de ver a su novia. Oí más ruidos abajo, varios pasos yendo y viniendo y susurros, entonces pensé que había llegado con un par de amigos; seguro tomarían unas copas y estarían platicando. Pasaron unos minutos y se abrió la puerta del cuarto de mi hija, después mucho silencio; eso me dio curiosidad, así que me levanté para bajar. Salí de mi cuarto y cuando pasé a lado del cuarto de tele vi de reojo una figura oscura, cuando volteé se me abalanzó un hombre con un cuchillo; yo salté haciéndome hacia atrás y enseguida me amagó.
Hombre 1 (Paco) – Ssshhh…quieta, mamita –yo estaba espantadísima, sin saber qué hacer y pegada a la pared- vamos abajo –me quedé paralizada tratando de entender qué pasaba- ándale, pendeja –me empujó y bajamos las escaleras-.
Al llegar a la sala estaban mis hijos atados de manos y sentados en el sillón; tres hombres más estaban con ellos.
Yo – Están bien?
Paco – Están bien, pendeja; ven, siéntate a lado de tu hijo –me llevó a lado de mi hijo, me sentó, después agarró mis brazos y me los amarró detrás de mi espalda- listo.
Yo – Qué quieren? No tenemos mucho, pero llévense lo que quieran…las llaves de los coches están…
Jefe – Cállate, pendeja, nos vale verga sus cosas; no venimos para eso –eso sí me asustó, nos harían algo? Nos secuestrarían?-.
Yo – Qué quieren? –el hombre se acercó a mi lentamente-.
Jefe – Tu esposo se anda pasando de pendejo, está jodiendo con quien no debe…
Yo – Pero ya no estamos casados.
Jefe – Que te calles, pendeja! –me gritó-.
Yo – Pero él ya no… -me dio una bofetada-.
Jefe – Que te calle el hocico, chingada madre!
Pato – Oye, cabrón! –otro de los hombres le jaló el cabello a mi hijo-.
Hombre 3 (Ángel) – Calladito, puto! –lo amordazó-.
Yo – Estoy bien, Pato, tranquilo.
Jefe – No hagan pendejadas o se los carga la verga a los tres. Ya sé que ya no están casados, pendeja, pero igual eres su vieja y esta es su familia. Después de hoy va a saber que no tiene que estar meando afuera y le va a bajar de güevos.
Paco – Pinche pendejo!
Fer – Entonces qué quieren? –pregunto mi hija muy nerviosa-.
Jefe – Vamos a desmadrar un poquito las cosas…ustedes van a pagar por sus mamadas, chiquita –se acercó a ella, la acarició sobre su bata de dormir transparente que dejaba ver sus tetas y su pequeño calzón, le pellizcó los pezones, después le agarró fuerte del cabello y le embarró la cara en su paquete- y mira que lo vamos a disfrutar.
Yo – Oiga, no! –me dio una bofetada otro de ellos (Mario)-.
Mario – Te gusta que te madreen, verdad, pendeja? –el jefe puso de pie a Fernanda y se paró detrás de ella, entonces comenzó a acariciarle las tetas sobre la bata y luego bajó hasta su conchita-.
Jefe – Te encabrona que manosee a tu hijita, Paty? Eso es lo menos que haremos, pendeja…esta conchita va a tener la noche de su vida –le acarició la conchita- jajajaja ya hasta se está mojando, creo. Y que nalgas tiene tu hijita, eh…jajajaja.
Ángel – Y qué me dice de ella, jefe? Yo sí me la chingo –el jefe aventó a Fer en el sillón y caminó hacia mi-.
Paco – Simón, está bien rica la ruca.
Jefe – A güevo que nos la chingamos…se ve que esta vieja es bien piruja; qué ricos se te ven los pezoncitos con esa playerita, eh…te ves muy rica vestida, Paty, pero en esa pijamita de puta…no mames –traía mi playerita semitransparente de tirantes y un calzoncito; quería decirle de cosas pero ya no quería que me golpearan-.
Mario – Con cuál empezamos?
Jefe – Buena pregunta, quién me va a mamar la verga primero? –se acarició el paquete, que al parecer se endurecía- vamos con la hija primero, tiene una boquita de mamadora que no puede con ella –entonces se sentó junto a ella y se acarició más el paquete-.
