Abusando con la esposa madura de un empleado

Sentado en mi escritorio, hablando por telefono, pudo ver a la sra. de don Carlos, que venía en busca del sueldo de su marido.

Me encontraba en mi oficina, cuando mi secretaria me informo que uno de los trabajadores, necesitaba hablar conmigo.

Disculpe Don Alex

En que lo puedo ayudar Don Carlos.

Mire, quería pedirle un favor, resulta que tengo que salir mañana viernes ,con la carga de los duraznos a Concepción, y hable con el contador haber si me podía cancelar hoy jueves, como mañana pagan y me dijo que no se podía, que incluso pagarían el lunes, y como yo estaría llegando el jueves de la próxima semana, quería dejar algo de plata en la casa.

La verdad don Carlos, que efectivamente no hay plata. Tengo un cheque que está destinado para eso, pero recién puedo cobrarlo el lunes. A si que lamentablemente vamos a tener que dejarlo a la vuelta.

Don Alex, écheme una ayudadita, resulta que los niños parten el domingo para donde su tía y necesitamos comprar alguna cosas , aparte que hay que mandarlos con algo de dinero y la verdad este mes estuvimos muy desordenados en la casa, tuvimos gastos extras y ya no me queda nada.

La verdad me complica don Carlos, por que de verdad ahora no tengo. Mañana tengo una reunión con unos clientes y me voy a desaparecer toda la mañana; y usted tiene que salir temprano, por que esa carga es urgente.

Pero si no es molestia, mi señora puede pasar mañana en la tarde a retirarla.

Bueno Don Carlos. Dígale que venga mañana en la tarde y que pase a hablar conmigo.

Se paso Don Alex, usted es un buen tipo

Al otro día, me perdí toda la mañana de la oficina y no aparecí si no hasta las 4 de la tarde en mi oficina, con un monton de trabajo pendiente.

Don Alex, lo busca una señora

¿ Una señora?

Si, dice que usted la citó para hoy

¡ Ahhhhhhh ¡, se me olvidó

Que le digo

Digale...... digale que pase.

Ok, Don Alex.

En eso suena mi teléfono, y me pongo a hablar con un cliente. Una mujer de unos cuarenta y tres años, morena, digamos buen físico, entra a mi oficina, y se queda de pie delante del ventanal.

A esa hora el sol da completamente en el ventanal, por lo cual, al usar ella un vestido largo, delgado, se traslucían perfectamente sus piernas. ¡ Que piernas tenía esa mujer, por Dios !, mientras seguía yo hablando por teléfono, ella de pie frente al ventanal , me impedía concentrarme en la conversación.

Ella me miraba , mientras yo me daba aires de importancia. Debo haberle parecido interesante, moreno, 33 años, nada mal parecido, con buena situación, terno y corbata. Con señas la invite a tomar asiento. Afortunadamente ella no se sentó y pude seguir viendo su silueta a través de su delgado vestido.

Termine de hablar

Asiento por favor

Gracias

Usted es la señora de Don Carlos ( La suerte del viejo con sus 60 años )

Si, me dijo que tenía que pasar hablar con usted

Si, pero la verdad, me olvide de su encargo

No le puedo creer

Verdad, se me paso por completo, pero puedo hacerle un cheque.

Pero hoy es viernes

Ahhhhhhhh verdad, se me olvido. Mire, hagamos una cosa, ¿usted puede venir mas tarde? , digamos como a las ocho?

Si, si puedo.

Yo tengo que salir ahora, a si que de una carrera paso a mi casa a buscar el dinero y luego tengo que volver .

Si, por favor, se lo agradecería mucho

No se preocupe, a las ocho le tengo su dinero

La mujer se despidió, dándome la mano. Pude sentir la dureza de esta, se notaba el trabajo que desempeñaba. Esa no era una mujer de las que comúnmente acostumbraba a gustarme, pero no se si fueron sus piernas, su olor, o que era la mujer de don Carlos, no se, pero me atrajo mucho.

