Abre la puerta y olvida

Abre la puerta y olvídate de mí, que yo me quedo discutiendo con ese monstruo que me insulta al otro lado del espejo.

Abre esa puerta y olvida

Olvida todo lo que reíste junto a mí

Abre esa puerta y olvida

Mi cuerpo manchado de tu carmín

Ábrele la puerta a los vientos

Que se lleven los besos, el sexo, el pasado

Ábrele la puerta al invierno

Y que hiele nuestro amor acartonado

Abre la puerta y sal de mi vida

Abre la puerta y dame soledad

Abre la puerta, olvida, ¡Olvida!

Que a veces es lo mismo

Olvido y Felicidad

Olvida tus noches a mi vera

Bajo las sábanas del amanecer

Y como la luna, lunita, lunera

Nos bañaba en luces de placer

Tu sexo ya no me olerá

A locura y deseo y rosa y mar salada

Y tu cuerpo no lo atravesará

Mi puñal de carne de la madrugada

Ya no pelearán fluidos en la noche

No despertarán vecinos envidiosos

Los jarrones no volverán a abrazar las flores

Y la muerte no caerá cuando se cierren tus ojos

Abre esa puerta y vete lejos

Que tú encontrarás alguien mejor

Yo me quedo, discutiendo con el espejo

Ese monstruo que siempre lleva razón

Ya no volverán tus gritos a llenar mi vida

No volverá el sueño a unirnos en la madrugada

No volverá mi cuerpo a sellar tu herida

Donde no hay nunca dolor ni casi sangre que valga

Sal de nuestro cuarto, abre la puerta

Deja que entre mi mayor pesadilla

La visión de una cama, absurda y desierta

Sin tus besos para seguir alargándome la vida

Abre esa puerta, ya no hay gemidos

Ya no hay gritos, risas ni placer,

Ya no existen cuerpos desnuditos

Bajo la sotana del anochecer

Abre esa puerta y olvídate de mí

Abre la puerta, ya me enseñaste a vivir.

Ya no hay nada que te retenga aquí