Abusada por el mejor amigo de papá - Parte 3

Estaba paralizada, pero sin miedo, como si fuese una película disfrutando todo lo que sucedía, no dejaba de ver sus expresiones mientras sentía como se descargaba dentro de mi cuerpo. Creo que me dejé llevar y era como si estuviera viendo una película porno, no se sentía que fuese yo la protagonista.

Su cuerpo era pesado, y me costaba respirar, podía sentir su sudor mojando mi cuerpo, y solo quería irme de ahí, alejarme de ese pervertido, aún podía sentir el olor a alcohol de su boca.

Pude sentir como su pija se achicaba dentro de mi cola hasta que dejó de estar dentro de mi interior.

No estaba segura si se había quedado dormido o solo estaba quieto, su respiración cada vez era mas relajada.

Traté de zafarme pero me fue imposible.

Tardó unos cuantos minutos hasta que se movió.

Se arrodilló en la cama, cerré mis ojos, no quería ni saber que pasaba, pero tenía la esperanza que se vaya.

Sus manos agarraron mis nalgas y las empezó a apretar, a amasar, y separaba mis nalgas, dejando bien expuesto mi ano. Estaba segura que se venía otra cogida por mi cola.

De repente me dio vuelta, y me dejó boca arriba.

Me sacó la remera, y me dejó completamente desnuda.

Me tapé la cara con mis manos, me dio mucha vergüenza quedar tan expuesta, algo tonto, ya había usado dos de mis orificios, y me preocupaba que se vean mis pechos, pero en ese momento no lo pude manejar.

Me separó las piernas y su cabeza se colocó entre mis piernas y comenzó a olerme mi concha, con su nariz recorría mi parte íntima y me hacía cosquillas, trataba de cerrar mis piernas pero me las abría sin dificultad, y las sujetaba tan fuerte que me lastimaba mis muslos.

Luego su lengua empezó a lamerme, la parte interna de mis muslos, se fue acercando a mi parte íntima, y lamió mis labios rosados y sin pelitos, luego su lengua se concentró en mi rayita, y la deslizaba de abajo hacia arriba entre mis labios vaginales, podía sentir como se humedecía por su saliva y creo que con mis propios fluidos. Con una de sus manos me separó los labios vaginales y la punta de su lengua comenzó a jugar con mi clítoris, estuvo unos cuantos segundos en esa zona, y comencé a sentir por primera vez una sensación de placer única, algo que no había sentido en mi vida, mi corazón se aceleraba, me sentía agitada, y comenzaron a brotar unos gemidos de mi interior que no podía contener, eran suaves, pero me hizo poner muy colorada, sentirme así, disfrutando de lo que me estaba haciendo Esteban, y me dejé llevar, solté mis gemidos y el lo notó y siguió dándome placer en esa zona, tan desconocida para mi y que no quería que acabe, cada tanto dejaba de usar su punta de la lengua y me daba una lamida completa, con toda su lengua contra mi concha y volvía a centrarse en mi clítoris, me volvía loca, y me producía arquear mi espalda y cuello hacia atrás, hasta abría lo mas que podía mis piernas, era otra persona, una que deseaba ser usada por el mejor amigo de papá.

Para mi desgracia se detuvo, y se paró entre mis piernas, su pija estaba bien dura y erecta, me parecía imponente, y no veía la hora de sentirla nuevamente dentro de mi cuerpo.

Se la sujetó con la mano derecha, la acercó a mi conchita y comenzó a frotarla contra mis labios vaginales, se sentía delicioso, cada tanto su cabeza se metía apenas entre mis labios y me hacía asustar, temía que tanta carne me lastime a mi estrecha y virgen conchita, pero a la vez la deseaba y quería saber si la soportaría y si me daría tanto placer como el sexo oral.

