Abusada en la casa de mi tío.
Mi tío fue quien me desvirgó, no contento de eso, me engañó para ser abusada brutalmente y de sobremanera en su propia casa.
Hola soy Laura, tengo 18 años, delgada, morena clara, chaparrita y según dicen traga años.
Como muchos de ustedes saben por mis otros relatos, mi tío Víctor ahora ya con 35 años, fue quien me desvirgó cuando aún era muy joven, aprovechándose de mí tras un chantaje, luego me cogió dos veces más y al final me cambió por una tipa a la que llevó a vivir a su casa.
Desde entonces yo quedé muy resentida con él, me encorajinaba que primero abusara de mí y luego me votara por una tipa que me cae muy mal.
Varias veces mi tío intentó seducirme después de que se uniera a su vieja. Me acuerdo que por ejemplo una vez fue por mí a la escuela en su carro cuando recién entré al bachillerato, cuando llegamos a una zona poco transitada, detuvo su carro y me empezó a besar.
En ese entonces yo no era tan coqueta como lo soy ahora, más bien yo era muy reprimida y miedosa. A pesar de que anteriormente ya había cogido con él en tres ocasiones, me costaba trabajo acceder porque ya había pasado mucho tiempo desde la última vez y además yo estaba resentida con él por lo de su mujer. Lo que pasa es que yo puedo ser capaz de perdonar que abusara de mí, incluso que me maltratara, pero lo que sí no puedo perdonarle es que me cambiara por otra, de hecho con mi último novio formal pasó lo mismo y nunca lo perdoné.
Aunque yo me resistía, mi tío siguió besándome. Ese día yo usaba una falda larga de esas que usan las hippies, pero poco a poco con el forcejeo me la fue subiendo hasta que pudo meter su mano por debajo para acariciarme las piernas piel a piel con sus manos, luego subió y logró meter un dedo por un lado de mi calzón.
Yo estaba asustada y con mucho miedo, y cuando sentí su dedo meterse en mi vagina empecé a llorar desconsoladamente. Entonces mi tío se apiadó de mí y sacó su dedo que ya me había metido un poco más de la mitad, todo asustado por el temor de que alguien me escuchara, dejó de besarme y se acomodó para volver a conducir su carro. Yo creo que también le dio miedo de que yo lo acusara con mis padres pues mi reacción no fue la que él esperaba.
Debo confesar que si mi tío no hubiera parado, yo habría terminado por dejarme coger ese día. De hecho creo que mi llanto fue más que nada por sentirme incapaz de rechazarlo pues ya me estaba excitando, pero afortunadamente mi tío no se dio cuenta, y eso que cuando me empezó a meter su mano bajo mi falda, yo sin querer abría mis piernas para que la metiera más adentro, y cuando tuvo su dedo dentro de mí, yo aprisioné su brazo con mis piernas para que le costara trabajo sacarlo.
Cuando llegamos a mi casa, mi tío me dejó enfrente de ahí sin bajarse del carro y me dijo que a pesar de que tenía a su mujer, él seguía deseándome como cuando me desvirgó. Yo no le contesté nada y corrí hacia mi casa y hacia mi cuarto para masturbarme pensando en él, en sus palabras y sobre todo en las veces que me cogió antes.
Finalmente yo estaba en la edad en que las hormonas se alborotan con facilidad y una pasa gran parte del día pensando en sexo, por lo que creo que era normal que quedara excitada, y más cuando eran pocas las oportunidades que tenía para estar con un hombre en la intimidad.
En otra ocasión recuerdo que fuimos a visitar a una tía, prima de mi papá y mi tío, a un pueblo entre Guanajuato y Michoacán porque estaba algo enferma, por lo que nos quedamos unos días. En ese viaje solamente fuimos mis padres, mi tío y yo, afortunadamente la mujer de mi tío no vino, yo creo porque no se congeniaba bien con nosotros.
Llegamos a un pueblo o ciudad que se llama Maravatío, es el pueblo más grande de la zona o una ciudad pequeña, no sé exactamente cómo definirla, el hecho es que de ahí salen los camiones hacia los pueblos más pequeños y alejados que están en la zona montañosa.
Tuvimos que tomar un microbús que estaba muy lleno, mis padres subieron por la puerta de enfrente para pagar y poder darles las indicaciones al conductor, mientras que mi tío y yo nos subimos por la puerta trasera, justo nos quedamos en las escaleras. Como todo un caballero, me dejó subirme primero y atrás de mí le siguió él.
Como en ese día hacía mucho calor, yo vestía una playerita y una falda blanca a cuadros, que aunque larga, era de tela delgada. Mi tío no perdió oportunidad e inmediatamente puso su mano en mi abdomen para abrazarme y restregarme su paquete en mi trasero, no tardó mucho en ponérsele duro y erecto, y más con los caminos muy malos, se daba una buena frotada con mis nalgas. Claramente yo podía sentir su pene entre mis nalgas a pesar de que su pantalón no era de tela delgada, yo creo que fue porque se excitó tanto que su verga se le paró a lo máximo.
La calentura le fue ganando y no dudó en ir bajando poco apoco su mano que me apretaba mi abdomen con fuerza hacia él, hasta que llegó a mi intimidad y luego sus dedos empezaron a sobarme sutilmente por encima de mi falda.
Yo me moría de vergüenza porque el señor que estaba sentado en el asiento del fondo y tras la puerta se dio cuenta de todo, muy atento nos miraba y no perdía detalle de cómo mi tío me sobaba mi intimidad, solo opté por voltear hacia el otro lado para que no viera mi reacciones y yo no verle esa mirada de lujuria a la cuál en ese tiempo yo no estaba acostumbrada.
Era evidente que también se había excitado, incluso en una de las frenadas del microbús, el señor como no queriendo, puso su mano encima de la mía como si se quisiera agarrar del mismo tuvo del cual yo me sostenía, pero con reflejos yo quité mi mano y me sujeté mejor de la puerta.
Era una sensación contradictoria, por una parte mi tío me tenía atrapada haciéndome de las suyas, y el otro señor me miraba con lujuria y me sonreía cada vez que yo volteaba a verlo, como si con eso me invitara a tener sexo con él; y por el otro lado, yo sentía el aire fuerte sobre mí rostro y mi cabello, y que me daba la sensación de poder volar y de tener libertad. A pesar de todo me sentía contenta de tener esas emociones y esa aventura, algo que para una chica seria y reprimida como yo, era novedoso.
El viaje duró un poco más de media hora, tanto mi tío como yo estábamos nerviosos cuando nos bajamos y nos reunimos con mis padres, disimuladamente yo me tocaba la falda en la parte de atrás para verificar que no estuviera mojada, en el caso de que mi tío hubiera eyaculado. Afortunadamente no fue así y mis padres no se dieron cuenta de nada. Luego de eso llegamos a la casa de mi tía y nos instalamos sin más oportunidad para mi tío de acosarme en ese día.
Como el pueblo era muy pequeño, casi no había gente en todo alrededor, de hecho mi primita de 8 años solía bañarse en un pequeño río que pasa cerca de su casa y que desemboca en el Río Lerma, claro que lo hacía en una parte muy escondida para evitar a los mirones.
Dos días después mientras ella se bañaba, yo vigilaba que nadie se acercara y la viera, luego me tocó bañarme a mí y a mi primita vigilar. Yo me desnudé por completo pues se me hacía extraño bañarme con mi ropa interior como lo hacía mi primita. Muy confiada de que mi primita estaba vigilando, yo me bañaba muy divertida con el agua, fue hasta que al salir del río descubrí a mi tío mirándome tras un árbol, hice como que no me di cuenta y me cubrí rápidamente con mi toalla, me vestí tras unas piedras y regresamos a la casa, desde esa vez ya no me volví a bañar ahí.
