Abuela Nita

Hermosos recuerdos de mi amantísima abuela.

Mi abuela Nita


por Luis A.Beltrán

Mi abuela Angela era una persona muy especial. Nita cómo familiarmente le llamábamos nos crió a casi todos sus nietos ya qué mi madre y su hermana ambas madres solteras trabajaban desde muy jóvenes casi de sol a sol para mantenernos decentemente a todos los niños de casa.

Había enviudado hacía algunos años de modo que pocos de nosotros recordábamos al abuelo Juan pero todos lo conocíamos por sus cuentos.

Cuándo jugábamos en el patio de Nita con Alicia - mi prima mayor - y nos perseguía a los más chicos todos corríamos para tratar de escondernos y siempre yo iba corriendo hacia la cocina dónde estaba abuela en sus ajetreos y me escondía debajo de sus anchas faldas. Una vez allí debajo me agarraba a sus piernas y aunque ella trató de sacarme la primera vez cuándo Alicia estaba a punto de llegar a la cocina Nita me dejó estar para no ser descubierto por el resto de mis hermana y primos. Yo tenía apenas ocho años y aquéllo aunque no tenía una connotación sexual en cierto modo fué mi primer contacto con las partes bajas de una mujer.

Un dia en verano de 1978 mi tia se casó con un señor de la capital y se fué con mis primos a vivir allá. Ya casi no nos veíamos y salvo raras ocasiones nos volvíamos a reunir en casa de Nita. Asi es qué tan sólo quedamos mi hermana Milagros y yo bajo su cuidado mientras mi madre seguía con su trabajo en la fábrica de textiles. A mi hermana ella también le llegó su hora y se fué a estudiar cerca de la casa de mi tias y primos dónde se quedaba los fines de semanas. Con mis 18 años cumplidos ahora yo era el hombre de la casa y Nita se dedicaba casi por completo a sus plantas ornamentales por las qué sentía una verdadera devoción. Creo qué abuela tendría unos cincuenta y tantos de años por aquél entonces y seguía siendo tan presumida cómo desde mi primer recuerdo qué tenía de ella. Nunca se había vuelto a casar o a vivir con hombre alguno y su viudez era de ésas de antes.

Una tarde que llegué a casa a media tarde porque faltó unos de los profesores en la facultad me dirigía cómo siempre a mi cuarto para dejar los libros y al pasar por el baño veo la puerta entrejunta y empujo ligeramente...para mi total asombro allí sentada de espaldas a la entrada estaba abuela Nita jadeante y agitada con las faldas recogidas hasta los muslos y una mano moviéndose entre sus piernas mientras se besaba y mordía una de sus enormes tetas.Todo sus movimientos me llegaban desde el largo y rectangular espejo qué adornaba la puerta del closet.

Me quedé practicamente rígido y comencé a caminar hacia detrás con el mayor de los cuidados pero para mi desgracia unos de mis cuadernos cae al piso y ella se da vuelta por el ruido. Nuestros ojos se encontraron por segundos mientras ya sus manos recomponían su vestido.

  • Perdóname Nita..debí haber tocado - fué todo lo qué pude decir - Perdóname tu mi Germancito mi niño querido...ya soy vieja y olvidé cerrar la puerta con seguro...por favor perdóname...- Nita estaba llorando cómo una criatura y sus manos cubrían su rostro qué ya no se atrevía a mostrar.

  • No llores abuela qué no fué nada..además no es la primera vez qué veo tus muslos...- dije tratando de aliviar la tensión del momento.

  • Si pero nunca me habías visto toda...y mucho menos haciendo éso...- su voz entrecortada por el llanto.

  • Ya sé Nita pero apenas me fijé, te lo juro.-

  • Dime qué fué lo qué me viste...dímelo - su actitud había cambiado de repente. Ahora me hablaba con dureza y es qué ella jamás nos había hablado así a ninguno de sus nietos.

  • Eh...de verdad nada..sólo... -

  • Dímelo Gaspar...habla..qué coño me viste?- y diciendo ésto me zarandeó por un brazo.

  • Unos cuántos pelos y un pedazo de tu teta..éso fué todo -

  • El chocho querrás decir...el chocho..me lo viste abierto mientas mis dedos estaban dentro -

Yo no reconocía a mi abuela. De ser la dulce señora de siempre pasó a ser una vieja malhablada y ruda en su trato para conmigo.

