A una fiesta con Karina

Un casamiento y un brindis, nos pone muy calientes

Hola

Me di cuenta de que mis ultimos relatos han sido, por cosas que me sucedieron en el pasado, y hace mucho no cuento algo de mi presente actual, con Karina. Ya llevamos varios años juntos, y realmente soy muy feliz. No he tenido infidelidades, salvo alguna que otra, cuando hemos estado separado.

Haciendo memoria, hemos tenido muchas noches de sexo desenfrenado. Aquí una hermosa velada.

Era un sabado a la noche, y teníamos un casamiento, una compañera de trabajo de mi chica.

Yo, traje oscuro, corbata, zapatos. ¡Mi chica, fabulosa! Un vestido largo, rojo, con un tajo sobre un costado. El pelo suelto, tipo leona. Sin corpiño, y con una tanga que apenas se divisaba debajo del vestido.

Fuimos a la iglesia, luego a la residencia donde se hacia la fiesta. Hermosa casona, toda iluminada. Llena de gente, calculo unos 150 invitados.

Entramos, empezamos a beber algunos tragos, luego llego el momento de sentarnos en nuestra mesa, donde compartíamos con otros 6 invitados más.

La noche transcurría, sin problemas. Charlábamos entre todos, bailábamos, etc.

En un momento, cuando la fiesta estaba casi llegando al final, el dj puso unos temas lentos, los cuales bailamos con Kari.

En medio de la pista, apoyo su cabeza en mi hombro, y mordisqueaba mi oreja. Mi pija empezó a tomar fuerza. Le pedi volver a sentarnos. Como pude llegue a mi silla.

Las luces del salón estaban apenas encendidas, dando un panorama casi de oscuridad. Karina aprovecho, para agarrar mi paquete, abrir mi cierre, y empezar de la nada una hermosa paja.

Yo, como podía, me hacia el tonto. Me hablaba al oído, diciéndome mil cosas, mientras su mano seguía masturbándome. Fueron largos minutos, hasta que explote. Llene su mano, y sus anillos de leche tibia. Kari retiro la mano, y delante de todos los demás de la mesa (que estaban cada uno en lo suyo, sin darse cuenta lo que había pasado) se empezó a chupar cada uno de los dedos, limpiándolos con su lengua. Mi acabada había sido normal, nada de que jactarse, pero me había quedado muy tranquilo.

Llego la mesa dulce, con tortas y demás. Nos paramos, fuimos a buscar algo y otra vez a la mesa. Al rato, las luces volvieron a bajar, y dejaron el salón a penumbras, porque se venía un show.

Mi chica y yo seguíamos con la vista, lo que sucedía en el espectáculo. Aproveche, metí mi mano por el tajo de su vestido, llegue a su pija, y comencé suavemente a acariciársela. Kari me miro, y me fusilo con la vista, ya que su verga empezaba a despertar a la vida, y en su ajustado vestido se notaría demasiado.

Como pudo, se quitó la tanga por debajo, y la guardo en su cartera. Segui acariciándole la verga, corrí un poco su vestido, del lado del tajo, y quedo al aire.

Pasaba mi mano, por mi lengua, para que la pajeada fuera lubricada. Los ojos de Kari se entrecerraron, ya empezaría a gemir en cualquier momento. Los demás invitados de la mesa, estaban en la suya, viendo el show de tango que nos brindaban desde el centro del salón.

Continúe con la masturbación, y cuando note que su leche estaba a punto de llegar, tome con mi mano libre, un vaso, y apunte a la cabeza de su pija, que ya destilaba jugos.

El primer chorro fue a parar al mantel que colgaba, de costado; los siguientes terminaron en el vaso que yo había puesto. Cuando ya casi no salía nada de su miel, Karina retiro mi mano, saco una toallita de papel de su cartera y limpio la punta de verga, que yacía dormida, luego de tan hermosa acabada.

Quedamos tranquilos, viendo como finalizaba el show. Cuando las luces se prendieron, el animador del espectáculo propuso un brindis por la feliz pareja que se había casado. Yo mire a Kari, le murmure por lo bajo “te amo”, tome la copa, que tenia su leche, y la bebí. Hasta la ultima gota, para luego, disimuladamente meter un dedo, para terminar de vaciarla, y metérmelo en la boca. Kari me pellizco, y me dijo “te odio, hijo de puta!”.