La siguiente vez me bañé con cubetas en un cuarto de madera y sin ventanas que más bien era una bodega algo grande. Como era de troncos había varios huecos por donde pensé que mi tío podía espiarme, así que me cercioré de que no estuviera por ahí, y al parecer no me espió o tal vez no me di cuenta.
Cuando le tocó el turno a mi tío de bañarse en aquella bodega, la curiosidad me ganó y primero pasé como si nada pero tratando de ver de lejos entre los huecos, no pude percibir nada, luego me regresé y en una esquina me detuve para mirar pegada a un hueco en donde según yo, él no se daría cuenta de mi presencia.
Mi tío ya estaba desnudo, pero en lugar de bañarse, se empezó a masturbar. Yo creo que mi sombra me delató porque parecía hacerlo justamente para mí, pues me dejaba ver su verga en todo su esplendor, como si supiera que yo estaba ahí.
La verdad es que se me antojó demasiado, por un momento me vi tentada a entrar para que me cogiera con esa verga que ya estaba a punto de reventar. A pesar de sentirme descubierta no pude dejar de mirar, estaba embobada viendo la verga que alguna vez ya me había penetrado.
Mi tío estaba a punto de venirse, entonces se la jaló con más velocidad y alcancé a escuchar que dijo: "Laurita ven, te quiero coger" y su primer semen salió disparado como medio metro y el resto salió sin tanta fuerza pero a chorros que caían al piso. En verdad que me pareció demasiado semen y qué era una lástima que se desperdiciara de esa manera. Inmediatamente me fui y busqué un lugar oculto para masturbarme, imaginando todo ese semen siendo depositado en mi interior por mi tío.
Cuando salió de bañarse, me buscó y me preguntó que si me había gustado, yo me hice la loca y que no sabía de qué me hablaba. Pero aún así me propuso coger en la noche cuando todos se durmieran, sobre todo cuando se durmiera mi primita pues yo dormía con ella en su cuarto. Por supuesto que me negué.
Al día siguiente, me lo volvió a proponer, sabiendo que era el último día en ese pueblo y su última oportunidad, pero yo me volví a negar. Ya casi al anochecer, mi tío hizo que lo acompañara a ir a la tienda, la cual se encontraba algo lejos, ya saben, en esos pueblos hay pocas casas y muy retiradas unas de las otras.
En el camino de ida él trataba de convencerme pero yo me negué, luego de regreso me dijo que tomáramos un atajo, o sea entre los árboles y los montes, ya que esa zona es muy montañosa, yo me negué tímidamente, pero él me tomó de la mano y me jaló hacia el supuesto atajo. Caminamos algunos metros y de pronto me jaló hacia un árbol, me puso de espalda sobre el tronco y me empezó a besar, diciéndome:
Yo sé que me deseas, que quieres volver a tener mi verga dentro de ti, no lo niegues.
No tío, eso no es cierto.
-¿Cómo no? Sí me di cuenta que me mirabas cuando yo me bañaba, y también que me lucías tu lindo cuerpo desnudo cuando te bañabas en el río. Si no fuera porque estaba Mari (o sea mi primita) contigo, ahí mismo te hubiera hecho el amor.
En lo primero tenía razón pero en lo segundo no, pero ni chance tuve de corregirlo porque sus besos taparon mi boca, luego metió su mano bajo mi playera para agarrarme mis pechos pues yo como de costumbre, no tenía mi sostén puesto.
Yo estaba a punto de empujarlo para que me soltara, entonces él rápidamente se desabrochó el pantalón y se sacó la verga ya bien erecta. El descontrol por ver su verga tan cerca se apoderó de mí, y con una fingida resistencia dejé que mi tío también me desabrochara el pantalón que traía, me lo bajó a media pierna y colocó su pene entre mis piernas, restregándomelo sobre mi calzón y mi rajita.
Continuó con sus besos, al mismo tiempo que movía su cuerpo para darse placer con el rose de su verga y mi entrepierna, también metió su mano en mi calzón para sobarme mi clítoris. Para entonces las ganas de rechazarlo, llorar o gritar habían sido sustituidas por la excitación y las ganas de ser penetrada y recibir esa descarga de su semen que me tuvo fantaseando un día antes.
Estaba tan excitada que parecía imposible que yo pudiera evitar que mi tío me penetrara ahí mismo, de hecho él me bajó el calzón también a media pierna y me ponía su verga en mi rajita tratando de clavármela, pero por mi pantalón apretado que tenía apenas un poco abajo, me era imposible abrir más mis piernas, además de que en ese entonces yo estaba demasiado cerrada y apretada de mi orificio.
Yo le decía una y otra vez “No tío, no tío”, incluso puse una mano en su estomago para empujarlo pero sin empujarlo, mientras que con mi otra mano le agarré su verga supuestamente para evitar que me penetrara pero yo misma la guié hacia mi entradita y con muchos trabajos mi tío logró meterme la cabeza de su verga, pero por más que empujó y empujó no me entró más.
Luego y sin sacar su cabeza, me bajó mi pantalón y mi calzón hasta mis rodillas y volvió a empujar sin éxito, entonces cuando se disponía a bajarme más mi ropa, se escuchó muy cerca de ahí el relinchar de un caballo.
Ambos nos asustamos y de golpe mi tío se separó de mí, con mucho apuro yo me subí mi calzón y mi pantalón y mi tío se metió la verga a su pantalón.
Eran unos campesinos que pasaban por el camino cercano y aunque no nos podían ver, yo me sentí muy insegura, al mismo tiempo que recobré el control de mí misma.
Mi tío me dijo que nos fuéramos más a fondo de los árboles, en donde nadie nos podría ver ni interrumpir, pero yo me negué y caminé de prisa por el atajo para recuperar el tiempo que ya habíamos perdido. Por supuesto que mi tío trató de alcanzarme, y sin duda me habría alcanzado pero se tuvo que regresar por la bolsa que tenía las compras que habíamos hecho.
Esa noche dormimos en el pueblo y al amanecer regresamos a la ciudad, y mi tío ya no tuvo más oportunidades.
Bueno, esos fueron los encuentros más candentes y peligrosos que tuve con mi tío después de la última vez que me había cogido y antes de esta nueva experiencia.
Cuando cumplí los 18 años, hace apenas unos cuantos meses, empecé a tener una vida sexual muy activa con varios hombres, eso hizo que yo me empezara a vestir muy sexy y coqueta, y como soy una chica muy delgada y chaparrita, en especial los hombres mayores empezaron a rondarme, incluso ya se me hace normal que los hombres intenten ligarme y hasta me ofrezcan dinero a cambio de sexo cuando voy por la calle, pero aún no he caído tan bajo como para aceptar.
Por supuesto que mi tío no era la excepción pues desde que me visto con minifaldas y ropa muy ligera, he notado sus miradas lujuriosas sobre mí, y me ha pedido volver a coger con él en varias ocasiones. Pero yo siempre me negué reprochándole el que me cambiara por esa mujer que llevó a vivir a su casa, y para castigarlo, cuando podía me mostraba muy sexy ante él y así provocarlo más y que sufriera por no poderme tener otra vez.
Así lo mantuve por mucho tiempo hasta que llegaron las fiestas de fin de año. Tanto en navidad como en año nuevo, él se la pasó en mi casa para no estar solo pues recientemente se había separado de su mujer.
