Abstracción

2. Percances

2. Percances

Después de una típica charla con su padre bien cargada de diálogos pasivos/agresivos y sabiendo desde el principio que acabaría haciendo lo que él quería, como siempre, salió por la puerta principal del alto edificio con la moral por los suelos y queriendo estar en miles de sitios antes que en un vuelo hacia Madrid que dura diecisiete horas. Eran las 9:30 de la mañana tenía que darse mucha prisa si quería llegar tres horas antes de la salida de su vuelo, era a las 13:50. En condiciones óptimas donde no hubiera demasiado tráfico estaba a una hora del aeropuerto, le daba miedo ver su ruta en el GPS y comprobar que le tomaría más tiempo. Sophia condujo a su departamento lo más rápido que su Mini Cooper color negro podía, o más bien lo más rápido que el tráfico le dejaba, no era a más de 100 km/h. Llegó a su apartamento a las diez cinco - Mierda es tardísimo- tomó una ducha fría de siete minutos, abrió su closet busco un conjunto interior que combinara, un sostén negro y una tanga del mismo color los dos de seda y detalles en encaje se puso sus jeans color negros, stilettos altos una blusa color verde seco que traslucía un poco dejando ver levemente el contorno de su sostén tomó varios cambios de ropa arrojando todo en la maleta, ya en el hotel pediría que le plancharan todo, busco uno de sus abrigos, recogió su cabello húmedo en un moño flojo, se puso un poco de polvo traslúcido en su rostro, delineador en la parte superior de sus párpados y rímel en sus largas y rizadas pestañas, terminó con un lipstick color rojo violeta en sus carnosos y bien definidos labios,  tomó su maleta con ruedas por el manubrio extendido y ya para salir cogió sus llaves - ya estoy lista- vio su móvil 10:35 - tengo 15 minutos para llegar, genial- salió corriendo abrió la puerta del copiloto arrojó su maleta y montó su auto de nuevo, desgraciadamente el tráfico seguía fatal y después 45 minutos atascada y estresada por fin logró llegar con casi una hora de retraso . Dejó estacionado su coche y guardo el boleto de estacionamiento en su cartera alargada negra, entregó las llaves al valet parking y corrió a la entrada, se dirigió rápidamente a registrar su maleta, por suerte no había tanta gente, para ser lunes el aeropuerto estaba bastante vacío, - algo sale bien al fin - solo tenía que preguntar por las cajas que su padre había mandado facturar un día antes, resolviendo eso podría simplemente esperar a abordar el avión.  Se acercó con una de las encargadas del equipaje

- Disculpe señorita, buenos días, ayer facturaron dos cajas a mi nombre para el vuelo BA 152 solo quiero confirmar que todo esté bien-

La muchacha sonrió y tecleo una contraseña en su ordenador

- Sí, claro solo dígame su nombre por favor-

-Sophia Martell -

Volvió a teclear con rapidez y entrecerró sus ojos al parecer leyó varias veces la misma línea en la pantalla, se quedó unos segundos con la boca ligeramente abierta y dijo

- lamento mucho esto señorita, pero aparentemente un de las cajas está dañada y no será posible que suba a la bodega del avión -

-no puede ser -pensó Sophia mientras mordía con preocupación su labio inferior izquierdo

- verá es indispensable que yo llevé el contenido de esas cajas conmigo ¿habrá manera de que pueda cambiarla? -

- parece que no le entiendo, el contenido se derramó, pero no se preocupe la aerolínea le reembolsará el total del costo de la documentación de las dos cajas, podrá llevar la caja que queda completamente gratis - dijo sonriendo la muchacha tras el ordenador

- No, usted no entiende, tengo que llevar esas dos cajas conmigo no tiene caso que vuele si no las llevo -

- no se preocupe, su boleto es de primera clase así que puedo reprogramar su vuelo para el siguiente o para la fecha que a usted mejor le convenga -

- No, lo que pasa es que tengo que estar en Madrid mañana a las 5 de la tarde, este es el vuelo que necesito tomar, no otro -

-creo que no puedo hacer nada por usted entonces, más que invitarla a que reconsidere mis ofertas anteriores - respiro profundo y llevó su pulgar flexionado a sus labios pensativa por unos segundos

-no es posible que me diga esto cuando fueron ustedes los que rompieron mi equipaje- dijo Sophia ya un poco alterada se dio cuenta ella misma de eso y respiro profundamente.

