Abel y yo

Aunque se tomó como base otro relato esto tambien ocurrió. Fuí sin querer como pasó nuestra primera vez.

Todo comenzó un día en que Abel, mi hermano de 13 años y yo de 16, fuimos a un cibercafe, y en su e-mail encontró un mensaje de un amigo, exaltado Abel me dijo había copiado en un disquete un mail ya que quería le explicara algo que no entendía. Le dije ¿que era? pero dijo mejor en la casa. Y dije bueno

Al llegar a casa cada uno siguió la rutina. Cenar y TV, luego despedí para dormir. Cuando iba a entrar a mi cuarto él me llamó a su cuarto, pasé y cerró la puerta, prendió la pantalla de su pc, que estaba lista, me miró y me dijo, -esto es muy raro, espero que tú sepas de esto y me lo expliques, y comenzamos a leerlo. Contaba el incesto con su hermana y ilustraba con fotos, en ellas aparecía teniendo sexo con esa chica que decía era su hermana. Claro que no me puse a pensar que eso no era posible si que alguien les tomara las fotos.

Al terminar de leerlo y de contestar sus dudas, me miró y sentí que estaba excitado, como yo, con pena me pidió que le enseñara "como era eso". Le dije que sabía poco pero que me fuera diciendo lo que queria entonces me dijo: Déjame verte desnuda, te he mirado a escondidas cuando sales del baño y he logrado ver un poco y ahora quiero ver todo cerca. Le dije: -dando y dando si te muestro algo tú me mostraría también y si me dejo tocar, tu te dejas tocar. Yo quería ver su pene, sentirlo y también quería chupárselo para sentir su babita, como se veia en una de las fotos del mail, pues me quedó la duda de como seria su sabor.

Así empezó todo, me quité la bata y al momento me comenzó a tocar las tetas, al instante me sentí caliente y así en interiores nos pusimos a tocarnos por todas partes entonces le pedí que se quitara su truza, como le dio pena yo tuve que quitársela y al hacerlo salió muy paradito su palito, la verdad estaba mas grande de lo que yo pensaba y al verlo me quedé mirándolo fijamente aprovechando de quitarme mis panties y al terminar ráuda le toque su cosa y pude sentir lo dura que estaba.

Me pidió que se la acariciara ante mi torpeza, me explicó como hacerlo, él ya se masturba, interesada seguí sus instrucciones y al estar en eso me fui acercando mas a su palito y de pronto me provocó besárselo y al hacerlo me pidió que se lo chupara, como ninguno lo había hecho, nos pusimos a ver las fotos y yo se lo agarré con una mano y lo metí casi todo en la boca y comencé a chupárselo, él me dijo que sentía muy rico y yo sentí que estaba botando una babita muy espesa pero no sabía a nada, entonces se lo apreté y le salió mas y agarré un poquito y lo unté en mi rajita y me dí cuenta que yo también estaba mojada, él se dio cuenta y empezó a tocarme y a tratar de mirar dentro, eso si que es rico le dije dame aquí que es donde siento más rico y así me excitó demasiado y fuimos mas allá que lo que el deseaba preguntar o ver, pues él solo quería conocer mis partes, era tan sabroso que al momento miré la foto de la niña con el pene de su hermano tratando de penetrarla y le dije trata de meterlo, soy mas grande que tu y puede entrar.

Al instante me acosté y él me dijo que si me dolía le avisara para sacarlo y antes de hacerlo le dije que lo mojara bastante con su lengua y así sentí lo más sabroso de todo al lamerme mi cosita sentí que me moría, méteme la lengua, le dije, y agarrándome las nalgas que me las empezó a masajear, me jalaba para su cara y comenzó a chupár mi pepita y a meter su lengua.

Yo estaba abierta a mas no poder y de pronto lo apretaba con mis piernas, entonces de pronto se paró y se arrodilló entre mis piernas y me enseño su pene que estaba durísimo y me dijo ponte mas empinada para meterlo y lo que hice fue ponerme dos almohadas en mi culito y quedé alta, con mucho miedo recordé que mis amigas siempre hablan de que eso duele, entonces le dije; - aunque me duela tu vas a seguir metiéndolo y así poco a poco me lo empujas para que llegue bien adentro, lo metes y sacas seguido, quiero sentir tu babita al acabar en mi boca, quiero sentirla y probar a que sabe.

