A tus pies
Un poema dedicado a los pies de la mujer que amo.
A tus pies
Postrado ante tus pies de blanca porcelana
me siento el hombre más afortunado sobre la Tierra
y plugo a todos los dioses que jamás borren
el recuerdo de su fragancia, el aroma de su visión.
Veo colmados todos mis sueños
cuando con una mirada me das permiso
para acariciarlos con mis ásperas callosas manos
y empiezo a besarlos, olerlos, saborearlos, lamerlos
deslizando mi lengua por ellos, chupando tus pequeños dedos.
Mi polla se agita, irguiéndose como un ídolo de piedra
construido sólo para honrar tu belleza,
dispuesta a inmolarse ante una palabra tuya.
Con desdén me pateas la boca
y tendido a tus pies te amo más que nunca
y te deseo con toda la fuerza de mis venas
cuando sonriendo me humillas, me dominas,
pateando mis huevos, pisándolos, sintiéndolos repletos de amor.
Aplastas mi polla, haciéndome gritar de placer
y con esos graciles pies, más agiles que
las más agiles de las manos, comienzas a menearla,
masturbándola, frotándola, me follas con tus pies,
dignándote ordeñar a este miserable perro.
Las lágrimas corren por mis mejillas
al tiempo que me corro sobre tus pies
y me lanzo a besarlos, limpiarlos, abrazarlos, adorarlos,
hasta que me haces alzar la cabeza y acercarla a la tuya,
recogiendo mis lágrimas y mi semen con tu dulce lengua,
susurrándome al oído: te amo a pesar de todo.