- mire la pregunta es si puedo mandar traer otra caja igual no importa que pague por el embalaje de esta tercera caja-

- quedan aproximadamente 30 minutos para que acaben de cargar el avión si llega antes de que termine veré si podemos hacer una excepción, de verdad lo siento señorita, pero es todo lo que puedo hacer -

-con eso es suficiente, gracias -

caminó unos pasos y sacó su móvil de la bolsa de su abrigo busco en su registro de llamadas rápidamente y marco, después de dos timbres respondió un hombre de voz grabe y enérgica

- Hola cariño, ¿está todo bien? No esperaba que se te pasará el enojo hasta que regresaras de Madrid

Sophia recordó que estaba molesta con él y respondió cortante

- Lo que pasa es que hubo un problema con una de las cajas al momento de cargarla, una de ellas se rompió, necesito que me hagas llegar una igual lo antes posible antes de 30 minutos debe de estar aquí

- Muy bien querida enviaré a Héctor no te preocupes llegara a tiempo, te espero con buenas noticias cuando regreses

Dijo su padre con la voz segura de siempre

- Claro papá - dijo un poco exasperada -te veo cuando regrese -

colgó ya resignada a perdonar a su padre, como él dijo, pensaba hablarle hasta que regresara, cuando discutían ella prolongaba su silencio lo más posible, era un poco infantil, pero él nunca permitía que le dijera "no" eso la hacía enojar demasiado, y su manera de hacerle saber su molestia era esa, entre más tiempo pasara significaba que era mayor su enojo.

Héctor un chico alto de 21 años con cejas pobladas y mirada amable que se encargaba de llevar la mensajería en la empresa llegó en su moto deportiva en 20 minutos, la encontró enseguida a pesar de lo grande del aeropuerto, la saludo como siempre, dedicando su amplia sonrisa con comillas en los lados

- muchas gracias Héctor me has salvado la vida-

- no fue nada señorita Martell sabe que estoy para ayudarla en todo lo que pueda- dijo un poco apenado

- Héctor ya te he dicho que no tienes que ser tan formal solo dime Sophia, somos amigos, ok? - le dijo devolviendo la sonrisa - ahora tengo que irme, pero tomemos un café cuando vuelva - el asintió - entonces hasta pronto- sujeto su ante brazo para apoyarse más fácilmente en sus puntas, a pesar de que sus zapatos eran altos aún era más alto que ella, le dio un beso en la mejilla y se fue alejando mientras se despedía con la mano.

La relación entre ellos era más de amistad que de trabajo, al principio en la oficina solo coincidían en los pasillos y se saludaban con un buenos días pero nada más, realmente se conocieron un día particularmente malo para ambos en un bar,  los dos estaban solos ella lo vio en el otro extremo de la barra y de pronto ya no le apetecía estar más tiempo sin compañía, se sentó a su lado y comenzaron a hablar esa charla se extendió hasta las dos de la mañana y solo por qué iban a cerrar el pub, después de ese día cuando se encontraban en los pasillos Sophia compartía una charla rápida, con el tiempo salieron varias veces a tomar un café o unos tragos,  a ella le gustaba su humor y que sabía darle otro punto de vista cuando discutía con su padre que era muy seguido, él podía calmarla solo con una broma, le había tomado mucho cariño, pero siempre hay un pero, Sophia en su interior sabía que él gustaba de ella, lo sabía en su forma de mirarla cuando ella " no se daba cuenta", el tono de voz que hacía de repente,  su cuerpo se lo gritaba, Héctor por supuesto nunca se lo había dicho directamente  ni había tenido ningún comportamiento inapropiado era un caballero, siempre cuidaba de ella, por desgracia ella no sentía ninguna atracción por él, no  por que trabajaban en el mismo lugar realmente eso no le importaba, era que, cuando pensaba en él no sentía ninguna clase de deseo, no había esa atracción sexual que la hubiera motivado, aunque tratará no podía imaginarse siendo su pareja. Ella solo disfrutaba de su compañía ya tenía dos años de conocerlo y era extraño que pudieran llevarse tan bien a pesar de la diferencia de edad, por esa razón prefería ignorar las señales, decidió que era la mejor forma de que ninguno de los dos saliera lastimado.

