Abusa de mi inocencia en el cumple de mi novio

Le dije al oído: Te vas a cagar con mi regalo de cumple amor, y le di un mordisquito en la oreja.Vaya si se cagó...

¡Buenos días lectores! Espero no me tengáis en cuenta las faltas de ortografía, que, a pesar de mi trabajo, me cansa teclear, así que si no os importa, vamos al meollo, no?

Me llamo Teresa, y tengo 27 años. Acabo de finalizar la carrera de periodismo, y estoy trabajando como becaria en una agencia de información. Tengo novio, con el que tengo la intención de contrarer matrimonio cuando podamos los dos. Él es empresario, se llama Juanan, y tiene 27 años, como yo. Es un chico castaño, con los ojos marrones, alto y bastante guapo, la verdad. Yo soy morena, de pelo liso, de piel morenita, mido unos 170 y unos labios bastante rosados, tirando a rojos. Tengo unos ojos negros que dicen, son preciosos (no sé yo eh xD), y que los exploto con el rimmel, hasta verme realmente atractiva. Me gusta el maquillaje en su punto medio, pareciendo natural, y los complementos, y me gusta vestir elegante, dada mi profesión, aunque si no estoy trabajando suelo ir de manera informal, vaqueros, tanga, escotes, lo típico. De cuerpo me cuido bastante, pues mi talla de pechos es una 95, y mi culo está muy bien redondeado por el gimnasio y bien puesto, a parte de mi piernas, bastante largas y sexys, pues me encanta cuidármelas.

Bueno, la historia comienza un día de febrero, en el que estábamos en casa, pues vivimos juntos desde hace poco, en que me acordé de que dentro de poco era su cumple. Le hice la cena, y mientras estábamos cenando le dije:

Oye amor, para tu cumple qué tienes pensado hacer?

Jeje pues la verdad que ni me acordaba... Pues si quieres, para cambiar un poco y no hacer lo típico de salir cada año y emborracharnos, nos quedamos en casita tu y yo solitos... ¿Qué te parece cielo?

Vale, es buena idea, así no nos molesta nadie jeje. - Seguimos conversando de este y otros temas. Luego él se quedó mirando la tele y yo fui a terminar un artículo que tenía que entregar a la mañana siguiente. Cuando lo había finalizado, entré en el correo, pues en mi trabajo era un método de comunicación muy usado, y vi unos cuantos mails de trabajo. Uno de ellos era de una invitación a un evento, una fiesta de gala en la Academia de Bellas Artes, organizada por el Gremio de Periodistas. Miré los requisitos y lo típico: Vestido de gala las mujeres, hombres smoking, ... Pero al final vi que era el mismo día que el cumple de Juanan... Ufff - resoplé. Cerré el correo y me estiré en la cama, esperándole.

Tardó en venir a la cama, pero yo seguía despierta, pensando en la fiesta de gala.

Cariño - le dije - He leído mi correo hace un rato, y... que me han invitado a una fiesta de gala el 12... - Le miré, esperando su respuesta.

No me jodas cielo... Pues no vayas, no? - Me respondió, con cara triste.

Pero cómo quieres que no vaya cari? Si soy una simple becaria. Y a la mínima que falte a algún evento creerán que no estoy comprometida con ellos, entiéndeme por favor, es mi futuro. Hacemos una cosa: Voy, pero salgo pronto, y vengo a tu fiesta de cumple vale? Te prometo que estaré aquí antes de las doce.

Se estiró en la cama, resoplando, como yo había hecho antes, le abracé y le di un beso. Se me saltó una lagrimilla por verle tan decepcionado. Intenté consolarle con besos, y desculpándome, rogándole que me entendiera. Lo conseguí, y de qué manera! Qué bien que me hizo el amor esa noche!

Te quiero y siempre te querré, cariño - Me dijo. Crees que yo no cielo? -Respondí, a la vez que le di un beso que si no duró 2 minutos no se lo di.

A la mañana siguiente fui a la redacción, y entregué el artículo a mi redacotra jefa, Carmen. Aproveché para preguntarle sobre el evento:

Por cierto Carmen, qué se hace en estos eventos, a parte de comer y beber champán jaja? - Me miró contrariada.

