Abstracción
6. Búsqueda
6. Búsqueda
- Licenciada Martell por fin llegó el avance de las etiquetas del aniversario número 70-
- Gracias Paty- Sophia se dio la vuelta, estaba recargada en su escritorio dando la espalda a la puerta, miraba como una fuerte lluvia azotaba el cristal de la ventana de su oficina - ¿podrías comunicarme por favor con Serrat?
- Claro licenciada ¿alguna otra cosa? - dijo sacando de su bolsillo una agenda electrónica
- Por favor llama también para ver cuándo nos mandarán las propuestas de botella del aniversario, no podremos escoger la etiqueta si aún no tenemos la botella- dijo Sophia con un poco de molestia - si no consigues una fecha busca más opciones de proveedor -
- Si licenciada, su hermano llamó pregunta si está libre para almorzar- dijo mientras anotaba rápidamente
- Dile que sí que lo veo en media hora donde siempre -
- Muy bien licenciada - ya salía de la oficina
- Y Paty no me pases llamadas, solo que sea algo urgente- ella asintió y cerró la puerta
Agarró la carpeta que recién le había dado Patricia, su asistente, no sabía cómo había podido vivir sin ella antes de contratarla a pesar de solo tener 23 años era completamente eficiente y responsable en los dos años que tenía con ella jamás había tenido queja de su trabaja se comprometía completamente y lo más importante siempre era leal y discreta con Sophia y eso para ella era lo más importante así que la recompensaba con bonos al final de mes en su nómina además de algunos días adicionales en sus vacaciones entre otros beneficios.
Rodeó su escritorio y se sentó en su cómoda silla color gris, abrió la carpeta que contenía 10 hojas impresas cada una con un diseño de etiqueta diferente repaso cada una con cuidado, una y otra vez, fue seleccionando las que más le gustaban hasta quedarse con tres de ellas, las vio juntas por un momento, pero ninguna le encantaba y no porque fueran malas, era solo que no la convencían por completo, no decían lo que ella quería, la etiqueta iba a estar destinada a la botella del Tequila reposado de la marca Martell la estrella de la empresa y el más prestigioso, el próximo año se cumplía el 70 aniversario de la fundación y la empresa estaba organizando varios eventos entre ellos la presentación de una imagen nueva y limitada por el aniversario entre otros reuniones sociales además de que se añadiría a la familia el primer vino tinto de la marca, Sophia estaba en la mira de todos ya que llevaba la campaña de promoción del aniversario y del nuevo producto, todos estaban a la expectativa.
Descolgó el teléfono y marcó el número uno, al primer timbre Paty contestó
- Dígame licenciada-
- ¿Pudiste encontrar a Serrat? - él era el encargado del equipo que diseño de las etiquetas
- Aún no, en su oficina no se encuentra probablemente salió a desayunar y aún no me contesta su celular, pero seguiré insistiendo- Sophia se frotó la frente con sus dedos
- Está bien, tomate un descanso desayuna algo ¿sí? Y después cuando vuelvas y lo localices fija por favor una junta con él, ninguna de las etiquetas me convence, necesitamos aclarar concretamente lo que quiero que reflejen-
- Si licenciada -
- Gracias Paty, también yo saldré un rato a desayunar con Daniel, cualquier novedad estaré en mi celular
- Si licenciada