Cuando se trataba de relaciones amorosas Sophia no buscaba nada serio, le eran suficientes los acostones de una noche, solo en el caso de que encontrará a alguien que realmente le gustará podría prolongarse a una relación sin nombre básicamente para tener sexo por mutuo acuerdo pero cuando la  otra persona comenzaba a hacer preguntas y a querer formar parte realmente de su vida ella ponía distancia  y aclaraba que ya no podían verse más, no podía ofrecer algo más, literalmente, Sophia estaba comprometida con su novio Fernando, iban a casarse.

Luego de conseguir embarcar la caja y terminar con esa preocupación pensó una vez más que todo iría bien, con el ticket de la reserva en la mano caminó por un largo corredor a través de los rayos del sol que se filtraban por los largos ventanales.

-Buenas tardes señorita quiero mi pase de abordar por favor este es el folio de mi reservación

Mientras buscaban, ella miró su reloj, 13:10

- Señorita Martell creo que hay un problema con su reservación, me aparece que canceló el vuelo hace una hora

- No, verá debe de ser una confusión hace un rato me ofrecieron esa opción porque había problema con mi equipaje, pero todo quedó solucionado - dijo Sophia tratando de conservar la calma que le quedaba

- Deje revisar si su asientos sigue disponible - Sophia asintió- si está libre pero el sistema no me deja volver a activarlo - tecleo con rapidez frunciendo el ceño -mala señal- pensó Sophia.

- de verdad lo siento señorita, pero no me deja acceder a su lugar quedó cancelado tal vez si nos quedara más tiempo para abordar podríamos hacer algo - dijo con amabilidad la chica que no pasaba de los 25 años, realmente era joven

Sophia llevó sus manos a sus sienes y las frotó pensativa - que está pasando con el universo que se empeña en que no haga este vuelo -

- Necesito tomar ese avión no puede ser el siguiente, tengo una cita que no puedo cambiar mi equipaje ya está en el avión, ¿no puede buscarme otro asiento?

La miró por unos segundos pensativa

- Permítame unos minutos veré si puedo encontrarle otro asiento

Luego de revisar la primera clase sin éxito se pasó a la ejecutiva con el mismo resultado solo quedaban tres asientos en la sala con pasaje turista

- Señorita me temo que en primera clase como era su boleto original no queda ningún otro lugar y… - antes de continuar Sophia la interrumpió

- Está bien no se preocupe tomaré el ejecutivo - al fin y al cabo en dos ocasiones de emergencia ya había viajado en clase ejecutiva no estaba tan mal

- Verá lo que pasa es que ya tampoco tenemos en ejecutivo solo nos quedan tres en clase turista - giro un poco el monitor hacia ella para que pudiera ver los asientos en la pantalla que aún estaban en color amarillo -Mierda están dos en la fila de en medio- pensó con tristeza, busco el tercero con la mirada por las largas filas, el tercer asiento solo estaba en la fila lateral izquierda sería más cómodo que estar en medio de dos personas, aunque el que quedaba estuviera en el lado del pasillo

- Está bien deme el del pasillo -

- Enseguida - Le dijo sonriente la asistente

Ya por fin con su pase de abordar camino a la sala para tomar el avión. Por todo lo que tuvo que hacer el rato que había estado en el aeropuerto le pareció una eternidad aunque en realidad no había pasado tanto tiempo miró su reloj y sintió lo más cercano a la felicidad en ese día al darse cuenta que aún le quedaba tiempo para comprar una aspirina, tenía un fuerte dolor de cabeza.