En noche buena yo me vestí con una faldita navideña corta de color roja y con un adorno de peluche blanco en la orilla, aunque me puse unas mallas rojas para no sentir frío y también para no parecer una putita ante mi familia, y también usaba un suéter blanco no muy sexy. Aún así noté que a mi tío le encantaba verme con ese atuendo, parecía devorarme con la mirada cada vez que pasaba frente a él.
En la primera oportunidad que tuvo para estar asolas conmigo, me volvió a proponer que cogiera con él, yo le dije que no, que no le perdonaba que me cambiara por esa tipa, entonces me dijo:
Pero si ya no ando con ella.
Peor… solo te acuerdas de mí cuando ya no está ella.
Eso no es cierto, ya desde hace mucho tiempo he tratado de tener algo contigo.
Si pero solo para coger… a ella no la dejaste ni por mí… además yo ya tengo novio y con eso ya perdiste la oportunidad de estar conmigo.
En ese momento decidí irme de ahí para no seguir con la discusión, pero mi tío ya estaba enojado y para molestarme puso su mano en mis nalgas apretándomelas mientras yo caminaba, luego quiso detenerme jalándome la falda, por un momento pensé que me la rompería si me la jalaba más, pero trate de no darle importancia pues sabía que mi tío tenía que parar una vez que estuviera alguien de mi familia cerca, a él era al que menos le convenía que mi falda se rompiera. ¿Qué explicación les daría?
Cuando llegó la hora de cenar, mi tío se sentó a lado mío, no perdió tiempo y puso su mano en mis piernas, aprovechando el largo del mantel que escondía su pecado. Yo me sentí muy incómoda por la situación, no era normal que Víctor manoseara a la hija de su hermano que estaba sentado frente a él y en un día especial como la cena de noche buena.
Yo trataba de disimular y de detener su mano con la mía, pero él seguía enojado y estaba muy decidido, entonces fue metiendo su mano bajo mi faldita, la cual fue subiendo hasta llegar a mi intimidad, para luego sobarla con un dedo.
Varias veces me levanté bajo cualquier pretexto, sobre todo cuando sentía que la excitación me podía delatar, pero mi mamá me regañaba y me decía que me quedara quieta en la mesa y terminara de cenar. Yo no sé como mi tío le hacía para estar tranquilo y comer con una sola mano, muy pocas veces necesitó de la mano que tenía hurgando en mi rajita, solo la quitaba por un ratito y cuando ya no la necesitaba para comer volvía a meterla bajo mi falda.
Aunque mis mallas eran de tela algo gruesa, yo sentía muy rico que no pude evitar mojar mi calzón, las mallas y el dedo de mi tío, a pesar de que yo trataba de detenerlo con una mano, bueno es un decir porque por momentos sentía tan rico que yo misma empujaba más su brazo hacia mí. Por eso decidí dejar de tratar de detenerlo y mejor cené lo más rápido que pude para acabar pronto, retirarme de la mesa y disimular mi excitación.
Varias veces mi mamá me regañó diciéndome:
- Tranquila hija, ¿cuál es la prisa?
Aún así seguí comiendo aprisa para apagar mis gemidos con la comida. Finalmente pude levantarme y dejar a mi tío cenando sin mí, corrí a mi cuarto para calmarme y limpiar mi humedad, cuando me relajé, regresé para ver la tele en la sala. Después de eso mi tío se fue a su casa a dormir y yo pude descansar de sus provocaciones.
En año nuevo volvió a venir a cenar con nosotros pero esta vez yo estaba preparada para evitar su acoso. En todo momento evité quedar asolas con él, además pude desquitarme pues cuando notaba que me miraba, yo me ponía en posiciones muy provocativas, hacía como que recogía algo del piso, o me recargaba en algún mueble parando mucho mis nalguitas, o simplemente me levantaba mi faldita que ahora era blanca, con las mismas mallas rojas de antes y un suéter azul.
A la hora de la cena, yo me esperé para poder sentarme lejos de mi tío, y aunque al final de cuentas él se las ingenió para estar junto a mí, yo tuve una buena idea y senté a mi pequeña hermanita en mis piernas y mi tío ya no pudo hacer nada y se quedó frustrado por mis provocaciones previas.
Nuevamente se fue a su casa a dormir y desde entonces no nos volvimos a ver hasta hace tres días que vino de visita a mi casa. Como era domingo, no fui a la escuela y no tuve pretexto para escapármele. Lo peor es que mi mamá me mando a comprar unas cosas al mercado y mi tío aprovechó para acompañarme, pretextando que también tenía que comprar unas cosas para él.
Al principio pensé que trataría de manosearme o algo así, pero no, ni siquiera se me acercaba, entonces me di cuenta que era porque había gente que lo conocía y que podía delatarlo con mi papá, así que me sentí más segura y tranquila.
Mientras caminábamos me hizo la plática.
Laurita, mi amor. Yo sé que me porté muy mal contigo en navidad… además de que tienes razón en lo de mi ex mujer… por eso quiero compensártelo.
¿Así? ¿Y cómo?
Pues quiero darte un regalo… ven a mi casa el martes a las 10 am.
Ja ja ja, ya me imagino cuál es tu regalo… además no puedo porque a esa hora tengo clases.
Pues no vayas a la escuela ese día.
No gracias, prefiero ir a la escuela que recibir tu regalo.
Si ni siquiera sabes cuál es mi regalo.
No, pero ya me lo imagino.
Haber, según tú, ¿cuál es?
Pues una cogida tuya.
Ok. En realidad cogerte es lo que espero a cambio del regalo que te quiero dar.
¿Así? ¿Entonces cuál es ese dichoso regalo?
¿Qué te parecen doce mil pesos?
¿Hablas en serio tío?
Sí mi amor, es en serio.
En ese momento la duda se apoderó de mí, si bien no era mucho dinero, para mí sería la primera vez que tendría esa cantidad, eran casi 600 dólares estadounidenses para mí solita.
No sé, déjame pensarlo.
Bueno, piénsalo pero me avisas antes.
La verdad es que no tuve que pensarlo mucho, creo que en mis ojos tenía dibujado el signo de pesos pues a cada rato me imaginaba yo con ese dinero, además de que para conseguirlo solo tenía que coger una vez más con mi tío, algo fácil pues no era nuevo para mí, aunque yo me había hecho el propósito de no volver a coger nunca más con él.
Para convencerme aún más, en el camino mi tío venía diciéndome todo lo que yo podría hacer con ese dinero y todo lo que yo me podría comprar. Y solo por coger con él una vez más.
Para el lunes yo ya estaba decidida a aceptar pero me esperé hasta el anochecer para llamarle y decirle que aceptaba, no quería que pensara que el dinero me encantaba demasiado aunque en realidad así era.
Toda la noche pensé en lo que haría con el dinero, también me emocionaba el volver a coger con mi tío Víctor después de varios años y después de varios intentos de su parte, total que me dormí hasta las 3 am pensando en eso.
Como mis padres se fueron temprano a trabajar, llevándose a mi hermanita a la guardería, yo aproveché para faltar a la escuela y dormir un poco más. A las 8 am me levanté, me bañé y me arreglé lo más bonita posible.
Se me ocurrió hacerme unas trenzas, vestirme con una blusa blanca, una faldita roja a cuadros, con zapatos sin tacón y calcetas blancas para verme como toda una colegiala. Aunque me hubiera gustado usar la misma falda escolar gris a cuadros que tenía cuando me desvirgó mi tío pero desafortunadamente ya no me quedaba.