Teresa, en estos eventos es donde una becaria coge carrerilla para su futuro. Ahí puedes conocer grandes representantes de periódicos de tirada nacional, radios, televisión o incluso internet. Puedes entablar contactos con mucha gente de renombre y, aunque ahora te servirá de poco, en el futuro te va a servir de mucho, de verdad. Ve con esa intención, de que te conozcan y conocerles, y sobretodo, que vean que eres competente, entendido?

Hombre, si me lo dices así... Gracias Carmen. - Miró mi artículo y me dijo: Si me gusta lo publicamos.

Me emocioné, pues sería el segundo artículo que me publicarían, y además, este iría en portada, en el margen, como introducción al artículo interior.

Al rato de estar trabajando, entró Carmen a la sala de becarios, donde estábamos todos los novatos, y me comunicó que mi artículo iba a ser publicado. Qué alegría!! Ese día fui al gimnasio por la tarde para liberar mis energías, estaba contentísima. Hacía tiempo que no me ejercitaba con aquellas ganas. Volví a casa y vi a mi novio en el salón, mirando la tele. Se lo dije muy contenta, a lo que me respondió dándome una cachetito en las piernas y haciéndome sentar encima suyo. Dame un beso cielo - Me dijo. Mmmm qué beso, increíble. Quería hacerle el amor, y fuimos a la cama. Qué bueno es, siempre dispuesto a satisfacerme! Eso es un hombre, y no lo otro!

Cuando acabamos le dije al oído: Te vas a cagar con mi regalo de cumple amor, y le di un mordisquito en la oreja. El día trascurrió normal, como el resto de días, yo y Juanan foyando por las tardes y trabajando, rutina, bonita rutina. Hasta que llegó el día de su cumple.

Me desperté antes que él, me incorporé un poquito en la cama y le dije: Feliz cumpleaños amor mío... Y le di un besito en la frente. Enseguida se despertó, me miró y sonrió. Nos besamos, y fui a hacerle el desayuno, y desayunamos en la cama, como dos tortolitos, dándonos de comer el uno al otro. Luego nos fuimos al trabajo. Por la tarde volví a casa. Él llegó más tarde, así que me puse a vestir para la fiesta, con detenimiento en cada detalle, no quería ser una becaria, quería ser la reina de la fiesta y hacer muchos contactos, pues sabía que a los hombres se les entra primero por los ojos, y luego hablando. Me puse un vestido azul marino impoluto, con faldita ajustada por encima de las rodillas, y con un escote bonito y elegante, sin mostrar demasiado, de un solo tirante. Me miré al espejo. Qué guapa que iba! Si no tuviera marido seguro que ligaba!

Cuando llegó Juanan me vio y me dijo: Eres simplemente preciosa mi amor. Y con este vestido, ya ni tengo palabras para definirte.

Como véis, no es muy difícil decirle esto a una chica cuando os pide opinión. Y esto me derritió aún más. Salté sobre él y lo besé, le dejé que me tocara el culito, pues se me veía muy bonito con aquella faldita. Luego hablamos un poco del día, y de después. Le dije: Bueno mi amor, me voy. Luego, antes de las doce, estoy aquí para hacerte el hombre más feliz del mundo. Te quiero.

Me fui en taxi hasta el recinto. Estaba muy adornado por fuera: luces, carteles,... Vi al fondo a Carmen, menos mal, así no iría sola.

Hola Carmen! Hace mucho que estás aquí?

No bueno, acabo de llegar. Quieres entrar?

Sí... pero contigo, no? jeje.

Por supuesto. Y entramos las dos juntas. Carmen era un mujer hecha y derecha, que con sus casi 50 años seguía siendo guapa. Aquello estaba lleno de gente. Hombres elegantes, algunos guapos y todo, mujeres guapísimas, parecía una discoteca pero a lo pijo. Vimos a un camarero, que nos ofreció unas copas. La cogimos encantadas, y Carmen me empezó a presentar a los invitados.