Sophia bajo por el ascensor, sacó de la bolsa de sus abrigo una cajetilla de cigarrillos, salió del edificio y encendió uno, le dio dos profundas inhalación y abrió su paraguas, escogió un mal día para llevar falda, cruzó la calle y caminó lo más rápido que sus stilettos y el piso mojado le permitían, ella y Daniel siempre comían en un pequeño restaurante a tres cuadras del edificio, tardó menos de diez minutos en llegar, dio una última calada a su cigarrillo y lo apagó en el cenicero de la entrada, ya estaba Daniel esperándola en la mesa de siempre tecleaba con rapidez en su teléfono ella retiró la silla y él levantó la cabeza para verla
- Hola Pía, horrible clima el de hoy - se levantó a medias de su silla para darle un beso en la mejilla-
- Y que lo digas muero de frío, ¿ya pediste algo? - cruzó sus piernas para guardar un poco el calor
- Ya te pedí lo de siempre, siento que tengo meses sin verte hermanita- Daniel le sonrió, con su misma sonrisa, no eran gemelos idénticos porque si fuera así compartirán el mismo sexo, tampoco eran mellizos, ellos eran gemelos semi-idénticos una muy rara condición en la que compartían el 75% de su ADN así que se parecían muchísimo, la única diferencia además de las que su sexo les confería era que Daniel tenía los ojos ligeramente más claros que los de Sophia, sus labios eran menos carnosos que los de ella y también le faltaba uno que otro lunar que ella tenía - ¿y bien? ¿Hay algo que quieras decirme? No te eh visto ni la pista en esta semana si no fuera porque mi papá me dijo que ya habías regresado de España creería que te quedaste allá para fastidiarlo - río un poco
- No hubiera sido una mala idea - Sophia cruzó sus brazos aún sentía frío - estoy harta del maldito aniversario, estoy atascada no se me ocurre nada bueno- mientras ella hablaba Daniel se quitó su saco negro, y lo puso sobre los hombros de su hermana menor - gracias Dani- un mesero les trajo su café que humeaba en unas grandes tazas color blanco, Sophia le dio las gracias y comenzó a beber en pequeños sorbos - además has estado llegando muy tarde al departamento- lo miro curiosa mientras seguía bebiendo con cuidado para no quemarse - esa es la razón por la que no me has visto - él sonrió de una manera más amplia aún, Sophia ya veía lo que venía -
- Si bueno, conocí a alguien - Sophia puso los ojos en blanco - ¡espera! Antes de que digas nada, ella no es como las demás, siento que ella es la correcta - ella negó con la cabeza mientras lo escuchaba, ya les llevaban su orden, ella tomó una de las mitades de sándwich club y le dio una mordida -
- Daniel no quiero restarle importancia a esta nueva conquista tuya, pero, es como la quinta "indicada" ¿desde cuándo la conoces? - el también ya comía su sándwich y bebía una coca cola de lata -
- Sabía que me ibas a cuestionar a decir como siempre que me enganchó al primer día, pero no es así en esta ocasión Pía, la conozco desde hace dos meses -
- ¿A sí? ¿De dónde la conoces?
- Vamos al mismo gimnasio, pero lo importante es que de verdad sentí un clic con ella - Sophia río un poco
- ¿Están saliendo desde hace dos meses? ¿O la espiabas desde la caminadora desde hace dos meses? -
- Bueno… comenzamos a hablar el día que te fuiste, esa noche fui al Lux a tomar algo con Carlos y nos reconocimos y pues una cosa llevó a la otra…-
- Entonces ¿tienen una semana de estar saliendo?
- Bueno…. Aún no "estamos saliendo" no le he hecho la pregunta - Sophia negó con la cabeza y metió una de sus papas a la francesa a su boca -
- No quiero sonar desalentadora, pero deberías esperar un poco más antes de ilusionarte, ve con calma - Daniel tenía el mal hábito de intimar demasiado rápido con las mujeres que conocía, todas eran su alma gemela y frecuentemente salía lastimado - no quiero que te decepciones
- Si lo sé, iré con cuidado Soph, ¿y bien? Cuéntame ¿cómo te fue en tu gran trato?
