A un paso de Tenerte II
Muchas veces la vida es insólita y complicada. La mayoría de esas veces te pasan cosas malas y otras tan buenas que jurarías estar en otro mundo.
Y bien, ahí estábamos las dos, sin poder articular palabra luego de haber vivido ese pequeño pero impresionante suceso.
Fernanda: Yo, lo lamento es que he estado un poco pasada de tragos. No esperaba encontrarte aquí Emily, que bueno volver a verte. -Todo esto lo decía con una sonrisa muy particular, juraría que estaba algo ebria pero no la conocía para armar esa conclusión-.
Emily: No pasa nada, como que es lo tuyo el ir chocando por ahí. ¿Verdad? -Ambas reímos-. Yo tampoco esperaba encontrarte aquí, pero como ves los súper héroes salen a estas horas en busca de personas que corran peligro.
A todo esto, Juan no lograba ni hablarnos, solo nos miraba con cara impresionada, esa cara que llevaba años sin ver y que solamente me di el privilegio de detallarla cuando su ex novio le compro un oso de peluche gigantesco e hizo que lo cargara por todo el centro comercial. Parecía bastante interesado con nuestra conversación y yo empezaba a sentirme un poco como ratón de laboratorio.
Juan: Fui fuiu… Tu eres la famosa Fernanda. ¿Cierto? Es todo un placer conocerte, aunque aseguro que el placer es tuyo, querida he oído maravillas sobre ti, pero lo mejor es que me han dicho que vas por la vida chocando. -Cabe mencionar que fulminé al marica de mi amigo con la mirada y le di un golpe tan fuerte en el brazo que no le quedo de otra que sobarse-.
Emily: Basta Juan, todos sabemos que eres la fresa del pastel, pero ella no tenía por qué enterarse tan pronto y menos por ti. En lo que respecta a lo otro, lo siento Fernanda es que él es un poco indiscreto y tiende a exagerar la información recaudada.
Fernanda: Jajajaja. Relájense chicos que hoy no pretendo chocar a nadie, ni el coche he traído y juraría que he olvidado hasta con quien vine, que suerte que estas aquí Emily. El placer siempre será mío Juan, se dice mucho de ti en estos sitios y de una tal Emi, espero no seas tú Emily… -La señorita casi que grita la oración y por consecuencia me quedo taparme la cara, estaba avergonzada imaginando la cantidad de cosas que se dicen del marica de Juan y de mí. Estaba hundida, por la fama lo estaba-.
Emily: No sé qué se diga, pero te aseguro que tienes que conocerme para poder sacar tus propios criterios, además como que no sabes con quien has venido… -Pretendía interrogarla, pero hablo antes de que pudiera formular una pregunta-.
Fernanda: Vine con mi novia, bueno con mi ex novia o lo que sea que ella diga ser. Breves instantes después ella quedo inmóvil y luego en un estallido grito: Esa es sin duda mi canción favorita, por favor Emily se mi súper héroe una vez más y baila conmigo, ¿Si? -La cara que puso de perrito atropellado me tomo por sorpresa y antes de que pudiera darle una respuesta me llevo a jalones hasta el centro de la discoteca y empezó a bailar-.
Recuerdo muy bien la canción de moda, recuerdo también como ella se movía tan cerca de mí que podía sentir su sudor, recuerdo su mirada embelesada y transparente que me decía cosas inexplicables. Estaba loca por Fernanda, ya no podía dudar de su poder en mí, ya no quería hacerme la tonta frente a estos nuevos sentimientos. Me arme de valor y empecé a seguir su ritmo, ella paso sus manos por mi cuello y yo me dispuse a sujetar su cintura para atraerla más hacía mí, en segundos y sin pensarlo estábamos bailando lento y pausado, tan lento que los demás en el local se distorsionaban y no llegaba a distinguir a nadie más que no sea Fernanda. La música parecía perfecta y los ojos claros que ella poseía me tenían hipnotizada, no sé en qué momento se acercó tanto a mí que sus labios y los míos eran uno solo, si tal como se imaginan Fernanda y yo íbamos a besarnos hasta que…
Desconocida: Pero que puta eres Fernanda, te dejo sola unos minutos y tú vas y te besas con la primera que te encuentras. -Intentaba asimilar la situación y recordé perfectamente que ella era quien había ido por Fer a mi casa unas horas antes-.