Aunque no era el uniforme de mi antigua escuela, al mirarme al espejo, realmente parecía una chavita de secundaria. Eso es lo bueno de ser chaparrita y flaquita. Estaba segura que así volvería loco a mi tío, sin duda le haría recordar nuestros viejos tiempos, además de que yo sé que a él le gustan demasiado las chavitas de esa edad y con su uniforme escolar puesto.
Antes de salir de mi casa, le di algunos retoques a mi maquillaje y me tomé la pastilla anticonceptiva para asegurarme de no quedar embarazada.
Emocionada y contenta me dirigí a la casa de mi tío apenas a tiempo para llegar a la hora señalada, y cuando estaba por llegar, saqué una paleta de mi bolso para parecerme a las chicas colegialas que he visto en internet. Al tocar el timbre, mi tío abrió casi al instante, yo creo que estaba al pendiente de mi llegada. Al verme abrió mucho sus ojos y la baba parecía caerse de su boca.
¿Qué, te vas a quedar parado ahí como tonto, tío? -le dije bromeando y chupando la paleta muy sensualmente.
Pásale mi amor, ¡wow estás bellísima!
¿Te gusta tío? -le pregunté mientras le modelaba mi atuendo.
¡Me encanta! Realmente pareces una niña de secu.
Pues para que veas que no soy tan mala contigo, tío. Sabía que esto te gustaría.
Entonces demuéstramelo. -me dijo abrazándome y queriéndome besar.
No, no, no tío. Primero tu regalo.
Uy mi amor, qué desconfiada eres.
Mi tío me arrebato la paleta para chuparla él, mientras que de uno de los cajones de un mueble sacó un fajo de billetes y me lo dio para que lo contara. Yo sentía mucha emoción por tener tanto dinero en mis manos, lo conté e inmediatamente lo metí en mi bolso. Por ese dinero estaba dispuesta a complacer a mi tío, se lo merecía por ser tan esplendido.
Ya sin la paleta, inmediatamente mi tío me abrazó y me besó, yo por supuesto que le correspondí muy cariñosa, y con voz tierna imitando a la de una niña, le dije:
Oye tío, reprobé y me porté muy mal en la escuela, ¿qué castigo me merezco?
Niña mala, este es tu castigo…
Esto pareció excitarlo más porque sus besos fueron más apasionados y sus manos las metió dentro de mi calzón para agarrarme las nalgas, apretándolas con sus palmas y separándolas muy fuerte, además de empujar mi cuerpecito al suyo para que sintiera su verga bien dura y a punto de estallar.
Luego me cargó y me llevó a su recámara para acostarme en su cama, ahí se me encimó y continuó con sus besos, ahora manoseándome el cuerpo por enfrente y desabrochándome algunos botones de mi blusa para descubrirme un poco los pechos.
En un respiro que tuve, le pregunté que si me estaba grabando con su video cámara como lo había hecho las otras veces en que me cogió.
- ¡Qué bueno que me lo recordaste! -dijo levantándose y sacando su cámara del tocador para encenderla y comenzar la grabación hacia la cama.
Yo hice un gesto de ¡Ups, ¿para qué se lo pregunté?! Y le dije:
Oye tío, es que me siento incomoda con la cámara grabando.
Pero mi amor, hace mucho que no cojo contigo, y tal vez ya no tenga de nuevo esta oportunidad, por lo menos en video podré verte así como me gustas… además creo que te pagué muy bien.
-Bueno, está bien pero no se lo enseñes a nadie… Ah, ¿y mi paleta?
- No te preocupes por la paleta, te tengo algo mejor para que chupes.
Se bajó la cremallera de su pantalón, sacó su verga, se subió a la cama y me restregó su verga para que se la mamara. Yo me enfoqué en chupar su cabeza como lo hacía con la paleta, con mis labios la aprisionaba y con mi lengua la lambía dentro de mi boca.
No tardó nada en recuperar su erección y ponérsele bien dura, incluso parecía que estaba a punto de venirse, entonces me retiró su verga y como enloquecido por la excitación, me abrió las piernas, todavía sin quitarme la ropa, se me encimó y metió una mano bajo mi falda y la otra bajo mi blusa mientras me besaba con desesperación, ni siquiera me dio tiempo de quitarme los zapatos.
Tanto se calentó que sin perder tiempo y sin dejarme de besar, como pudo se desabrochó con una sola mano el pantalón, se lo bajó hasta las rodillas, me subió la falda para descubrir mi intimidad, hizo a un lado mi calzón y sin avisar me la clavó hasta el fondo.
Yo pegué un grito porque todavía no estaba lista para ser penetrada, apenas estaba entrando en calor, mientras que mi tío ya tenía su verga a punto de reventar. Sin perder más tiempo, me empezó a bombear y a decirme:
- No sabes cómo había esperado tanto este momento, cuánto deseaba estar contigo y entrar en ti, en verdad que solo pensaba en volver a cogerte y hacerte mía.
Por su bombeo y sus palabras yo empecé a gemir, a excitarme mucho y a lubricar.
Solo pasaron como cuatro minutos y mi tío se vino dentro de mí, descargando su lechita en mi interior.
Tío, creo que en verdad me traías muchas ganas, te emocionaste mucho. -le dije un poco decepcionada.
Sí, mi amor, ya te lo dije antes. Desde hace mucho que quería volverte a coger y vestida así como una niña de secu me excitaste demasiado, pero apenas este fue el primer round mi niña, todavía nos falta mucho por coger…
Con una sonrisa maliciosa que en ese momento no entendí bien, agregó:
- Hoy por fin me voy a desquitar por todos los rechazos que me hiciste… Espérame un ratito, ahorita vengo.
Entonces salió de la recámara, yo me imaginé que tal vez salió a tomarse una pastilla de viagra o algo así. Tardó como diez minutos en regresar, durante ese tiempo yo estuve masturbando mi clítoris para no perder la excitación.
Cuando regresó traía varias corbatas y un trapo grande, entonces me dijo:
Mi amor, vamos a jugar.
¿Y a qué vamos a jugar?
A que eres mi prisionera y que yo hago contigo lo que quiera.
Por lo excitada que estaba se me hizo buena idea. Entonces mi tío me amarró las manos en los barrotes de la cabecera con las corbatas, quedando yo mirando hacia la cabecera y la pared y con los brazos abiertos pues mis manos estaban amarradas en cada esquina superior de la cabecera.
Luego me vendó los ojos con el trapo grande que trajo. Yo quedé casi en posición de perrita pero con los brazos abiertos y levantados y totalmente a ciegas sin saber por dónde vendría la embestida de mi tío.
Entonces sentí su pene en mis labios, ya había perdido su firmeza, así que la empecé a mamar para excitarlo. No tardó en crecer dentro de mi boca, además me excitó probar el sabor de su semen que le salía por la venida anterior.
Ya excitado, retiró su pene de mi boca y luego sentí cómo hacía a un lado mi calzón para ponerme su verga y penetrarme nuevamente por la vagina, me cogió por varios minutos fuerte y rápido que me hizo tener un orgasmo, y cuando pensé que él se vendría nuevamente, sacó su verga de golpe, por el movimiento del colchón deduje que se había bajado de la cama, luego escuché unos pasos y la puerta abrirse.
Pensé que iría por otra cosa pero inmediatamente se subió a la cama, hizo nuevamente a un lado mi calzón, me chupó con su boca mi vagina y luego me volvió a penetrar. Sentí que su verga había perdido un poco de su firmeza pero con el mete y saca que me daba, rápidamente se puso muy dura.
Duró unos cinco minutos y me la sacó de golpe, luego me volvió a chupar la vagina y nuevamente me la insertó embistiéndome como por siete minutos. Ya para entonces estaba a punto de tener otro orgasmo.
