Abstracción
4. Pajar
4. Pajar
Sophia contemplaba la ciudad desde el alto balcón de su habitación en el hotel, se recargaba del borde del barandal metálico, sostenía en su mano una caja de cigarrillos Benson & Hedges mentolados light, solo le quedaba uno se preguntaba si podría encontrar de esa marca en España hubiera llevado otra cajetilla si no hubiera sido todo tan apresurado, tomó su último cigarro entre sus dedos y sacó su encendedor Zippo color amarillo fosforescente tenía un ojo de cocodrilo color verde en el frente era realmente feo pero se lo había ganado a su hermano en una apuesta, él amaba ese encendedor lo tenía desde la preparatoria "es el símbolo de mi hombría" le decía cada vez que le sugería cambiarlo, incluso le regaló uno nuevo para su cumpleaños que nunca uso, así que habérselo ganado y ahora usarlo le daba una gran satisfacción, además la hacía pensar en él constantemente, encendió su cigarrillo e inhaló una gran bocanada, su gemelo Daniel era su mejor amigo desde siempre, no había secretos entre los dos, aunque claro como todos los hermanos peleaban pero no podían pasar mucho tiempo sin hablarse, pensó en escribirle un WhatsApp al fin y al cabo aún era temprano en casa, ocho horas menos que en España, quería contarle que todo iba bien con los inversionistas, si todo iba de acuerdo al plan cerraría el contrato mañana mismo, pero sobre todo le quería contar su aventura en el aeropuerto y quería contarle de Helena, pero no, decidió mejor no hacerlo, seguramente estaría "muy ocupando" aprovechando que ella no estaba en casa, a diferencia de ella Daniel prefería llevar a sus conquistas al departamento que compartían, cuando eso pasaba por su salud mental Sophia tenía que ponerse los audífonos y correr en la banda fija por lo menos por una hora, no le apetecía para nada escuchar a su hermano teniendo sexo y siempre que le reclamaba, él argumentaba que no era muy caballeroso llevarlas a un hotel
eres un cursi, yo lo hago así todo el tiempo, así se elimina el momento incómodo cuando terminas, cada quien se va a su casa y listo-
¿qué clase de mujer eres hermanita?, pensé que a todas les gustaba dormir abrazadas después del sexo-
repito, eres un cursi-.
Ya le contaré luego pensó Sophia, apagó su cigarrillo en el cenicero que estaba en el balcón, apenas eran las nueve, seguramente a esa hora Helena estaría en su exposición - ¿será difícil encontrarla si la googleo? - seguramente no, pero ¿qué le diría? - estaba cerca y decidí pasar a ver tus cuadros - claro que no además no sabía qué clase de evento sería, obviamente de etiqueta y seguro con invitación, ella estará muy ocupada -Helena estaba segura que me pedirás mi numero- Sophia sonrió, -no sería propio de Helena hacerlo, debí dártelo yo- abrió la llave del grifo para sentir la temperatura del agua ya estaba tibia - creo que solo tomaré un baño, mañana tengo ese desayuno y después podré regresar- no tardó mucho en la regadera, se enredó solo en su bata y se fue a la cama, sentía que tenía demasiado en la cabeza, -necesito distraerme- tomó su iPhone y de repente se le ocurrió, - pero claro debes estar en Facebook- escribió su nombre en la barra de búsqueda- Helena… ? - se dio cuenta que nunca le dijo su apellido, le dio buscar y cientos de resultados aparecieron, sería casi imposible encontrarla de esa forma - pfff supongo que nuestro destino es no volver a vernos - pensó Sophia con un poco de tristeza mientras se cubría con el edredón.
