Abusando de mi compañera de clases 2
Continúo chantajeando a mi linda compañera, quien se porta cada vez más dócil.
Ya habían pasado casi diez minutos y la muy puta no aparecía, no aguantaba las ganas de verla aparecer por la puerta principal como una ramera que acaba de terminar un gran trabajo, medias rotas, falda manchada, maquillaje corrido, cara y pelo con restos de semen ya para este momento seco, despeinada. Ufff…. Se convertirá en la más guarra del instituto, nadie la respetará después de esto. Ya casi no faltaba nada para que pasen los 10 minutos que le había dado y entonces apareció, me di cuenta de inmediato, ya que el orador de ese momento se quedó pasmado al verla, por lo que todo el salón regreso la mirada hacia la puerta. Por mi parte, me decepcioné un poco al observar como iba, se había atrevido a desobedecer, o eso pensaba. Para empezar, se había maquillado nuevamente y su rostro lucía tan elegante como de costumbre, iba bien peinada y no se notaba el maquillaje corrido ni los restos de semen que había dejado sobre ella. La gran mancha de semen en la parte baja de su falda tampoco era visible, ya que la muy zorra se había doblado la fada, ocultando la gran mancha de semen; aunque claro, eso no era del todo bueno para ella, ya que la falda le quedaba sólo uno o dos dedos más debajo de su tremendo culo lo que la hacía verse de verdad espectacular, las medias rotas, no las llevaba puestas dejando sus lindas y bien torneadas piernas desnudas. Se veía preciosa, como toda una puta claro está, pero preciosa.
Ella comenzó a caminar, entrando en el gran salón mientras todos, sin excepción, la veían; noté como caminaba con algo de dificultad, como cojeando en cierto pasos y con una mueca de dolor disimulada, y sonreí al recordar la tremenda culeada que le acababa de pegar, lo que de seguro sería el origen de su extraño caminar, no pasaban más de 5 pasos sin que ella se bajase la falda, la cual se le subía al caminar, apuesto que si hubiera dado 10 pasos sin bajársela se le habría subido hasta la mitad del culo. Para los que estaban detrás de ella, por lo apretada que llevaba la falda, era obvio que no llevaba nada debajo. Luego de que ella diera unos cuantos pasos, el orador continuó disertando el tema que estaba tratando, pero la gente no le prestó atención nuevamente hasta después de un rato, en el cual también hubieron un sin número d comentarios en voz baja respecto a la imagen de mi compañera. Ella finalmente tomó asiento a mi lado, con un gesto de dolor que no pudo ocultar al sentarse, supongo que de verdad le lastimé mucho su pobre culito.
Por varios minutos ni siquiera le dirigí la mirada, hasta que le dije:
- Así que te atreviste a desobedecer. – ella me miró fingiendo una cara de intriga y me dijo: - Por qué?
- Te di órdenes explícitas!! Y las desobedeciste tod…
- No desobedecí nada! – replicó ella interrumpiéndome, me fijé entonces en su cara, y lo noté. L a muy puta decía la verdad, no había desobedecido nada. No se había lavado la cara ni limpiado el semen, se había maquillado no sólo los ojos y los labios como al principio, sino toda la cara, tapando el maquillaje chorreado y mis corridas secas sobre su cara con una nueva capa de maquillaje, pero viéndola tan cerca como yo la tenía se notaba. No se había cambiado de ropa, se había quitado las medias, pero no las había remplazado con otras, así que no cuenta como cambiarse, y finalmente su falda la había doblado. La quedé viendo por un momento y ella al ver que comprendía, me lanzó una sonrisa desafiante como diciendo “te gané en tu propio juego cabrón”.
Sonreí sin decirle nada más, tenía que reconocer que no era nada tonta, había sabido librarse del lío en que la metí. Observamos el acto por varios minutos, hasta que la vi y… Diablos, era imposible no calentarse con semejante hembra al lado, me fijé en sus piernas, esbeltas, bien formadas, delicadas, y ella sentada como toda una dama. Ya que estábamos sentados en una esquina y en la última fila, era imposible que alguien nos vea, aprovechando eso, comencé a frotar uno de sus muslos, mientras seguía viendo el acto. Ella puso su mano sobre la mía, pero no se atrevía a quitar mi mano de su muslo, sólo mantenía su mano sobre la mía y cuando la miré ella me dijo: - Aquí no, por favor.
