Abducida por extraterrestres (2)

Continúa el siniestro desenlace del secuestro de Carmen por seres alienígenas.

Abducida por extraterrestres (2)

Carmen abrió los ojos lentamente para ver, pesada y fatigosa, una amalgama de extrañas y enmarañadas formaciones vegetales nunca antes vistas por un ser humano. Enormes y tropicales flores, de colores chillones, pendían de verdes y magentas lianas coronadas por unos pistilos rebosantes de granos de pólenes tan grandes cada uno de ellos como su delicado y blanco puño femenino.

El suelo estaba ligeramente húmedo y diminutos granos de arena y delgadas y finas hojas se le adherían a su suave, impoluta y delicada piel. Poco a poco, fue desperezándose de la pesadilla sexual que creía haber tenido. Sentía reseca y angosta su garganta en clara necesidad de paliar la sed que la embargaba. Se tocó la cara, restregándose los ojos, intentando disipar el profundo sopor de sus jóvenes párpados y se incorporó ligeramente sentándose en la arena de donde yacía tumbada.

Quitándose con las palmas de las manos los desechos que tenía adheridos sintió la  hipersensibilidad que su piel transmitía por todos y cada uno de sus poros. Se dio cuenta de cómo, curiosamente, sus pechos habían ganado en volumen y cómo las areolas y pezones que los remataban se mantenían en una dureza  y tamaño que hacía sospechar que poco antes hubieren sido éstos objeto de las más libidinosas y sistemáticas  atenciones. Con presteza dirigió ambas manos hacia aquellos pesados globos en los que se habían convertido sus nada desdeñables senos para descubrir una sensibilidad y un placer que hiciera que todo su cuerpo se estremeciera con el más leve roce. Tras una ligera presión en ellos vio como se precipitaban de sus pezones unas rutilantes y blancas gotas de leche materna. Su mente trabajó rápidamente para recordar, en fracciones de segundo, lo que su embotada mente había intentado ocultar en una ensoñación onírica carente de sentido pera descubrir, con terror, que aquello había sido verdad.

Su mirada y sus manos fueron raudas a su vientre, un vientre que permanecía plano, tan liso y tan contorneado como siempre había estado. Suspiró aliviada ante su ingenuo pensamiento para descubrir unas extrañas argollas que, a modo de tobilleras, tenía alojadas en sus perfectos y femeninos pies. De la misma forma,  se percató de otra argolla más que, como si fuere un pesado collar, ostentaba su delgado cuello. No sabía bien qué eran aquellos dispositivos. De sus rebordes emanaban pequeños y fugaces destellos de luz azul que en rápida sucesión fueron remitiendo hasta tornarse en un liso y grisáceo ornamento de un extraño metal alienígeno. Su mente pronto relacionó a los extraños seres con aquellas cosas que tenía y que tenían toda la pinta de ser unos dispositivos tecnológicamente muy avanzados. Inútilmente quiso quitárselos para descubrir que sus esfuerzos eran vanos,  inútiles y estériles.

Un leve suspiro se escapó de su reseca garganta para darse cuenta que su sexo estaba destilando continuos, sedosos y cristalinos fluidos lubricantes que mantenían completa y constantemente mojado su canal vaginal y su vulva; una vulva que mantenía unos labios mayores separados y permanentemente excitados para mostrar unos labios menores rojos, sensibles e hinchados en clara armonía con el inicio de un canal vaginal receptivo y preparado: el suyo.

El pequeño y gracioso arito de plata que tenía en el capuchón de su inflamado y expuesto clítoris brillaba bañado en los sedosos y abundantes fluidos que su sexo producía. Confundida, se puso en pie oteando a su alrededor para ver dónde se encontraba en realidad.

Era una estancia grande, con un techo alto, muy alto, tan alto como para poder albergar un buen abeto terrestre plenamente desarrollado. En contrapartida, cientos de extrañas plantas se enraizaban y debatían entre ellas por alcanzar la cúspide de la estancia. Un techo que estaba sembrado de multitud de extraños y prosaicos alveolos de argénteas y níveas formas octogonales remataban una cúpula metálica de extraña y compleja factura. Carmen estaba en un extremo de la estancia. A su izquierda, había una pared, también metálica, sólida y lisa que trazaba un ligero arco hacia el techo abovedado. El suelo, tenía multitud de granos de arena de brillantes y curiosos colores destacando los tonos dorados, plata y rojos y que refulgían ante una extraña luz ambarina de la que Carmen no tenía muy seguro de dónde podía venir su procedencia.

De donde estaba, partía un pequeño y angosto sendero que serpenteaba de aquí y para allá en el entramado vegetal de lo que, a todas luces, era una especie de invernadero. Carmen oyó, cerca, muy cerca, el leve sonido de una pequeña cascada. Agua. Su cuerpo pedía a gritos beber lo más pronto posible el líquido y preciado elemento. Apenas tenía saliva para unos labios que, resecos, trató de apretar para insuflarse valor para avanzar por el entramado y estrecho camino que tenía delante de ella. Avanzó temerosa tal y como estaba, desnuda y sintiendo que toda la humedad de su frágil y femenino cuerpo se concentraba en su sexo. Un sexo que no paraba de destilar unos sedosos y abundantes fluidos que ya recorrían el interior de sus muslos.