Entró a una de las tiendas del aeropuerto, la más cercana a su sala de abordar ya dentro se dirigió a los refrigeradores para buscar una botella pequeña de agua no tenía mucha sed solo la quería para pasar las pastillas, caminando para el mostrador mientras buscaba su cartera para  pagar, se sobresaltó al escuchar el estruendo al caer un anaquel,  al acercarse para ayudar vio que ya lo acomodaba una muchacha alta de cabello castaño oscuro y la encargada de la caja, ya estando a poca distancia vio como intercambiaban algunas palabras, se pusieron de pie y ahí, sí, ahí estaba la mirada coqueta de la encargada, Sophia solo sonrió, uno de sus hobbies era observar a las personas, cuando salía sola a almorzar o si esperaba cuando quedaba con alguien  miraba despreocupadamente  hacia las demás mesas y trataba de descifrar a las personas que también comían o charlaban o iban solas, le gustaba suponer que era lo que estaban pensando, que hacían ahí o quiénes eran, imaginaba en lo que trabajaban y la clase de relación que tenían entre ellos.

La chica se marchó rápido dejando a Vanessa con una sonrisa de esas que tratas de esconder pero no puedes, - buenas tarde, será todo? - le dijo aun sonriendo - dame también por favor un par de aspirinas- pagó salió de la tienda y fue a su sala  ya había una enorme fila para abordar el avión, después de unos minutos subió y una de las asistentes le ayudó a encontrar su asiento lo primero que notó fue que estaban más juntos de lo que ella estaba acostumbrada, la azafata que la ayudaba de nuevo se disculpó por el problema con el boleto y el embalaje aunque Sophia ya solo daba gracias de estar arriba y de que ya nada  podía salir mal - solo caer en medio del océano -  pensó como una burla hacia ella misma. Al llegar al asiento pudo ver a la chica de cabello negro de hace un rato mirando la pantalla de su móvil que, por la línea roja de la parte superior de la pantalla estaba a punto de apagarse, acomodo su maleta en el compartimiento de arriba, se quitó su abrigo y lo dobló sobre su regazo al sentarse y cruzar las piernas, respiro profundo se sentía cansada física y más que nada emocionalmente, pensó en su padre una vez más y en las cosas que siempre tenía que hacer para complacerlo. La azafata se acercó a ella para ofrecerle algo de tomar a lo que ella pidió un whisky tal vez podría dormir todo el vuelo, río en su cabeza, sería bueno viajar en ebriedad pensó, luego recordó a su  acompañante que no la había volteado a ver, de pronto sintió curiosidad, y no pudo controlar el impulso de ofrecerle algo para beber, solo pidió agua, medito un poco, generalmente se presentaba antes de ofrecer algo de beber, Sophia era una persona extrovertida, extremadamente sociable, siempre había podido sostener una conversación con todo el que conocía además ella era hermosa, siempre que  entraba a un lugar varias cabezas se giraban para mirarla, cuando salía a alguna fiesta o una reunión con amigos siempre había alguien que se interesaba en ella aunque esa no fuera su intención, estaba muy consciente de sus atributos no se sentía mal por ellos, con su  metro setenta, sus largas piernas bien proporcionadas, su vientre plano, un perfecto equilibrio en busto y caderas no tenía en exceso pero si generosamente, todo hacía juego con su piel blanca lechosa que a diferencia de la mayoría de las pieles de ese color no dejaba ver sus venas a través de ella solo ligeramente algunas de sus brazos pero muy tenuemente, su bien formado cuerpo quedaba de lado cuando veías su cara, sus facciones delicadas, su nariz respingada sus labios carnosos y unos ojos verdes oscuros quedan coronados por un cabello con ondas perfectas color castaño rojizo. Bebió su vaso de whisky de un solo trago, estaba tentada a pedir uno más, pero evitar el baño lo más que pudiera la detuvo.