Mira, este es Mario, el jefe de departamento del diario X (Lógicamente no oy a decir los nombres de los diarios ni de ninguna empresa privada).

Encantada, bueno soy Teresa, becaria de la Agencia Y. Hablamos de trabajo, cuando Carmen me presentó a otro hombre.

Mira Teresa, este es Roberto. Roberto, esta es nuestra becaria, es muy buena, le acabamos de publicar un artículo en portada. Pinta muy bien.

Buenas noches guapa. - Me dijo elegantemente. Carmen me dijo al oído quién era, pero yo ya lo conocía de artículos y reportajes. Es bastante conocido.

Buenas noches, le dije muy nerviosa. A usted le conozco, es Roberto (...) no? Le leo mucho y me gustan mucho sus artículos.

¿Ah si? Me alegro. Bueno acabo de llegar, me acompañas a tomar una copa y seguimos hablando? Me gustan las admiradoras secretas jeje.

Jaja - me reí - Vale. Te acompaño. - Llegamos a la barra y cogimos dos copas ya servidas de cava.

Roberto era un hombre alto, moreno, con los ojos oscuros, bien vestido. Parecía corpulento, y si no me equivocaba llevaba colonia Hugo Boss, una que usó durante un tiempo Juanan. No era feo, la verdad.

Bueno, así que te llamas Teresa?- Sí, le respondí. Acabo de acabar la carrera, y soy becaria, como ya te ha comentado Carmen. Me ilusiona mucho este mundo, y me gustaría tener más oportunidades, aunque ya sé que es difícil habiendo recién acabado...

Lo sé, es difícil, pero tienes que hacer contactos. Para eso sirven estas fiestas, aparte de para emborracharte de lo lindo jaja.

Jajaja, yo no me suelo emborrachar, me gusta disfrutar pero sanamente. Y aquí si me emborracho dejaría de conocer gente interesante.

Bueno Teresa, si quieres te puedo ofrecer alguna oportunidad de trabajar en mi ampresa como becaria, tendrías más posibilidades de ascenso.

¿Sííí? De verdad??? Me haría muchísima ilusión trabajar contigo!! (No lo decía de broma, ni para hacerle la pelota, era un de los periodistas mejor valorados en su ámbito). Si quieres leer más artículos míos tengo muchos, aunque no publicados... Empecé a ponerme nerviosa, a lo que cogió otra copa y me la ofreció.

No te pongas nerviosa Teresa, tú vales, estoy seguro. Me dijo mientras sonreía dulcemente. Cogí la copa y bebi un trago.

No...No estoy nerviosa... Sólo que es la primera vez que me ofrecen trabajar con posibilidades de ascenso y... no sé... Gracias!! - Le dije notando que el alcohol me hacía un poco de efecto ya. Levantó su copa para brindar por aquella oportunidad, a lo que sonreí y brindé agradecida, y bebí otro trago, bastante largo, de la emoción.

Entonces vi que se me acercaba, posando la mano en mi cinturra, mientras me decía: No tienes que beber tanto preciosa, que borracha no vas a conocer a gente interesante como yo... Y me miró sonriente, tenía una sonrisa muy pícara, a lo que yo me reí, no sé si influída por el alcohol o no, pero me hizo gracia aquel comentario.

Bueno, si no conozco más gente, al menos ya tengo puesto de trabajo, no? O me lo vas a quitar ahora por emborracharme? Jajaja. - Sin quitarme la mano de la cintura, me la pasó a la espalda, por abajo, mientras reía.

Yo creo que tienes razón. Esto habría que celebrarlo. ¿Otra copichuela preciosa? - El alcohol hacía que me sintera cómoda en aquella situación, así que le miré y sonreí. Lo que diga el jefe... jeje. Dije con voz de niña.

Dos copas más, messieur. Dijo con toda elegancia. Me dio una, sin soltar mi cinturita de avispa. - Eres la reina de la gala, vas preciosa Teresa. - Y me apretó la cinturita hacia él.

Entonces me acordé que era el cumple de Juanan. Qué hora es Roberto? Le pregunté amablemente, mientras le miraba desde una perspectiva baja, al tenerme arropada hacia su cuerpo. Miró su reloj: Todavía son las diez y media, qué tienes que ir a dormir jeje? Me dijo a la vez que me guiñaba un ojo.