Helena caminaba junto a Gabriel por una pequeña acera de una de las calles principales, era más de media noche, la temperatura había descendido considerablemente a pesar de ser principios de otoño en Madrid, la estación más agradable del año, por suerte el vestido que llevaba no era demasiado corto. Caminaron una cuadra más en silencio, Helena miró a Gabriel de reojo él mostraba su blanca sonrisa de dientes alineados, parecía como si hubiera ganado una apuesta y en cierto modo así había sido, la exposición fue un éxito, los cinco cuadros que llevaron de Helena ya estaban vendidos solo faltaba ocuparse del papeleo, Gabriel, diez centímetros más alto que Helena, era atractivo con su barba de candado cuidada y bien delimitada hacia resaltar su fuerte y atractivo mentón, su cabello castaño claro más largo de la parte de arriba perfectamente peinado, su traje azul genciana hecho a la medida en el que hacía lucir su cuerpo bien trabajado en el gimnasio, llevaba una camisa blanca impecable que contrastaba con su corbata negro acero, zapatos negros de agujeta, era un excelente representante de lo que a la mayoría de las mujeres les parecería sexy, Helena no era la excepción, podía ver que era muy atractivo, claro, no era ciega, pero no era de su gusto desde que su pronombre personal era "él", su relación había quedado clara para los dos desde el principio, para ella era su protector, alguien en quien confiaba, se conocían bien, le inspiraba seguridad, cada vez que lo veía parecía como si acabara de salir de su casa después de tomar un baño, siempre olía muy bien, a ella le gustaba que cuando se trataba de negocios era bastante serio y cuando su reunión era más casual era bastante relajado y hasta divertido, él la percibía como alguien que verdaderamente tenía talento, la admiraba, aunque fuera algo seria y reservada cuando se conocieron siempre tuvo una buena impresión, a Gabriel le gustaban las personas francas y Helena lo era, ella nunca haría algo que no quiere por dinero y eso se reflejaba en su pintura era auténtica, con el paso del tiempo se volvió más extrovertida y lograron conocerse más ahora era su socia pero más que nada su amiga, era guapa e inteligente si no supiera que lo suyo eran las chicas hubiera intentado tener otro tipo de relación, Helena era cautivadora.
Gabriel era un corredor de arte profesional de los mejores de España, a pesar de solo tener 35 años tenía un gran instinto para saber lo que la gente quería a pesar de que ellos mismos aún no lo supieran. El día que se conocieron él iba a la galería Damasco donde estaba a punto de ser inversionista, esa mañana a pesar de no ser un hombre que acostumbraba tomar café sintió de pronto la necesidad de comprar un capuchino, no le gustaba el sabor amargo del espresso, su paladar era más dulce, encontró un lugar a mitad de la calle que le pareció interesante era un establecimiento que conservaba la fachada original a la que claramente se le había hecho pocos cambios estructurales pero sí muchos de mantenimiento porque se encontraba en perfecto estado en la parte superior destaca un letrero verde con letras plateadas de acero inoxidable donde se podía leer Ruvalcaba café , decidió entrar, al pasar por la puerta de madera le sorprendió lo agradable de la decoración dónde había zonas muy iluminadas junto a la gran ventana de enfrente ideal para leer o relajarte viendo hacia afuera y otras más oscuras con un aire bohemio había mesas para dos y cuatro personas en donde se podía sostener una agradable plática, camino hacia la barra y lo atendió una chica alta de cabello castaño sujeto en una cola alta ojos cafés delineados y con una amable sonrisa en una bonita boca y unas cuantas pecas pequeñas regadas por la nariz le preguntó qué iba a ordenar el pidió su capuchino y camino hacia una mesa, se dispuso a sacar su teléfono para revisar su correo y ahí fue cuando lo vio en una de las paredes del costado era un enorme cuadro abstracto de dos por dos claramente era original no como de esas copias que se producen en serie para decoración, le encantó la técnica la presencia que tenía en su marco color gris, no creía que fuera de un artista reconocido, porque de ser así hubiera identificado de inmediato ese estilo, era un amateur y no en su técnica ya que la armonía de los colores las decididas pinceladas la composición del cuadro era de alguien que tenía escuela, era amateur en lo referente que era alguien anónimo sin reconocimiento y esa era su especialidad descubrir nuevos talentos. La chica de cabello castaño se acercó a su mesa con un espumoso capuchino en un bonito vaso
- Disculpe señorita ¿será que conoce el autor de ese cuadro?
señaló con la cabeza
- Oh sí, es mío- Dijo sonriendo y poniendo el vaso con capuchino en la mesa - ¿Hay algo más que necesite? -
- No, estoy bien, por el momento es todo, gracias
La chica volvió atrás de la barra a seguir atendiendo a los clientes, Gabriel la contempló desde su silla -vaya que es guapa- pensó, después de 20 minutos se acercó a pagar a la caja al terminar busco a la chica detrás de la barra
- Hola de nuevo soy Gabriel Herrera y tú y yo haremos muchos negocios, regresaré mañana, ¿a qué hora puedo encontrarte?