Pronto despegaron, busco sus audífonos y teléfono en las bolsas de su saco y fue a su playlist, la música era algo que realmente disfrutaba, tenía más de 1300 canciones en su teléfono la mayoría más inclinada hacia el rock y el funk pero tenía uno que otro " gusto culposo”. Se colocó sus audífonos ya que vio que no estaría bien iniciar una conversación con su compañera evidentemente ella no quería. Puso play a su reproductor y lo configuro en aleatorio, recargo su cabeza en el asiento e intentó relajarse cerrando los ojos por un momento, fueron varios minutos realmente comenzaba a sentir sueño lo que pensó que era bueno así el tiempo se le pasaría más rápido, de pronto sintió una presión en su hombro abrió sus ojos y se percató lo cerca que estaba esa melena negra alborotada de su mejilla, se sintió rara, noto el olor de su cabello, y sintió curiosidad levantó la pantalla apagada de su móvil para ver el reflejo en ella y ahí estaba la chica de al lado durmiendo plácidamente en su hombro, pudo ver lo que las gafas que llevaba puestas le permitían, - ¿quién lleva gafas oscuras dentro de un avión? ¿Puedes hacer eso? ¿No es contra las reglas? - Pensó Sophia mientras veía su mentón partido y sus labios carnosos y una nariz con pequeñas pecas, -Eres guapa desconocida- dijo para ella misma, le pareció descortés pedirle que se moviera, de verdad se veía tan relajada y para sorpresa de ella misma no le molestaba la cercanía, vio sus pulseras como tiras de cuero que llevaba en su muñeca noto también sus converses viejos y sus pantalones gastados no de los que comprara así por estar a la moda si no que de verdad gastados por el uso se podían ver en algunas partes los hilos color blanco de la mezclilla eso y el hecho de que viajará en turista le hizo pensar a Sophia que no tenía mucho dinero después se fijó en su índice derecho llevaba un anillo de plata con lo que parecía una gran esmeralda de un verde profundo lo curioso es que llevaba la marca en la piel del anillo en su dedo anular - ¿Porque lo cambiaste de dedo?- Siguió buscando, - ¿Qué más tienes que decirme señorita desconocida? - recorriendo la ropa con su mirada llevaba puesta una sudadera verde militar de cierre en medio y abajo una camisa negra sin ningún estampado la sudadera parecía de buena calidad y con poco uso aún los colores estaban bien fijos en la tela, por otro lado la playera se veía de algodón pero de baja calidad como la que venden en los supermercados, aunque sus gafas eran notoriamente originales,  su cabello medianamente largo estaba suelto todo hacía el lado izquierdo era liso pero no tanto, no estaba planchado solo era así naturalmente las puntas salían un poco hacia arriba, después de estas observaciones se dijo para sí misma - Sophia es de pésima educación estar viendo tanto tiempo a una persona y más si no se da cuenta - sentía que invadía un poco su privacidad pero bueno - ¿Cómo no hacerlo si duerme en mi hombro? - No pudo llegar a muchas conclusiones por lo que había visto, solo con seguridad supo que era zurda ya que sostenía y manipulaba su móvil con esa mano cuando llegó, no era tan fácil de leer como la mayoría, muchas de las cosas que pudo notar en ella la intrigaban, era tan contradictoria. Dejó de mirarla y solo cerró los ojos aún le quedaban dieciséis horas de vuelo trataría de dormir un poco, no tardó más de quince minutos para que lo consiguiera.