Yo – No, por favor, a ella déjenla en paz –Paco, que estaba atrás de mi me jaló el cabello fuerte- ay!!!
Jefe – A ver, que quede bien pinche claro, nos vamos a coger a las dos, les vamos a hacer lo que queramos y si no es por las buenas, va a ser por las malas, qué prefieren chingada madre? Hacer caso o las violamos? Por las buenas la pasamos bien todos, por las malas…
Fer – Está bien, está bien…haré lo que quieran –entonces el jefe se abrió el pantalón y se lo bajó junto con sus calzones, dejando salir su verga- no me vas a soltar las manos?
Jefe – Todavía no, pendeja…así que a mamar –le agarró el cabello a mi hija y la inclinó para que empezara a mamarle la verga; ella con cara de asco se metió la verga de ese tipo en la boca y comenzó a mamársela-.
Fer – Mmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmm.
Jefe – Jajajaja…es buena la chamaca –él le agarraba el cabello para cogerle la boca; Paco se sentó a mi lado, me agarró las piernas, las separó y las manoseó acercándose a mi conchita-.
Paco – Mira qué rico se come la verga tu hija; yo la veo muy contentita, tú no? Le gusta mamar, verdad? No se te antoja una rica mamadita de verga, putita? –yo volteé la cara, entonces él me agarró fuerte de la cabeza y me inclinó hacia su verga, ya la tenía de fuera apuntando hacia mi cara- Así que te gusta que te obliguen, eh, pendeja? No hay pedo, me gusta obligar a las putas como tú –me restregó la cara en su verga, en sus güevos, en su vello púbico- Mira qué rico…siente mi verga en tu jeta, huele mis güevos, puta. Acuérdate de esto la próxima vez que veas a tu novio o al pendejo de Raúl. Ahora unas lamiditas, puta –le obedecí y veía de reojo a mi hija seguir mamándosela al jefe y a mi hijo ver cómo su mamá y su hija estaban siendo abusadas; le lamí el tronco a Paco, desde los güevos hasta la punta- Muy bien, putita, ahora métetela en la boquita.
Yo – Mmmmmmmmmmmmm….mmmmmmmmmmmmmm…mmmmmmmm –lo hacía lo más caliente que podía, babeando toda su verga y haciendo ruidos cachondos para ver si se venía rápido y nos dejaban en paz pronto, cosa que no sucedió-.
Paco – Hija de la chingada, la mamas de poca madre! –entonces empezó a agarrarme las nalgas y darme nalgadas-.
Yo – Mm…-me quejé- mmmmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmm…-me dio tra nalgada más fuerte y grité un poco- ay!!
Paco – Rico, verdad, puta –sentí cómo alguien se sentaba del lado contrario de Paco y empezaba a acariciarme las nalgas y la conchita-.
Mario – Está bien buena, la cabrona…y se está mojando la muy perra jajajajaja.
Jefe – Todas son unas putas! Jajajajaja.
Ángel – Ya viste lo putas que son tu mamá y tu hermana? Jajajaja.
Jefe – A ver, tráiganme a la mamá, cabrones.
Paco – Deja que me venga en su boquita, cabrón.
Jefe – Tráiganla, güey –entonces me levantó la cabeza, me puso de pie y me llevó hasta el jefe sentándome del lado opuesto a Fer y enseñándole mis nalgas a mi hijo; él levantó del cabello a Fer para que dejara de mamársela, vi su cara y era de excitación, la verdad, como si no quisiera dejar de mamársela a ese tipo- a ver, ahora las dos perritas me van a lamer la verga, ok? –así lo hicimos y después de unos minutos hizo que yo se la mamara mientras Fer le chupaba los güevos; Paco se puso a acariciarme las nalgas y la conchita ya muy mojada y Ángel lo propio con Fer- Ah, no mames, sí que la mama rico, Paty, eh.
Paco – Mira qué buena está tu madre, güey…mmmmmmm…no quieres oler su conchita? Quieres ver cómo me la cojo, eh? Quieres ver a tu mamita ensartada? –me cortó el calzón con su cuchillo, yo reaccioné-.
Yo – Oye…-el jefe enseguida me agarró del cabello muy fuerte-.