Me retire de la oficina a las 6, me fui a la casa, me duche, y salí con rumbo a la oficina con el dinero solicitado. El guardia de la entrada, me saludo y me pregunto si venía a trabajar. Le dije que si, y también le avise que vendría una señora, que por favor la dejara pasar.

En la empresa ya no quedaba casi nadie, solo la gente que hace el aseo. Al entrar a mi oficina, me di cuenta que esa sección ya lo habían realizado.

Eran casi las ocho. Me encontraba en internet, cuando el guardia, me avisó que la señora había llegado. Le dije que la dejara pasar.

A todo esto, mi oficina es una dependencia aparte , completamente independiente de la empresa en si, quedando alejada, que cuenta con una oficina de recepción, un baño, cocina y dos oficinas grandes. Una de esas es la mia.

Siento que golpean las puertas de la recepción, salgo a recibirla y la hago entrar a mi oficina. Por si acaso, cerré nuevamente con llave la entrada principal.

Ella traía otro vestido, venia mas arreglada y perfumada. Se notaba que hace poco había salido de la ducha, ya que aun traía el cabello mojado. La invite a tomar asiento. Le ofrecí un café, el cual me acepto. Comenzamos hablar de cosas sin importancias, como el clima, el calor que estaba haciendo, etc. Le ofrecí un cigarro el cual también me acepto. Era muy tímida, me costaba mantener un tema de conversación con ella . Lo único que me preguntó es que si yo era casado, a lo que tuve que responder que si. Le pregunte hace cuanto estaba casada, me dijo que se había casado a los 17. Le comente que era muy joven para casarse, toque el tema de la diferencia de edad con su marido etc. Luego un momento de silencio, el cual tuve que romper con el motivo de su visita. Le entregue el dinero.

Me agradeció, y se estaba levantando para retirarse. En ningún momento me tiró alguna indirecta o cosa por el estilo, que pudiera servirme para acercarme a ella; solo su mirada que directa a los ojos, como queriéndome decir algo.

Me levante y me acerque detrás de ella hacia la puerta, caminamos hacia la puerta, cerca, muy cerca, casi tocándola con mi cuerpo por detrás. Podía sentir su perfume. Su retiro fue lento, como a la espera de que yo me insinuara. Sin embargo algo me detenía hacerlo. Comencé a abrir la puerta, solo un poco , obligándola a pasar cerca de mí. Me estiro la mano en señal de despedida, yo se la tomé y me acerque a darle un beso en la mejilla, muy cerca de sus labios . Mi retiro de su cara, también fue despacio. Comenzaba a pasar al lado mío, retirándose de mi oficina , era ahora , ya no se volvería a repetir una oportunidad como esta. Sujetándola de su mano, la detengo y cierro la puerta. Ella con cara de sorprendida, me mira. La tomo de la cintura y trato de besarla, apoyándola contra la puerta. Ella con sus manos en mi pecho, me trataba de empujarme hacia atrás diciéndome :

¡ Que hace Don Alex ! ¡ Suélteme!

Vamos deme un beso

¡ No como se le ocurre ¡ ¡ Suelteme!

Vamos no sea mala , solo uno

¡ No ¡ .... ¡ Suelteme!... ¡Yo no soy de esas!

Vamos, que tiene de malo

¡ Suelteme!....... Soy una mujer casada, eso tiene de malo

Mis manos en su cintura, la aferraban hacia mi cuerpo, haciéndole notar el vergón que la esperaba, pero ella se resistía. Yo seguía tratando de besarla y ella con sus manos en mi pecho me empujaba hacia atrás. Pensé que con un poco mas de insistencia caería, pero no, pasaron los minuto y la situación era la misma. Me preocupe, vi en sus ojos que ella estaba asustada de verdad y que esto podía pasar a mayores. ¿ Que hacía?, si la soltaba, ella saldría corriendo de mi oficina , le contaría a su marido y a mi me crearía un problema en la oficina tremendo. Tenía que jugármela para dejar todo en nada. Sin soltarla le dije que bueno, que disculpara, que no sabía que me había pasado en fin, una serie de excusas a modo de que ella se tranquilizara.