Jaja noo, pero es que hoy es el cumple de mi novio, y le prometí que estaría en casa antes de las doce. Le dije sin dejar de mirarle.

Bueno, si quieres luego te llevo yo en mi coche, y así no tardarás nada. Que quiero bailar un poco contigo, que ese cuerpo seguro que baila de maravilla,-se acercó a mi oreja- a que si preciosa? Cada vez que me decía preciosa me daba un nosequé en el cuerpo, me encanta esa palabra, y más si me la dicen cerca de la oreja, notando su aliento.

Le miré y le dije: Vale, pero me prometes que voy a estar en casa a las doce? - Mmm bueno, entre las doce y la una... jeje. - Jaja no! ya empezamos? A las doce en punto! Dije riendo.

Mmm lo intentaré, si me dejas invitarte a otra copa. Me respondió.

Uff yo y el alcohol no somos buenos amigos eh, jeje.

Bueno, tu y yo no éramos amigos y ahora somos amigos, no? Haz un esfuerzo con el alcohol muñeca. Me lo volvió a decir muy cerca de mí. Sus ojos seducían por sí solos, y su forma de expresarse era muy convincente.

Lo intentaré, pero no te prometo nada eh... Le dije mientras miraba al camarero. Otra por favor! - Él estaba apoyado en la barra, y me tenía cogida por la cintura a su otro lado, así que me cogió la copa y me la dio amablemente. Mientras bebía, no paraba de mirarme. Me puse nerviosa y me la acabé rápido.

¿Te pone nerviosa que te miren muñeca? Me dijo, mientras me acercaba más a sí, me hacía sentir como una hija, o como decía él, una muñeca. Un poco... - Le respondí.

Pues no deberías... me dijo mientras me repasaba el cuerpo con la mirada.

¿Cómo se llama tu novio?

Juanan.

¿Juana? Jaja.

Jaja qué tonto eres, Juan Antonio, Juanan para los amigos. Y le di un golpecito en la espalda con la mano que tenía libre, como pegándole.

Mientras, notaba cómo su mano se movía, pero no adivinaba sus intenciones, ya que iba sin rumbo fijo, alternando arriba y abajo, sin ninguna queja por mi parte cuando tocaba la parte superior de mi trasero.

¿Y trabaja de? - Tiene una empresa de cementos y esas cosas, él es el director comercial. Le dije como para impresionarle.

Vi que abrió los ojos como si estuviera impresionado, mientras con esa excusa paró su mano en mi culo de pleno, palpando ambas nalgas pasando por la rajita. ¿Ooh Director comercial? Sí... Le dije satisfecha.

Esto es como decir que es telefonista pero de manera cool no? jaja. Le miré con cara de enfado y le volví a 'pegar' en la espalda. - No te metas con él, que es empresario, no telefonista. - No acerté a decir nada más. - Además, qué hace tu mano ahí? Le dije mientras le señalaba con la cabeza mi culo.

Hombre! Ni me había dado cuenta jaja, es que tiene vida propia, sabes? A veces se mueve sola hacia los lugares más bonitos, jeje. - Me dijo mientras me guiñaba un ojo.- Dile que se aparte, que yo no tengo autoridad sobre ella en esas situaciones.

¿Cómo que no tienes autoridad? Si es tu mano!- Le repliqué mientras le volvía a 'pegar', poniendo cara de 'enfadada'.- Pues si tú no tienes autoridad, lo voy a intentar yo.- Le cogí la mano y no se la quité de mí, sino que simplemente la subí hacia arriba, notando cómo apretaba más para palpar mejor mi trasero. Le dije cuando la tenía en mi espalda baja: ¿Ves? Yo sí que tengo autoridad.

Sonrió, mirándome. Me acabé la copichuela de cava, si es que son tan pequeñitas! Se la enseñé. ¿Sabes qué, preciosa? Antes de que te lleve a casa de Juanan, te voy a llevar a un sitio que te va a gustar. Si no quieres me voy solo, que yo aquí me aburro mucho.

