Abriéndome camino 1

Primera vez,dominacion,lascivia ...un poquito de todo,espero que lo disfruten.

Por aquel entonces, yo tenía pareja, que padecía de fibromialgia, y me quise aprovechar de las ventajas que ofrece la red, para buscar información sobre el tema, y opiniones sobre la gente que la padece, para así evitarle a la que era mi pareja, el aclararme cosas, y así poderle ofrecer una relación lo más normal posible y así evadirla de su problema , y allí, en un foro, conocí a una chica que la llamaremos Sandra.

Sandra era una chica de 20 añitos, muy positiva y activa, que padecía esa enfermedad a causa d una operación de espalda, que desde el primer momento en el que hablé con ella me pareció una chica fantástica, simpática, inteligente,,, y aparte físicamente era del tipo de chica que me gustaba, no muy alta tetas grandes, buen culito, ojos claros, y carita de buena, una muñequita, vamos

La relación con mi pareja se fue al traste de la noche a la mañana, y una noche , empecé a hablar con Sandra,mas íntimamente, cuando de repente, me dijo una frase tras la cual mi polla reaccionó violentamente con una inquebrantable erección, en poco rato, me la sacudí como 4 veces, y cada una de ellas soltaba abundantes chorros de leche, me contó, que a sus 20 años, su inocente himen seguía intacto.

Una esquizofrenia me invadió. Mi parte maligna, quería perforar a toda costa sus inocentes orificios, y mi mente racional creía que era mejor que encontrase a alguien que la amara, ya que ese día lo recodaría para toda su vida

Entretanto me la machacaba como un crío, acababa molido cada día, me flaqueaban las piernas mientras goteaban de mis manos interminables chorros de leche.

Un día decidimos quedar, le pedí que no llevara falditas, que no respondía de mis actos, y ella, soltando una carcajada de lo más perversa, me dijo que no dudara que iba a llevar puesta la falda más cortita que tuviera.

Al verla, el corazón casi me da un vuelco, la muy insensata iba monísima, con una faldita minúscula, de pana marrón que casi no le tapaba nada, y un jersey color pistacho con un mas que abundante escote, que despertó a mi polla de golpe solo con verla.

Al verla nos dimos un apasionado beso, y después de intercambiar pocas palabras empezamos a pasear

Me abracé a ella y aprovechando que llevaba una carpeta cogida con las dos manos, mi mano se deslizó dentro de su falda, hasta encontrar la gomita de su tanga, y  deslicé mi mano hasta tocar ese orificio cerradito que tantos buenos ratos me había echo pasar, ella dio un pequeño blinco, y le dije que no se preocupe, que siga andando, que no le haría daño, mientras notaba que mis dedos se empezaron a mojar

Al andar, hacía que su clítoris se masturbara con mi mano, y en pocos metros note que se iba a correr, apoyó una mano en un escaparate, note que las piernas le flaqueaban, empezó a gemir, primero unos gemidos cortos y seguidos, empezó a suspirar ,a soltar grititos, a convulsionar, y note como mi mano se lleno de sus jugos.

Sin sacar mi mano de su coñito, le metí un dedo, y le  pedí que siguiera andando, que esto ni siquiera había empezado aun…

Note su vagina estrechita, empapada con sus jugos, suplicando ser penetrada, mi polla ardía, dura como el acero, revolucionada dentro de mi pantalón, no me cabía apenas, solo pensaba en entrar allí dentro…pero temía que el dolor de la rotura de su himen me aguara la fiesta, ese coñito necesitaba mas lubricación , así que la seguí sometiendo a mi perverso paseo, a los pocos metros, note que se volvería a correr, se detuvo, me miro con la mirada mas lasciva que e visto jamás, me mordió el cuello, y metió la mano dentro de mi pantalón, agarrando mi polla, se la metió por detrás dentro de las braguitas y por delante la agarro, frotándola contra su clítoris, ello le provoco otro intenso orgasmo, mi polla estaba dura como nunca la había visto.

Esta zorrita estaba acabando con mi paciencia, su coño encharcado suplicaba guerra, y mi polla suplicaba participar en ella, cuando alcé la vista y vi la estación de ferrocarril, tiré de ella hasta el interior, mis ojos fuera de las órbitas buscaban el cartel que indicaba los lavabos, lo localicé, y nos dirigimos allí, por suerte, lo acababan de limpiar, y en pocos segundos nuestras ropas estaban colgadas es en pomo de la puerta. Me senté en la taza y la senté a horcajadas  encima mío y empecé a comerle las tetas, ella me besaba el cuello, me arañaba la espalda, apunte mi mas que recalentada y dolorida polla, contra la entrada de su chochito , que seguía encharcada de sus jugos pero que la notaba muy cerrada, temía que le doliera, y empecé a hacer círculos con mi glande por la entrada de su vagina. A los pocos minutos, noté un calambre que recorrió todo mi cuerpo, desde los pelos de la cabeza hasta las uñas de los pies.

No podía más. Aquella niñata había echo mucho más que acabar con mi paciencia. La mire con cara de sádico, apunte mi polla a su coño, la deje allí y la agarre fuerte de los hombros, empujando para abajo, ella solo pudo arquear su cuerpo y agarrarse a mis rodillas y mi polla entro la mitad sin apenas dificultad, la saque con cuidado, mientras ella me miraba con los ojos en blanco, y me decía:

-Métela entera ya, carbón, mmmmmmmmmm,,,, aaaaaahhh!....

Acabo de entrar del todo, y ella solo un grito, la saqué de golpe y ella me mordió en el pecho, y me dijo que quién le había dado permiso para sacarla, que quería notarla dentro que no me preocupara y que disfrute, que tomaba la píldora, recetada por el medico, para regularle el periodo.

Solo me faltaba oír eso, ahora si que se iba a enterar de lo que valía un peine sin la i

Se la volví a meter de un golpe, hasta los huevos, ella volvió a soltar un gritito, pero ya era tarde, se habían acabado las contemplaciones, me metí en la boca un pezón suyo, k estaba enorme y duro como una piedra ,y  empecé a chuparlo, mientras ella chillaba como si la mataran, yo cada grito que daba la penetraba con mas violencia, hasta que note que la humedad de su coño aumentaba y aumentaba hasta notar que bajaban sus jugos por mis huevos y dentro de mis muslos,

Eso era mas de lo que podía aguantar, me corrí en aquel instante note un cosquilleo que me embriagaba de placer, cada vez mas intenso ,que aumentaba y parecía que no notaba limite

Le mordí el cuello, le empecé a soltar dentro de su cuerpo todos esos jugos que tantas ganas tenía de darle.

No recuerdo en mi vida una corrida mas intensa, esta historia es la reina indiscutible de mis pajas desde entonces, y han pasado otras chicas por mi vida, tengo pareja , vivo con ella, pero mi pajas tienen dueña, y su dueña no es otra que Sandra.