Abanicos de colores
La mejor forma de enseñar como se abanica.
Antes que nada quisiera presentarme, hola, mi nombre es Consuelo, tengo 40 años, soy de Jaca, Huesca, me dedico a las labores de casa, físicamente soy rubia, de estatura media, con unos ojos color miel, unos labios finos, unas tetas grandes y un culo poco respingón.
Llevo quince años casada con mi Pepe, él tiene 45 años, es camionero, físicamente es más o menos de mi misma estatura, moreno, con unos ojos marrones, unos labios finos bajo un enorme bigote y una leve curva de la felicidad en su barriga.
Lo que os quiero contar es lo que descubrí 15 años después de casar con mi Pepe, me case muy enamorada de él, y todavía lo estoy, es una bellísima persona, atento, detallista, muy trabajador, de su casa, los únicos vicios que tiene son jugar a la petanca los domingos por la mañana y ver el fútbol por las tardes.
Nuestra vida matrimonial ha sido buena en casi todos los sentidos, nunca nos ha faltado de nada, pero a lo que se refiere a nuestra vida sexual, si es que se puede decir vida sexual, si hemos tenido falta de algo.
Veréis yo me case con 25 años, virgen, con una ilusión tremenda, super enamorada, pero a medida que iban pasando los años esa ilusión desaparece, más que nada por la rutina, el trabajo, los hijos, la decepción por algo en concreto
La mía era que después de llevar 15 años de casada, todavía no sabía lo que era un orgasmo, creía que era frígida, y eso que intentaba motivarme con pelis porno, revistas y de más, y sí, claro que me ponía cachonda, pero a la hora de la verdad, cuando mi Pepe me hacía la postura del misionero, y el riguroso mete-saca, no acababa de quedarme satisfecha.
Así que un día le comente a mi vecina Lola lo que me pasaba y ella me dijo que se lo comentara a mi Pepe, y que probáramos con los abanicos.
Después de pensármelo varias noches, me decidí.
Habíamos acabado de hacer el amor, cuando le dije a mi Pepe:
Cariño, ¿qué te parecería si probamos una cosa nueva?
¿Una cosa nueva, Consuelo? ¿ A que te refieres?
Si Pepe, verás la vecina me a dicho que podríamos hacer los abanicos.
¿¡ Los abanicos?! ¿ Y eso que es? ¿ Y para que?
Mira Pepe, llevamos 15 años de casados y yo todavía no sé lo que es un orgasmo, así que se lo comente a la vecina, tu sabes, la Lola, y me dijo que hiciéramos el abanico.
Mi Pepe con cara de asombro y algo decepcionado, me dijo:
¿ Y como lo hacemos?
Mi cara se ilumino, yo sabía que mi Pepe, me quería con toda el alma así que se lo explique.
Teníamos que encontrar a un hombre para que se subiera encima del armario y mientras nosotros hacíamos el amor, él abanicarnos.
Total que una semana después salimos en busca de ese hombre, y nada más dar la primera vuelta por el pueblo, nos encontramos a un negro enorme que me atrajo muchísimo, así que se lo dije a mi Pepe, y él mismo fue hacía él y le comento lo de los abanicos, el hombre algo asombrado acepto y nos acompaño a casa.
Mientras mi Pepe y yo nos encontrábamos en la cama, desnudos, haciendo el amor, el hombre, se había subido en lo alto del armario y nos abanicaba.
Pero después de media hora de dale que te pego al abanico como un poseso. Mi Pepe me pregunto si ya lo había tenido, y yo le conteste que no, que quizás el hombre no abanicaba bien, entonces mi Pepe, le dijo al hombre que se bajara del armario y se metiera en la cama conmigo, y así lo hizo, y él se subió a lo alto del armario y empezó a abanicar.
A los diez minutos de estar con aquel negro, gritaba como una loca, tras haber tenido 3 orgasmo seguidos, entonces mi Pepe se bajo del armario con una sonrisa enrome y le dijo al negro:
Te has dado cuenta de como se abanica, pringao!