Como si no hubiese dicho nada continué, sobaba sus muslos y al cabo de un rato metí mi mano entre sus piernas y comencé a acariciar su sexo, separaba sus labios, metía un dedo un poco y lo movía en su interior, frotaba su clítoris y ella apretaba mi mano con sus piernas sin decir nada. Ella era bastante sensible, al cabo de un rato comenzó a morderse los labios conteniendo sus gemidos y estaba húmeda, mi dedo la penetraba más fácilmente, lo hacía con mucho cuidado, no quería desvirgarla, no así; notando lo húmeda que estaba me decidí a hacer que se corriera, y así lo hice, sobé todo su coñito, la masturbé en pleno salón, hasta que terminó corriéndose, mojando mis dedos con sus jugos que no fueron muchos o al menos no tanto como me hubiera gustado, mientras se corría, abría y separaba las piernas, apretando sus muslos, apretando mi mano contra su sexo. Después de esto retiré mi mano de su conchita aún húmeda y la dejé en paz por unos cuantos minutos, que fue lo que demoró en terminar el acto.
Una vez hubo concluido el acto, la tomé por el brazo con prepotencia y le dije: - Voy a saludar a las autoridades, espérame en la puerta de atrás, claro, a menos de que quieras venir conmigo. Jajaja! – le dije alejándome entre carcajadas. Cuando salí del edificio, me sorprendí al verla hablar con 4 tipos que la estaban rodeando, me acerqué y noté que ella estaba más bien tímida, y a ratos quería alejarse caminando, pero ninguno de ellos le abría paso y ella se veía obligada a seguir hablando con los tipos (muchachos del colegio), mantenía la cabeza abajo, supongo que para que no se fijaran bien en su rostro ni olieran su aliento a semen, aunque estando tan cerca, seguro ya habrían notado algo. No sé porque pero verla así tan indefensa y tímida me conmovió un poco, tal vez porque para empezar estaba en esa situación por mi culpa. De cualquier forma esa puta era mía y, al menos por ahora, no tenía planeado compartirla con nadie. Entonces abriéndome paso entre los tipos me acerqué, ella levantó la cabeza y noté como casi sonreía al verme y tomándola de la mano le dije: - Nos vamos. – mientras la jalaba hacía mi con fuerza, ella no dijo nada y sólo se apegó a mí y se agarró a mi brazo, la tomé de la cintura y nos alejamos del sitio ante la mirada furiosa de ellos, de seguro se habían quedado viendo el rico trasero de mi compañera, mucho más notable al estar en la diminuta faldita, entonces decidí dejarles claras las cosas y bajando mi mano por su cintura, agarré su culo y lo apreté con fuerza, ella dio un respingo y hundió la cabeza en mi brazo por la vergüenza que le daba saber que habían visto como le manoseaba el culo.
- No me agradecerás por salvarte? – le dije luego de un rato, mientras estábamos camino a su casa.
- Qué?! Para empezar todo es por tu culpa! Si no fuera porque voy vestida como una cualquiera, jamás se habrían atrevido a acercarse a mí!
- Hubiera podido dejarte ahí y ver lo que sucedía. Ver como reaccionaban al darse cuenta que no llevas ropa interior, que notaran el peculiar olor a semen que tienes… - ella se apegó más a mí, seguro imaginando lo que le hubiera esperado en la solitaria calle con esos sujetos si no hubiera ido a sacarla de allí y sin dejarme continuar dijo: - Todo eso también es tu culpa. Pero… Gracias.
La acompañé hasta su casa que queda de paso por la mía, y al despedirme le di una fuerte nalgada que la hizo saltar y le dije:
- Nos vemos mañana.