El se acomodó y me miraba a los ojos y tocándome con su palito me preguntaba, - por aquí?, yo le agarré el palito y sentía como le palpitaba, estaba duro y listo para romper mi virginidad, recordé que era peligroso hacerlo por lo del embarazo y todo eso según nos habían dicho en la escuela, pero cerré los ojos y lo jalé guiándolo para que entrara en mí. El contacto de su pene fue estremecedor, tenia mucho miedo, quería llorar del susto, ya no podía ni hablar del nudo en mi garganta pero solo quería tenerlo adentro sentía una necesidad inmensa de tener el pene caliente y mojado de Abel rompiendo mi himen.

Mi hermanito al que siempre cuidaba y con el que peleaba a cada rato, esa noche me hizo mujer. Ya cuando llego a buen camino yo apreté los dientes y me agarré de la cabecera de la cama, no pares le dije sigue así, no pares, así, Abel, así métela mas, así papito, ay no, ahora si me duele, siento que entra muy forzada, me estas rompiendo, dale no pares por favor sigue, yo aguanto, en ese instante me estaba haciendo la fuerte pero comencé a llorar, apreté los tubos de la cama y me mordí los labios porque ya no aguantaba el ardor y como si me clavaran un cuchillo, sentí como rompía mi himen, sentí un puyazo y un dolor aun más fuerte como si le dieran paso a un fierro caliente que entró todo hasta el fondo, él lo siguio empujando hasta que terminó de entrar libremente. Abel me secó las lagrimas y pude ver que lloraba también, le pregunte que si le dolía a él pero me dijo, - no lloro porque te estoy haciendo llorar y te quiero mucho.

Entonces le dije no pares papi lindo que yo quiero que goces mucho y me duele tanto pero después me vas a hacer gozar a mí también, en este instante me solté y con mucho cariño lo abracé y lo apreté con mis piernas y así llorando y todo lo empujé con mis pies para que me lo metiera mas y lo jalé con mis manos por las nalgas sintiendo un gran dolor pero también un placer inmenso al sentirlo dentro de mí y le dije - creo que no te voy a dejar salir de mí, quiero sentirla toda la noche y ahora te toca sacarla y meterla, quiero que bombees cada ves mas duro.

Al hacerlo yo lo ayudaba y el dolor fue creciendo al lastimar mi rajita herida, se me escapo un grito y el se asustó pero yo lo calmé hablándole al oído y por primera vez para aguantar mi dolor y calmarlo, lo comencé a besar en la boca, me lo comía a besos con furia y así abrazados llorando y besándonos como los mas lindos amantes me agarró por las nalgas y me lo clavo todito encorvándose entre mis piernas y sentí su palo pegado al fondo de mi vagina cuando de pronto me llenó de un calentísimo chorro de su leche que le salía explosiva que yo recibí en mis entrañas y solté un llanto continuo pero apagado para que no nos descubrieran y lo besé nuevamente con mucho cariño y me sentía muy bien al verle su carita llena de placer y gozando tanto conmigo que me creí la mejor hermana del mundo, muy complacida aunque adolorida.

Así nos quedamos un rato y yo de vez en cuando lo miraba y lo mimaba dándole besitos y diciéndole que lo quería mucho y que me había complacido mucho, por supuesto teníamos que separarnos pero yo lo quería tener dentro de mí lo más posible. Al rato sentí como se desbordaba su leche entre mi culo y me mojaba toda entonces fue cuando lo solté para que se retirara y con mucho cariño trajo el papel del baño y comenzó a limpiarme y yo lo veía preocupado por la sangre botada, pero lo calmé y le dije vamos a bañarnos que aquí no sale el ruido del baño y así me limpio.

Después de bañarnos fuimos a la cama y yo nuevamente se lo mamé un rato y le dije que quería sacarle mas leche para saborearla y tomármela, entonces se arrodilló en la cama y mientras yo me daba gusto mamándoselo el se daba con su mano y me decía, - así me masturbo yo en el baño cuando estoy caliente pensando en ti y al rato con el mayor de los gustos yo le recibí todita esa leche caliente saliendo de su pija y nuevamente sentí como botaba chorros de leche en mi boca que trate de saborear y luego me la fui tragando, así seguí un rato chupándoselo para asegurarme que no se perdiera nada y por fin perdió dureza no sin dolor me tuve que ir a dormir a mi cuarto. Pero ya habría otros encuentros.