Carmen sentía llenos y pesados sus pechos. Unos pechos que bailaban por su propio peso ante el más mínimo movimiento que la dulce y joven ninfa realizaba en su avance por el angosto pasaje selvático.

Las extrañas formas vegetales rozaban sus delgadas y desnudas pantorrillas ante su cauto paso y sus estilizadas y suaves manos se veían a veces obligadas a apartar inverosímiles hojas nunca antes vistas. De repente, en su avance y tras apenas recorrer escasos quince metros, Carmen sintió una profunda y perentoria sensación de necesidad sexual localizada en su bajo vientre cayendo de rodillas en el cristalino y colorido suelo. Se llevó la mano izquierda hacia su sexo, inflamado y húmedo, y la derecha hacia su pecho derecho. Un pecho que ante el mínimo roce y excitación dejó entrever una gota de leche materna en su enhiesto y erecto pezón. Cerró los ojos, frunció las cejas y su boca se transformó en una mueca de beso en un claro y devastador rictus de vasto y sublime placer cuando inició una masturbación que su cuerpo y su mente necesitaba. Una esfera flotante salió de repente ante la frondosa vegetación para observar las maniobras de la joven y excitada mujer terrestre.

-          Aaahhh jo…joder qué coño me está pasando…. Aaaahhh. ¡Dios mío qué caliente estoy! Me… me vengo toda joder y casi no me he tocado…ooooh joooder!

- La sonda de análisis de aproximación está activa y cerca del espécimen hembra de prueba –dijo Cir101, la biogénesis central de la nave planetaria alienígena. Sus comunicaciones se hacían a un nivel de frecuencia tan bajo que la joven hembra humana no podía discernir sonido alguno de la fuente de procedencia- Las constantes vitales de la hembra son estables pero sube su ritmo cardiaco y el flujo sanguíneo rededor de su sexo.

-          ¡Aaaaahhh joder! ¡Me corro! ¡Me corro! ¡Me corroooooo!

Tres extraños seres observaban a distancia los acontecimientos mientras la sonda de aproximación de biomasa flotaba alrededor de la chica y transmitía todos y cada uno de los movimientos de esta, sus constantes vitales y sus sonidos. Era como si aquellos seres estuvieran a escasísimo metro o metro y medio de la excitada y obnubilada mujer sin estar realmente en la escena. Las sondas de trazabilidad vital que le habían puesto a Carmen en los tobillos y en el cuello, transmitían multitud de datos de carácter médico y técnico a la biomasa flotante y de ésta a los seres y a la biogénesis central de la nave que, de vez en cuando, comentaba los datos significativos que eran transmitidos.

- El espécimen parece haber tolerado muy bien la simbiosis celular realizada por el Tórmix –dijo un Arx muy animado-

- Sin duda, incluso el pequeño incubamiento de la simbiosis fue todo un record, jamás había durado tan poco la gestación de las larvas. Por cierto… ¿salieron todas, verdad?

-          Aaaaaah ¡Dios mío qué corridaaaaaa! –se le oía de fondo a una Carmen que no paraba de hacerse el molinillo de rodillas en el suelo-

- Por supuesto. Yo mismo hice los patrones de pruebas necesarias y Cir se encargó de realizar un escáner de alto perfil pseudobioquímico con unos resultados espectaculares . Ahora tenemos ocho Tórmix más en el depósito de especímenes –contestó Xtro-

- Efectivamente, comandante - se precipitó a contestar la biocomputadora central- no quedó en su organismo ni el más leve rastro del Tórmix y de su prole, todos salieron con muy buena salud y unas constantes vitales sorprendentemente buenas, cosa realmente rara. En cambio, el cuerpo del huésped se ha vuelto aún mucho más receptivo a cualquier estímulo sexual inducido o accidental.

-          ¡Aaaaah otra vez!  ¡Me voy a venir otra vez! –gritó Carmen echándose hacia delante y poniéndose  a cuatro sin disminuir el ritmo de sus manos sobre sus zonas erógenas-

- ¿Accidental? –replicó el comandante-

- Sí señor, no sabemos porqué pero según la extrapolación de los análisis efectuados el espécimen tendrá episodios inusuales de necesidad sexual cada cierto tiempo sin necesidad de estimulación alguna. Esto es una característica que sólo en la raza Kártilax del sistema Ilion 5 se ha podido dar cuando han alcanzado la simbiosis celular con los Tórmix.

-          ¡Dios mío! ¡Oh Dios mío qué pedazo de pajaaaa!

- Y eso es justo lo que está haciendo ahora el sujeto, ¿no es así? –dijo Arx- Satisfacerse a sí mismo en uno de esos episodios accidentales, ¿verdad?

- Sí, eso es. Al menos es lo que mis cálculos analíticos creen que debe estar experimentando y sucediendo en el sujeto de pruebaen este mismo momento – contestó Cir101- Por otro lado, es muy significativa la producción de leche de sus glándulas mamarias. Su cuerpo ha reaccionado de manera increíblemente acelerada al hecho de saberse que ha estado preñada.

- Veremos si su secreción materna es o no aceptada por las Climatzu. – argumentó el comandante - Espero que se dirija hacia el agua que es donde está la primera de ellas.