- Será el lunes, mañana no hay clases. – Dijo ella cuando me había alejado ya un poco, al parecer a la zorrita se le estaba haciendo costumbre corregirme, a decir verdad cuando le dije que nos veríamos mañana estaba pensando en el lunes, pero no quería que pensara que me equivoqué, así que decidí hacerle una pequeña visita el domingo.
En casa no me terminaba de creer todo lo que le había hecho, la había obligado a tragarse mi semen, le había desvirgado su culito, la había masturbado en público y todo en un solo día, en unas cuantas horas, de verdad que decidirme a encontrar esas pruebas fue la mejor decisión de mi vida. Cuando llegó el domingo por la noche, fui hasta su casa que no queda muy lejos de la mía por lo que fui caminando, al llegar toqué el timbre, salió su hermana, le pregunté por Nora y la llamó, su hermana también me conocía ya que estudió en el mismo colegio, así que de seguro le dijo quien era. Luego de un rato ella se asomó y me preguntó desde la ventana:
- Qué deseas?
- Hola Nora, de verdad quieres que te diga lo que deseo desde aquí? – eso bastó para que ella saliera de la casa y fuera a verme a la puerta. Iba vestida sólo con una blusita de tirantes, bastante cortita y algo holgada, dejaba a la vista su abdomen plano y claramente no llevaba nada bajo la blusa, sus pezones se le notaban un poco; llevaba también un short bastante cortito, que debido a su gran y parada cola le quedaba más como cachetero, cubriéndole a penas el trasero y dejando sus piernas desnudas.
- Qué quieres?
- Así me saludarás? – ella se acercó y me dio un rápido beso en la mejilla y me dijo:
- Hola. – Con autoridad le tomé ambas manos y las pegué contra la pared y comencé a besarla. En ese momento me percaté de que le había chupado la concha, lamido el culo, ella me había chupado la verga, yo le había estrenado su precioso culito y esta recién era la primera vez que la besaba. Le devoraba la boca, chupaba su lengua, introducía mi saliva en su boquita, apresaba sus labios, degusté su boca como me vino en gana, ella al principio se resistió un poco, pero luego de un rato cerró los ojos y se dejó hacer. Finalmente la dejé y le dije:
- Así es como debes saludarme. – ella estaba sonrojada y con los ojos entrecerrados. Continué diciéndole:
- Parece que te sorprende verme.
- No… es sólo que… no te esperaba…
- Pero si ayer te dije que hoy nos veríamos.
- Pensé que te habías confundido.
- Bueno, no piensas invitarme a pasar.
- Y por qué habría de hacerlo?
- Porque no quieres que te haga lo que pienso hacerte aquí fuera. – ella frunció el seño y me dijo:
- Tampoco quiero que me las hagas dentro! Además, que se supone que vendrías a hacer en mi casa tan tarde?! Qué le diré a mi mamá?!
- Inventa algo preciosa, que soy tu tutor, un buen amigo… tu novio, esa sería una buena idea, así podría venir cuando se me venga en gana! –ella se asustó ante la idea y dándose media vuelta se dispuso a abrir la puerta, entramos. Saludó a su madre, y me presentó como su tutor. Si le hubiera dicho que sólo éramos amigos no había razón para que la visite a esas horas de la noche y diciendo que éramos novios se arriesgaba a tenerme allí cuando yo quisiera. No lo podía creer, ella siempre había sido orgullosa de sus calificaciones (obtenidas a base de mamadas), de su “inteligencia” y había renunciado a su orgullo diciendo que era su tutor con tal de no tenerme cerca tan seguido.
Su madre le preguntó que por qué me hacía ir a esta hora, que si no pudimos estudiar en la mañana o en la tarde, pero finalmente y luego de decirle que era una desconsiderada por hacerme ir a darle clases a esa hora, se fue a su habitación. Nora fue a su cuarto y volvió en poco tiempo con varios cuadernos, supongo que para que nadie sospechara nada. Nos acomodamos en una mesa y luego de que arregló todo para que pareciera que estudiábamos me dijo:
- Quiero terminar cuanto antes con esto. Qué quieres? - entonces le dije:
- Chúpamela. – Ella me miró sorprendida.