La chica se le quedó mirando con una expresión desconfiada
- No lo conozco, si me disculpa, tengo que atender a más personas
Le dio la espalda, Gabriel se rio, le dijo
- Ahora tengo que irme, pero volveré, que tengas un buen día
Efectivamente al día siguiente regresó ya con una propuesta bien armada y explicándole todo el procedimiento empezaron programando exposiciones en su galería y mandando cuadros a concursos nacionales "necesitas hacerte de un currículum más amplio del que ya tienes”, su idea desde el principio era llevar su talento a España "hay más mercado para ti haya lo abstracto está de moda"
- Esto es genial y me gusta la idea, pero para eso se necesita mucho dinero y en este momento no cuento con demasiado
Gabriel solía arreglar todo con una amplia sonrisa
- Tu preocúpate de pintar yo me preocupare de lo demás, necesito que para la próxima semana me tengas fotografías de todas las obras que puedas, que estén en venta o no, cada una con su ficha y con la mejor calidad que puedas en formato jpeg guardarlas en esta USB- Helena no tomaba la USB de su mano -¡Vamos Helena! No es de que te vaya a pagar todo solo por qué si- Ella frunció su seño a punto de reclamar -Tampoco soy un proxeneta ni nada por el estilo, soy un hombre de negocios, sé que puedo encontrar compradores para tu arte así que relájate, velo como una inversión, seremos socios los dos ganaremos, la próxima semana también tendré listo el contrato, puedes traer a tu abogado si te sientes más tranquila.
Gabriel se adelantó a Helena para abrirle la puerta de su BMW X1 color blanco, ella le dio las gracias y subió, condujeron hacia el hotel donde Helena se hospedaba estaba relativamente cerca de ahí
- ¡La hemos partido Helena! ¡Los has dejado flipando!
dijo Gabriel eufórico pareciera que esperaba a estar en un lugar más íntimo para poder expresarse
-Todo salió bien ¿verdad? - Helena llevó sus dos manos a la cara cubriendo su nariz y su boca con emoción
- ¡Excelente! De todas tu obra fue la más cotizada, he quedado a tres citas con futuros clientes potenciales, en un mes necesitaré más cuadros, no te preocupes no será necesario que vueles hasta acá de nuevo o a lo menos no esté año, sé que lo detestas. Deberíamos ir a celebrar, conozco un bar que seguro te encantará –
- Este vuelo no fue para nada detestable- , pensó Helena -No, creo que esta vez pasare, estoy muerta debe de ser el jet lag
- Ok, ok no te presiono, pero mañana paso por ti para desayunar, nos pondremos de acuerdo sobre las próximas entregas, después de eso eres libre de mi hasta que te lleve al aeropuerto
Ya estaban frente al hotel, Gabriel puso la palanca en parking sin detener la marcha del carro, abrió su puerta ya tenía un pie en el suelo cuando Helena abrió rápidamente la puerta del carro y bajo
- no te preocupes Gabriel ya lo hago yo, te veré mañana-
Le dijo mientras cerraba su puerta antes de ver la imagen de su cara con los ojos en blanco, se despidió de él con la mano sonriéndole y entró al lobby del hotel, busco la tarjeta de su habitación en la bolsa interior de su abrigo, ya se dirigía al elevador cuando de repente se le antojo ir al bar por un último trago ya había bebido fácilmente cinco copas de tinto en la exposición, cuando bebía como todas las personas era más sociable así que Gabriel no paro de llenar su copa con toda la intención, cambió su rumbo, solo quería algo más fuerte para caer muerta en su cama en un ligero estado de ebriedad se sentía cansada como si le hubiera pasado demasiadas cosas en un solo día. Se sentó en la barra al fin que no estaría ahí por mucho tiempo, el joven Barman se acercó a ella
- Buenas noches señorita, ¿que desea que le sirva?
A Helena de repente se le vino el recuerdo de Sophia de lo primero que la escucho decir y la cito
- Solo un whisky por favor, con hielo si es posible
- En seguida
El joven puso un porta vaso negro sobre la barra de madera, después un vaso corto frente a ella
- De qué whisky le serviré señorita
- beberé el que usted amablemente me recomiende-
Dijo sonriendo seguía citando a Sophia, mientras el joven vertía el contenido de una botella con etiqueta negra en su vaso con un hielo ella recordaba Flashbacks de su plática con ella, puso un cubos más de hielos con unas pequeñas pinzas y lo acercó hacia ella, de repente se sintió nostálgica sabía que muy probablemente jamás volvería a hablar con Sophia simplemente eran de mundos completamente diferentes, no es que no la pudiera encontrar, apuesto a que había en internet demasiadas noticias sobre la empresa donde trabajaba, además no creía que hubiera muchas Sophias Martell en Facebook, pero ella lo prefería así sería extraño de repente mandarle un inbox y ¿qué le diría? -Hola olvidé pedirte tu número, deberíamos quedar alguna vez- se escuchaba patético, era claramente una invitación diferente, Helena sacudió su cabeza un poco, definitivamente no era una buena idea ya había cometido el error de que le gustará alguien heterosexual y fue un martirio, preferible no volver a pasar por eso. Se quedaría con ese bonito momento en su memoria, era mejor así.
