A veces un gesto o una mirada te marcan
Noto la dureza de su tronco y lo venosa que es... uuummm, llevado por su gran mano me "obliga" a acariciársela, desciendo hasta la base de su velludo miembro
A veces un gesto o una mirada te marcan
Muy buenas a todos, desde este medio os hago saber de mis experiencias, me gusta contárosla de tal manera que os imaginéis que estáis participando. La verdad es que ya me gustaría que fuera así, pues deseo de corazón de que podáis disfrutar conmigo y de paso haceros disfrutar. Tras haber pasado diferentes correctores ortográficos como entre ellos:
http://www.mystilus.com/Correccion_interactiva
http://www.corrector-ortografico.com
http://prensame.com/corrector-ortografico
Os publico una nueva experiencia, aunque más que experiencia algunas las considero anécdota y precisamente está, es una de ellas… espero que os guste.
Siempre me han dicho que las personas tienen miedo a lo que no entienden… a lo desconocido, nosotros por naturaleza somos reacios o quizás será la envidia o celos. También es verdad qué somos receptivos ante situaciones que pasen o han pasado a otros, estas experiencias que he tenido son ciertas para nadas son imaginadas. Siempre he creído que debo hacérosla llegar, no soy celoso con mis experiencias ya que no hay momento que mientras las voy recordadnos no se me ponga dura y acabe corriéndome, deseos que quiero que repitáis a en mi honor, ya me diréis.
Comenzare e intentare no enrollarme demasiado, mirad hace ya de esto unos cuantos años, me paso cuando volvía de trabajar y venía en dirección del aeropuerto por la autovía Ronda Norte hacia Sevilla. Conducía por el carril de la izquierda mientras escuchaba lo Máxima por la radio, dándome cuenta desde varios metros a un hombre que por su aspecto y fisionomía le eche entre los 65 y los 70 años, quizás tendría algunos más.
Lo primero que pensé al verlo caminar por el arcén fue que quizás esta persona no estuviera muy cuerda, pues quien a las 16:35 horas caminaría con el sol que pegaba. Este hombre que iba en ropa deportiva o sea en chándal azul marino con líneas amarillas y calzado deportivo, os preguntaréis... "como coño me pude fijar en tantos detalles".
La verdad es que pude ver todos estos detalles no gracias a mi posición, sino por los espacios que los coches dejan entre sí… o sea a la distancia de seguridad que debemos dejar con el automóvil que tenemos delante, distancia que me permitió a mí ver a esta persona.
Bueno continuó, tras poder ver y comprobar que este hombre cada “X” minutos se giraba, colocándose mirando hacia los coches y tras alargar su brazo derecho, colocaba su mano con el típico gesto del autoestopista. Fijándome que no se detenía nadie para recogerlo, volviéndose este a girarse y continuar andando.
No me lo pensé dos veces y en la siguiente rotonda gire hacia la izquierda, cambiando de dirección y acelerando mi velocidad hasta la siguiente rotonda para volver a girar a la izquierda, volví a retomar mi destino. Deteniéndome a escasos metros por delante de este hombre, tras poner las luces de posición… abrir la puerta del pasajero, dándole a entender que yo lo llevaría. Tras montarse este, volví a incorporarme a la circulación al tiempo que le preguntaba dónde dejarlo.
Este agradeció mi gesto, respondiéndome que lo dejara en la entrada al Charco de la Pava si no era inconveniente, minutos después comenzamos a conversar, no pudiendo evitar preguntarle los motivos de su caminata. Bueno os diré que íbamos muy lento, no siendo raro pues a esta hora y en Sevilla es algo normal, supongo que como cualquier ciudad a hora punta y encima viernes.
Recuerdo que note como este comenzaba a moverse sobre el mismo asiento de una manera extraña, pensé nuevamente en que fuera un degenerado o que pudiera tener pulgas. Daba la sensación que no estaba a gusto, llegando a hacer el "feo" gesto de coger su miembro y moverlo hacia un lado, detalle que llamo mi atención. No pudiendo apartar la mirada, pues este no precisamente lo hizo en una ocasión… sino en varias, acabando por darse cuenta que mi mirada estaba más en su entrepierna que en la misma carretera. Soltándome...
- "Te gusta lo que ves, sientes curiosidad", pregunta.
Sorprendido conteste…
- “No se equivoca, no le miraba a usted”.
Contestándome este nuevamente…
- “No pasa nada, todos sentimos en algún momento curiosidad”.
Acto seguido no pude evitar fijarme, cuando este con su mano derecha pellizca y se coge la cinturilla del chándal, separándola de su vientre al tiempo que introduce su mano izquierda dentro de su pantalón, sacando su enorme miembro fuera... uuuffff, menudo cacharro tiene el viejo me da por pensar.
- "Coge... Coge maricona, mira lo caliente que la tengo", suelta.
- "Que hace usted, guárdesela por favor,", suelto y respondo a su ofrecimiento.
- "No... no, deje".