- Estás loco? Estamos en mi casa y mi mamá y mi hermana están adentro!
- Te notaba bastante dispuesta, y lo que te pido por ahora no es muy difícil, que pensabas que quería?
- Eh… No, no sé… Tal vez besarme, tocarme… - sin esperar a que termine comencé a besarla y a magrearle las tetas, con una mano le apretaba primero un pecho y después el otro, le manoseaba sus hermosas tetas duritas y bien formadas, ella agarraba mis manos tratando de quitarlas de su teta, pero sin hacer mucha fuerza, le seguí manoseando las tetas por encima de su blusita de tirantes por un rato más y luego fui bajando por su cintura, y comencé a acariciar sus piernas, sobaba sus muslos mientras metía mi lengua en su boca de forma obscena, le empezaba a frotar su conchita, luego de poco, ella mantenía sus piernas separadas permitiendo que frotara su conchita como se me venga en gana al mismo tiempo que correspondía a mi beso, dándome su lengua para que se la chupe y dejándose hacer, notaba su rajita cada vez más caliente. En eso estábamos cuando escuchamos que se acercaban unos pasos, ya que solo nos estábamos besando, no fue difícil separarnos y fingir que estudiábamos. Era su hermana, iba sólo pasando para la cocina creo, pero vio a Nora y se detuvo a llamarla, se la llevó a la cocina, yo me levanté y las seguí, sin que se dieran cuenta claro está, allí escuché su conversación.
- Oye, desde cuándo tú, la mejor alumna necesita clases extra? – preguntaba su hermana sirviéndose un vaso de leche.
- No entiendes, es sólo una ayuda por una clase que no entendí bien y como mañana hay lección no podía darme el lujo de entenderlo sola después.
- Mmm… Bueno, y no piensas irte a cambiar? O estás tratando de seducirlo o algo así?
- No. Cómo crees?!
- Cálmate, él no está nada mal.
- Aun así, no es algo que haría, no de ese modo y menos en casa.
- Bueno hermanita entonces deberías fijarte más en como te dejas ver, cuando te levantaste ese chico casi te come la cola con los ojos.
- Ya me voy a cambiar. – dijo Nora sonrojada.
Vi que se disponían a salir de la cocina, y me senté donde estaba, salió primero su hermana y cuando salió Nora le dije algo sobre uno de los problemas del libro, ella me dijo que la espere un momentito pero yo seguí hablando acerca del problema mirando el libro por lo que ella se acercó a escucharme, luego de un rato le pregunté como si fuera parte del tema del que hablaba:
- Qué llevas debajo del short?
- Qué?
- Responde.
- Mmm…
- O deseas que mejor lo vea yo mismo?
- Una tanga, una tanga blanca.
- Bien, ahora, antes de que alguien vuelva a salir, ven y chúpamela.
- Pero… No, ya viste que es peligroso, pueden salir mi mamá o mi hermana en cualquier momento.
- Tendré que repetírtelo o tendré que obligarte? – me bajé el cierre dejando mi verga apuntando al techo, ella la miró de reojo. Sujeté su cabeza y comencé a bajarla lentamente hasta mi polla.
- Por favor no, es una locura, que pasaría si salen y me ven haciéndote una mamada en la sala de nuestra propia casa! Ef una locfura, no fsgiafs pforfavor slurp – mientras ella hablaba le había metido mi verga en la boca, ella seguía hablando y yo ya había comenzado a mover su cabeza por mi verga.
- Norita, más vale que te pongas empeñosa porque no pienso soltarte hasta que me haya corrido.