La solté pero sin alejarme de ella, pidiéndole perdón.

¿podrás disculparme?

No se don Alex

Por favor, no se que me paso

Pero como se le ocurre, ambos somos casados

Si lo se, pero es que te veias tan bonita, y pensé que no tendría otra oportunidad........ a pare de tu mirada

Que tenía mi mirada?

Pense que yo te atraía, y decidí jugármela antes que te fueras

No es que usted no me atraiga, al contrario, usted es muy buen mozo, y se me ocurre que podría tener a la chiquilla que usted quiera, de hecho, no se como se fijo en mi

Disculpa, pero eres muy sensual ( esa palabra le gusto ), y a mi siempre me han gustado las mujeres maduras

No sea mentiroso

De verdad, o si no por que crees que hice lo que hice?

Para sacarse un capricho nada más.

No esta enojada

No pero dejeme ir

No hasta que me digas que me perdonas

No lo perdono

Entonces no te dejo ir ( una sonrisa en mi rostro para demostrarle mis buenas intenciones )

Bueno, en ese caso, nos vamos a quedar toda la noche , por que no pienso perdonarlo

A tu lado........... no tengo ningún problema

Ella se rio, bajando la mirada. Esta vez me acerque con mas dulsura a tratar de besarla nuevamente, siendo nuevamente rechazado, pero esta ves en un tono mas suave.

Ya le dije que no ¡

Solo quiero sentir tu perfume

Mi perfume no lo tengo en mi boca

Ok, entonces ..... ( me acerco a su cuello y le froto los labios dándole un cosquilleo )

Que hace don Alex !!!

Lo que usted me dijo

Pero ......... ( Su frase queda suspendida por un beso )

Nos comenzamos a besar, lentamente, suavemente, tocando suavemente su cintura con mis dedos. Era así como ella quería, algo mas suave, no con la brutalidad del principio. Lentamente fui abrazándola y apegándola a mi. Me moría de ganas por tocarla, pero con ella todo debía ser suave.

Dejé de besarla en los labios y me dedique a besar su cuello, a ella le gustaba, por lo que me aventuré a bajar mi mano, lentamente hasta tenerla completamente en sus nalgas, acariciándolas suavemente, lentamente mis caricias fueron transformándose en masajes cada vez mas fuertes, los que lograban hacer que ella gimiera cada vez que con los agarrones la atraía hacia mi.

Nuestros movimientos fueron acelerándose cada vez mas. Nuestros sexos se rozaban y ya los besos eran muy húmedos frotando nuestra lenguas desesperadamente. Estabamos haciéndolo con la ropa puesta, ya sus quejidos se dejaban sentir y yo notaba que de seguir así, pronto se vendría, por lo que metí mis manos bajo su falda. Ella me quito las manos, pero yo con mas fuerza logre agárrale sus nalgas desnudas. Trate de bajarle sus calzones pero no me lo permitió.

Saque mi verga, y levantándole la falda y corriéndole los calzones , de un golpe se la metí hasta el fondo. Ella me abrazó fuertemente y con toda su fuerza empezó a moverse, con unos movimientos pélvicos que hasta ese día no conocía, haciéndome sentir que me agarraba mi verga con su sexo, lo que me causo una excitación terrible. Ella comenzó a acabar justo en el momento que yo ya no aguantaba mas y comencé a llenarle su concha con mi leche caliente.

Fue delicioso, pero yo quería mas, trate de hacer que nos sentáramos en el sillón, pero ella al dejarla libre se marcho corriendo de mi oficina.

No se que pasará ahora ....................

Alexander_5149@hotmail.com