- Pues en eso puedo decir que fue como lo esperábamos, se resistieron al principio para que mejoramos la oferta, después accedieron y no tuve que extender más el primer convenio, se quedó en un año como habíamos planeado - dijo orgullosa de sí misma - supongo que mi papá te lo habrá dicho, para que tramitarlas la cuenta internacional en Santander -
- Si lo hizo, pero ya sabes no con muchos detalles es mejor cuando me lo cuentas tú - se miraron con complicidad como desde que eran unos críos traviesos - además no me sorprende que no se resistieran, Vázquez debe de seguir tratando de seducirte - río Daniel divertido - no puedo olvidar cuando vinieron hace tres meses a conocer las instalaciones, no paraba de halagarte -
- Qué incomodidad- Sophia también río - debiste verlo ahora que estábamos en " su terreno " - los dos rieron-
- ¿Que esperabas? Eres muy guapa Pia -
- Jajaja solo lo dices porque somos gemelos eso te hace guapo también-
- Bueno si, pero te sientan bien mis rasgos -
- Eres un idiota - ya casi terminaban de comer su sándwich, Sophia soltó un suspiro después de reír, realmente necesitaba relajarse, de repente sintió la necesidad de ver la pantalla de su teléfono… quién sabe tal vez ya me escribió, no había nada como en los últimos 6 días, se sintió un poco decepcionada, Daniel lo noto-
- ¿Hay algo más que quieras confesar? - le dijo viéndola a los ojos - de pronto te sentí muy pensativa -
- sí, hay algo que me tiene dando vueltas desde que regrese - bebió un último trago de café y dejó un poco en el fondo tenía la costumbre de siempre dejar algo en el vaso - o más bien es alguien - la quijada de Daniel casi llego al suelo, sus ojos expresaban sorpresa
- O Dios ha ocurrido un milagro! - miró hacia el cielo teatralmente, a pesar de la broma si estaba sorprendido, todo lo contrario a él, Sophia siempre mantenía la distancia cuando de sentimientos se trataba, a menudo le preguntaba a Daniel cómo sabía que estaba enamorado de alguien, él lo describía como un sentimiento que te llena de fuerza, como una emoción que te hace que no puedas controlarte, y que te hace hacer cosas que pensaste que nunca harías por alguien, "simplemente lo sabes" cuando veía a su hermano se daba cuenta que nunca había sentido algo así o más bien como ella decía nunca había sentido algo realmente fuerte por alguien como para llamarlo amor, había tenido novios y había estado cómoda con ellos, compartían uno que otro momento de la vida cotidiana, incluso a algunos podría decir que los quería mucho, pero con ninguno se veía "para siempre" ni tampoco sentía la necesidad de presentar los con su familia o amigos, y mucho menos de vivir con alguno, no sabía porque, la mayoría podrían rayar en "el hombre perfecto", pero aun así no sentía que los amara
- Ya no sé si quiero contarte - Sophia fingió enojo y entre cerró sus ojos para verlo acusadoramente -
- Vamos Soph solo bromeo, sabes que soy tu mejor opción en consejos de amor -
- Ahora sí estoy convencida de que no debo contarte - los dos rieron - y no es "amor".
- Cuéntame - puso ojos tristes
- está bien, pero no hagas expresiones extrañas ok? Ni digas tonterías - el asintió ansioso por saber - fue un problema llevar las cajas en el avión tuve que mover el cielo y la tierra para poder viajar, mi asiento ya lo habían cancelado y tuve que ir en turista- Daniel se rio de ella - no empieces - lo amenazó con su índice, el recobro la compostura- como decía, después de que cambiaron mi asiento ya resignada aborde el avión y mi acompañante era una mujer y eso me hizo sentir mejor, al menos no estaba tan mal, pudo tocarme con un hombre pervertido o con un adolescente malcriado entre muchas posibilidades, para no hacerlo muy largo al principio no tuvimos mucha química pero inesperadamente ella se durmió en mi hombro y cuando la desperté para ir al baño por fin pudimos congeniar más que bien diría yo, hablamos por horas y no sé, tiene algo que no puede salir de mi cabeza- Daniel sujeto su mentón pensativo -
- Será raro que pregunte esto, pero para dejar más claro ¿Estamos hablando de una mujer verdad? - ella asintió exasperada - entonces ¿De qué forma no puedes sacarla de tu cabeza? -
- De la forma en que me descubro pensando en ella, desde que bajamos del avión viene a mi mente continuamente, y no sé la razón.