Ella de inmediato se puso a chupar como si su vida y su reputación dependiera de ello, y de cierta forma así era. Lamía, chupaba fuerte, succionaba, me pajeaba, la nena no daba tregua. Tomó una de mis manos y la dirigió a sus pechos, para que se los acariciara mientras chupaba, para excitarme más. Acariciaba mis huevos y chupaba como puta de lujo. Yo con una mano le sobaba las tetas, se las apretaba de verdad fuerte, retorciendo a ratos sus pezones y la otra mano la estaba pasando por su colita, manoseando esos ricos cachetes, le subía su shortcito dejándoselo bien metido en la cola, mostrando parte de sus nalgas, las cuales sobaba. Al cabo de varios minutos su labor estaba concluyendo, estaba por correrme y al mismo tiempo que ella sentía los espasmos de mi verga y se preparaba para recibir mi leche, escuché como se abría la puerta del cuarto de su madre que estaba al fondo del pasillo, ya que Nora intentó alejar su cabeza de mi verga al oír los pasos la sostuve, mandándole toda mi leche dentro, me estaba corriendo en la boca de Norita cuando su hermana apareció frente a mí. Me vió leyendo y me preguntó:
- Y Nora?
- Eh… creo que está en su habitación, dijo que iba a cambiarse. – Mi compañera estaba debajo de la mesa tragándose mi corrida mientras hablaba con su hermana, ya que la mesa tiene un mantel largo y estábamos sentados casi de frente al pasillo por donde estaba su hermana era imposible que la viera.
- Ah, ok.
- La necesitas para algo?
- No, le venía a decir que mi mami la llamaba, pero supongo que ya no hará falta. – dijo regresando por el pasillo que llegó.
Supongo que le fue con el chisme a su madre de que Nora seguía con la ropa con que estaba antes de que yo llegara, y tal vez también le contó como le miraba la cola… Ah… si supiera lo que le hice a esa colita no le preocupara tanto como la veo. Nora de lo asustada que estaba seguía sin moverse, ni siquiera se había sacado mi verga de la boca, ni se había tragado mi corrida, ni la había escupido, nada. Sólo un par de gruesos chorros le caían por la comisura de los labios, ella mantenía la boca apretada con todo el resto de mi semen dentro.
- Ves como no pasó nada? Ahora abre esa boquita y muéstrame lo que tienes allí. – Ella frunció el seño e intento salir de debajo de la mesa, cosa que yo le impedí. – la tomé fuerte del cabello y le dije:
- Abre la boca puta! – ella lo hizo en el acto, permitiéndome ver todo el semen que tenía dentro, que de verdad era mucho, de sus ojos salían lagrimas que rodaban por sus mejillas, supongo que por el esfuerzo de abrir así la mandíbula, o tal vez por la humillación o por el asco que le producía tener la boca llena de semen, entonces la tomé de la barbilla y escupí dentro de su boca y le dije:
- Ahora sí traga zorra. – con un gesto de asco se lo trago todo en 2 partes. Ella sólo miraba al piso, tenia la respiración agitada. La acababa de humillar, supongo que nunca si imaginó ser manoseada mientras me chupaba la verga en su propia casa, ni se espero terminar de rodillas tragando mi semen y mi saliva, pero es así como se encontraba en ese momento. La tomé del cabello y la subí sentándola a mi lado y le dije:
- Bueno putita, por hoy está bien. – Empecé a recoger mis cosas mientras ella se limpiaba la cara y secaba sus lágrimas, cuando en eso aparece su madre, la ve y le dice:
- Niña estás dentro de tu casa pero no es excusa para que andes despeinada y desarreglada. Y si aún tienen que estudiar vayan a tu habitación, voy a apagar las luces de aquí porque se ve un poco en mi habitación y me molesta. – ella se quedó perpleja, no pudo articular palabra y yo de inmediato le dije:
- Muchas gracias señora, eso haremos, aún nos faltan varios capítulos y la lección es mañana.
- Ah… ya me lo imaginaba. Bueno, estudien mucho y cuando hayan terminado procuren no hacer ruido, que tengan buenas noches. – dijo su madre dándose vuelta mientras se retiraba nuevamente a su habitación. Nora seguía mirando la habitación de su madre con la puerta ya cerrada. Le puse mi mano sobre uno de sus muslos y le susurré al oído:
- Que esperas para llevarme a tu habitación preciosa? No escuchaste a tu mami??
- Pe… pero ya te ibas…
- Sí, hasta antes de que tu mami nos mandara a follar a tu habitación…
- No, es mi casa, mi habitación! No me hagas nada aquí por favor!