- Lo hará sin duda señor- dijo Cir101- su sensación de sed después de todos los líquidos perdidos debe de ser perentoria. En cuanto termine con este episodio accidental se dirigirá hacia el riachuelo sintético.

-          ¡Aaaaaaaaaahh Dios mío! ¡Me corro toooodaaa! –gritó Carmen boqueando la poca baba que le quedaba en su reseca garganta-

- Qué estará diciendo el espécimen –dijo Arx intrigado- ¿creéis que le estará doliendo ? ¡No para de agitar toda su mano en su sexo! Es como si…

- No, no creo –interrumpió Xtro- Creedme, he estado estos últimos púlsars con ella mientras estaba simbiotizada por el Tórmix y me dio la sensación de que, incluso en letargo, estaba disfrutando de la intrusión del gusano. Entre el placer y el dolor hay una delgada línea que los separa pero en este caso estoy convencido de que su especie, y concretamente este sujeto de prueba, es más proclive al placer que al dolor.

-          Aaaaaahh….mmmmn ya…. Ya…. Ufff joder, ¡me he vaciado toda ostias! ¡Me tiemblan hasta las piernas! –dijo Carmen dejándose caer en la arena pues ya ni las rodillas ni su mano, que la mantenía apoyada en el suelo, podían sostener su tembloroso cuerpo.-

Su sexo aún estaba proporcionándola pequeñas convulsiones. Todo el cuerpo de la joven y guapa chica se debatía en pequeños temblores y espasmos involuntarios. Carmen sacó su puño del inflamado, abierto y mojadísimo canal vaginal produciendo del fondo de su gruta un sonido como de vacío. Como único sonido de fondo estaban el caer del agua en la lejanía y la cercana y fatigosa respiración de su pecho intentando volver a la realidad. La sonda biosintética continuaba flotando alrededor del cuerpo sudoroso de la chica que permanecía aún tumbada boca abajo, recogiendo, catalogando y enviando todos los datos que las sondas de trazabilidad vital, que tenía la joven y atractiva hembra humana en los tobillos y en el cuello, transmitían.

-          ¡Oh Dios mío! ¡Me he metido toda la mano en el coño! ¡Me he hecho un fisting yo misma! ¡Joder! ¡No puedo creérmelo! Oooooh jo… joder, joder me tiembla todo….oooooh

- Las sondas dicen que los niveles de hidratación del cuerpo del espécimen son bajísimos y cercanos a la deshidratación –comentó Cir101- debería dirigirse hacia el riachuelo de forma inmediata para poder recuperar electrólitos -

- Lo hará, su instinto de supervivencia la hará llegar hacia el depósito de agua –sentenció Arx-

- Debo admitir que de momento se está revelando como un espécimen curioso a tener en cuenta . Mirad, parece que ya se está poniendo en pie -dijo el comandante-

-          Joooder qué arrebato de paja. Necesitaba de forma urgente algo en mi coño que me lo tapara. Qué extraño, nunca me había pasado esto. ¿Y por qué coño estoy hablándome en voz alta? Esto que me está pasando es una locura. Debo ir hacia ese riachuelo que oigo, ¡estoy sedienta!

- Insisto en que me gustaría saber qué está diciendo la criatura . –volvió a decir Arx- ¿En serio la banda de transmisión lingüística no puede darnos una información detallada de sus comentarios Cir?

- De momento no, tripulante –contestó la biogénesis central de la nave- Aún no tenemos un patrón de su lenguaje para poder decodificar su lengua.

- Si es así no sé porqué le hemos implantado un inhibidor de pensamiento del grupo 2 y una…

- Es el protocolo Arx –interrumpió de mala gana el comandante -, ni más ni menos. Si vemos que la Climatzu de Beta-Orión admite sus secreciones mamarias como alimento podríamos pasar a la fase tres de la búsqueda y sería un gran avance para nuestra supervivencia. Necesitamos esos beta-bloqueantes de la Climatzu si queremos continuar viviendo.

- –dijo Xtro- podría ser un gran descubrimiento para la flota las hembras de esta especie. Veamos qué ocurre. Mirad se dirige lenta pero derecha hacia el depósito de agua.

- Cauta pero estúpida hi hi hih ih hih ih –rió histriónica y aberrantemente Arx-

- Hi hi hih hihihihihhhhhiiiiiiii – rió el comandante de la nave sujetándose el inflado vientre- Buena broma Arx, hihihi hih ih ih iiii, buena broma. ¡Aunque visto lo visto con esta especie quizás hasta disfrute!

- Veremos. Mirad, ya está bebiendo del depósito.

Carmen pudo encontrar rápidamente un límpido y claro manantial de agua fresca y pura que manaba de una especie de roca porosa. De ella  irradiaba una asombrosa e intensa tonalidad malva brillante que hacía que el básico e imprescindible elemento se tornara de un atrayente fulgor multicolor en su caía. El agua se precipitaba con fuerza y fluidez hacia una pequeña charca de un metro o metro y medio de profundidad. Rededor de ella eran muchas las especies vegetales que crecían en la supuesta libertad que aquel insólito invernadero les proporcionaba. Extrañas especies, de colores y formas desconocidos para la joven chica salpicaban un entorno cálido y acogedor en una paz reforzada por el ronroneo del agua.