Mmm nos dará tiempo?- Claro que sí mujer. Dame la mano, así no te toca zonas sensibles... Y se rió. Me llevó a su coche, me abrió la puerta y entré. Antes de cerrar me dijo: A Juanan seguro que le encanta ese culito verdad preciosa? - Y antes de que me diera tiempo a contestarle, cerró la puerta suavemente ante mí. Tardó en entrar en el coche. Cuando entró le pregunté: ¿A dónde me llevas Roberto?

Ya lo verás. Y arrancó el coche. Yo estaba nerviosa porque no quería llegar tarde al cumple de Juanan, mientras él conducía. Llegamos a una calle, donde aparcó. Salió del coche y vino a mi puerta para abrírmela elegantemente. ¿Madame? Salí, cogiéndole la mano.

¿Una discoteca? Pero si no hay tiempo! - Me cogió la mano sin decirme nada, y me llevó hacia la entrada: Sólo será un ratito, para que me enseñes cómo baila ese cuerpecito... - Me dijo al oído, muy sensual. Yo sentía humedad 'ahí abajo', pero no quería hacerle esto a Juanan, que es su cumple!

No porfa, Roberto, es que... Shhhhht. Me puso un dedo en la boca, para callarme, de la manera más sensual del mundo. Me callé, y le miré. Entra muñeca. Entré cogida de su mano.

La música era comercial, aunque eran canciones que invitaban a bailar, la verdad. Me picó el gusanillo enseguida, y empecé a mover las caderas delante suyo. Me encanta bailar, lo hago desde jovencita, y muevo el cuerpo muy sexy. Vi que sus ojos me comían, que me seguían las caderas, los pechos y las piernas, aunque sin poder coger mi ritmo. No tenía tiempo de seguirme! Me di la vuelta, y giré la cabeza para verle de reojo, moviendo el culo lo mejor que había aprendido de jovencita. Me cogió de la cinturita por detrás, y me dijo que fuéramos a la barra. Caminé guiada por su mano en mi cinturita, que cada vez se deslizaba más hacia abajo, hasta que llegamos. Me puse en la barra a pedir.

Qué quieres Roberto? Lo mismo que tú muñeca. Me reí y esperé a que la camarera viniera hacia mí. Mientras, notaba su mano explorar mis nalgas suavemente, con ligero disimulo, pero en plena acción ya. Me giré hacia él, y sin decirle nada, miré hacia abajo, y moviendo la cabeza como: para ya no? Pero no se la quité, y eso supongo que fue lo que le animó a seguir acariciándome mi trasero. Cuando un dedo suyo me tocó los muslos, me sirvieron las copas y le di la suya. Me miró con cara de 'qué oportuna' y yo me reí. Volvimos al lugar de antes, pero estaba demasiado lleno, así que me llevó de la cintura hasta un rincón con sillones de cuero, que parecía no tener mucho éxito entre los adolescentes. Se sentó, yo me quedé de pie, frente a él. Bebí un poco más del vaso, pero notaba cómo me subía el alcohol. Me agaché hacia él y le dije: Lo siento, pero creo que no voy a poder más con el alcohol, he intentado ser su amigo, pero no quiere jajaja.

Me cogió de la cintura y me sentó en su regazo. Le miré y le dije: Te lo quieres acabar tu Roberto? - Ya te he dicho que tienes que saber ganarte a los amigos, tu profesión es así. Demuéstrame cómo te ganas su amistad, demuéstrame que eres una buena becaria. Me dijo mientras me acariciaba la mejilla.

Este comentario me animó, y me puse a beber, haciendo pausas entre trago y trago. Mientras, él me miraba, no sé si las tetas, las piernas o cómo bebía. Al rato de beber me lo acabé. No me aguantaba la cabeza.

Baila para mí nena - Me dijo (o me ordenó?). No puedo, voy fatal Rober. Le dije mientras apoyaba la cabeza en sus hombros. Creo que tenía una vista inmejorable de mis tetas. Entonces pasó su mano impunemente por mis muslos, hasta llegar a mi culo, subiendo ligeramente el vestido, y volviendo a bajar.