- ¿Y la volviste a ver?
- olvidamos intercambiar datos así que ya me había resignado y de repente ahí estaba en el restaurant donde fui con los inversionistas, frente a mí por pura casualidad y pasó algo muy raro, me pare de mi asiento en modo automático tras ella y le di mi número, no lo pensé, ella prometió que llamaría y no me ha enviado ni un mensaje - sintió un poco más ligero su pecho y hubiera sentido vergüenza si no hubiera sido Daniel al que le estaba contando, él se quedó meditando unos segundos más
- Soph… me Estás diciendo que te gustan las chicas? - él puso una cara seria - sabes está bien, no tiene nada de malo, solo que estoy seguro que te encantan los hombres, sé que te gustan, te atraen no es verdad? -
- ¡Claro que sí! ¿Ahora entiendes el conflicto que tengo? Nunca me había sentido así no sé qué me pasa, no sé si esto se podría llamar gustar o que la admiro o siento empatía no lo sé - Daniel la vio angustiada y fue tan extraño para el verla así, porque su hermana nunca perdía el control y menos de ella misma así que solo se le ocurrió darle ánimos
- Bueno, es pronto para que te estás agobiando tanto, como tú dices " una semana es muy poco tiempo para saber” tal vez solo fueron los factores los que te hacen sentir así, trata de no pensar en eso y no debes sentirte mal por qué no te llama si yo fuera ella tardaría una semana más, para que se te baje un poco el ego - dijo Daniel en broma - si no lo ah echo debe de ser por alguna buena razón
- Jajaja si tal vez es lo que hace ahora - el teléfono de Sophia vibro en su bolsa, la esperanza surgió en su pecho, pero era Paty, le enseñó el teléfono a Daniel y le hizo una seña - hola Paty alguna novedad?
- licenciada por fin pude comunicarme con Serrat, ya viene para acá dijo que llegaría en una hora, le parece bien?
- Si está bien dile que lo espero - Daniel ya pedía la cuenta
- los proveedores de la botella quedaron de confirmarme el día de la entrega de los prototipos hoy mismo en la tarde- llegó el mesero con la típica carpeta negra Sophia la tomo antes que Daniel, el trato de quitársela, pero no lo logró
- Gracias Paty ya casi voy para allá llego en 15 minutos - puso su tarjeta en el medio y la entregó al mesero -
- Licenciada una cosa más, vino a buscarla una señorita - hizo una pausa, sonidos de papel moviéndose vinieron de su lado de la línea - Helena Rojo - el corazón de Sophia comenzó a latir con fuerza
- Paty voy para allá, dile que no tardó- no espero una respuesta y colgó
- Daniel espera mi tarjeta sí? ¡Tengo que iré ya apareció! - su sonrisa era amplia, su ánimo había cambiado abruptamente
- ¿Quién apareció? - Sophia se quitó el saco de Daniel
- Helena, te cuento al rato - lo empujó ligeramente contra el pecho de Daniel y salió casi corriendo dejó su sombrilla en la silla a pesar de que pringaba, caminó tan rápido como pudo, entró al edificio, subió el ascensor, pequeñas gotas de agua cubrían sus hombros y los cabellos que comenzaron a levantarse por el fres se acercó rápidamente al escritorio de Paty