Durante las siguientes dos horas, le fui diciendo al oído, mil cosas que le haría al llegar a casa, y Karina, al no tener su tanga que la protegiera, me puteaba, porque su verga despertaba, y quedaba su bulto al descubierto, ya que sobresalía de su vestido.

La fiesta termino, salimos, Kari se cubrió con un tapado largo, y nos fuimos a casa.

Todo el viaje vino diciéndome que yo era desubicado, porque la había puesto demasiado caliente, y que mas alla que todo el mundo sabía de su condición, no quedaba bien que se notara su bulto, en medio de un vestido tan femenino.

Llegamos a casa, y tomamos un café, para relajarnos, y comentamos algunos sucesos de la fiesta. Kari se desnudo en medio del comedor, quedando desnuda, con su verga flácida colgando, y subida a unos hermosos tacones altos.

Me quite la camisa, y baje mis pantalones. Kari se acercó, mientras su verga pendulaba de un lado a otro. Me dio un beso, mordió un poco mi labio, y me susurro. “también te amo, hijo de puta, pero no me podés dejar asi”.

Trascartón, se arrodilló y empezó a mamar mi verga. Se la metía entre las tetas, haciéndome una hermosa paja, chupaba mi cabeza, que se iba poniendo rojo fuego, la descabezaba, y lengüeteaba.

Se paro, su culo mostraba la marca del contraste del bronceado, y al girar la cabeza me dijo. “té espero en la cama”

Me desvestí como pude, lo más rápido posible, y salir raudo para el dormitorio.

Kari estaba acostada tal cual larga era, y con una mano acariciaba sus tetas, y con la otra se pajeaba. Su verga estaba inhiesta como un mástil, firme dura, sus venas llenas de sangre. Por momentos quitaba la mano de su verga, se chupaba un dedo, y se lo metía en el culo. Me acerqué, metí su pija en mi boca, y mientras la mamaba, le fui metiendo un par de dedos en su culo.

Suavemente la fui dilatando, primero con uno u finalmente alcancé a meterle tres juntos. Mi boca mezclaba saliva con restos de su leche, y algo de sus fluidos.

Me arrodille entre sus piernas, acomode la cabeza de mi pija cerca de su culo, y empuje. La penetración fue placentera, me abalance sobre ella, para besarla, chuparle las tetas, la amaba con locura.

Bombeaba, y Kari no paraba de gemir. Yo no queria acabar y tampoco queria que ella acabara.

Por momentos sacaba mi pija, y metía la de ella en mi boca. Volvía a mi lugar, y nuevamente abría sus pliegues. Karina se giró, dándome la espalda, poniéndose en 4. Abri su culo, metiendo mi lengua lo mas adentro que pude, ahora la estaba cogiendo con la boca. Con mi mano, acariciaba sus hermosos huevos, sin pelos. Cuando note que su culo pedia más pija, la volvi a penetrar. Ahora fue mas profundo, tome tambien su pija con mi mano.

La besaba por el cuello, su espalda casi perfecta, bronceada, era rozada por algunos rayos de sol, marcando sus vellos rubios, casi inexistentes.

Mi acabada era inminente, y asi fue. Bombee un par de veces, y llene el culo de mi amada Karina. saqué mi mano de su pija, enfrascado en mi propia acabada. Tomándola de la cintura, para poder llegar al fondo. Cuando sentí que mi pija no tenia nada mas por descargar, la fui sacando suavemente para no lastimarla.

Y caí redondo sobre la cama, boca arriba. Cansado, por la fiesta, la noche y la cogida reciente. Karina giro, ella no había acabado. Estaba en plena masturbación, se subió sobre mi pecho, y lanzo todo su cargamento sobre mi cara, pelo, ojos, boca, mientras gemía casi a los gritos.

Cuando ya su verga quedo dormida, la metí en mi boca, y terminé de limpiársela. Su leche se notaba cremosa, tibia, abundante. La saboree, le mostré mi lengua llena de su miel, y la trague de una.

Kari me dio un beso, y me dijo que me amaba para siempre.

Y asi es, eso paso hace un tiempo, y aún seguimos juntos.