Abre tus labios....

Relatos cortos de momentos precisos....

Abre tus labios……..

Abre tus labios y déjame entrar,

deja que sea yo quien sacie la sed de tu boca,

deja que sean mis labios los que den abrigo a los tuyos,

deja que sea mi cuerpo el que se aproxime al tuyo

para que el aire no pueda pasar.

(…) Tus ojos cerrados mientras nos besamos, yo no puedo cerrar los míos, no puede estar pasando, toda mi vida anhelando este momento. Recuerdo nuestra infancia en la que éramos amigos y que cada momento de juego te convertías en mi princesa querida. Todo aquello quedo atrás y ahora no puedo cerrar los ojos, no quiero  parpadear para que no desaparezcas y me dejes sumido en otro de mis sueños. Sueños en los que te hago mía, y ahora, estas aquí, entregándome tu cuerpo a la vez que yo quiero entregarte el mío, te miro, y veo tu niqui escondiendo y a la vez marcando las  aureolas rosadas de tus pechos,  que pujan por ser liberados, tu prieto pantalón vaquero que marca, aun más, las curvas de tu maravilloso cuerpo, escondido bajo tanta ropa.

Deslizo mis manos a través de tu niqui y tu espalda comienzo a rozar con la punta de mis dedos, mientras, nuestras bocas siguen jugando para que nuestra sed sea saciada, acaricio tu cuello con mis manos y dejas salir tu niqui para liberar a las dos torres de placer que tienes por pechos, con la medida exacta, ni muy grande ni muy pequeño, y con esa aureola rosada que tantas veces creí entrever. En lo alto, dos vigías, duros, llenos de poder, y que desean ser atrapados por mi boca y recibir el calor de mi aliento. No puedo evitarlo y me encorvo para poder llevármelos a la boca, primero uno y después el otro, tu aprovechas para retirar mi camiseta, y acariciar así mi espalda, incluso te atreves a darme un cachete en el culo.

Levanto la mirada y te vuelvo a ver, más bella que nunca, ahora desprotegida de cintura para arriba y con mirada ardiente, tus labios llaman a los míos, y de esta manera volvemos a protegernos del frio, cuerpo con cuerpo, tus pezones están tan duros que noto como quieren atravesar mi piel, lastima no poder dejarlos llegar a mi corazón, y que dejaran una marca imborrable de este momento en el que estas siendo mía.

El calor que emanamos hace que el resto de la ropa nos este sobrando, posas tu mano en tu cinturón pero no es así como tiene que pasar, la retiro y poso las mías para proceder a quitarte la ropa, despacio me arrodillo delante de ti y comienzo a bajar los pantalones, las botas ya están fuera y los pantalones no ponen oposición a dejar su sitio, delante de mí, una pequeña prenda de color negro con encajes y que se ocupa de tapar tan solo lo justo. El embriagador perfume que sale de tu piel eriza la mía y llena mis poros de deseo y pasión por probar lo que ahora tan solo respiro. Tiro hacia debajo de la pequeña prenda que hace un pequeño gesto de no querer bajar pero que termina bajando de una sola vez, con mucha facilidad. Con un ligero gesto de tu mano me invitas a probar el néctar de tu delicado sexo, buscas asiento y me dejas hacer, mis labios besan tus muslos, tu monte de venus, los labios de tu sexo; despacio, lentamente voy acercándome a tu sexo que se descubre húmedo y palpitante bajo mi atenta mirada. Mi lengua comienza a jugar con el poco bello púbico que has dejado, para pasar a atacar directamente la parte interior de ti, los círculos de mi lengua casi llegan a lo más profundo de ti, mi nariz apoyada en tu clítoris parece que también te está gustando, tu cabeza se echa hacia atrás y escucho un gemido de placer que no hace otra cosa en mi mas que animarme a seguir con el empleo del que me estoy ocupando y que parece que te estás disfrutando.

Tiras de mi pelo hacia arriba, buscas mis labios que ahora tienen el sabor de tu cuerpo mientras me besas vas  girando y haces que mi cuerpo quede donde estaba el tuyo, y el tuyo, desnudo, delante del mío. Te deshaces de mi pantalón con maestría y mi bóxer no dura en su posición original más que un segundo, haciendo aparecer mi miembro ante ti, dura y con postura  amenazante hacia tu cuerpo.  Sé muy bien lo que vas a hacer y no pienso impedírtelo, tu mirada de deseo lo dice todo, te agachas delante de ella y le das dos besos suaves antes de verla desaparecer dentro de tu boca, el calor que me produces con tus movimientos de lengua y manos me excita muchísimo y tengo mi primer orgasmo contigo.

Me llevas a la cama que está al otro lado del estudio, me tumbas y te tumbas encima de mí, el calor de tu cuerpo sigue ahí, lo noto y hace que pronto me recupere y vuelva a estar en pie de guerra, tus manos terminan de hacer el trabajo, y me ponen a punto para el siguiente asalto.

Me miras a los ojos mientras subes encima mío, buscas la postura más cómoda para poder dejarme entrar, y con tu diestra mano diriges la punta de mi miembro hacia tu interior, no tardo en entrar por lo húmeda que estas. Lo haces despacio hasta que esta toda dentro y te quedas ahí, mientras bajas a besar mis labios y a dejar que el momento dure, sabes que este momento es especial y lo haces eterno para ambos. Empiezan tus movimientos acompasados, silenciosos, en la habitación solo se oye nuestra respiración que poco a poco se coordina también, mis manos en tus pechos acarician la aureola de tus pezones quedando atrapados entre mis dedos para ser ligeramente pellizcados, tus movimientos se van acelerando y desde mi posición veo como tu sexo recorre la piel de todo mi miembro como los labios se ajustan perfectamente a él y lo recorren una y otra vez incrementando la velocidad y la violencia con la que te penetras, mi mano libera uno de tus pechos para poder acariciar tu clítoris y sentir como esto te hace acelerarte una vez más. Tus ojos se posan en mi para pasar a estar en blanco y cesas de tus movimientos pidiéndome que no me mueva, que me este quieto, que este momento tiene que alargarse…. Dejo que termine tu orgasmo para proceder a provocarte otro, cojo en volandas tu cuerpo y te poso sobre la cama, de lado, con las piernas juntas y procedo a entrar en ti de nuevo, tu sexo esta apretado  pero muy húmedo y siento como tus músculos se aferran a mi, entro y salgo, con mis manos en tus pechos, veo como vuelve el color a tu cara, color que había visto antes, no hacía más de 2 minutos, tus gemidos se aceleran de nuevo y el ¡sudor que mi piel gotea, salpicándote en cada embestida, no voy a aguantar más, te pido que vengas conmigo, que te corras conmigo, y en un último esfuerzo caemos los dos rendidos, sudorosos y repletos de placer, lo hemos conseguido, tus gemidos tapaban los míos y junto con el ruido de nuestros sexos chocando violentamente, hacían en la habitación la mejor música que nuestros oídos habían oído.

Creo que no he cerrado los ojos en ningún momento para no perderte, ahora derrotado y con los ojos caídos, tengo miedo a abrirlos y que te hayas ido(…)

Pd:Desde este segundo relato que escribo quiero dar las gracias al amor de mi vida por animarme a escribir y dar sentido a mi vida, dar las  gracias a todas las personas que leyeron mi primer relato, y muchisimas gracias a aquellos que comentaron pues todos ellos han hecho posible que este segundo haya surgido.