Levantate y baila para mí, becaria, deja que te vea ese cuerpo bailar sólo para mí. Si lo haces bien luego te llevo a casa de Juanan.

Acepté, porque me dijo que me llevaría, y no quería perder el tiempo. Mientras me levantaba me seguía sujetando el vestido por debajo, subiéndolo a medida que me ponía de pie, dejando relucir mi precioso culo con un tanga fabuloso negro. Me lo arreglé como pude, de espaldas a él, y me puse a bailar. En aquel momento me acordé de bailar de nuevo, a pesar del alcohol, y empecé a mover el cuerpo como lo solía hacer, sonriendo mientras bailaba, y sin dejar de mirarle. Movía la cabeza haciendo ondear mi melena morena, alzaba los brazos, mirando su cara de placer, a la vez que movía los pechos al ritmo de la música, y todo era dirigido por un salvaje y sexy movimiento de caderas. Me daba la vuelta, para mostrarle todo mi potencial. Estaba disfrutando muchísimo más que en la gala, cada vez me animaba más y movía mejor aquel esqueleto de piernas interminables.

Hasta que me cansé, y me recosté encima suyo de nuevo, apoyando otra vez la cabeza en su hombro derecho, mostrándole de nuevo aquella maravillosa visión de mis pechos. Me acarició la cinturita y me besó en el escote. Lo haces muy bien becaria, me dijo mientras me bajaba la mano hacia las piernas.

Ahí desperté de mi letargo, y le pregunté de nuevo: ¿Qué hora es? Me dijo las once. - jaja no me lo creo, va, enséñame la hora! Las once y media. Me dijo sin enseñármela, -te queda media hora para convencerme de lo buena becaria que eres.

¿Pero y si son las doce? Me estarías mintiendo y llegaría tarde al cumple de mi novio... - Me sonrió, y me dijo: Bueno, yo te dije que te llevaría entre las doce y la una, así que media horita más y te llevo muñeca, confía en mí. - Eso último me lo dijo con los labios rozando mi oreja, mientras bajaban por mis mejillas. ¿Confias en mí? Me espetó. No tuve más remedio que contestarle que sí, y me levanté para bailar de nuevo. Mientras bailaba a lo loco, sonriendo para él, se acabó el vaso, y me hizo un gesto para que me acercara. Sacó un billete de 20 y me dijo: Agáchate más muñeca. Me agaché a la altura de sus rodillas, mirando con sorpresa. Me metió el billete en el escote y me dijo: Ves a la barra y trae dos copas más, que necesitarás fuerzas para la recta final, antes de ver a tu noviete. Y me guiñó el ojo.

Al decirme lo de mi noviete me alegré, porque me daba cuenta que hablaba en serio de lo de llevarme cuando acabara de bailar, así que corrí a la barra y traje dos copas más, una para él y otra para mí. Cuando volví ahí estaba él, observándome como caminada hasta llegar a él. - Buena chica, ahora siéntate y bebe, que lo vas a disfrutar más. Me senté en su pierna y me puse a beber, mientras alargó la mano y me apartó el pelo de la cara acaricándome la mejilla. - Eres preciosa muñeca. Y bailas muy bien lo sabías? Hace mucho que bailas? - Sí, desde peque. Le respondí mientras sonreía. Bajó la mano de nuevo a mi culo, ya no me quejaba, pues me lo había tocado tantas veces ya que por una más... pensé. Se detuvo en él, acariciándolo, mirándome. Me lo acabé enseguida, y notaba ya que no podía sujetar la cabeza recta, resoplé y me recosté otra vez en su hombro, pero esta vez cerré los ojos, para descansar y poder bailar luego.

Voy a descansar un momento Rober, vale? Que estoy muy cansada, ya te lo dije tío, el acohol me cae fatal... Le dije con voz entrecortada.

Tranquila muñeca, sin prisa. - Me dijo mientras me acariciaba sin pudor alguno el culo por debajo del vestido, no podía ni quejarme.