Fernanda: Maldición. ¿Cómo se te ocurre llamarme así, acaso no tienes respeto por nadie? Primero no nos hemos besado y segundo ella no es cualquiera, es Emily la chica que me ayudo cuando casi le tiro la casa con el auto, cosa que hice porque tú eres una loca que me saca de mis cávales y lo que quiere es que me muera de la rabia. -Ella parecía una fiera en celo, estaba tan molesta que su cara blanca se había puesto en segundos en un rojo carmesí tan intenso que cualquiera pensaría que le iba a dar un ataque-.
Desconocida: ¿Sabes qué? Me vale madre, nos vamos en este preciso instante. No quiero lloriqueos se acabó la fiesta.
Por supuesto no faltaba mejor momento que este para colocarme en medio de las dos y hablar amable pero secamente con la imbécil que estaba tratando mal a mi Fer.
Emily: Lo siento, pero noto que estas un poco ebria y en esas condiciones no voy a permitir que te lleves a Fernanda, tu si quieres me sigues en tu carro y la esperas en la entrada de su casa es la única opción que puedo darte de lo contrario te sacare en segundos de este sitio. -Sí, sé que me pase de la raya y que estaba loca por hablarle de esa forma, pero es que era imposible permitir que se la llevará y mucho menos con lo borracha que se encontraba esta chica-.
La fulana para no colocarle más descalificativos se me lanzo con tremendo puño cerrado para pegarme en la cara y tal como me lo tiro lo ataje, lo sujete con fuerzas y gire su mano dejando su brazo torcido en su espalda y salí caminando con ella hacia la puerta donde se encontraban mis fieles amigos de seguridad.
Emily: Ey chicos, tenemos aquí una loca, les he hecho el favor de sacarla no puede ni andar ahí tienen las llaves del auto ustedes ven que hacer. -Se las solté y uno de ellos la sujeto mientras ella parecía serpiente recién nacida, saqué de mis bolsillos unos billetes y se los di a Marcelo el jefe de seguridad como pago por el favor pidiéndole que la cuidara hasta que pudiera irse sola y volví a entrar al local. A lo lejos estaba Fernanda con el marica de Juan hablando nerviosamente-.
Emily: Hola bellezas, ¿Me extrañaron?
Fernanda: Emi de verdad ya he hecho demasiado desastre en tu vida, te he ocasionado muchas molestias y ahora Andrea que no deja de ser grosera y mal educada, lo mejor será que yo me vaya, tú te has portado muy bien conmigo y yo solo se darte problemas. -Agitaba las manos y me miraba con expresión preocupada-.
Emily: Estas loca si piensas que te dejare ir con esa muchacha en ese estado, ella esta cuidada por mis amigos y no la dejaran irse hasta que esté en buen estado para manejar y en lo que respecta a usted señorita, olvídese de que me ha causado molestias recuerde que soy un súper héroe y este es mi trabajo, servirle, protegerle y ayudarle en todo lo que sea posible. Miraba hacia abajo con una aparente sonrisa y levante su rostro. ¿Ha entendido lo que he dicho señorita Fernanda?
Fernanda: Estas loca, no sé qué fue lo que hice para que alguien como tú me ayudara de esta manera, gracias de verdad no entiendo que me pasa, pero cada vez que te veo y conste que no es planeado me siento muy atraída hacia ti, como que no puedo evitar tenerte cerca. Es confuso Emi, yo tengo mi novia y esto no puede suceder no puede pasar.
Emily: Cálmate, ¿sí? Yo tampoco se que sucede, pero te aseguro que no pasará nada que no quieras que pase, además prometí enseñarte a manejar así que no te preocupes ahora por el futuro… -Habían dos cosas ciertas, la primera era que nos gustábamos a un nivel supremo y la segunda era que ella tenía novia y no iba a dejarla-.
Fernanda: Tienes razón, no hay porque complicarnos por ahora. -Sonreímos mutuamente y pasamos el resto de la madrugada entre risas, tragos y comentarios locos. Lo bueno es que Juan no me dejaba sola por si llegaba a ser débil y terminara besándola-.
Pasadas las 4 am decidimos que ya era hora de irnos y como buena súper héroe que soy fui a percatarme del estado de la fulana junto a Fernanda.