Helena despertó con la alarma de su teléfono tenía un ligero dolor de cabeza que recorría toda su frente, parietales y occipital, no sentía que tuviera resaca, así que atribuyó su malestar a que no pudo dormir muy bien, tenía una hora para estar lista, Gabriel le dijo que pasaría por ella a las 9 y seguro estaría ahí cinco minutos antes, después de seleccionar su ropa un tanto casual se dio un baño rápido y se arregló un poco su maquillaje era ligero acorde a la hora del día. Tomo el ascensor y bajó al lobby y efectivamente Gabriel ya la esperaba en el recibidor leyendo el periódico, faltaban 15 para las 9 .
- Hola buenos días- saludo Helena con cara divertida -¿es que tú nunca llegas tarde? - le pregunto mientras el bajaba el periódico para verla
- Raramente lo hago - le sonrió de regreso - buenos días- se inclinó para besar su mejilla - ¿qué te gustaría desayunar mientras te comparto las excelentes noticias? - dijo pasando su brazo por sus hombros y caminaban hacia la puerta
- No lo sé, soy nueva en la ciudad- Helena río un poco- dejaré que me guíes
- Entonces conozco el lugar perfecto- dijo Gabriel mientras abría la puerta de Helena para dejarla pasar al interior del BMW
Condujeron alrededor de media hora mientras Gabriel le preguntaba cosas triviales sobre el hotel, el clima, su estado de ánimo, por fin llegaron, entraron al estacionamiento y Gabriel bajó primero y abrió la puerta nuevamente para que Helena bajara del coche
- Gracias - dijo mientras sostenía la mano de su acompañante que le ayudaba a bajar - sigo sin acostumbrarme a estos gestos tuyos Gabriel- dijo un poco avergonzada
- Lo sé y es parte del encanto de hacerlos - respondió con un poco de burla mientras pasaba el brazo de Helena sobre el suyo para caminar - pero vamos sabes que no lo puedo evitar - llegaron a la puerta y él se apresuró para abrirla y dejarla pasar Helena le agradeció de nuevo
A la entrada ya los recibía uno de los meseros para acompañarlos hasta su mesa, el restaurant era grande e iluminado y notablemente elegante más de lo que Helena había imaginado no había demasiadas mesas ocupadas así que pudieron escoger una que no estuviera demasiado expuesta
- Debiste decirme que el lugar era formal así habría escogido otro tipo de ropa- le dijo divertida mientras se sentaba en la silla que Gabriel retiraba para ella, aunque a ella realmente no le preocupaba mucho la etiqueta, solo en caso de que fuera estrictamente necesario
- No te preocupes, estás perfecta- le dijo mientras él se sentaba en la silla frente a ella - además tu look despreocupado es parte de la artista - le dijo con picardía
- Sabes que odio esos clichés - lo miró con los ojos entre cerrados siguiéndole el juego aunque detestaba que la mayoría de la gente asume que los artistas son excéntricos
Llegó el mesero para tomar la orden, Helena lo medito un momento le encantaba probar cosas nuevas
- ¿Qué diría que es un desayuno típico de Madrid? Le pregunto levantando la vista de la carta
- Pues es muy común que se pida migas con cava acompañada de café con leche
- Entonces pediré eso por favor
- Y para usted - volteó a ver a Gabriel
- Pediré lo mismo solo que en vez del café prefiero un té negro
- En seguida- dijo el mesero con una amplia sonrisa
Gabriel la miró profundamente a los ojos, Helena pensó por un segundo que había olvidado ponerse sus lentes de contacto, aunque sabía que no era así porque veía perfectamente, el nunca la había visto sin ellos y Helena creía que no había necesidad, sabía que de darse cuenta no dejaría de insistir que anduviera sin ellos " es la imagen de la artista"
- Y dime, ayer ya no pudimos comentar, qué tal te fue en tu vuelo ¿Salió todo bien?
- Si todo estuvo muy bien - a Helena de pronto se le dibujó una amplia sonrisa, no había podido dejar de pensar en Sophia
- ¿y esa sonrisa? No pareciera que te provoca ansiedad subir a los aviones- Gabriel era muy intuitivo sabía que había algo más que aún no le había dicho
- Bueno es que si fue horrible por el espacio, pero me tocó una excelente acompañante- sonrió de lado como si recordara con nostalgia viendo un poco hacia la nada
- eso sí que es algo con lo que podemos trabajar - Gabriel tomó su mano que reposaba suelta sobre la mesa - ¿será que conoció a alguien especial señorita Rojo?
