Abandonados
...tanto tiempo encerrados en ese sucio almacén, abandonados..Él, atado en cruz en medio de la sala..Bruscamente se mete su sexo en la boca, lo aprieta entre sus dientes para sentir cómo palpita. Luego lo devora..Se friega contra el suelo, su clítoris se aprieta contra el cemento...
Llevan tanto tiempo encerrados en ese sucio almacén, abandonados...
¿Cuándo van a volver?
Él, atado en cruz en medio de la sala, suda, el ambiente bulle ese mediodía de agosto. Ante la promesa de ser azotado esa misma tarde, su sexo blande duro, amoratado, confidente de su deseo de castigo. Ella, atada desnuda sobre el polvoriento suelo, logra con su forcejeos quitarse la capucha que le cegaba, logra arrodillarse. Se aburre y quiere acción, está harta de éstas horas detenidas. Le ve a él, tan tremendamente excitado que acaba sintiendo la humedad de su sexo. Por eso no puede evitar acercarse dificultosamente hasta él. Su aliento recorre ese miembro duro. Solo con su aliento, él tiembla y gime y su deseo ya es hasta doloroso.
Ella duda. no debería hacerlo. Si se enteran, cuando vuelvan va a ser castigada. Al final es incapaz de evitarlo. Bruscamente se mete su sexo en la boca, lo aprieta entre sus dientes para sentir cómo palpita. Luego lo devora. Todo lo que sus manos no pueden tocar lo compensa con sus labios con su lengua. Va a correrse, lo nota, ruge profundo. ¿Y ella qué? A ella ¿quién la satisfará? De momento será suficiente con sentir su victoria, su esperma caliente llenando su boca. Si se lo traga todo, si cierra bien los labios y no deja escapar ni una boca, si luego le limpia bien con la lengua, quizá cuando vuelvan no se enteren. No quiere que la castiguen...¿O sí? Siente el mareo de la excitación tan grande que ya todo le da igual, que le hagan lo que sea, pero que le hagan algo. Escupe parte del esperma, un hilillo moja sus pechos. El resto decide tirarlo en el suelo y se tumba sobre él. Aún está caliente y la lubrica. Se friega contra el suelo, su clítoris se aprieta contra el cemento, consigue un primer orgasmo y luego viene otros, debe detenerse o la pillarán infraganti. ¿Qué le harán? ¿La azotarán? ¿La follarán salvajemente? ¿Qué le obligarán a hacer? Pensándolo, vuelve a correrse.
Se escuha un coche que aparca, puertas que se abren. Ya llegan.
De http://amores-atados.blogspot.com.es/