Jefe –Quieta, pendeja, si crees que con unas mamadas de verga ya íbamos a estar estás muy equivocada, putita…agradécele al pendejo de Raúl –al decir eso me bajó sobre su verga para que siguiera mamándosela; Paco me penetró de una embestida y me bombeaba con fuerza- Atáscate, Paco, yo se la voy a meter a la hijita; a ver, pendeja, vente –se levantaron y se sentaron como a un metro de nosotros, el jefe se sentó en el sillón, hizo que Fer se sentara sobre él, en las primeras montadas de mi hija, él le quitó la bata de dormir y empezó a comerle las tetas y agarrarle las nalgas; Mario se sentó en donde estaba su jefe antes e hizo que se la mamara-.
Mario – Ahora te toca probar la mía, perrita –después Ángel se puso detrás del sillón a la espalda del jefe, se sacó la verga, le jaló la cabeza del cabello a mi hija e hizo que Fer se la mamara mientras montaba al jefe. Mi hijo sólo podía ver cómo éramos abusadas por culpa de su papá-.
Yo – Mmmmmmmmmm…mmmmmmmmm…mmmmmm –Paco me seguía embistiendo, pero ya no con tanta fuerza, ahora era más rítmico, entonces vi cómo Ángel le escupía a Fer en la cara mientras ella seguía babeándole la verga-.
Paco – Ahora móntame, puta, ándale –me senté encima de él para cabalgarlo y vi a mi hijo cómo sólo estaba viendo cómo nos usaban esos individuos, pero creí verle un bulto en su bóxer; Mario se paró en el sillón y me puso su verga en la boca-.
Jefe – Pinche chamaca, está rebuena…qué pinches tetotas tiene la perra…y qué ricas nalgas tiene tu hija, Paty…y se ve que es re puta, eh…se me hace que igual que se mamá…jajajajaja.
Paco – Sí, las dos se ven muy contentitas, verdad? Par de putas!
Mario – Se me hace que hasta el chavo se las tira…verdad, putita? Te coges a tu hijo, verdad, pinche puta? –me agarró fuerte del cabello y me daba tirones- contéstame, pendeja, se las das a tu hijo, verdad?
Yo – Mmmmmmmm…mmmmmmmmmm…no, no lo hacemos –me escupió en la cara-.
Mario - Sí, cómo no pinche zorra…ándale, sigue mamando –me metió la verga en la boca otra vez-.
Yo – Mmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmm…
Jefe – Y tú, putita? Dejas que tu hermano te la meta? –Ángel se la sacó de la boca-.
Fer – M-m…no…
Jefe – Sólo te comes vergas de otros?
Fer – M-m...sí.
Jefe – Y eres muy puta, verdad, zorrita?
Fer – N-no…-ella seguía montándolo-.
Jefe – No te creo, zorra…me la mamaste como una experta –le agarró fuerte las tetas y le pellizcaba los pezones fuerte- y montas de poca madre…seguro eres una puta desde la secu, verdad? Te cogías profes por calificaciones, verdad, cerda? Eh? Dime, pinche zorra todas las puterías que hacías? Te cogías profes, verdad? –Fer asintió-.
Fer – Sí…-por su cara no supe si estaba humillada o muy excitada-.
Jefe – Sí, qué, zorra?
Fer – Me dejaba hacer cosas por calificaciones…
Ángel – Qué hacías, perra? –él se masturbaba a unos centímetros de Fer-.
Jefe – Contéstale, zorra –le dio una bofetada a mi hija-.
Fer – Primero dejaba que me tocaran las tetas…las nalgas…
Ángel – Y luego, perra? Síguele –ella no respondió-.
Jefe – Quieres otro madrazo, pendeja?
Fer – Después se las mamaba…y…
Ángel – Te los tragabas?
Fer – A veces…después ya dejaba que me cogieran.
Jefe – También con tus compañeros, zorra?
Fer – En la secu me manoseaban y se las mamaba a algunos…en los baños o en salones vacíos…a veces saliendo de clases veníamos a mi casa.
Jefe – Eras bien puta, verdad?
Fer – Sí –en ese momento Ángel le agarró la cabeza y le metió su verga en la boca-.