Carmen se precipitó de un salto hacia la pequeña cascada poniéndose de pie bajo ella y haciendo que todo el líquido elemento refrescara su tersa y suave piel. Abriendo desmesuradamente su boca, Carmen comenzó a beber el agua que su cuerpo estaba demandando y pronto sintió que su sed desaparecía ante el vergel que, hasta ese momento, no había notado beligerante.

Comenzó a salir de la charca por un lado de la misma en la que el agua le cubría apenas su sexo desnudo. Mirando de nuevo a su alrededor sintió una extraña sensación de sentirse blanco de extrañas miradas. No era sólo la pequeña esfera flotante la que  observaba sus movimientos, allí, con ella, había algo o alguien más y no era capaz de identificar qué era ni dónde estaba el peligro que su sexto sentido estaba advirtiéndola.

El miedo empezó a apoderarse de ella cuando notó un apagado y débil sonido que procedía de una inmensa flor acampanada de color amarillo pálido situada como a dos metros por encima de su cabeza. La flor, que estaba parcialmente cerrada se estaba abriendo de forma desmesurada evidenciando unos extraños y delgados tentáculos ambarinos que se movían enloquecidos, enroscándose unos con otros en un baile de poder por alcanzar a tocar a una víctima que se hallaba lejos de su alcance. El pánico de Carmen hizo aparición y su instinto hizo lo propio: salir corriendo tan rápido como pudo de aquella charca que apenas le cubría ya los pies. No habría recorrido ni un metro cuando desde el suelo y al lado derecho de Carmen emergió una especie de liana gelatinosa de apagado color marrón que la asió con fuerza de uno de sus tobillos haciéndola caer de bruces contra el suelo. De forma inmediata, la liana la arrastró con una fuerza inusitada hacia la flor quedando la joven suspendida y boca abajo. Mirando aterrorizada hacia la extraña planta animada Carmen gritó aterrorizada ante lo que suponía que aquella cosa iba a hacer con ella: devorarla. De inmediato del suelo surgieron otras lianas para cogerla de sus muñecas quedando Carmen práctica y literalmente inmóvil y a merced de lo que aquel ser quisiera hacer con ella. Sólo una de sus piernas permanecía libre y aún moviéndose en unos absurdos movimientos que la hicieran desprenderse de la fuerte sujeción que aquellas lianas estaban manteniendo sobre sus extremidades pero pronto aquella supuesta libertad fue truncada ante una nueva liana gelatinosa que emergió rauda para enroscarse, poderosa, alrededor del tobillo y de la pantorrilla de la joven ninfa.

Los tentáculos de las manos ejercieron más fuerza dando la vuelta al contorneado cuerpo de la chica y quedando ésta suspendida a escaso medio metro de la flor. Los tentáculos ambarinos de ésta se acercaron a la cara de Carmen tocándola y explorando qué cosa había entrado en sus dominios. Pronto éstos dejaron en paz la faz de la chica para explorar los pechos de ésta repletos de leche materna. Ante una leve presión de ellos, sendos pechos lanzaron chorritos de líquido materno que fueron a parar a la acampanada estructura vegetal. La inmensa flor, suponiendo que aquel extraño animal estaba salpicándola con alguna especie de corrosivo y letal veneno, se alejó instintivamente de la víctima que tenía prendida. Manteniéndola aún firmemente agarrada los tentáculillos ambarinos recogieron la nívea sustancia para probar cuáles eran los raros ingredientes que la integraban…

- La climatzu ya la tiene en sus tentáculos. ¿Creéis que le gustará la secreción glandular de esta especie? –dijo Arx-

- Difiere en algunos iones, en los niveles de lactosa y en la saturación de azúcares complejos respecto a sus víctimas originales de Kerotópodos. Ya analicé sus secreciones mientras estaba preñada de lostórmix y los comparé para ver si eran o no similares –contestó Xtro- Podría pasar que le gustara o que rechace a la víctima lanzándola lejos de su territorio.

-          ¡Jo- jodida planta de mierda! ¡Suéltame maldita zorra! –gritó Carmen intentando inútilmente zafarse de los cuatro tentáculos marrones que inmovilizaban sus cuatro extremidades-

- Eso pronto lo averiguaremos, mirad acaba de descubrir dónde están ubicadas sus glándulas mamarias . –dijo Xtro introduciendo unos datos en un extraño terminal-

- Hi hi hi hi hi hiiiii - rió histriónicamente Arx- ¡La climatzu está completamente confundida de la víctima que ha cogido! !Si ella pensara…!

- Es lógico Arx – interrumpió el comandante de la nave - acostumbrada a seis glándulas y encontrarse sólo con dos debe sentirse a todas luces desorientada, no olvides que ellas no tienen órganos visuales.

- Cierto –contestó Arx- ¡Mirad! El espécimen ha soltado dos chorros de sustancia ante la presión de los tentáculos papilo-olfativos de la climatzu!

- ¡Vaya ahora sí que está desorientada! –continuó diciendo Xtro esta vez- Esto sí que no lo hacen los kerotópodos. ¿Tienes algún dato sobre esto Cir? ¿Qué crees que pasará según la base de datos de la que dispones?