Antes de venirse, sacó su verga de mi interior, pensé que volvería a chuparme pero no, inmediatamente sentí su verga en mi vagina, al clavármela solté un gemido de placer pues sentí mucho más rica esa penetrada.
Al mismo tiempo me empecé a inquietar pues claramente se sentía más rico y apretado en mi vagina, como si su verga hubiera crecido mucho. A pesar de eso tuve el orgasmo, pero mi inquietud aumentaba porque además me daba con más fuerza y rapidez, y no parecía venirse pronto.
Con los dedos de mi mano trataba de deshacer el nudo de la muñeca aunque seguía a ciegas, entonces mi tío me dijo:
- Tranquila mi amor, tú solo disfruta.
Pero yo seguí tratando de desamarrar el nudo porque ya todo se me hacía muy raro. Entonces mi tío desamarró el trapo que me vendaba los ojos. Yo me sorprendí y me asusté al verlo fuera de la cama y a un lado mío, mientras que una verga me seguía cogiendo fuerte y rápido por mi vagina.
Entonces volteé y miré a un señor como de 40 años y grandulón penetrándome, mientras otro señor como de 55 años nos grababa de cerca con la video cámara y otro más como de 35 años, se masturbaba esperando su turno para penetrarme.
Por instinto, yo moví mi cuerpo bruscamente y logré zafarme de la verga que me penetraba. A pesar de los amarres pude torcer mi cuerpo hasta casi acostarme en la cama para que nadie más me penetrara y empecé a soltar patadas para alejar al tipo grandulón que me quería seguir cogiendo.
Pero entre el señor que esperaba su turno y mi tío me sujetaron, me pusieron en la misma posición de antes e incluso me abrieron más las piernas para que el otro señor continuara penetrándome. Yo empecé a gritar al sentir la verga entrar en mí, pero mi tío me tapó la boca y me ordenó que me callara.
Yo me resistía tratando de sacar la verga de mi vagina moviendo mi trasero a los lados, hacia enfrente y hacia atrás, pero como me tenían bien sujetada, lo único que conseguí fue darle más placer a mi violador con la fricción que yo misma provocaba, su verga se movía como si fuera una palanca de carro con cada uno de mis movimientos, se salía un poco para luego meterse al fondo con fuerza.
En ese momento me sentí impotente, acorralada, con mucho miedo por verme rodeada por cuatro hombres que amenazaban mi intimidad y mi sexualidad, y con el deseo lujurioso que demostraban mientras se iban desnudando completamente, todos con las miradas pervertidas fijas en mí y con sus penes ya bien erectos, duros y a punto de estallar. Afortunadamente ninguno se atrevió a pegarme, yo creo que tal vez fue porque mi tío les prohibió hacerlo.
Algunas veces pude ver en el reflejo del tocador lo que estaba pasando, casi no pude verme a mí misma porque aquellos tipos me rodeaban y sus cuerpos eran grandes y con sus panzas cerveceras que apenas y pude ver mi trasero, el cual se veía demasiado pequeño y delgado a diferencia del cuerpo del señor que me estaba cogiendo. De hecho su panza parecía descansar en mi espalda baja. Aunque admito que era un calor rico el que se sentía por su panza.
El otro tipo que también me sujetaba me dijo:
- Yo no sé por qué gritas pinche putita, si todos sabemos que te gusta... además ya todos te metimos la verga y bien que las gozaste.
Yo quise decirles sus cosas pero mi tío seguía tapándome la boca por lo que no pude decir ni hacer nada.
Constantemente me decían cosas como: "puta sabrosa", "estás bien rica", "entre más niña, mejor", "trágate mi verga puta perra", bueno, esas fueron las frases que pude recordar y entender porque por el forcejeo era difícil que yo entendiera todas las demás que me decían.
Parecía que el que yo luchara por sacarme la verga de mi interior los divertía porque a cada rato se burlaban a carcajadas y el señor que me estaba penetrando estaba encantado dándome muy duro, como si me castigara por cada intento que yo hacía.
Yo traté de resistirme por varios minutos pero, ¿qué podía hacer yo? una chica frágil y débil contra dos hombres que me tenían bien sujetada, uno más penetrándome y un cuarto que podía ayudarles si yo lograba zafarme. Poco a poco me fui cansando y decidí ya no luchar pues no tenía caso, además quedaría tan débil que estaría totalmente a su merced.
Tal vez fue por sentirme totalmente dominada y ultrajada, o por mi naturaleza masoquista, pero al poco rato de aflojar mi cuerpo tuve otro orgasmo, entonces el tipo que me penetraba me dijo:
-Mira nada más, se nota que te gusta mi verga, ya te volviste a correr.
Entonces el que tenía la cámara exigió su turno pues el grandulón ya había durado demasiado tiempo cogiéndome. El tipo le cedió su lugar no de muy buena ganas pues se le notaba que todavía podía aguantar un rato más.
- Por fin, ya sabes que no eres el único que le traía ganas a esta putita. -dijo muy ansioso por penetrarme el señor de la cámara.
Luego me acarició con toda su palma abierta mis nalgas, prosiguió hasta mi conchita, un dedo lo hundió en mi entradita, lo metió y sacó unas tres veces y finalmente me acercó su verga y me la insertó de golpe hasta el fondo, se quedó quieto por unos segundos, solamente para decirme con voz excitada:
- Cogerte a ti es mucho más sabroso que cogerme a mi pinche vieja toda gorda, guanga y fodonga, en cambio tú estás tiernita, jovencita y aprietas bien rico –e inició con su mete y saca.
En verdad se notaba que me traía ganas porque a pesar de estar manejando la cámara, ya tenía su verga bien tiesa y disfrutaba de grabar su verga penetrándome, de hecho varias veces la sacaba, la lucía ante la cámara y grababa cada insertada que me daba como en cámara lenta.
Al excitarse empezó a decir entre gemidos:
- Así putita, qué rico aprietas mi verga. Desde que te vimos en los videos sabíamos que cogerías bien rico.
En ese momento confirmé lo que ya sospechaba, que mi tío les había mostrado los videos de cuando me cogió hace años. Luego prosiguió:
- Desde hace mucho tiempo que te queríamos coger pero tu pinche tío se puso de mamón con que tú no aflojarías y mira ahora, se nota que te gusta tragarte toda mi verga.
En total pasaron como cinco minutos cuando ese señor se vino dentro de mí.
Hubo un momento en el que todos tenían sus vergas bien paradas y listas para penetrar mi vagina, después de exigir sus turnos lograron coordinarse muy bien pues se estuvieron turnando cada 20 o 30 segundos, tiempo en el que me penetraban con muchas ganas, parecía que se esforzaban mucho para aprovechar los pocos segundos que tenían para darme una buena cogida.
Yo creo que cada uno pasó entre 5 a 7 veces, bueno en esas condiciones me fue imposible llevar la cuenta exacta de cada penetrada y más cuando me hicieron tener un sabroso orgasmo. Solo dejaron de turnarse de esa forma cuando dos de ellos se vinieron, claro, dentro de mí. No me pregunten quienes se vinieron porque ni eso pude ver, solo sentí las descargas de sus leches, los espasmos de sus vergas y escuché sus gemidos de placer.
Ya no sentía lo duro sino lo tupido, era una verga tras otra penetrando mi vagina sin darme un respiro, en verdad que pensé que sería interminable, aunque siendo sincera, en el fondo quería que nunca se acabara pues no podía evitar sentir muy rico, a pesar de lo rosada o lastimada que podía quedar.