Se afirmó bien, empezó a hundir su miembro duro, entre mis labios vaginales, lentamente, pero sin detenerse, se lo notaba bien concentrado, empecé a sentir una molestia, y cada vez se convertía en un dolor mas intenso, pero debo reconocer que lo quería, y se sentía a la vez agradable, en un momento se detuvo la penetración pero embistió mas fuerte y sentí como su pija se abrió camino dentro de mi ser, di un grito de dolor, me dio vergüenza haber gritado tan fuerte, y Esteban, se detuvo, solo por un par de segundos y la siguió hundiendo, podía sentirlo como entraba milímetro a milímetro y me encanta, y me sorprendía como estaba soportando pedazo de miembro, no la metió hasta el fondo, y comenzó a sacarla, para luego volver a meterla, las primeras veces daba un gritito ahogado, pero luego de varias veces, mis gritos se convirtieron en gemidos y Esteban comenzó a penetrarme bien fuerte, en pocas embestidas ya había logrado penetrarme completamente, sus huevos chocaban contra mi cuerpo una y otra vez, su sudor caían sin parar sobre mi cuerpo y esta vez no me molestaba, la cama se fue moviendo con cada embestida, hasta que Esteban dio un grito de placer, me la enterró toda y la dejo bien adentro, y sin sacarla, pude sentir como se venía dentro de mi conchita, me descargó gran cantidad de semen, no paraba de temblar y de gemir. Me tomó del cuello con su mano derecha, y me lo apretaba fuerte mientras se venía dentro.

Estaba paralizada, pero sin miedo, como si fuese una película disfrutando todo lo que sucedía, no dejaba de ver sus expresiones mientras sentía como se descargaba dentro de mi cuerpo. Creo que me dejé llevar y era como si estuviera viendo una película porno, no se sentía que fuese yo la protagonista.

Cuando terminó de descargarse, sacó su pija de mi cuerpo puede ver que la tenía cubierta de semen y sangre, me asustó un poco pero sabía que podía pasar la primera vez.

Y se recostó a mi lado,  nos quedamos los dos, boca arriba mirando el techo, sin hablar, solo escuchando nuestras respiraciones agitadas.

Quería decir algo, pero tenía miedo de decir algo tonto y estropear el momento por lo que preferí callarme.

Al rato Esteban se puso de costado y comenzó a acariciar mis pequeños pechos, se acercó a mi boca, sin dejar de acariciar mis pechos, tocó sus labios contra los mios, y esta vez abrí mi boca, y Esteban metió su lengua, y buscó la mía y me besó, trataba de moverla también pero me sentía muy torpe por lo que dejé que el haga todo el trabajo. Terminó besando mis labios y se levantó de la cama.

Se puso el short.

  • Como me dejaste la pija, pero fue la mejor cogida de mi vida.

No estoy segura pero creo que le sonreí.

  • Después que te fuiste me divertí con tu bikini.

No entendí que quiso decir con eso, en ese momento.

  • Tenes tangas usadas?

  • Si, en el cajón de abajo. Le respondí como si nada, como si fuese algo normal, aunque no sabía para que la quería.

Se lo puso a revisar, buscó entre un par de tangas, las olió, y tomó una, era rosa lisa, no era de mis mejores tanguitas.

  • Me la regalas?

  • Si, le dije. Aunque pensé en mamá que me lavaba la ropa si se daría cuenta que me falta una.

  • Gracias.

Se fue caminando, sujetándose la pija por sobre el short, no sabía si le dolía o se estaba acomodando.

Cerró la puerta y me levante, estaba como emocionada, me sentía bastante adolorida, sobre todo mi cola, pero no me importaba, pensaba en la próxima vez que venga Esteban y que me haría o enseñaría, hasta la noche del Domingo era una virgen, sin deseo ni nada, y ahora solo deseaba seguir teniendo sexo.

Me vi en el espejo, estaba toda despeinada, y con varios moretones en mis muslos y brazos. Además tenía rastros de sangre en mis labios vaginales y entre mis muslos. Y me encantaba, me sentía como su putita.

Me limpié con una toalla, pensé en bañarme pero quería sentir su aroma en mi cuerpo un poco mas, me peiné y me vestí con una calza negra y una remera manga larga rosa, mas que nada para cubrir los moretones.

Al rato escuché el auto de papá llegando, y entró  Esteban apurado a mi cuarto.

  • Para vos, lo traje de México que no lo vean tus padres. Quizás me puedas invitar luego.

Lo escondí rápido en la cajonera, no sabía que era, estaba en una caja de regalo.

Mis padres trajeron comida hecha, para el almuerzo, nos sentamos los cuatro en la mesa, me senté sobre una de mis nalgas y cruzada de piernas, porque me dolía bastante la cola, era un dolor muy intenso, dependiendo como me sentaba. Pasamos un muy buen momento, Esteban podía esconder increíblemente bien sus dos personalidades no dejaba de mirarlo, era el mejor amigo de papá, y por otro lado disfrutó a su hija como quiso y ahí estaba sentado con mis padres y conmigo como si nada.