Esa mano es muy mala Rober... Le dije con el pedo que llevaba, a duras penas. Cuando noté que me apartaba el tanga. - No Rober, que voy borracha y no domino la situación, además... Cuando me plantó un beso en toda la boca. Me quedé de piedra, no me moví, hasta que me sacó la lengua de la boca: No hace falta que domines nada, ya te domino yo muñeca. Y me metió la lengua otra vez, la notaba jugar en mi paladar, con mi lengua. Yo seguía inmóvil. Paré de besarle y le dije: Roberto, tengo novio y hoy es su cumple... No puedo faltar... Dije todavía con los ojos cerrados. Me dio otro beso de nuevo, esta vez mucho más romántico, y me dijo: Muñeca, te he mentido, son las tres y media, así que estará durmiendo, y no es plan de llegar así no? Mientras me decía todo esto, me había levantado el vestido hasta el ombligo, y tenía mi tanga apartado, metíendome un dedo por el coño, que tenía muy húmedo. No podía responder, me estaba excitando por momentos, sólo acerté a decirle: Eres un cabrón...

El seguía jugando con mi coño, mojándome más y más, hasta que noté como me bajaba el único tirante del vestido. No tenía fuerzas ni para impedírselo, así que me limité a mantenerme en mi posición. Me desabrochó el sujetador, liberando mis tetas en plena discoteca. Se lanzó a comerlas, como un hambriento, me sentía violada por todos sitios. Me dijo: Levanta - mientras me subía el vestido y me arreglaba la faldita. Me levanté como pude, pero me caía, así que me llevó en brazos hasta la salida. Me llevó hasta el coche, que estaba aparcado cerquita, y me puso en el asiento de detrás. Mejor, pensé, así duermo. Pero vi que él también entraba por detrás, y se sentaba a la altura de mi cabeza.

Siéntate bien muñequita. - Me senté, me arreglé el pelo y me miré, se me vía el pezón derecho por encima del vestido, pero lo único que pensé fue 'Vaya cuerpo que tengo...' y me mojé todavía más. Le miré. Se me acercó a milimetros, me cogió del hombro y me dijo: Vamos nena, demuéstrame qué tienes que no tengan las demás becarias... Mientras, me bajaba el vestido, mostrando mis tetas, me las miré, qué bien puestas que las tenía... Alargó una mano y me apretó una: Ohh muñeca, qué buena que estás, desnúdate entera. Mientras me sobaba las tetas, ahora con las dos manos, me bajé todo el vestido y me quité el tanga, quedándome con los zapatos de tacón. Me miré el coño, lo tenía como siempre le había gustado a Juanan, depilado, con una rajita enmedio que le volvía loco. A Roberto al parecer también le volvía loco...

Ufff nena, eres una auténtica zorrita eh, - me dijo mientras me mordía la mandíbula. Yo me mojaba cada vez más, cerré los ojos mientras me acariciaba el coño y me pellizcaba el pezón derecho. De pronto me cogió del pelo y me dijo: Tú a tu novio le vas a regalar unos buenos cuernos en su cumple querida, pero yo a ti te voy a regalar esto. - Y me bajó la cabeza hasta su miembro salvajemente. Ya no era el Rober dulce y sensible de antes. Vamos chúpamela que la tengo muy dura zorra! Diciendo esto me apretó más del pelo, lo que me hizo apresurarme a bajarle la cremallera y a sacarle la poya. Estaba bastante durita, se la lamí y le di unos cuantos besitos, pero él quería más. Métetela entera zorra, a mí no me van esos jueguecitos de niñas malas. Me la metí entera, algo acojonada, pero muy excitada... Me tocaba la garganta, no parecía muy larga, pero cuando me apretó la cabeza... me dieron arcadas y tosí. El muy cabrón siguió apretandome la cabeza contra aquella masa de carne, yo no podía más. Al final me la sacó. Me caían las lágrimas del esfuerzo.

