A tu amiga íntima
Poesía erótica.
A tu amiga íntima
A tu amiga íntima me la quiero comer,
pero comérmela bien,
que sólo con ella
me puedo dar por satisfecho ahora,
aprovechando que se despertó
de su letargo,
sintiéndome como un famélico infante
que está comiendo su papilla.
La quiero dejar más verde,
más soleada
y más enflorecida
de lo que la pusiste
en su estado de ánimo,
magníficamente primaveral.
Quiero dejártela
con la misma benevolencia
que un gato siamés
a los pocos días de nacer.
Apretarle el clítoris
entre mis dedos,
presionarlo con mi dedo pulgar
o succionarlo,
como más te guste.
Quiero que te la frotes
hasta que sientas
que no puedes dejar de tocarte
y te inundes de un cosquilleo
cada vez más impaciente.
Hasta que tus dedos,
sin tapujos en su actuar,
provoquen un terremoto
en todo tu cuerpo,
tambaleando sin equilibrio,
y tu pelvis
se mueva por sí misma
de adelante a atrás,
nadando hacia el orgasmo
y codiciando de nuevo
un contacto que pronto te daré.