Ángel – Ya no aguanto, perra…-se vino en la boca de mi hija- aaaaaaahhhhhhhh…
Fer – Mmmmmmmmm…mmmmmmmmmm…mmmmmmmmm
Ángel – Aaaaaayyyyyy, qué rico…trágatelos todos, perrita…así…así…
Paco – Jajajajaja…Ya viste a la puta de tu hermana, güey?
Jefe – Mario, suéltalas…estas viejas van a hacer lo que digamos, no hay pedo. Eso sí, sin pendejadas, pinches zorras, eh –Mario me sacó la verga de la boca y cortó las cuerdas que nos mantenían las manos amarradas; fue un alivio, ya me dolían mucho-.
Ángel – No seas tímida, agárrame la verga, perra, y sácame todos los mecos –Fer se la agarró, se la jaló y acabó de tragarse el semen del tipo- así, perrita.
Jefe – Sí eres bien puta, mija.
Paco – Si no te las has cogido eres un pendejo, güey –le dijo a Pato-.
Jefe –Voltéate, móntame de espaldas, zorrita, quiero ver esas nalgotas –Fer obedeció y sentó en la verga del jefe, con un cuchillo le cortó su calzón- uy, ve nomás este culote…inclínate, zorra, para vértelas mejor –Paco me cortó la playerita con su cuchillo- así mero, zorrita…jajajaja bien que sabes cómo cogerte una buena verga, chamaca –ahora Mario su puso para que Fer se la mamara-.
Paco – Te calienta cómo te corto tu pincha playerita, verdad puta?
Yo – Sí…
Paco – Ya oíste lo puta que es tu hijita…–me agarró fuerte del cabello y me volteó la cara para que viera cómo estaban abusando de mi hija-… mírala, con dos vergas…ahora queremos oírte a ti, pinche puta.
Yo – Sí, soy una puta también.
Paco – Ya sabemos, pendeja…pero dinos por qué, cuenta tus puterías –me abofeteó y me jaló del cabello-.
Yo – Ay…cojo con varios amigos…con clientes que asesoro a sus empresas…
Paco – En dónde?
Yo – En sus oficinas o me llevan a hoteles.
Paco – Como toda una puta –asentí- en dónde te echan sus mecos, puta?
Yo – En donde sea…en donde quieran…
Paco – Dejas que te los echen adentro?
Yo – Sí…
Paco – En dónde más? Te los tragas también?
Yo – Sí…a veces me los echan en las tetas…o en las nalgas…en mi conchita…
Paco – Les das el culo, puta? –vi a mi hijo, creo que estaba excitado- sí se los das, verdad, pincha puta.
Jefe – Hasta crees que no…tiene una cara de puta la pinche Paty…jajajaja.
Yo – Sí…se los doy…
Paco – Dime que te los dé, puta…dime que quieres mis mecos, como si fuera uno de esos pendejos.
Yo – Vente, papi…quiero tu lechita…dame tus mecos…
Paco – Así, perrita, así.
Yo – Quiero sentir cómo me llenas, papi…quiero que me llenes con tu lechita…dásela a tu putita…-el tipo aceleró sus embestidas y aunque me salí me salpicó toda la conchita, y entonces me sentó de nuevo en él, para acabar de venirse adentro de mi-.
Paco – Te chingas, pendeja…aaaaaaaaahhhhhhhh…me vine un chingo, pinche Paty puta…me calentaste un chingo, no mames –entonces me jaló del cabello e hizo que se la mamara para limpiarle la verga; mientras lo hacía, el jefe se vino en las nalgas de mi hija llenándoselas de semen y Mario en las tetas-.
Jefe – Aaaaaahhhhhhh, no mames qué rico coge esta pinche chamaca –le salpicó hasta la espalda, después le dio una nalgada-…haces buenas chambas, zorrita –le embarró el semen con su verga y luego se la metió hasta que perdió su erección-.
Cuando acabaron se turnaron para cenar algo en la cocina, nos sentaron juntos, mi hijo en medio de sus mamá y hermana desnudas y abusadas. Después el jefe mandó a Mario y a Ángel a que registraran nuestros cuartos. Bajaron con unas y cosas adentro; se las mostraron al jefe, él sonrió y nos vio.
Jefe – Nos vamos a divertir un chingo.