Abril -2.

Tetas apetecibles, y ese coño de pelo rubio está mojado. Estás caliente, puta. ¡Come su coño, Rosa, come su coño que yo te la agarro! -¡¡Suéltala Abril, suéltala que es la jefa!! -Ni jefa ni hostias! ¡¡Ahora soy yo la puta, ama!!

Lidia llamó a la puerta de la habitación de Abril, y sin que le diera permiso para entrar, entró. Al ver desnudas a Abril y a Rosa, haciéndose la sorprendida, les preguntó:

-¡¿Qué estáis haciendo?!

Le respondió Abril.

-Ahora nada, hace un momento la Rosa me comió el coño y tuve un ograsmo que casi que la ahogo. Es que yo cuando flujeo, flujeo a escachar.

-Se dice orgasmo.

-Se d¡ce corerse y así nos entendemos mejor.

-Correrse vendría a ser flujear.

-¿Cuánto tiempo llevas en la ciudad?

-Desde que nací.

-¿Ya se inventara la rueda?

-¡Sin faltar!

-Pues no me trates como a una analfaburrra.

-Anal...¿Sois lesbianas?

-Yo soy de Treviño ¿Tú de dónde eres, Rosa?

-¿Quiere saber si somos tortilleras, Abril?

-A mi me sale muy bien la de patatas con cebolla. Pero estas no son horas.

Lidia se sentó en el borde de la cama y le preguntó a Rosa:

-¿Será posible que sea tan ingenua?

Abril se mosqueó.

-Si empezamos a insultar aquí van llover hostias como panes, que donde servir sobra, chavala.

Rosa, la tranquilizó.

-Ingenua es ser inocente, Abril.

-Perdón. Es que esta lengua de la ciudad me confunde.

Lidia, se hizo la comprensiva.

-En fin, que folléis la una con la otra me la suda.

-Pues mira como se la como yo a la Rosa y se te sudará bien. A eso íbamos.

-¡Ya está bien! Vamos a tratarnos de usted.

Abril se hizo la chulita.

-Ah, no, no, no, no me trates de usted que no soy tan importante.

Lidia ya desesperaba,

-¡No hay por dónde cogerla!

-¿Te parece poca chicha la que tengo? ¡A ver que tienes ahí abajo!

Abril abrazó a Lidia, la tiró hacia atrás. Se echó ecima de ella y le quitó la camiseta. Lidia. le dijo:

-¡¿Qué haces, loca?!

-Te voy a comer el coño.

-Rosa,  le dijo;

-¡Suéltala, Abril!

Abril, seguía a lo suyo.

-Tetas para hartarse.

Le quitó la falda y las bragas. La verdad es que Lidia no le ponía ningún impedimento. Abril, dijo:

-Ese coño de pelo rubio está mojado. Estás caliente, puta. ¡Come su coño, Rosa, come su coño que yo te la agarro!

-Suéltala, Abril, suéltala que es la jefa.

-¡Ni jefa ni hostias! ¡Ahora soy yo la puta, ama!

Abril le puso el chocho en la boca a Lidia y le comenzó a la lamer el chocho mojado. Lidia miraba para Rosa y no decía nada. Era como si estuviera en shock. Abril de dijo a Lidia:

-¡Que buena estás y que bien hueles, jodida!

Unos mintos más tarde, Lidia, caliente como una perra, agarrando a Abril por las nalgas, le comía el coño con ansia.

Rosa se tocaba las tetas con una mano y se masturbaba con la otra.

Abril, dejó de lamer el coño de Lidia, y le dijo a Rosa

-Ponle el coño en la boca.

-Es la jefa, Abril, es la jefa. Estamos jodidas.

Lidia, le dijo  Rosa:

-Jodida vas a estar tú si no haces lo que te dice.

Rosa le puso el coño en la boca a la dueña de la casa, dándole el culo a Abril, que metió la cabeza entre las piernas de Lidia y dos dedos en su coño. Allí las que follaban eran Rosa y Lidia, Rosa moviendo la pelvis hacia adelante y hacía atrás, le follaba la lengua a Lidia, y Lidia, moviendo la pelvis hacia arriba y hacia abajo, le follaba la Lengua a Abril. Gemian las tres, y gemian con ganas. Lidia, fue la primera en decir:

-¡¡¡¡Burra la últi...!!! Rosa le calló la boca llenándosela de flujo. Lidia, al correrse, llenó la boca de Abril, que al correrse de última. exclamó:

-¡¡¡Hiiiiiiija, hiiiiiiiiiiija, hiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiija, hiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiija, hiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiija. hiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiija, hiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiija, hiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiija, hiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiija, hiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiija!!!

Cuando acabaron de correrse, Lidia y Rosa, miraron a Abril, que les dijo:

-¿Qué miráis?

Le respondió Rosa.

-Esa corrida tuya no fue natural.

-Claro que no. Fue la de una burra.

Lidia le preguntó a Rosa:

-¿Es así de bruta siempre?

-En el tiempo que llevo con ella, sí, señora.

Rosa saltó como un resorte.

-¡¡Hostias, se la comí a la señora!!

Se agradecen los comentarios buenos y malos

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