- Sabes bien lo que puedo hacerte si te portas mal Norita, mejor levántate y muéstrame tu habitación. – me paré y ella con los ojos tristes se paró y comenzó a caminar en dirección a su cuarto, apagando las luces de la sala donde estábamos.
Al llegar a su habitación, en cuanto encendió la luz, con mis dos manos atrapé sus pechos, comencé a estrujarlos, metí mis manos por debajo de su blusita y se los apretaba, sintiendo la textura de esos deliciosos pechos, a la vez q la ponía contra la pared y comenzaba a puntearle sus ricas nalgotas.
- Que rica estás Norita! – le susurraba al oído sin dejar de estrujarle las tetas. - Que buenas tetas! Y esta cola que tienes, me está volviendo loco! Voy a tener que usártela de nuevo!
- No!! Ni se te ocurra! No de nuevo!
- Y qué me ofreces a cambio preciosa? – le dije chupando su oído y bajando a su cuello para lamérselo y chupárselo. Ella volteó a verme y me dijo con voz tímida:
- Otra mamadita?
- Ay Norita, no cambias, queriendo resolver todo con mamadas. Pero no, tu boquita puedo tenerla cuando quiera, no sería un intercambio justo. – le bajé un poco el short y comencé a manosearle el trasero, sobando sus nalgas desnudas, ella cada vez se notaba más desesperada, intentaba subirse el short, cambiar de esa postura en la que estaba tan indefensa, pero todo era inútil. – Mmm… Ya casi puedo sentir lo rico que será tenerte empalada por el culo nuevamente! – le decía pasando mis dedos por su anito, sin penetrarla, pero pasando una y otra vez por su agujerito; ella casi temblaba al sentir mis dedos allí.
- No, por favor no. No tienes idea del daño terrible que me hiciste la última vez. Además, apenas me lo hiciste ayer, aún me duele mucho mi colita!
- Entonces qué debería hacer? Debería follarte por aquí acaso? – le dije metiendo despacio un dedo en su vagina que se encontraba algo húmeda, supongo que por tanto manoseo.
- Pero, tú prometiste que me dejarías conservar mi virginidad!
- No digas mentiras Norita, en primer lugar, no prometí nada, sólo te lo dije, y segundo te dije que te dejaría conservar tu virginidad sólo por ese día, y eso fue ayer. – volví a su anito con uno de mis dedos, intentando introducirlo.
- Me harás mucho daño si me lo haces por allí!
- Entonces no se diga más, hoy en tu casa y sobre tu propia cama te voy a desvirgar tu rajita!! – le dije volteándola y tirándola sobre su cama boca arriba.
De inmediato me puse sobre ella, le quité la blusa y comencé a devorarle las tetas, mamándoselas de forma golosa, chupaba sus pezones, los atrapaba con mis dientes y movía mi lengua, haciendo que se pusieran cada vez más duritos; con una mano le acariciaba sus nalgas, sus bien formados muslos y luego me iba hasta su rajita para frotar su clítoris, ella sólo se dejaba hacer sumisa. Estuve manoseándola por un buen rato, entonces subí mi lengua por sus pechos, su cuello, y comencé a besar su boca, ella correspondió a mi beso, nuestras lenguas se entrelazaban, podía notar que su rajita estaba ahora bastante húmeda. Nos besábamos, mientras le acariciaba sus pechos erguidos y duros, bajé su short hasta sus rodillas y llevé mi boca hasta su rajita, donde comencé dándole suaves besos, pasaba mi lengua por sus muslos, los chupaba y luego lamía los labios d su conchita, ella mantenía los ojos entrecerrados y con sus manos apretaba las sábanas de su cama, le daba lengüetazos y besos pero no le chupaba su rajita, hasta que ella agarró mi cabeza y pegó mi boca contra su conchita, el mensaje era claro, así que inhalé profundamente su aroma y comencé a chuparle su coñito, su coño era de verdad delicioso, ya lo había hecho con alguna que otra novia, pero el de ella, tenía un sabor inocente, delicado, adictivo. Ella levantaba las caderas para sentir mejor mi lengua penetrándola, cosa que aproveché para también lamer su ano. Dado que estaba cooperando como nunca, decidí que tenía que tener un recuerdo de eso, y mientras le chupaba su coñito saqué mi celular y lo ubiqué en una esquina de la cama, contra la pared y lo puse a grabar. Seguí comiéndole su coñito y ella moviendo sus caderas contra mí, cada vez le daba lengüetazos más seguidos a su ano, intentando penetrar su agujerito con mi lengua, ella al sentir esto de inmediato se hizo un poco para atrás y se dio vuelta, quedando boca abajo parando su colita, un poco sorprendido comencé a sobarle los cachetes, entonces ella me dijo:
- Bésame la cola por favor, me gusta mucho que lo hagas. - Dijo ella poniéndose roja por la vergüenza y hundiendo su cara en una almohada.