Acto seguido coge mi mano derecha... la cual descansaba sobre la palanca de marchas, llevándosela hasta su miembro... Haciéndome cogérsela. Noto la dureza de su tronco y lo venosa que es... uuummm, llevado por su gran mano me "obliga" a acariciársela, desciendo hasta la base de su velludo miembro, sintiendo con las yemas de mis dedos sus grandes genitales... ooohhh. Tras soltar mi mano, me pide que se la acaricie a modo de ser yo quien pueda constar como está... mmm.
Comienzo por magrear sus testículos grandes e hinchados, deslizo mi mano hasta posarla nuevamente en su tronco y la deslizo hacia su glande, presionando hasta llegar a su glande. Aprieto mi mano sobre este con suavidad, deslizando la yema de mi dedo gordo sobre su capullo, este suspira mientras mi dedo se mueve en forma circular, apartando mi mano impregnada en líquido preseminal mientras este me suelta...
- "Veo que esta no era tu primera vez, verdad".
Lógicamente callo. Este se gira sobre su asiento... mirando hacia mí, diciéndome...
- "Vamos a ver como estas tu".
Lleva su mano derecha a mi entrepierna, sintiendo como su amplia palma topa con mi tronco al tiempo que cierra su mano, cogiendo mi miembro y nota mi polla erecta... aaahhh. Soltándome...
- "Veo que tu también estas con ganas".
Comentario que dice al tiempo que su mano se desliza a lo largo de mi miembro... ooohhh. Miro a mí alrededor, veo la gente a lo suyo y a lo de los demás, pero ninguno se percata de lo que hacemos.
Magrea primero mi miembro sobre la tela de mi pantalón, continuando por desabotonar el botón de mi pantalón, bajarme la cremallera y tras separar la tela de mí pantalón, introducir su mano dentro de mis calzoncillos… mmm, acabando por sacármela... uuummm. Teniendo mi polla fuera, comienza a masturbármela... descapullando mi glande en varias ocasiones... uuuffff, acabando por inclinarse momentos en que se percata que nadie mira, introduciéndose mi glande dentro de su boca… aaahhh.
Momento en que aprovecho por la a proximidad de la media circunferencia en no cumplir con el semáforo rojo de detenerme, sino que avanzo y me adentro en la zona del Charco de la Pava.
Me siento en la gloria, pues este tiene una habilidad no solo con su boca o lengua, sino incluso con su propia mano, pues no deja de pajearme e incluso magrea mis testículos. No pudiendo evitar detenerme a un lado, colocando mi mano izquierda sobre su nuca al tiempo que con la derecha acaricio su espalda… aaahhh.
Chupa muy lentamente tragándose centímetro a centímetro, retrocediendo para volverlo a repetir… uuuffff, sintiéndola cada vez más adentro... ooohhh. Magreando primero mis genitales... uuummm, finalizando por penetrarme con sus dedos mi orificio anal... aaahhh.
Aun recuerdo cuando le avise de mi corrida, corrida que por la aceleración de sus movimientos para nada deseaba apartarse, sino que cuando comencé a descargar este continuo. Tragándose toda mi leche... ooohhh, no dejando de chupar hasta dejármela nuevamente dispuesta… uuummm, mientras me estremecía de placer y satisfacción… ooohhh. Soltándome minutos después...
- "Te atreverías hacérmelo ahora a mí, luego y si lo deseas… te follo también".
Lógicamente imaginareis como acabe… claro que sí, acabe como era lógico aceptando, bajamos la loma que da a la maleza junto al río. Dándole y proporcionándole tal mamada que duro menos que yo, dejándole su polla limpia para penetrarme y aunque le ofrecí hacérmelo a “pelo”, este denegó tal ofrecimiento, acabando por colocarse un preservativo y hacerme gozar de placer. Bueno aquí os dejo hasta una nueva experiencia… vale, ya me contáis que os aparecido.
Me presentaré… me llamo Jhosua y soy un chico de cuarenta años, chico me considero pues no me dejan decir que lo que hago lo hago bien. Como bien sabéis mis preferencias son los hombres maduros, aquellos maduros activos que buscan un pasivo que les satisfaga, maduros que desean un pasivo y hacer posible sumiso, maduros que buscan una buena putita que follar la boca o hacer posible preñar.
Soy de esos que buscan sexo esporádicos sin compromiso, soy de esos que me entrego al máximo, no negando mi experiencia a aquellos que me atraen. Como suelo decir… “Me da igual donde lo hagamos, siempre y cuando sean en ese momento y lugar, ya que debemos de disfrutar y gozar ambos, pues para el momento que lo hacemos… el lugar es lo de menos”.
Espero que os haya gustado tanto como a mí contároslo, disfruto con ello tanto que volviendo a recordar aquella experiencia no puedo remediar masturbarme, llenando de leche calentita mi mano y mi teclado. Obviamente habréis notado que soy pasivo e incluso algo sumiso, siendo mis preferencias… hombres maduros a muy maduros.
Bueno os dejo ya… espero que no seáis muy crueles conmigo, aunque me deje hacer y como una buena putita que dicen que soy. Mi email es Jhosua 1970 @ gmail . com, lógicamente va todo junto, hasta pronto.