- A ciencia cierta no lo sé, tripulante . –sentenció la biogénesis central de la nave- Según mis datos la climatzu debería de comenzar a estimular sexualmente al kerotópodo para que sus glándulas mamarias pudieran liberar la sustancia alimenticia de éstos pero en este caso ignoro totalmente lo que hará la climatzu. Este nuevo espécimen antropomorfo no requiere de estimulación sexual, como pueden comprobar, para poder liberar la carga generada en sus ubres. Pudiera ser que intente el mismo comportamiento original  que realizan con los kerotópodos eyaculándola también su sustancia estimulante de producción láctica en sus cavidades corpóreas pero a ciencia cierta, insisto, en que ignoro completamente el comportamiento que adoptará la climatzu en este sentido.

- Ya bueno, es curioso, sí, en cualquier caso, saldremos en breve de dudas. Observad. –argumentó el comandante de la nave- ¡Está probando la sustancia del espécimen! Parece que se ha asustado un poco.

- Normal –dijo Xtro- pensará que es una vitrinela  que le ha escupido suero tóxico.

- No, no lo creo. Tienen muy aprendidas la textura de las vitrinelas y de ser así la hubiera descuartizado ya con sus tentáculos. Está analizando la sustancia. Pronto sabremos qué es lo que hará con esta nueva especie antropomorfa – dijo el comandante-

-          ¡Suéltame hija de puta! ¡Suéltame y ponme en el puto suelo maldita planta de mierda! –gritó Carmen intentando zafarse mientras pequeñas gotitas de leche caían de los inflamados pezones de la chica- ¡Es- espera tía un momento, no, no te acerques, no te acerques joder! ¡Oh Dios mío esta cosa me va a comer viva! ¡Suéltame! ¡Dios Santo qué es lo que te he hecho para merecer este final!

La planta alienígena cató la leche materna humana. Difería bastante de la otra especie que era su víctima natural pero para su propia sorpresa comprobó que era más rica en nutrientes que la leche que estaba acostumbrada a tomar. Rápidamente tomó la decisión de adoptar a la nueva especie como nueva víctima de su cadena alimenticia y de uno de los laterales de su inmenso tallo salieron seis nuevos tentáculos especializados que terminaban en unos apéndices acampanados. Dos de ellos asieron los repletos pechos de Carmen colmándolos en toda su superficie y comenzando a ejercer una profunda e intensa succión sobre ellos con el fin de liberar el líquido nutriente que necesitaba para su supervivencia. Los otros cuatro tentáculos tocaban el joven cuerpo femenino intentando identificar el resto de glándulas de las que estaba acostumbrado a beber para no descubrir nada más que las dos que ya había ocupado.

De manera prácticamente inmediata de los pechos de la joven comenzó salir leche materna que se deslizaba ascendente por las delgadas y transparentes paredes de los tentáculos especializados hasta llegar a su estómago situado debajo de la extraña y brillante tierra del invernadero. La chica permanecía firmemente sujeta por las lianas gelatinosas e impedían que la joven pudiera hacer intento alguno por liberarse del alienígeno abrazo.

-          ¡Dios! ¡Qué me hace! ¡Qué me va a hacer esta cosa! ¡Dios mío ayúdame! ¡Ayúdame por favoooor! ¡Ooooooohh!

- ¡Increíble! ¡Ni en los mejores ensayos hasta la fecha se han podido obtener unos  avances tan evidentes como con esta nueva especie! – gritó el comandante de la nave completamente ilusionado con el resultado que estaba obteniendo-

- ¡Sin duda! –contestó Xtro- ¡Ni siquiera yo que he pasado más tiempo con esa extraña hembra podría haber imaginado éste resultado tan exitoso! ¡Impresionante!

- ¡Está succionando toda la sustancia alimenticia de las glándulas de la nueva especie con avidez! Hi hi hi hih hiiiiii ¡No puedo creerlo! ¡Y al parecer a la climatzu le ha agradado mucho los nutrientes de su líquido endocrino! –se precipitó a decir Arx pletórico ante lo que estaba acaeciendo-

-          ¡Ahhh! ¡Aaaaah! ¡Hija de la grandísima puta! ¡Cómo sigas chupándome tan fuerte las tetas me vas sacar moratones planta de mierdaaaaaaaaahhhh aaaaahhh! Ma-maldita…plan-planta aaaah ¡Me está ordeñando como una puta vaca! Aaaahhh aaaaah oooooh ummmm mmmmm

- Señores, los datos que me hacen llegar las sondas implantadas en el sujeto de prueba me evidencian que ésta está llegando a niveles altos de excitación sexual –dijo la biogénesis central-

- ¿Cómo es eso posible Cir? –preguntó el comandante- La climatzu no ha tocado su órgano genital en ningún momento.

- Eso es cierto –contestó Xtro- esto quizás fortalezca mi tesis cuando dije que posiblemente esta especie esté muy supeditada al sexo y que todo su cuerpo esté interconectado en ese sentido .

- Pe-pero eso sería extraordinariamente raro en toda la galaxia y por Arconoith! Eso supondría que habríamos encontrado la especie idónea para servir de sustento a las climatzu de toda nuestra  flota! –sentenció Arx con entusiasmo-

- ¡No blasfemes con estas cosas tan nimias Arx! –increpó el comandante- Aunque… visto lo que estoy viendo… quizás tengas… razón. Sí, es verdad… quizás esta especie pueda…

-          Oooooooh jo- joder… ¡Me está ordeñando una puta planta… mmmmffff n –noo! ¡No si- sigas más! Mmmmmfff ¡joder!

