Abusada por el mejor amigo de papá - Parte 2

Me desperté después de unas horas, cerca de las 10 de la mañana, con el ruido del motor del auto de papá. Donde nos estábamos quedando era bastante rural y no había negocios cerca, por lo que todas las mañanas mis papas se iban a desayunar a una panadería del pueblo y después hacían las compras para traer a la casa. Siempre me preguntaban la noche anterior si los acompañaba, pero prefería quedarme durmiendo en casa.

Pasaron como unos 5 minutos hasta que me di cuenta que mi tanga estaba empapada, la toque y no era sudor por el calor era distinto y en ese momento me acordé de lo que pasó con Esteban. Lo soñé?, Me pregunté. Mi corazón se empezó a acelerar y de repente sentí un calor que recorrió todo mi cuerpo. Estaba casi segura, que había pasado, pero me parecía muy irreal la situación, el mejor amigo de mi papá, siempre fue muy atento y me caía tan bien que no lo podía creer. Además sentí un gusto extraño en mi boca, si bien me había lavado bien la boca podía sentir ese sabor único de lo que Esteban me hizo probar. Me destapé del calor y estaba en mi cama con una remera larga celeste que era de mi papá que usaba de camisón y una tanga blanca, la cual estaba completamente mojada.

De repente sentí el picaporte de mi puerta abriéndose lentamente, en esos segundos, pensé de todo, se fue mi papá solo al pueblo y mamá se quedó con Estaban, o quizás fue mamá y mi padre se quedó, o se quedó Estaban solo conmigo? No sabía porque pero supuse que los tres se habían ido al pueblo y me quedé sola como de costumbre.

Al final, la opción correcta, era que Esteban se quedó.

Me saludó como si nada, aunque ya era otra persona, podía ver esa cara de depravado, que sabía esconderla tan bien con todo el mundo, pero lo que mas me molestaba era como había traicionado a mi padre, abusando a la hija de su mejor amigo.

• Te traje esto. Sacó del bolsillo de su short de baño la parte de abajo de mi bikini rosa que había quedado en el galpón.

Lo tiró a la cama, cerca mio.

Me cubrí lo mas que pude con la remera y me senté en la cama, contra el respaldo de mi cama y con mis piernas flexionadas, cubriendo mi torso.

-Vine por mas putita.

Lo insulté y le grité que se fuera.

-No va a pasar, asi que hacete la idea nena.

Se me acercó por el lado izquierda de la cama, traté de levantarme pero me sujetó por el antebrazo, y me tironeó con tanta fuerza que me tiró fuera de esta, aunque sin dejar de agarrarme por el brazo.

Como si nada me levantó y me tiró contra la cama, se bajó el short, y vi su pija bien erecta, pude verla mejor, la noche anterior estaba bien oscuro cuando me la hizo tragar, era imponente, debería tener cerca de 18 cm, lo calculé en mi mente pensando en la regla que usaba en el colegio de 20 cm, era bastante gruesa, venosa, y muy cabezona, y estaba torcida levemente como una banana hacia abajo, me hizo sentir rara verle su miembro, quería seguir viéndolo, pero me puso boca bajo, con su mano izquierda me hundió contra el colchón y puso su pija contra mis nalgas, me la refregó un poco por mi cola, y buscó la entrada de mi ano, me resistí, apretaba mis nalgas lo mas que podía, y Esteban luchaba por penetrarme sin éxito. Al no poder logarlo, me sujetó del antebrazo izquierdo, y me cruzó el brazo por detrás de mi espalda, produciéndome mucho dolor, y me lo estiraba mas y mas como torturándome.

-Afloja el culito o vas a pasarla muy mal.

Traté de relajarme aunque no pude pero deje de apretar mis nalgas.

Y sentí su cabeza entrar apenas en mi ano, seguía luchando, me soltó el brazo que me quedó adolorido, se escupió las yemas de sus dedos y se pasó saliva por su pija, la apoyó nuevamente contra mis nalgas, podía sentir su cabeza mojada con su saliva y empezó a meterla, se notaba que la saliva ayudaba porque fui sintiendo como mi ano, se abría paso a su pija dura, costaba y mucho pero podía sentirla cada vez mas adentro, milímetro a milímetro, me hacía gritar de dolor, lo cual parecía excitarlo mas.

Me decía:

-Te gusta putita?

-Disfrutala nena.

-Es toda tuya.

-No hay nada mejor que cogerse a una pendejita.

-Que cerraditas que son me encanta así.

Cuando la mitad de su pija estaba adentro, me tomó por la cintura, me acomodó mejor, con la parte de arriba de mi cuerpo sobre la cama boca abajo y mis piernas colgando de la cama. Sin soltarme de mi cintura me empezó a embestir, la sacaba apenas y volvía a meterla, al principio lentamente, pero fue subiendo la velocidad, no se porque lo hice pero fui contando cada vez que me embestía adentro de mi cola, fueron 26 veces.

En la embestida número 27, mi cola cedió y sentí como su pija se enterraba bien a fondo, grité muy fuerte, fue de dolor pero el susto fu peor, sentí como si algo se hubiera roto dentro mío.

Esteban se tuvo que acomodar, no esperaba entrar bien adentro por lo menos en ese intento y perdió el equilibrio, aunque sin salirse de mi cola.

Apoyó su dos manos contra mis omóplatos, se terminó de acomodar, y saco su pija solo dejando su cabeza dentro y la enterró hasta el fondo, chocando su cuerpo contra mis nalgas, lo volvió a hacer una y otra vez, en un par de ocasiones su miembro salió de mi cola completamente y tuvo que volver a penetrarme, se mezclaban sus gemidos con mis gritos cada vez que la metía hasta el fondo, me asustaba que me rompiese por dentro.

Luego de varias embestidas, fueron 47 empezó a hacerlo mas fuerte y más rápido, fueron varias mas pero perdí la cuenta, sus embestidas tan violentas no dejaban cncentrarme, Esteban dio un grito desgarrador, como si lo hubieran apuñalado o algo, un tipo de grito que escuchaba por primera vez y se vino dentro de mi cola, pude sentir como me llenaba en mi interior con su semen, la dejo bien en el fondo su pija, su cuerpo apretando mis nalgas, sentía su cuerpo temblar mientras vaciaba su líquido espeso en mi interior.

Su respiración estaba muy agitada, y sin moverse fue calmándose y se dejó caer sobre mi cuerpo sin sacarme su pija de mi cola.

Continua……