- Paty dónde está Helena? - dijo con impaciencia
- Licenciada verá, cuando le llame ella ya se había ido - ¡ por la gran mierda! Pensó, su expresión tuvo un cambio su asistente se puso nerviosa - ella por alguna razón logró llegar hasta aquí, pregunté en la recepción y me dijo seguridad que solo llegó preguntando por su oficina pero que le negaron el acceso porque no tenía cita, no sabía que la estaba esperando
- No, no la esperaba, ¿no dijo nada? - Helena había vuelto a desaparecer tan rápido
- Ella quería hablar con usted, dijo que era importante verla, pero le dije que tenía que hacer una cita primero - Sophia le hizo una seña para que la acompañara dentro de su oficina, caminaron adentro mientras Patricia seguía hablando - al final le dije que no estaba, me preguntó si podía darle su número personal, se me hizo raro que si la conocía no lo tuviera, pero me dijo que lo había perdido- Llegaron hasta su escritorio
- ¿Dejó ella algún número de teléfono? -
- No licenciada solo dejo esta dirección - le extendió un post-it amarillo - Sophia extendió su mano para tomarlo
- Gracias Paty, avísame cuando llegue Serrat-
- Si licenciada - ya caminaba a la salida abrió la puerta
- Paty… - ella se giró - si vuelve a venir la chica de hace rato, por favor llámame de inmediato, si por algo no contestó o no entra la llamada, dale el número de mi celular por favor
- Si licenciada - cerró la puerta tras ella
Sophia se sentó en su silla y cogió el papel amarillo, tenía una caligrafía recta y alargada y usaba solo mayúsculas, la tinta de la pluma color negro estaba un poco corrida, Sophia sonrió, seguramente cuando apoyó su mano para escribir lo hizo accidentalmente por ser zurda, " Alfred Kubin 409, Tierra adentro " pasó las manos por su cabello para quitar las gotas de lluvia, busco la dirección en el GPS de su teléfono, estaba del otro lado de la ciudad, ¿Debería ir a buscarla a esa dirección? O mejor ¿Debería dejar que su reciente obsesión se le pasará?
Su cabeza chocaba ligeramente contra el cristal de la ventana del autobús, los golpes se amortiguaban con su boina caída color azul petróleo, su cálida respiración se dibujaba en la superficie del cristal, Helena miraba despistada el camino, su reciente incursión para buscar a Sophia había sido un fracaso, de nada había servido todo el viaje, convencer a la recepcionista de decirle en qué piso estaba la oficina ni colarse siete pisos por las escaleras de incendios, suspiro decepcionada, pronto estaría en la estación del metro donde transbordaría seis estaciones más para llegar a casa, a lo menos estaba en lo correcto su mejor amiga cuando le dijo la dirección de la empresa donde trabajaba Sophia, la empresa que era de Sophia mejor dicho, ese descubrimiento la había tomado por sorpresa, -su apellido es el nombre del corporativo- le dijo Paulina pero podía estar equivocada o tal vez solo sea una familiar lejana, Paulina, su mejor amiga la hacía dudar en buscarla, ella tenía un "mal presentimiento" pero ¿cómo podía decir eso sí no la conocía? Pero ¿ella sí la conocía?