Helena soltó una pequeña risa nerviosa mientras sus mejillas se sonrojaba un poco haciendo más visibles las pequeñas pecas de su nariz
- no pararas hasta que haya saciado tu curiosidad ¿no es cierto? - el se cruzó de brazos y asintió con una cara solemne - si que conocí a alguien especial en el vuelo, ella era … wow… no quiero que suene pretencioso pero era perfecta
- debe ser una mujer despampanante para que tú digas algo así - le dijo Gabriel mientras recibían su desayuno y daba las gracias y acercaba hacia ella su torso señal de su interés
- No solo por su físico, que debo decir que era impresionante, era toda la composición de su cara, sus facciones, su cabello, su risa era realmente divertida, no me cansé de charlar con ella no puedo explicártelo pero sentí que realmente me entendía cuando hablamos, al principio sentí mucha pena ya sabes que no soy muy sociable pero no sé, había algo en ella que me hacía abrirme
Gabriel la contempló fascinado y realmente lo estaba, descubrir una faceta de Helena que ni de broma se habría imaginado que existiera, la escuchaba atentamente como si de un objeto de estudio se tratara
- ¿Y esta chica maravillosa tiene un nombre?
- Sophia Martell - dijo acariciando las sílabas sin darse cuenta
- Vaya si tiene un nombre especial- Gabriel recargo por completo su espalda en la silla mientras masticaba pensativo - ¿y es de Madrid? ¿Siguieron en contacto después del aeropuerto? Helena suspiro un poco decepcionada
- no es de Madrid también viajaba por trabajo, y no me atreví a pedirle su número, cuando bajamos del avión ella tenía mucha prisa y pues te vi enseguida solo nos despedimos -
- Por dios! Pero viniendo de ti no me sorprende- sonrió reconfortante - pero vamos quien sabe a veces las agujas se encuentran en el pajar -
- Realmente lo dudo mucho, no es como que nos manejemos en el mismo círculo- Gabriel la vio con el ánimo un poco decaído-
- Vamos no te pongas triste, si no encuentras a tu aguja hay muchas perdidas por ahí, quien sabe… es lo bello de lo inesperado - le guiño el ojo mientras le sonreía coquetamente - pero bueno pasando a otros temas….
siguieron desayunando mientras Gabriel le contaba de los próximos planes que tenía para ella, le dio un cálculo de las ventas en la exposición que no habían sido demasiadas ganancias tomando en cuenta el gasto del viaje y embalaje pero él se mantenía optimista porque se "abría un mundo de posibilidades para ellos" le dijo que su parte se vería reflejada en su cuenta el primer día hábil del mes de diciembre y que esperaba en enero mínimo cinco cuadros terminados de un mínimo de 1.20m x 1.20 m esto a Helena no le preocupaba por qué era el formato estándar en el que ella trabajaba y se sentía cómoda incluso podía ser más grande raramente eran pequeños. Además, él se pondría en contacto para las próximas exposiciones que habría al entrar el año, ya le estaría avisando con un mínimo 15 días de anticipación. Diciembre sería un mes tranquilo, para la pena de Helena, no era su época favorita del año
- Debería ser con un mes de anticipación -
le dijo mientras él pagaba la cuenta, con su tarjeta American exprés, ya no oponía resistencia en el pago desde el principio del contrato Helena hizo que se pusiera una cláusula en donde los gastos de todo serían equitativos y se entregaría una relación desglosada de todo al momento de que se seccionaran las ganancias
- Hay cuadros que me tardo meses en terminar- le dijo mientras los dos se ponían de pie y caminaban a la salida
- Jajaja hay unos que los terminas en horas - dijo divertido
- Pues si pero no es algo que controle, todo depende de la inspiración y ese es un factor que no se puede predecir - ya llegaban a la puerta
- Pues solo piensa en esa chica con sus perfectas facciones - dijo pícaramente para molestarla
- eres un pesado, no debí contarte nada- dijo haciendo un puchero siguiéndole la broma, Gabriel pasó su brazo por sus hombros
- Sabes que solo bromeo aquí mismo a tu lado tienes mucha potencial inspiración - dijo viéndola seductoramente
- cuando busque inspiración masculina serás el primero en mi lista - le dijo con ironía
Ella ya esperaba la típica réplica ególatra de Gabriel cuando sintió que alguien la tomaba de la mano, se giró para saber lo que pasaba y ahí estaba, Sophia de pie frente a ella.