Después del postre me fui de la mesa porque seguía muy adolorida, y me sentía empapada mi entrepierna.

Me estaba por ir a duchar pero vi la cama tan tentadora, que dije, cinco minutos y me baño.

Me acosté boca abajo y me perdí el conocimiento.

Me desperté atontada, escuché gritar a mamá como nunca, escuchaba otras voces, no entendía nada, no sabía si seguía durmiendo o que pasaba, me levanté de la cama, mientras iba a la puerta, me detuve.

Se habrá enterado mamá de lo que pasó, me pregunté. Se me hizo un nudo en el estomago, y perdí el equilibrio, se me aflojaron las piernas y caí sentada contra el suelo.

Me quería matar, de fondo escuchaba a mis padres, a Esteban, discutiendo, gritando sobre todo mamá que se la escuchaba desquiciada. Que van a pensar mis padres de mi, mi papá va a pensar que soy una puta. Fue el peor momento de mi vida.

Escuché un portazo y volvió el silencio.

No me animaba a salir.

Me recosté y pensé que decir, como defenderme, negar todo.

Hasta que entró mamá con cara de loca.

  • Pasó algo con Esteban, te hizo algo, te hizo sentir incómoda, algo raro hizo?

  • Que me estas preguntando? No te entiendo ma. No pasó nada, me trató como siempre.

Mi mamá respiro, se la notaba muy aliviada.

  • Segura hija?

  • Si ma, todo bien. Que pasó con Esteban?

  • Nada hija, discutió con tu padre, nada grave.

Me dio un beso y se fue, seguramente a contarle a mi papá.

Me recosté, traté de pensar como se habían dado cuenta o si fue otra cosa, o tal vez hice algo mal y lo descubrieron por mi culpa.

Pasaron los días, había un ambiente muy raro en casa. Pero seguían sin decirme nada.

Finalmente tuve una idea, y le revisé el celular a mis padres, del de papá no descubrí nada, había audios de Esteban pero llegaban hasta el Domingo a la tarde que le avisaba que llegaba esa noche.

Pero en el celular de mamá estaba la respuesta.

Su mejor amiga Carla, que también es mi Madrina, era con la que compartía todo, se la pasaban hablando día y noche, se contaban todo, asi que no dudé y me puse a escuchar sus audios de mensajería.

En los audios, se escuchaba a mamá llorando, arrepentida de haberme dejado sola con Esteban, hizo una introducción muy larga, culpándose de lo que pudo haber ocurrido, de lo mala madre que era, ……………………………………….. no les quiero mentir pero era un audio de unos 15 o 20 minutos por lo menos, igual era común que mamá haga mensajes largos con Carla, y ella respondía igual.

Hasta que finalmente le contó que había descubierto en su cuarto bajo las sábanas una tanga mía, cuando fue a limpiar su cuarto, la que le había dado hacía pocas horas, y lo peor era que había acabado en esta, aún estaba pegoteada con su semen decía mi mamá indignada y asqueada.

Le siguió contando que no me había hecho nada, pero estaba segura, que en unos días terminaba violada por el.

Me hizo sentir muy buena actriz, y eso que no tuve tiempo de prepararme.

Sentí un gran alivio que no fue mi culpa, aunque me seguía sintiendo mal por Esteban y el momento que pasó.

Ya en mi cuarto, trabé la puerta, saqué la caja que me regaló Esteban y la abrí. Había una botella de tequila, la cual nunca abrí la escondí y me la guardé de recuerdo y adentro había un papel doblado, con varios billetes, dólares estadounidenses, eran 1000 en total, dentro, aunque fue lo que menos me importó.

El papel doblado tenía escrito algo a mano que decía:

“Para mi putita especial, probé muchas putas en mi vida pero sos única, nunca pagué tanto por una, es mi forma de decir que sos la mejor”. Tu primer hombre.

Fue lo último que supe de Esteban.

Me excito, si bien no sabía si era verdad, o se lo decía a todas, decidí creerle. Me apoyé la carta contra el pecho. Me recosté en la cama. Me puse de costado sobre mi hombro izquierdo, metí mi mano derecha bajo mi calza y me di placer por primera vez en mi vida.

Espero que les haya gustado como me convirtieron en putita.

Besosssssssssssssssss

Fin.