Mi tío pidió su turno y me penetró por un buen rato, y antes de venirse, el otro señor que quedaba pidió su turno. Mientras hacían el cambio de mi tío con el tipo que me sujetaba, logré amenazarlo con acusarlo con mis padres. Pero él me contestó que nadie me creería al ver los videos anteriores y que además por el dinero que juntaron y me dieron, era más que justo que entre los cuatro me cogieran.
Para excitarse el otro señor al que le tocaba su turno, buscó besarme en la boca a la fuerza, yo me hacía a los lados apretando muy fuerte mis labios pero mi tío me detuvo la cabeza, entonces abrí mi boca para morderlo pero me arrepentí para evitar que se enojara y me pegara. El tipo aprovechó y logró besarme e incluso metió su lengua hasta mi garganta, mientras que con una mano masturbaba su verga.
Cuando se le paró se puso detrás de mí y me empezó a penetrar por la vagina, no hizo falta hacer a un lado mi calzón pues ya lo habían estirado tanto que quedó atorado en mi cadera, dejando mis dos nalgas totalmente al descubierto. Luego tomó mis dos trenzas, me jaló muy fuerte haciéndome curvear demasiado mi espalda y para evitar que yo gritara, los otros tres me besaban a la fuerza en la boca.
Al mismo tiempo en que me besaban, empecé a sentir muchas manos en todo mi cuerpecito, algunas apretaban mis pequeños pechos como si trataran de estirarlos para que me crecieran, luego sentí sus lenguas y sus labios que me los besaban y mordían. Ellos metían sus cabezas entre la cama y yo para chuparme los pezones. Ni siquiera me di cuenta del momento cuando me desabrocharon todos los botones de mi blusa, ni del broche delantero de mi sostén que habían descubierto ya totalmente.
También sentía sus manos que me apretaban las nalgas y me las abrían brutalmente hasta que sentí unos dedos meterse en mi colita.
No sé por qué pero eso me gustó demasiado, tanto que yo misma paré aún más mis nalguitas para sentir mejor la penetración de la verga en mi vagina y la penetración de sus dedos en mi culito, me excité tanto que empecé a corresponder todos los besos que me daban, realmente no pude disimular mi gran excitación. Minutos después, mi tío me puso su verga en mi boca para que se la mamara y se le pusiera nuevamente dura. Yo lo hice ya entrada en calor y a punto de tener otro orgasmo.
Yo pensé que pediría su turno para cogerme en lugar del otro señor una vez que tuviera su pene erecto, pero en lugar de eso me desató las manos y me dijo:
- Creo que ya estás lista mi amor.
El tipo que me penetraba sacó su verga de mi vagina para quitarme completamente mi calzón, yo no sé por qué pero en lugar de resistirme, yo misma levanté mis piernas para que saliera por completo, luego mi tío se acostó bocarriba sobre la cama y me ordenó que lo montara, yo le obedecí, entonces me abrazó por la espalda y me jaló muy fuerte hacia su pecho.
En ese momento me di cuenta de lo que pretendían y le supliqué que no lo hicieran, pero nadie me hizo caso. Entonces el tipo que me penetraba antes y que me bajó el calzón, tomó un poco de lubricante que tenía mi tío en un cajón y me lo echó en el ano, primero metió un dedo con facilidad, luego dos al mismo tiempo, y finalmente me cupieron tres, los cuales metía y sacaba hasta que se aflojara mi colita.
Echándome un poco más de lubricante, me colocó su verga y me fue penetrando, y a pesar de que no era una verga grande, sentí mucho dolor como la primera vez que me penetraron por ahí.
Sentí como sus huevos chocaron en mis nalgas, señal de que me la había metido por completo. Luego empezó a bombear y yo sentí demasiada presión, más de lo normal, incluso pensé que me partirían en dos.
Mi tío trató de bombearme también pero casi no se podía mover, entonces trató de coincidir con los empujones que me daba el otro señor por mi culito para poder deslizar su verga por mi vagina al mismo tiempo, solo que cuando el señor me la clavaba profundo en mi culo, la verga de mi tío se salía un poco y cuando el señor me la sacaba, la de mi tío se me clavaba más por la vagina.
Yo solo apretaba mis dientes y mis manos para poder aguantar pues aunque se sentía muy rico, era un dolor muy fuerte. Ya ni siquiera sabía lo qué pasaba alrededor de mí, si me seguían grabando o quien esperaba su turno para cogerme o qué más me estaban preparando. Solamente me concentraba en aguantar el dolor que me provocaba esta doble penetración.
Por fin el tipo que me cogía por el culo se vino, supongo que me echó mucho semen porque sentí muy húmedo y resbaloso por dentro, pude tomar un respiro aunque sabía que pronto tendría otra verga en mi colita.
Mientras hacían el cambio, mi tío aprovechó para bombearme con más libertad y no perder su firmeza. Entonces sentí la cabeza de otra verga penetrarme lentamente, inmediatamente adiviné que era el señor grandulón porque mientras a los otros les medía entre 14 a 16 cm a este señor le medía como 19 o 20 cm.
Yo apreté mis ojos, mi boca y mis manos para aguantar pero mientras me penetraba y me abría el culo, el dolor se hizo insoportable, tanto que me puse a llorar, eso pareció excitarlo más que arremetió con más fuerza de un solo empujón. Realmente no sé si logró clavármela toda porque yo estaba semiinconsciente, casi podía jurar que me había roto por dentro.
Entonces empezó su mete y saca primero lento pero, luego me dijo que se sentía tan rico, y que yo lo apretaba tan delicioso, que aumentó de fuerza y velocidad sus arremetidas, parecía que no le importaba hacerme daño pues yo lloraba y gritaba con desesperación tras cada clavada brutal que me daba.
Varios minutos después me fui calmando y acostumbrando, e incluso empecé a disfrutarlo. Yo seguía con mi llanto pero ya más bajo, de hecho me recordó al gemido que hacen los cachorros cuando tienen frío o hambre.
Por fin el grandulón se vino y cuando lo hacía me dijo:
-Pinche niña putita, estas tan sabrosa que me hiciste descargar toda mi leche en ti.
Por una parte me sentía aliviada y por otra orgullosa de ver que como mujer había aguantado tal experiencia.
Sin sacar su verga de mi culo, el grandulón levantó un poco mi trasero para que mi tío pudiera moverse con más libertad y pudiera bombearme hasta venirse, como lo hizo muy rápido y fuerte casi nos venimos al mismo tiempo, él me ganó por unos tres segundos.
Ellos me sacaron sus vergas y yo quedé rendida tirada boca abajo en la cama, toda agotada.
Cuando mi tío se levantó de la cama, yo escuché algo que por un momento me asustó. Uno de los señores le propuso a mi tío que yo me quedara toda la noche para que pudieran prolongar esto por más tiempo y así poder recuperarse y cogerme más veces. Inmediatamente los otros dos hombres se le unieron a la petición y para convencerlo le ofrecieron pagarle más dinero.
Mi tío les dijo que si por él fuera aceptaría su propuesta pues a él también le gustaría cogerme toda la noche, pero que desafortunadamente yo tenía que regresar a mi casa para no levantar sospechas y que además él no creía que yo fuera capaz de aguantar toda la noche cogiendo, si tan solo con un par de horas yo ya estaba a punto de desmayarme, y concluyó su respuesta diciéndoles que aprovecharan ahora que todavía se podía. Otro señor dijo medio decepcionado:
- Bueno, pues ya ni modo. Es que está bien sabrosa, es como cogerse a una niña pero sin esa culpa pues ya es mayor de edad aunque no lo parezca. Yo hasta me la llevaría a mi casa y la cambiaría por mi vieja.