- Mmm… Sé más clara linda, deseas que te bese la cola? – le dije dándole un suave beso en un cachete. – O que te coma el culo? - esta vez le metí mi lengua en el ano y comencé a moverla.
- Cómeme mi culito!!
No necesité más para empezar a estrujarle sus nalgas, y a penetrar su agujerito una y otra vez con mi lengua, llenándoselo de saliva, seguro su anito estaba bastante sensible después de lo de ayer, por lo que mi lengua húmeda debía resultarle bastante placentera, le estuve comiendo su culito un buen rato, escuchándola gemir despacio, parando su maravillosa cola para mí. Luego de complacer así a mi compañera le quité su shortcito del todo y la tomé del cabello con algo de brusquedad y la bajé de la cama poniéndola de rodillas, ella de seguro no tenía claro porque la había bajado de la cama, pero era simplemente para que se vea con claridad lo que iba a hacer frente a la cámara, entonces comencé a pegarle con mi verga en el rostro y luego se la metí en la boca, ella comenzó a chupar, no se resistía en lo absoluto, mamaba mirándome a los ojos de forma coqueta, yo la agarraba del cabello mostrando su cara a la cámara, mostrando como mi verga se perdía en esa tierna boquita, la hacía engullir mi verga casi por completo, mostrando que ella era una excelente mamadora, no duró mucho ya que nuevamente tomándola del cabello la tiré sobre su cama y me puse entre sus piernas, con mi verga frotaba su conchita, ella respiraba agitada y de pronto me dijo:
- Despacito por favor!... Sé que me ves como una puta o algo así por lo que le hacía al director, pero por favor al menos esta vez, tenme piedad. No quiero perder mi virginidad como pasó con mi culito, llorando y suplicand… ahh… - fue interrumpida por mi verga metiéndose en su rajita, se la estaba metiendo despacio, sentía como su conchita se separaba dándole paso a mi verga, ella mantenía su boca abierta y me miraba a los ojos con un gesto de ligero dolor. Cuando sentí que ya estaba por traspasar su himen le dije:
- Aguanta putita! – y le estampé un beso, mientras le hundía toda mi verga de una sóla embestida.
- MMMMMMM!!!!!!!!!! - Ella intentó gritar, pero su grito se ahogó en mi boca, me quedé quieto un rato mientras seguía besándola, casi de inmediato se la comencé a sacar mientras ahora le besaba las tetas y se las amasaba con las manos, ella se mordía los labios y se agarraba fuerte a la cama mientras comenzaba a embestirla.
- Ahhh… Zorra! Que apretadita que estás! Y además estás empapada!! Que delicia follarte!!
- Ah… Ahh… Ay! Mmm… Más despacio!! – No pasaron más de cinco minutos y me detuve, sólo para agarrar sus piernas y ponerlas encima de mis hombros. Aceleraba las embestidas, pero ella ya no se quejaba, ahora sólo gemía y se mordía el labio con cara de placer, le pellizcaba los pezones y se los jalaba con fuerza, ella me sostenía las manos para que no sea tan brusco, pero ver su carita así me había dado mucho morbo, la embestía cada vez con más fuerza, luego de un rato se la saqué y tomándola de la mano la puse al filo de la cama, con las rodillas en el piso y las tetas apoyadas sobre la cama, le planté una nalgada y le dije:
- Para el culo zorra!!! – ella lo hizo, le ensarté mi verga una vez más en su conchita, le daba rápido y profundo, amasándole las nalgas.