Ponte aquí abajo, - me señaló el suelo del coche. Me puse a duras penas, pero seguía mojadísima. Le miré y abrí la boca, pensando que continuaría la mamada. Pero no, se abrió las piernas, las puso a mis dos lados y se puso a foyarme salvajemente la garganta mientras gemía locamente. Me daban arcadas, iba a vomitar, pero a él parecía darle igual que ensuciara su bmw con mis vómitos. Llegó el vómito, el primero de la madrugada. Paró para descansar, estaba excitadísimo. Tenía todo el vientre lleno de vómitos, y las tetas, también su poya, pero eso volvería a mi boca. Me foyó de nuevo la garganta, con salvajes envestidas. Notaba su poya en mi cuello, no exagero, dando brutales golpes, parecía que me iba a rebentar el esófago. Otra vez vomité en su poya, y en mi cuerpo. Descansó de nuevo.

Volvió a la carga. Salvajes embestidas de nuevo en mi esófago. Vomité por tercera vez, esta vez encima de su camisay sus piernas. No pareció importarle: Luego lo arreglamos todo... Cuando pensé que me iba a foyar de nuevo la garganta, se puso a hacerse una paja, corriéndose en mi cara. No podía distinguir los vómitos del semen... Me la metió de nuevo en la boca, ya encogida, esta vez para lo de siempre: A limpiar nena. La dejé limpia de mis vómitos y de su semen.

Uff nena, que buena eres, me encanta tu boquita... Ponte hacia la palanca de cambios. Miré delante, y vi la palanca... Qué quería que le abriera el culo? Pero si duele un montón!! A ver si hay suerte y 'sólo' me foya el coño... Me puse como me había dicho. Esperaba inquieta. Supuse que estaba esperando a que se le empinara de nuevo. Al ver que la cosa iba lenta, me giró de un tirón, y me miró, supuse qué quería, no tenía más remedio que chupar. Me arrodillé otra vez, y ahí estaba, chupando de nuevo, un buen rato, saboreando aquel trozo de carne. Me ordeó que volviera a la posición anterior. Me acarició el coño, seguía húmedo, menos mal! Me la metió de una sola envestida.

Ooooohhhhhhh!!! - Lancé un gemido, que le excitó más todavía.

¿Te gusta zorrita eh? - Oohhh siii. Respondí gimiendo.

Pues ahora vas a ver lo que es un hombre guarra! Me la metía cada vez más fuerte y rápido, aumentando el ritmo de su respiración.

Dentro no por favor, que me puedes dejar embarazada... te lo pido porfavor... ooohhhhhhhhhhhhh siiii!!

Tranquila zorrita. - Y acto seguido me la sacó. Imaginé que se iba a querer correr en mi cara o mis tetas, y me di la vuelta para darle ese gusto.

¡Quédate como estas zorra! No te muevas otra vez!- Me asusté, y volví como antes. Por favor en el culo no... le rogué.

Estaba tan excitado que ni se molestó en lubricarme la zona anal, así que ya os podéis imaginar el dolor, gritaba y lloraba como nunca lo había hecho, pero aún así, me mantuve en mi posición. Mucho mérito para el dolor que tenía. De golpe, noté lo inevitable. Un chorro interminable de fluídos calientes, inundando mi ano, mi culo por dentro. Un dolor quemante me inundaba todo el cuerpo. Tenía escalofríos, pero cada vez menos. Hasta que aquella tortura se detuvo, gracias a Dios.

Entonces se acordó de los vómitos en su camisa: limpiame la camisa con tu lengua, guarra, te parece bonito esto que has hecho o que?? Si... Me agaché y le pasé la lengua por mis vómitos, que asco por dios! Por suerte no me hizo limpiar los del suelo...

Ooohh que buena puta eres nena. Ahora ten por seguro que ascenderás rápido jaja. Te quiero zorrita.

No podía hablar, seguía con el calentón, pues no me había corrido, cuando me dijo: Anda vístete zorra, que te voy a llevar a casa del tu fiel cornudo jaja. Ese comentario me mató por dentro. Yo ahí foyando mientras Juanan decepcionado no, lo siguiente, conmigo. Era una puta. Pero intentaría arreglarlo como fuera.

Estaba durmiendo. Aproveché para ducharme y no oler a semen, cosa que lo mataría del todo ya... Me dormí pensando en la excusa del día siguiente...