Por el tono de voz deduje que se trataba del señor corpulento, el más dotado.
Segundos después sentí a alguien subirse a la cama, luego abrir mis piernas, posteriormente una panza en mi espalda, y finalmente un pene flácido tratando de penetrarme.
Como yo estaba muy mojada por tanto semen y fluidos, todavía muy abierta por todas las cogidas que me dieron, el tipo logró penetrarme a pesar de lo flácida de su verga. Ya con su pene dentro de mí, empezó con su mete y saca algo rápido, yo creo para excitarse pronto, por momentos me aplastaba mis nalgas y mi espalda con todo su peso, cosa que me hizo soltar unos quejidos pero que se confundieron con gemidos de placer.
Poco a poco su verga se le fue parando aunque no al cien pero sí lo suficiente como para hacerme ahora sí gemir de verdad. Para cogerme mejor, el señor metió sus brazos por debajo de mí para sujetarme de los hombros y empujarme hacía él, o mejor dicho, hacia su verga.
Creo que por lo cansada y confundida que estaba yo, pero en ese momento no me acordé de que prácticamente me estaban violando, y mis gemidos eran como los de una mujer que se dejaba coger y con todo el placer y el deseo de ser cogida, de hecho yo misma levantaba mi trasero para que me penetrara mejor, aunque su peso encima de mí no me dejaba levantarlo mucho. Supongo que eso los volvió a animar porque alcancé a escuchar que alguien más pidió su turno.
Minutos después, no sé cuantos, el señor se desplomó encima de mí, gimiendo y descargando su última gota de semen en mí, yo sentí que me aplastaba con todo su peso pero afortunadamente pronto se quitó, o mejor dicho, lo quitó el siguiente señor en turno.
Por un par de segundos pude echar un vistazo para ver cómo estaba la situación. Ya ninguno tenía la cámara, de hecho estaba arrumbada en el tocador, supongo que se le acabó la pila o la memoria y por eso la apagaron. En cuanto a los tipos, uno de los señores estaba ya sentado con su verga encogida solo mirándome, el que recién me había cogido estaba sentado todavía en el colchón tratando de recuperarse, el grandulón se jalaba su verga que se veía todavía muy vigorosa, ¿y mi tío? Por un momento no lo vi, pero lo escuché muy cerca mientras se subía a la cama por el lado contrario a mi mirada y me decía:
- Mi amor, ¿crees que te ibas a salvar de que yo te penetrara por tu culito? Tú sabes que ese ha sido mi sueño desde hace mucho tiempo.
Era mi tío que no reprimía su deseo por mí. Tomándome por la cadera levantó mi trasero hasta que mi apoyo fuera con las rodillas, luego abrió mis piernas, como yo seguía cansada seguí descansando con mi cabeza en la cama apoyada en una mejilla y con mi mirada hacia el espejo del tocador, apenas podía ver mi trasero bien empinado y a mi tío ansioso por meter su verga en mi colita. Todo el tiempo el me sostuvo de la cadera para que no se le cayera, ya que yo no le era de mucha ayuda.
Su cabeza me entró sin problema pero como su verga estaba un poco flácida, no pudo metérmela más pues esta se le doblaba, pero al tercer intento logró clavarme parte del tronco de su verga. Empezó a bombearme un poco y entonces se dio cuenta de que yo lo miraba por el espejo, y me dijo:
- Te gusta, ¿verdad? ¡A qué sobrina tan putita tengo!
En ese momento su verga me entró de golpe, creo que el verme en el espejo lo excitó mucho que sentí su pene endurecerse. Yo solo cerré mis ojitos y apreté mis labios y mis manos. Su embestida era rápida y fuerte que por un instante sentí recuperar algo de fuerza para gritar de placer. Pero no duré mucho pues él se prolongó por un buen rato y yo me volví a sentir muy cansada, mis pocas fuerzas las quería utilizar para disfrutar la cogida.
No sé cuánto tiempo pasó pero se me hizo eterno, cuando por fin sacó su pene, yo creí que se había venido pero no, solo se retiró para voltearme boca arriba en la cama, volvió a abrir mis piernas y me penetró ahora por la vagina y me empezó a besar como loco y desesperado.
Al principio me decía que yo le gusta mucho, que le encantaba cogerme, luego, cuando se acercaba a la eyaculación, cambio sus palabras por varios "te amo" hasta que se vino y en lugar de gemir, me dio un gran beso con su lengua en mi garganta y lo culminó con una mordida en mi labio inferior que me dolió mucho pero que me hizo tener un orgasmo, bueno ya para entonces mis orgasmos eran cortos y sin descarga de mis jugos, eran puras contracciones.
Entonces se escuchó a otro señor pedir su turno, cuando mi tío se quitó vi que se trataba del más corpulento y dotado de los cuatro. El condenado ya tenía su verga a punto de reventar, cosa que me emocionó mucho, sabía que nada podía hacer para evitar su penetrada, bueno, la verdad es que yo lo deseaba mucho pues seguía sin recordar que en realidad me estaban violando pues fue sin mi consentimiento, y que además me habían penetrado primero con engaño y luego a la fuerza.
Emocionada, lo vi subirse a la cama con su verga amenazando mi intimidad y yo con las piernas bien abiertas, su verga parecía como un enorme proyectil que viene desde lejos para clavarse directo y profundo en mi vagina, así de rápido fue. Yo pegué un grito que no tardó en transformarse en suspiros largos que después se volvieron gemidos de aire con cada respiración mía.
Mi corazón se aceleró tanto que hasta llegué a pensar que en verdad me moriría ahí mismo tras marearme un poco, ya toda cansada pero con el consuelo de morir envuelta en un gran placer y ya bien cogida.
Era notorio que ese señor es de los hombres que duran mucho y que saben complacer a las mujeres pues no se le veía que terminara pronto. Además estaba bien entretenido con mis pequeños pechos que apretaba y estimulaba bien rico, y con mis labios que besaba a cada rato, aunque me dolía por la mordida que me había dado mi tío antes.
La verdad es que este señor sí que sabía coger bien rico, parecía que tenía bien medida su verga porque en su mete y saca lograba evitar que se saliera por completo, justo se detenía antes de que su punta se saliera y luego me la clavaba completa y hasta el fondo, hasta que sus huevos chocaran conmigo. Era demasiado rico sentir por dentro todo el recorrido de lo largo de su verga que empujaban mis paredes vaginales, los cuales se abrían y cerraban con cada mete y saca, así como las contracciones involuntarias que provocaba en mí.
Varios minutos después, me sacó su verga, me puso de nuevo boca abajo, levanto mi trasero y me penetró por el culo, el cual sentí que a pesar de todas las penetradas anteriores, aún lograba apretar muy bien su pene, incluso sentía mucho dolor pero ya en ese momento lo único que yo quería es que me clavara completamente su verga, de hecho le llegué a decir entre mis gemidos y mi respiración agitada:
- ¡Por favor, métemela toda!
No sé si realmente me la clavó toda, aunque me quedé con la idea de que sí porque cuando el grandulón me escuchó, me arremetió con mucha fuerza como si del penetrarme hasta el fondo dependiera su vida, incluso llegó a ser brutal y salvaje, hasta que al parecer cumplió su cometido o hasta que vio salir tantita sangre de mi colita, la verdad no sé pero le bajó a su intensidad.