- Los sensores delatan que el espécimen hembra se está vaciando muy rápidamente de sustancia endocrina - señaló Cir 101-

- ¡Vaya! Pues eso sí que puede ser un contratiempo, las climatzu requieren de más cantidad ¿qué creéis que hará la climatzu ahora? ¿Soltará a su presa?

- ¿Sin haberse saciado ? No, imposible. Intentará estimularse sexualmente ella para poder eyacular la endorfina A3-GBH para estimular aceleradamente la producción de más sustancia glandular en la presa hembra y así continuar alimentándose – dijo Xtro-

- ¿Y pensáis que aguantará el falo de la climatzu ? –dijo el comandante- Si fuera así podríamos juntar varios rebaños de estas hembras en nuestras naves… ¡Por Arconoith que esto sería la solución definitiva a nuestro gran problema con los gamma-bloqueantes!

- ¿Quién está blasfemando ahora comandante? Hi hih ih hi hiiiiii –guaseó Arx-

-          ¡Puto vegetal mierdoso oooooh! Joder cómo me las… las… ma- mamas aaaaahh. ¡Me vas a… aaaaaah destrozar las… las tetasss mmmmmff ¡Hija de puta me estás poniendo cachonda perdida aaaaaaah!

- Los kerotópodos es la especie natural de la cadena alimenticia para las climatzu. Ellos aguantan muy bien y sin daños las penetraciones de las climatzu pero esta nueva especie antropomórfica… no sé… lo dudo un poco. Una pena lo de su extinción, servían incluso para nuestro disfrute. Me pregunto si… –dijo Arx-

- Quizás- interrumpió Xtro - esta especie sea el perfecto sustitutivo que estábamos esperando y buscando por toda la galaxia.

- Los niveles de excitación sexual del sujeto de prueba vuelven a ser casi extremos y el flujo sanguíneo en torno a los genitales de la sujeto hembra son máximos. ¡Está de nuevo al borde del clímax sexual! –comunicó la biogénesis central de la nave-

- ¡Increíble! ¡Y todo sin estimulación genital directa! Puede que tengas razón en tu tesis Xtro! –dijo el comandante-

-          Aaaaaaah mmmmmmm ¡Hija de puta! ¡Deja de ordeñarme y fóllame ya! ¡Mátame si quieres pero fóllame antes! ¡Aaaaahh joder me arde el coño y necesito polla! ¡Debo de estar loca pero necesito una polla ya! Aaaaahh joder deja ya de chuparme planta de mieeeeerdaaaaa aaahh! Por favor…. Por- por favor, ¡no puedo más!

- ¿Qué estará diciendo el sujeto? –dijo Arx-

- Hasta que no tengamos más registros y los estudiemos más a fondo no podremos decodificar su lenguaje. No creo que sea muy complicado, será tan primitivo y básico como ellos - dijo despreciativo el comandante de la nave-

- ¡Atención señores! ¡Problema! El espécimen acaba de vaciarse completamente de sustancia endocrina! –informó Cir 101-

- Ahora averiguaremos qué hace la climatzu… -dijo Xtro frotándose sus grisáceas y delgadas manos-

-          ¡PLOF! ¡PLOF!

La enorme planta apartó los dos tentáculos especializados con los que estaba ordeñando a Carmen ante la falta de leche materna con la que alimentarse. Las ventosas de éstos sonaron como dos potentes botellas recién descorchadas cuando fueron retiradas de unos pechos en los que se señalaban vistosamente la marca circular donde habían estado. La areola de la joven mujer humana se encontraba completamente exhausta y los pezones erectos y morados por la intensa succión sufrida en ellos.

De repente la inmensa flor se acercó al cuerpo de la chica precipitando los pequeños tentaculillos filamentosos que tenía a modo de pistilos. Estaba explorando rápida y eficientemente el cuerpo de su nueva víctima. Una víctima de la que hasta ese preciso instante había sido objeto de alimento y sustento vital para su supervivencia. Quería encontrar nuevas mamas con las que poder precipitar el resto de sus tentáculos especializados de succión. Cada par de tentáculos iba a parar a una bolsa que actuaba de depósito alimenticio y con la que podría subsistir una pequeña temporada, pero dos de sus depósitos se encontraban aún vacíos y pedían ser saciados cuanto antes. La calidad de la leche en nutrientes de la nueva especie era, a todas luces, superior a la de la especie antropormórfica con la que había estado miles de años en perfecta comunión y armonía. Pero esta nueva víctima era distinta, era diferente.

La planta, con cierto grado de inteligencia, no podía entender fácilmente todo aquello que estaba pasando. Sólo sabía una cosa, cada vez pasaba más y más necesidad de alimento y aquella nueva especie que había atrapado la daba un sustento de más calidad pero pobre en la cantidad que su enorme cuerpo necesitaba en cada una de sus tomas. Sabía, no obstante, que aquella era una posible nueva especie que podría suplantar sus necesidades vitales pero para ello debía saber más del ser al que tenía ahora atrapado.