Emily: Epa Marcelo, que paso con la muchacha que te entregue. ¿Se ha ido?
Marcelo: efectivamente Emi, lleva rato de haberse ido. Parecía molesta, pero estaba sana para manejar por eso la deje irse como quedamos.
Emily: Excelente Marcelo eres un bombón.
Fernanda parecía ida en sus pensamientos y yo para sacarla de su letargo le cante un pedazo de canción que acaba de recordar… /Y hoy le pido a tu ángel de la guarda, que comparta que me de valor y arrojo en la batalla pa ganarla y es que yo no quiero pasar por tu vida como las modas no se asuste señorita nadie le a hablado de boda yo tan solo quiero ser las cuatro patas de tu cama tu perro todas las noches, tu tregua cada mañana quiero ser tu medicina, tus silencios y tus gritos tu ladrón, tu policía, tu jardín con enanitos quiero ser la escoba que en tu vida barra la tristeza quiero ser tu incertidumbre y sobretodo tu certeza./. Me inspire de tal manera que olvide que ella estaba ahí observando y escuchando… Cuando de pronto oigo unos fuertes aplausos y me percató que todas las personas que habían salido del local estaban paradas aplaudiendo incluyendo a Fernanda y a Juan, me dio tanta pena que solo pude lograr hacer una reverencia y chasquearme de la risa.
Juan: Vaya, vaya… Veo que tenemos a una cantante oculta en estos lugares, no te preocupes amiga que yo seré tu manager. Para que te inspires buscaremos a nuestra Fernanda y asunto resuelto. -El muy cabrón no dejaba de reír por el comentario que había dicho y yo sin embargo no me sentía del todo mal ya que iba a ver a esa mujer hermosa que sería mi musa-.
Emily: Bueno ya he dado mucho de qué hablar por el día de hoy, así que mejor nos retiramos que tengo que llegar al trabajo a las 8 am. -Fernanda seguía estática con una expresión poco usual, yo sé que cantaba horrible pero tampoco era para que ella se colocara de esa forma-.
Fernanda: Es cierto, ya casi son las 5 y también debo ir a un sitio y no precisamente al trabajo. Cantas hermoso Emily, deberías pensarte mejor eso de ser profesional. -Tenía un brillo en los ojos, esos que te dejan pensando e imaginando locuras-.
De un modo o de otro terminamos riendo y subiendo a mi hermosa camioneta, estaba tan orgullosa de ella que todos los que subían decían que se sentían en una capsula especial, pero siendo sinceros al lado de Fer ese automóvil no me deslumbraba solo pensaba en lo bien que la habíamos pasado y en lo feliz que me sentía al verla. Su casa era bastante cerca de la mía y me hice mil preguntas acerca de porque no la había visto antes. Al final terminamos intercambiando números y antes de que se bajara logre comentarle…
Emily: Ehh Fernanda, quedamos hoy a las 5 pm para lo de manejar. ¿Verdad?
Fernanda: Ni lo dudes Emi, estoy en deuda contigo y además necesito urgente esas clases. A la hora pautada estaré aquí lista. Dejas tu camioneta en el estacionamiento y nos vamos en mi auto. ¿Te parece? -Creo que para ese momento ella dejaba una esperanza a pesar de que tuviera novia-.
Emily: Mejor llego a pie hasta aquí y así hago un poco de ejercicios…
Fernando: Como si te hiciera falta… Digo, disculpa claro como tu prefieras aquí estaré esperándote. -Su cara volvió a teñirse de rojo y el nerviosismo era muy evidente, se bajó y casi salió corriendo-.
Juan y yo nos vimos, estallamos en risas por lo sucedido y sin hacer ni un solo comentario llegamos a mi casa.
Emily: Bueno peluchito, sabes que debes hacer ya tengo que irme y se me hace tarde. Además de que hoy uno de los Jueces espera mi llegada antes de lo estipulado.
Juan: No sé porque siento que me estás diciendo indirectamente que te prepare el bendito desayuno, pero como yo soy un alma bondadosa, sexy y despampanante lo hare sin esperar que lo supliques. Por cierto, esa novia tuya sí que es la nota… Todo lo que tú necesitas es educada, amable, inteligente y un bombón bajado del cielo. Créeme que de ser hombre ya estaría encima de ella tratando de otorgarle mejores bebes a la raza humana. -Su comentario fuera de tono me hizo molestar tanto que lo derribé y me senté encima de su cabeza-
Emily: Tienes mínimo… -Hice gesto de que veía un reloj imaginario en mi muñeca- Dos segundos para retractarte.
