Abducido 8.0 Decisión final

Fin de la saga y comienzo de la siguiente?

El Tribunal se aproxima amenazante en su túnica negra. A como puedo, me incorporo del suelo, para quedar de rodillas. Se proyecta una sola imagen: Soy yo mismo tal cual estoy ahora: Arrodillado en el suelo frío, mi estómago y mis intestinos llenos de semen y orina. Sin memorias y sin voz. Sin vello, desnudo, en castidad.

“Esta criatura sabe en su alma quién es. Durante el Juicio, se sometió a figuras de autoridad sin dudarlo. Luego del Juicio, se permitió ser usado y degradado por Hombres y le fue placentero”

Algo en mi interior aún lucha. No puedo hacer sonido alguno pero internamente estoy gritando, suplicando para que todo esto sea sólo un sueño. Pero es real. Me sentía como al borde de un negro precipicio, con los pies al filo mismo del abismo, con ese sentimiento de vértigo que antecede a la caída.

El Tribunal tiene algo en sus manos y me lo entrega. Es un collar de metal, compuesto por dos mitades. Veo al grupo de esclavos al fondo de la caverna y sé que ellos también portan un collar similar.

“Este es el símbolo de lo que te convertirás. Un esclavo. Propiedad de Hombres y hecho para servirlos. Para ser usado. Pero tambien es algo más. Una vez que lo portes, tu vida anterior se  habrá ido para siempre. Nadie puede forzarte a colocarlo. Debes aceptarlo libremente. Pero una vez que lo tengas, no podrá ser removido jamás. Tampoco podrás dejar este lugar. Ahora que se te ha revelado tu verdadera naturaleza, debes hacer la decisión final. Puedes volver a tu inadecuada vida de mentiras o permanecer aqui y obedecer los deseos de los Hombres que serán tus Amos”

“Te has visto a ti mismo. Has conocido tu deseo de ser sometido. El placer de entregarte a un Hombre. Entiende esto: Aceptar que eres sumiso no será debilidad, sino simplemente aceptar la verdad de tu verdadera naturaleza. ¿Estas dispuesto a vivir conforme a tu naturaleza o esconderte y vivir una mentira? Debes ser fuerte y rendirte a la sumisión completamente y sin reservas. Ha llegado el momento. Es tu decisión”

Sigo inmóvil en el piso. Pero en mi mente, estoy cayendo al precipicio, hacia la oscuridad. Mi cuerpo está paralizado, aterrorizado. No recuerdo nada de lo que había antes de ser llevado a la caverna, pues no tengo memoria. No puedo llorar, pues no tengo voz. Si hago esto, sé que permaneceré en este mundo oscuro para siempre. Nunca volveré a ver el sol. Nunca veré de nuevo a mi familia o a mis amigos, a quienes ya no recuerdo. Nunca volveré a tocar a una mujer. Mi propio pene quedará sellado para siempre. Sin uso y marchito.

Pero recuerdo bien las sensaciones que tuve al probar mi primera verga. El sabor de la saliva, de la orina y el semen. La sensación de mi culo al abrirse al ser cogido por primera vez. El placer de servir a un Hombre. A un Hombre de verdad.

Lo sé.

Es verdad. Soy hombre pero en el fondo no soy un Hombre verdadero. No de la manera que ahora conozco.

No recuerdo mi vida anterior pero sé que es verdad. Esa vida y cómo la vivía era una mentira, un engaño que la sociedad me inculcó, haciendome creer algo que no era. Todo estaba mal.

He tocado fondo. Me han quitado todo, todo se ha disuelto y debo dejarlo ir. Con esta revelación, sigue una súbita clarividencia: Me veo tal cual soy. Por lo que siempre fui y seré. Una criatura sumisa y obediente. Bajo mis ojos. Veo el collar de metal. Es pesado pero ahora mi alma está tranquila y ligera. Lo llevo a mi cuello y cierro ambas mitades. Las dos piezas se fusionan en silencio. Sé que jamás se separarán. Serán una sola pieza que marque mi esclavitud. La que he aceptado voluntaria y libremente. Mi ultimo acto libre.

“Está hecho” anuncia el Tribunal. A mi lado, el brasero izquierdo, ya desde hace tiempo apagado, se esfuma. El brasero derecho también, pero la flama blanca e intensa parece conservarse, en algún lado de esa oscura caverna.

Los guardas me levantan. Me pongo de pie con dificultad. Camino hacia la derecha, guiado por ellos para unirme al grupo de compañeros que me esperan. Todos ellos desnudos, lampiños, condenados a la castidad de sus vergas, arrodillados y sumisos.

Y sé que no habría otro lugar en el mundo donde quisiera estar.


Fin de la serie.Si les gustó el argumento, comenten y veré si la continuo.

puto_goloso@hotmail.com