- Como me gusta tu culo putita! Tienes un culo fantástico!!
- Ahh… ahh… te gusta?? Ahh… Te gusta mi colita mi amor??? – dijo ella y comenzó a mover su trasero de arriba hacia abajo ensartándose en mi verga. La vista era algo espectacular, lástima que mi celular sólo estuviera grabando su rostro mientras me la cogía. Después de un rato se la saqué y le pasé mi verga llena de líquido preseminal y sus flujos por sus hermosas nalgas desnudas, me acosté en la cama y le dije que se sentara encima de mí, ella lo hizo, se colocó encima de mí y tomando mi verga se dejó caer lentamente, empalándose ella solita.
- Es tu turno putita, cabalga! – le dije y comencé a darle nalgadas, ella apoyó sus manos sobre mi pecho y comenzó a cabalgar, gimiendo. Puse mis manos sobre sus caderas disfrutando de sus movimientos, ella se acercó y me besó, me besó como yo la besaba a ella, metiendo su lengua en mi boca, de una forma morbosa, hambrienta de sexo, yo le devolví el beso prácticamente comiéndole la boca, chupando su lengua, probando su saliva, mordiendo y chupando sus labios, estuvimos así un rato hasta que estando debajo de ella y mientras ella aún se movía comencé a embestirla con más fuerza y rapidez q antes
- Ahh… ahh… sí! Sí sí!! Mmm… mi amor, córrete afuera sí! Oh!! Ahhh…. Ahhh!!! – no dije nada, sólo moví mi cabeza a los costados, expresando que no cumpliría con su petición.
- Salte! Me puedes embarazar!! – Ella intentó levantarse, cosa que le impedí tomándola de las nalgas y embistiéndola como nunca, le separaba las nalgas, le apretaba con fuerza la cola, viendo sus tetas bambolearse al ritmo de las salvajes estocadas.
Ella cerró los ojos abrió la boca y comenzó a gemir fuerte mientras se corría, empapando mi verga de sus flujos, al mismo tiempo que yo le llenaba su tierna rajita con leche espesa y caliente, le di tres o cuatro fuertes y profundas embestidas más, terminando de vaciarme en su interior. Ella luego de correrse se recostó en mi pecho, con la respiración agitada, exhausta, empapada en sudor, yo le acariciaba la cola, sentía como de su interior escurrían nuestros flujos.
- Parece que te ha gustado Norita.
- Por qué te corriste dentro?
- Era el único agujerito que me faltaba por llenarte mi putita.
- Gracias por… no maltratarme… - parecía que la nena ya estaba entendiendo la posición en que se encontraba y eso me complacía.
- Fue porque te portaste bien preciosa, nada más. Bueno, ya es hora de que me vaya. – le dije luego de un largo rato, ella se levantó y se comenzó a vestir al igual que yo, tomé mi celular procurando que no lo notara, salimos en silencio de su habitación, ella me acompañó hasta la puerta y al despedirse me dio un beso, no muy largo, ni muy corto, y antes de entrar y cerrar la puerta me regaló una sonrisa. Ese comportamiento de verdad me extrañó, supuse que era por la diferencia que había con lo que sucedió ayer, lo sucedido ayer había sido rudo, brutal, ella casi no dejó de llorar y suplicar, sabía que tenía el poder de quitarle su virginidad de la misma forma, al comparar lo de ayer con lo de hoy, de seguro le pareció que hoy fui bastante amable y por eso se comportaba así. Pero, eso es sólo una hipótesis; de cualquier manera, el punto de vista que mi linda compañera ahora tenía, de seguro me sería útil para obtener mucho más placer a costa suya.
Espero les haya gustado la continuación del relato, estoy atento a cualquier sugerencia.
Saludos coordiales.