  • Lo viste cierto?...todo abierto y peludo..verdad...hijo de puta -

  • Bueno si pero no es culpa mia.Tú estabas ahi cómo hipnotizada y con la puerta a medio camino.-

  • Muy bonito..espiando a su abuela Nita para pajerase luego con ella en mente. -

  • Abuela de qué hablas?...yo creo qué tú no estás bien... -

  • Crees qué no sé qué me miras y te pajeas mientras duermo?...eh?..crees qué nunca he visto tu leche aún fresca cerca de la pielera de mi cama?-

  • Qué dices?..yo..-

  • Calla y ven aquí AHORA!- fué una orden violenta y brutal. Me acerqué a ella con cierto temor de qué me fuera a abofetear por el enojo. Ella se sentó en el sanitario y me dijo qué me arrodillara frente a sus piernas.

  • Házlo...AHORA..de rodillas...-

Bajé hasta el encuentro del piso y de pronto me toma por el pelo con fuerza mientras con una mano se levanta la enorme falda.

  • Mírala de cerca..hijo de puta...és el chocho de tu abuela...míralo -

Para mi sorpresa no tenía ropa interior puesta y un fuerte olor a fluidos vaginales emanaba de su entrepierna. Me sacudía la cabeza mientras se abría los labios exteriores. Yo estaba delirando pero mi reacción no se hizo esperar, ahora mi polla estaba a punto de explotar. La intoxicación del ambiente obraba maravillosamente en mi sexo.

  • Chúpala..es éso lo qué quieres verdad cochino?-

  • No..yo... - y hundió mi cara toda de lleno en su centro de placer.

  • Chúpala...dale lengua a mi chocho viejo...dale lengua a ésa pepa...trága hijo de puta..-

Mi labios ahora sostenían su inflamado clítoris - 'pepa ' cómo ella decía - y jugaban con él diestramente. Le jalé los pendejos canosos y largos llenos de saliva y de secreciones qué ella manejaba desde sus entrañas y comenzó a mugir cómo una vaca en celo.

  • Te gusta el chocho de Nita..verdad pervertido?...te gusta?...-

Yo afirmaba con la cabeza mientras sus caderas se alzaban del sanitario y caía luego de nalgas sobre la tapa con fuerza. Aquéllo me enloquecía..era el olor de Nita, de su chocho cómo cuándo me encondía debajo de sus faldas siendo niño.

  • Ven Germancito...métela aquí en esta hueco caliente...AHORA!...-

Me incorporé y ajustando la cabeza de mi verga a la entrada de su enorme chocho que se desbordaba de leche la fui metiendo de a poco.

  • Toda..métela toda...hijo de puta...qué hace años qué no siento carne dentro del chocho y él también necesita comer-

Sus deseos - y los mios - fueron cumplidos. La saqué toda y cuándo Nita se disponía a protestar se la metí de un tirón. Era más estrecha de lo que imaginaba y le dolió hasta el punto de gritar.

Cuándo ya tenía encajada a mi abuela hasta los huevos le saqué una de sus caídas y arrugadas tetas y le mordí el viejo pezón. Abuela se movía cómo si fuera su último dia en éste mundo. Y al fin llegó al orgasmo. Uno descomunal y ruidoso. Mi torrente de leche hirviente no se hizo esperar y la inundé toda. De su chocho salía mi esperma blanca y gruesa resbalando por sus muslos.

  • Desde hoy me harás gozar cuándo yo lo desee..cuándo me oigas decir AHORA lo dejas todo y vienes a mi hasta qué me saques la leche de mi viejo chocho. Basta ya de hacerme pajas y pajas teniendo tu polla bajo mi mismo techo.-

  • Cómo digas Nita -

  • Aún recuerdo cómo me calentaba tan sólo con tu respiración debajo de mi vestido. -

-Y si mamá nota algo sospechoso?- le pregunté

-De tu madre me ocupo yo. Crees que no te he visto pajearte luego de mirarla desde el hueco

qué mantienes dentro de tu closet?-

  • Nita yo no me...-

  • Tranquilo qué ella lo sabe...y creo qué le gusta.-

FIN