Los delgados, estilizados e híper sensitivos tentáculos ambarinos habían descubierto sólo dos mamas y tres cavidades practicables en aquel delgado y pequeño cuerpo. Estos empezaron a explorar hasta donde pudieron llegar todas y cada una de las cavidades de la abducida hembra humana, hembra  que era objeto de repetidas y rápidas intrusiones en una búsqueda de la planta por saber qué receptáculo sería el más adecuado para poder eyacular su endorfina más poderosa, aquella que fuera capaz de estimular rápidamente la capacidad láctica de su nueva víctima. Para su sorpresa, las tres cavidades eran adecuadas pero cada una de ellas tenía diferente capacidad de absorción en el frágil y nuevo cuerpo hallado.

La superior haría un efecto a largo plazo pues se dio cuenta que iba a parar al sistema digestivo y de alimentación de su víctima. Era el idóneo para poder estimular la producción láctica si quería mantenerla cautiva durante tres o cuatro días y servir ésta para un sustento prolongado; la segunda cavidad fue rápidamente identificada como la entrada al aparato reproductor de la rara especie antropomórfica, estrecho, angosto, y muy húmedo era el más adecuado para absorber las endorfinas  potenciadoras a medio plazo, en pocas horas, pero además era el canal más idóneo para poder estimular su propio miembro fálico que hiciera capaz de llegar a la eyaculación de la endorfina. Era un canal con el que debía tener sumo cuidado por su doble función y porque, en cualquier caso, la planta requería estimularse para poder eyacular en la cavidad que más le interesara en cada momento la endorfina potenciadora; la tercera y última cavidad la identificó como parte del sistema excretor de la especie, delgado, largo y apretado pero… demasiado seco, demasiado seco como para poder iniciar allí mismo una penetración con su falo sin dañar seriamente a su víctima, sin embargo, era el canal de absorción más rápido que haría llegar su potente endorfina al riego endocrino en tan sólo unos escasísimos minutos y haciendo que las glándulas de leche de la receptora trabajaran a un ritmo de producción superior de 50 veces más de lo normal.

A la planta alienígena sólo le bastaron tres escasos minutos para poder averiguar todo esto haciendo uso de sus avanzados e híper sensitivos tentáculos primarios de exploración que albergaban millones de terminaciones nerviosas, papilas gustativas, olfativas y de ionización de micro partículas que le proporcionaban una valoración exactísima de la anatomía de sus víctimas, de sus posibilidades y de sus deficiencias.

La climatzu pasaba sus ambarinos tentáculos situados en la flor principal con gran rapidez pero con suavidad y extremada delicadeza porque, de forma contraria a lo que pueda pensarse, la evolucionada y extraña planta inteligente nunca jamás haría daño consciente a una víctima que la catalogara susceptible de poder ser su alimento presente y futuro, sin embargo, para todas aquellas seres que no le eran “servibles” para tales menesteres era una de las especies no tecnológicas más peligrosas de toda la galaxia con un sentido de la territorialidad tan arraigado que ni tan siquiera algunos géneros híper tecnificados se atrevían a adentrarse en los extraños bosques en los que gobernaban.

Habiendo tomado la decisión, la planta alienígena memorizó a su extraña y nueva víctima antropomórfica, su tamaño y su anatomía interna y externa con el máximo rigor que sus sentidos eran capaces de detectar para construir un patrón de comportamiento idéntico ante futuros encuentros con otros seres de la misma especie a la atrapada. De repente los tentáculos marrones que la asían de las extremidades la suspendieron a metro y medio del suelo, alejándola de la flor y aproximándola hacia otra de color anaranjado con las puntas verdosas que permanecía cerrada a modo de vaina. Los tentáculos ejercieron una pequeña y minúscula fuerza de la descomunal que ya poseía y, sin esfuerzo aparente, separó las piernas de la joven chica dejando franco y expuesto su sexo húmedo y constantemente mojado.

La vaina comenzó a abrirse lentamente mientras Carmen iba recuperándose de los orgasmos que ya había tenido con la intrusión de los tentáculos exploratorios. De ella salió una especie de grueso y elástico miembro, de rugosidades escamosas y del mismo color que la vaina que lo albergaba y que se dirigía, inexorable, hacia la vagina de su primera víctima humana.

- Parece que la climatzu ya ha acabado con el análisis de su víctima hi hi h ihi hiiiiiiii –argumentó Xtro carcajeándose-

- Sí eso parece, ¿por dónde pensáis que la penetrará para eyacular su endorfina? –preguntó el comandante-

- Supongo que lo hará allí donde sea más fácil y rápida la absorción del compuesto activo pues…– contestó Xtro-

- Pues yo creo que no, fíjate bien lo que te digo compañero científico –interrumpió Arx- yo creo que penetrará primero allí donde le sea más fácil alcanzar a ella el clímax para después depositar su carga allí donde sea más fácil la absorción del compuesto activo por la víctima.

- Eso es conjeturar demasiado –contestó Xtro-

- No, no lo es y en cualquier forma veremos en los próximos momentos si tengo yo razón o no. ¡Vaya! ¡Mirad! ¡Parece que se ha decidido a penetrarla directamente por su canal sexual .

-          ¡Aaaaaaaaaaaaaaahh! ¡Pla-planta de mi… mier...daaaaaaaaaaaghh! ¡Me vas a reventar hija de puta…aaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!