Yo seguía con mis gemidos en cada aliento, el tipo penetrándome fuerte y profundo, ahora alternadamente por mi culito y mi vagina. Se sentía tan rico que empecé a tener orgasmos cortos y continuos, entonces el tipo aceleró su embestida, creo que para terminar al mismo tiempo que yo, pero yo no aguanté más y tuve un gran orgasmo que hizo temblar todo mi cuerpo e incluso me hizo orinar justo en el momento en que me penetraba por la vagina, así que literalmente, le bañé su verga con mi orina. Entonces el tipo me dijo:
-¡Así putita, así, así, qué rico se siente! Eres la mejor, pues a pesar de tu pequeño cuerpecito que se ve tan frágil, aguantaste toda mi verga mejor que las mujeres de talla más grande. Ninguna mujer me había hecho disfrutar tanto como tú, y por lo que veo tú también lo disfrutas como ninguna de ellas. En verdad que nunca había conocido a alguien tan sabrosa y tan puta como tú, y hoy tuve la suerte de hacerte toda mía… Tú ya eres mi putita.
Me encantó todo lo que me dijo que sin pensar le contesté:
-Sí, soy tu puta, tu putita.
En ese momento sentí claramente como su verga se hinchó dentro de mí y su semen se mezcló con mis jugos. Se desplomó en mi espalda y así se quedó por un rato, bueno, la verdad no supe cuánto porque yo cerré mis ojitos y me dormí sin siquiera esperar a que me sacara su verga.
De hecho no estoy segura si lo soñé o si realmente pasó, pero vagamente recuerdo que por lo menos uno de ellos me volvió a coger mientras estaba yo tirada bocabajo en la cama y dormida. Es que después de la penetrada doble, estaba tan adolorida y abierta que yo sentía como si todo el tiempo tuviera vergas adentro de mí, y como estaba media desmallada no tenía la certeza, aunque recuerdo sentir los empujones, la sensación de ser penetrada en mi vagina y de gemir algunas veces al sentir los empujones fuertes.
Cuando desperté me sorprendí porque ya no había tanta luz, miré el reloj y ya eran casi las 6 pm, no supe cuánto tiempo dormí, ni cuánto duró la cogida que me dieron, aunque calculo como tres horas, o a lo mucho cuatro, pero ya habían pasado casi 8 horas. Tampoco me di cuenta del momento en el que se fueron los señores, amigos de mi tío.
Por un momento volteé a ver si nadie me seguía cogiendo porque además de adolorida, seguía con la sensación de estar abierta y tener vergas en mis hoyitos, sobretodo en mí colita, volteé y no había nadie, solo yo tirada boca abajo en la cama de mi tío, con las piernas abiertas, escurriendo líquidos por mi colita y mi vagina, con mi blusa y mi sostén desabrochados y con mis zapatitos todavía puestos. Según yo, todavía debería de tener la falda puesta pero no, quién sabe en qué momento me la quitaron.
Cuando pude recuperarme, me quedé sentada en la cama con ganas de llorar, me sentía engañada por mi tío y violada por sus amigos, en ese momento volví a caer en cuenta de qué todo eso pasó sin que yo diera mi consentimiento, ni siquiera sabía si el dinero que bien me había ganado podría realmente animarme. Por un momento llegué a sentirme como una basura.
Varias ideas pasaban por mi cabeza, pero la que más me atormentaba era el hecho de que apenas hace unos cuantos meses solo un hombre me había cogido, mi tío; y ahora en tan poco tiempo ya eran nueve hombres, y aunque estos últimos me violaron, la verdad es que me sentía culpable por haberlo disfrutado tanto.
Después de un rato, el coraje se me fue pasando y más cuando volví a ver el fajo de billetes dentro de mi bolso. Además me animó el hecho de que ya tenía una nueva experiencia interesante que contarles a mis amigos de esta página pues ya los había tenido muy abandonados. De hecho durante esta experiencia me acordé mucho de ustedes y por eso trataba de ver todo lo que pasaba y de memorizarlo lo mejor posible, aunque es muy difícil cuando una está sometida a tantas emociones.
Con el trapo que utilizaron para taparme los ojos, empecé a limpiar la mezcla de fluidos que salían por mis hoyos, que la mayor parte estaba compuesta por semen y más semen de cuatro hombres que depositaron hasta su última gota en mi interior y que no dejaba de escurrir, por lo que no me servía de nada limpiar mis partes intimas porque se volvían a mojar de esa lechita. De hecho gran parte de la cama de mi tío estaba mojada, supongo que principalmente del momento en que me oriné, así como del sudor de todos y claro, de los fluidos que me seguían saliendo.
En eso apareció mi tío y al verme tratando de limpiarme, me dijo que ya me tenía el baño listo para que me bañara y que luego comiera algo. Recogí mi falda, agarré la toalla, pero al tomar mi calzón me di cuenta que no era el que yo traía, era uno de los que mi tío me quitó las veces que me cogió hace años. Entonces él me dijo:
-Disculpa por lo del calzón, lo busqué pero no lo encontré. Supongo que uno de mis amigos se lo habrá llevado.
Yo me bañé y me arreglé sin comer, ni dirigirle la palabra a mi tío, ni siquiera lo quería ver, solo antes de irme le dije que esta fue la última vez que tuve algo con él, que ni siquiera intentara otro acercamiento y me fui. Estaba molesta por su engaño y porque al final cumplió lo que me dijo al inicio, eso de que se desquitaría por todos los rechazos que le hice antes, y vaya que se desquitó.
En el camino fui reflexionando y me preocupó el no saber qué pasó con la grabación, ya mi tío me había fallado al mostrar los otros videos a sus amigos. Ahora había uno nuevo en donde cuatro hombres me cogían, y sobretodo que hay una parte en la que yo disfrutaba y cooperaba como toda una verdadera puta. Sería muy vergonzoso que alguien más lo viera pues así ni cómo defenderme.
También me sentía muy incómoda, el calzón me apretaba mucho y me sentía muy mojada, de hecho cuando venía en el camión, claramente sentí algunas gotas que escurrían y recorrían mis piernas hasta mis calcetas. Me sentía muy avergonzada y deseaba que nadie se diera cuenta de eso o del olor a sexo que a pesar de que me había bañado, yo tenía la sensación de emanar muy fuerte.
Llegando a mi casa, lo primero que hice fue ir a mi recamara y volverme a limpiar mi conchita y mi culito, luego encendí la computadora y me puse a escribir este relato, ansiosa por publicarlo y esperando que lo disfruten así como yo, pues aunque fue en contra de mi voluntad, no puedo negar que me gustó esa sensación de sentirme violada por varios hombres. De hecho, todo el enojo que sentía hace unas horas, se terminó al llegar a mi casa y sentirme segura, ahora ya me siento feliz, satisfecha, orgullosa y con el deseo de en un futuro volver a experimentar algo como esto. Sí ya sé, es señal de que me estoy volviendo bien puta, pero no puedo evitar sentirme así.
Ahora sí que me pasó lo de la monja violada, que a pesar de que le dieron unas buenas cogidas y de qué ella lo disfrutó hasta hartarse, no tuvo que hacer penitencia porque ella no pecó, los pecadores fueron sus violadores, así de que sigo siendo una niña muy inocente, ja ja ja.
Mientras les escribía este relato, el semen de esos hombres me seguía saliendo aunque ya no era espeso, ni blanco. Varias veces los tomé con un dedo y los saboreé con la lengua, en especial cuando recordaba los momentos más candentes que me hicieron volver a lubricar con solo recordarlos, bueno y de sentirlos porque esa sensación de estar muy abierta, por momentos se siente como si una verga siguiera penetrándome, es una sensación inexplicable que quizá solo las mujeres que han pasado por esto lo entenderían.
Bueno, espero que les haya gustado mi relato. Besos.