Después de una hora de camino bajo del autobús, la parada quedaba cerca de las escaleras para bajar al tren subterráneo estando abajo, en el túnel, no se sentían las corrientes de viento con gotas de lluvia, el clima era terrible ese día, después de un fuerte chirrido las puertas automáticas se abrieron frente a ella, subió al metro, se sujetó de una de las barras de un lado de la puerta, estaba lleno, cuando salió de su casa ese día estaba emocionada pero ahora no sabía cómo sentirse, al pasar de las estaciones el vagos se fue vaciando y después de media hora más de viaje al terminar la línea bajo y camino por veinte minutos más, verdaderamente Sophia estaba al otro lado de la ciudad, llegó al café y entró por la puerta de atrás, digitó los cuatro números para quitar la alarma y subió los angostos veintidós escalones de madera, sacó una llave de sus vaqueros y abrió una chapa antigua acorde a una vieja puerta de maderos anchos, entró a su casa, sentía su ropa húmeda, se quitó la gorra y su largo cabello castaño oscuro cayó hasta mitad de su espalda, se quitó la sudadera y se quedó en su playera de manga larga, camino a su escritorio y encendió la lámpara, hojas regadas estaban en toda la superficie con diferentes dibujos empezados en los que predominaban caras a medio terminar, y ojos de color verde en diferentes tonalidades, tomó todas las hojas y las ordenó en un montón dejando arriba el que ya estaba casi terminado, camino hacia la cafetera que tenía arriba de la pequeña encimera color granito, se hizo un americano simple y se sentó en su escritorio tomó los colores de un cajón y encendió su pequeña bocina Marshall después recordó que no tenía teléfono y la apagó, todo hubiera sido más fácil si no hubiera perdido su teléfono, Gabriel no había podido dar con su paradero, por suerte la mayoría de sus archivos los había respaldado en la nube, pero por desgracia del número de Sophia no había rastro, trato de relajarse, estiró sus brazos sobre su cabeza y un bostezo prolongado salió de su boca, tal vez tomaría una siesta cuando terminara el dibujo, pensó, tomó sus lápices y comenzó a iluminar, a cada minuto de trabajo una cada vez más real Sophia la miraba desde la hoja de papel con una sonrisa, no podía estar en paz desde que había regresado de España, el eco de su promesa le resonaba continuamente, tal vez ella ni siquiera estaba esperando su llamada ya pero aun así no quería faltar a su promesa.
Estaba completamente oscuro cuando por fin terminó, sus ojos sufrían por trabajar solo con la luz de la lámpara pero se le había ido el tiempo sin darse cuenta, encendió la luz, admiro su dibujo ya terminado a pesar de estar muy bien, sentía que le faltaba algo, Helena era una excelente dibujante, muchos de sus maestros en la facultad le recomendaban dedicarse a la ilusión o algo parecido, pero no había hecho mucho en ese ámbito, el dibujo era un hobby que tenía en el Inter de cada pintura mientras le llegaba la inspiración o cuando tenía algún bloqueo y no sabía por dónde continuar, lo dejo de nuevo en el escritorio, sentía hambre, busco en el refrigerador algo para cenar, sacó un refractario que le había mandado la mamá de Paulina, la cocina no era uno de sus fuertes, se defendía en lo básico pero no era extraordinaria, mientras calentaba su cena en el microondas camino a la ventana para cerrar las cortinas de repente por instinto sintió como si alguien la mirara, absurdamente volteó a su alrededor para comprobar que se encontraba sola, una figura en la acera de enfrente llamó su atención, volteaba a donde ella estaba y caminaba hacía ella también, cuando cruzo la calle y se paró bajo la lámpara del alumbrado público que había enfrente de su casa vio como una sonriente Sophia le saludaba con la mano, su corazón palpitaba rápido, abrió la ventana
- Espera, bajo en un segundo-
Cogió las llaves del gancho un lado de la puerta y bajó los escalones de dos en dos, rápido estuvo en el primer piso volvió a quitar la alarma y salió, un brusco cambio de temperatura la hizo estremecerse, giró en la esquina hacia la derecha, Sophia la esperaba recargada en la puerta principal del local, las ráfagas heladas de viento revolvía sus mechones, tanto tiempo esperando encontrarse con Sophia y ahora que la tenía enfrente las palabras no salían de su boca, solo se le quedó mirando - lo más adecuado sería disculparse- pensó Helena cuando estaba apunto de decirlo Sophia habló primero:
- Lamento llegar tan tarde y sin avisar - su nariz estaba roja por el frío, Helena negó con la cabeza
- Yo siento no haber cumplido mi promesa como es debido- Helena extendió su mano, Sophia descruzo sus brazos y la tomó- vayamos arriba está helando aquí afuera- la condujo por las estrechas escaleras y cruzaron juntas la puerta