- Bueno pues ya está, ya está follándola y a base de bien a decir verdad -dijo el comandante-

- Comandante –rebatió Xtro- sabe que a nosotros, el personal científico, nos desagradan esos términos y que preferimos otros como copulación por vía sexual.

- Y a nosotros los militares nos joden esos eufemismos utilizados por ustedes los científicos. En cualquier caso y dejando las apreciaciones lingüísticas a un lado se la está follando como un loco, ¿no les parece?

- Mmmm… esto… sí… sin duda comandante, sin duda –sentenció Arx tamborileando sus delgados dedos en una repisa cercana-

-          ¡Aah aaaaah ah ah ah ah ah ah ah ah ah! ¡ Me va aaaah! ¡Me va a ve- venir otro ooh! Mmmmmmff joder, ¿pero qué coño me pasa? No paran de violarme monstruos y yo aaaaaaah ¡Dios!  ¡Aaaaahh! ¿no hago más que co- correrme! ¡Aaaah! ¡Diossssssssssss!

- El espécimen debe estar pasándolo mal. Es un falo bien grueso el de esa climatzu – dijo Arx con cierta piedad-

- Al espécimen parece que no le desagrada, es más, creo que está disfrutando y mucho de la cópula –dijo Xtro- En el periodo de simbiosis que tuvo con el tórmix alcanzó un clímax casi constante y la simbiosis celular que se alcanzó fue del 100%, algo inusual. Además hice varias pruebas complementarias al espécimen mientras estuvo bajo mi tutela y os aseguro, y estoy convencido de esto, de que esta especie es la perfecta esclava sexual que estábamos buscando para nuestras producciones.

- Si es así espero que en lugar de una pequeña nave de exploración científica me den el mando de una estrella de combate como sólo yo merezco…. Sí, eso es, mi propia estrella de combate… pediré ser el primero en la conquista de ese maltrecho tercer planeta . –farfulló el comandante apretando el puño de la delgada y huesuda mano derecha-

-          ¡Aaaaaah me estoy coriendoooooooo! ¡Me vengo toda to-toda otra vez¡ ¡Dios mío qué fuerteeeee! ¡Qué fuerte! Aaaaaaaahh

- Mis sensores indican que el espécimen está experimentando una serie de clímax de grado tres equiparables a los tesauriánidos del sistema Hélicon-2 –informó Cir101-

- ¿Lo véis ? ¿No os lo dije? –contestó Xtro-

- Si continua la climatzu follándola a ese ritmo nos vamos a quedar sin espécimen de prueba para poder mostrar los resultados al resto de la flota –dijo el comandante con cierta preocupación por su futuro-

- No, tranquilo comandante, de todas formas¿no dijo usted que en su planeta abundan? Si pasara eso vamos a por más sujetos y punto. –dijo Arx desapareciendo de él toda la piedad que hubiera aparentado tener-

- No pasará nada de eso –dijo Xtro- como especialista en xenozoología os digo que las climatzu jamás forzarían a  la muerte a una víctima de la que se pueden alimentar además…,¡esperad un momento! ¡Mirad está sacando el falo del sexo del espécimen!

- ¡La está volteando!- gritó el comandante -  ¡Y la ha penetrado por el agujero que tiene detrás! ¡Por Arconoith se la ha clavado entera! ¡Joder! ¿Qué agujero es ese?

- Es la cloaca del espécimen –se apresuró a decir Xtro- Lo que no entiendo es cómo ha cambiado de agujero.

- ¡Está eyaculando! ¡Está eyaculando! ¡Os lo dije! ¡Tenía razón en mis tesis! –gritó Arx dando saltitos-

- Puede que tengas razón después de todo camarada –contestó Xtro- quizás la cloaca del espécimen sea el canal más adecuado para la absorción del compuesto activo de la climatzu.

- ¡Sin duda, camarada, sin duda!

Efectivamente los agregados científicos de la nave tenían razón. La climatzu, viendo que llegaba a un clímax capaz de hacer soltar de su poderosa vejiga la carga de compuestos que más le interesaran no se anduvo con rodeos y volteó rápidamente a Carmen para penetrarla por el recto. Tras unas pocas embestidas más, la evolucionada planta optó por eyacular su más poderosa combinación de endorfinas potenciadoras de producción láctica directamente en las tripas de una Carmen que estaba desvencijada experimentando su octavo orgasmo alienígena con aquel ser.

En escasos cinco minutos la climatzu estaba ordeñando, una vez más, a una víctima que no paraba de tener un orgasmo tras otro, repitiéndose el ciclo una vez más hasta llenar los tres estómagos que, hasta ese momento, habían permanecido vacíos de alimento. La planta se corrió finalmente, por tercera vez, en lo más profundo de la maltrecha vagina de Carmen para que ésta pudiera continuar con su producción láctica a corto plazo y es que la climatzu no estaba dispuesta a soltarla en los próximos tres días.

A las pocas horas y mientras Carmen descansaba al lado de la charca, bien sujeta por uno de sus tobillos por uno de los tentáculos marrones de la planta, la climatzu comenzó a excretar una viscosa y purulenta sustancia verde. Una excreción que fue recogida puntual y meticulosamente por los tripulantes de la nave… unos tripulantes y unos seres que, al fin y al cabo, no eran más que el producto de miles de años de evolución de simples… ¡Pulgones!

FIN???