Juan: Okey, okey lo lamento. Solo digo que te apures a conquistarla, es evidente que le gustas mucho, paso toda la noche observándote como un niño a un helado. -Solo por eso lo deje vivir. Yo sé que a veces soy mala, pero es que él jamás mide sus palabrotas-.
Emily: Bueno, iré a ducharme. Quiero huevos fritos, arepa, queso y salsa de ajo.
Juan: ¿Qué? Si quieres también voy a la mismísima Italia y te traigo un puto queso añejo. -Prácticamente lo mate con la mirada y reímos juntos-.
Al cabo de una hora y media ya estaba duchada, vestida y desayunada para mis labores matutinas. Observe a Juan dormido como un bebe y le bese la frente no sin antes dejarle una nota enorme en su amado espejo, solo así se dignaría a leerla.
“Manito, eres tan sexy y hermoso que da dolor verte. Te agradezco no vayas a tirarte un culo en mi ausencia y por favor saca a pasear a Tobby antes de que se coma las rosas de nuestra querida madre. PD: Eso de pasear al perro te va bien, conquistarás más chicos. XOXO”
Ese día me sentía feliz, sentía que me veía mejor que nunca. Estaba por completo maravillada, no dejaba de cantar canciones y de manejar alegremente, incluso di paso a varios autos en los semáforos, cosa que jamás había hecho antes. Sé que esta parte de mi vida no se las he contado, soy estudiante de derecho o al menos lo era hace un par de años y justo en ese momento me encontraba absorbiendo conocimientos de una reconocida abogada a nivel nacional. Me tocaba estar con ella en dos aperturas de unos casos bastante complicados y Sofía así se llama mi amada mentora, necesitaba mi ayuda ya que soy bastante buena en el ámbito procesal.
Sofía: Buenos días Emily, estas muy linda hoy. Te pongo al día rápidamente. Caso fácil, una familia de altos recursos nos solicitaron para pelear por unas tierras que han sido invadidas, pero han dejado a cargo a una señorita que al parecer no tiene ni idea de lo que venimos a hacer aquí, sin embargo, últimamente se ve más interesada ya que sus padres se han ido del país y le toca a ella colocarle corazón. Te suplico hables tú, porque yo estoy un poco agobiada con unos lapsos que debo aplazar y debo estar en un juicio oral en 30 minutos. Utiliza todos tus conocimientos que hoy estas a prueba.
Ujum, tal como lo leen… Ese día me pusieron a prueba, se dan cuenta de que a veces no puedes andar completamente feliz porque te bajan de un tirón de la nube. Sin embargo, yo había leído unos días antes las famosas leyes y tenía bastante de donde defenderme. Pasamos rápidamente a la Sala y salude al Juez que es muy amigo de mi familia.
Juez: Buenos días Colega, espero se lleve la de oro hoy con su intervención.
Emily: Buenos días querido Juez, no solo usted lo espera. -Me acerque a su oído y le susurre-. Hoy estoy a prueba.
El Juez sonrío no sin antes hacerme un guiño para luego sentarse en su silla. Arreglé mis papeles y leí el expediente para poder tener bases al argumentar. Me encontraba ida totalmente en la lectura e investigación de los artículos a usar, cuando de pronto se escucha como alguien entra casi tirando las puertas…
La vi, la vi una y otra y otra vez… Revise el encabezado del expediente, cosa que nada más hago cuando estoy por terminar mis apuntes sobre el caso para luego litigar y ahí estaba su nombre. Fernanda Valentina Rioche Escalante. ¿Han sentido que el mundo se detiene por horas y luego sigue su andar con rapidez? Yo lo sentí, me quedé con la boca abierta y ella de igual forma al darse cuenta de que era yo la asistente de su abogado.
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Muchas gracias por leer. Al inicio me sentía un poco apenada, pero me han llenado de valor para seguir subiendo la historia.
Nela… Muchas gracias por tu comentario y por motivarme a seguir con esto.
HombreFX… Me alegra mucho que haya sido de tu agrado, espero también te guste este nuevo capítulo.