A través de los ojos azules 9

Comienzan a planear la fiesta de Pamela, pero sus planes para ese día son mucho más candentes.

El domingo por la mañana, me desperté muy feliz, le envié un mensaje a Lisa, me puse algo de ropa y me fui a desayunar con las demás.

Mientras ayudaba a Mónica en la cocina a preparar unos huevos revueltos, me platicaron de la fiesta del día anterior. Una vez que nos sentamos a desayunar, seguimos conversando.

O: ¿No nos va a acompañar, Lisa?

P: No, se fue en la madrugada.

O: Espero le hayas pagado bien. Dijo de manera burlona.

P: Le pagué con orgasmos, así que tú dirás. Reí.

O: Suertuda. Resopló.

T: Regresando al tema de la fiesta…

Seguimos hablando de la fiesta y otras cosas más, cuando estábamos por terminar de desayunar, entró una llamada de Lisa.

P: ¡Hola guapa!

L: Hola hermosa, buenos días. ¿Cómo estás? Se escuchaba aun amodorrada.

P: Muy bien, estoy desayunando con las niñas. ¿Tu qué tal?

L: Apenas despertando, todavía un poco adormilada.

P: Me imagino, detesto que te tengas que ir en la madrugada, ojalá te pudieras quedar toda la noche.

L: A mí también me gustaría, pero por ahora con la situación con mis papás es mejor que regrese a dormir a casa.

P: Como si eso evitara lo que ya estamos haciendo. Solté una pequeña risa.

L: Lo sé. Rio también.

P: ¿Ya sabes si tienes algún plan con tu familia?

L: Aún no, iré a preguntarles y te aviso en cuanto sepa.

P: Perfecto.

L: Salúdame a las niñas, hablamos pronto.

Después de desayunar, Tere y Olivia se marcharon a sus casas y Mónica y yo nos quedamos platicando un rato en la sala de TV.

M: ¿Qué está pasando con Olivia? Está actuando de manera muy atrevida contigo.

P: Seguro está jugando. No le di mucha importancia.

M: No creo que esté jugando, Pame. Dijo insegura.

P: Ya sabes cómo nos llevamos, no significa nada.

M: Si tú lo dices… Dijo dudosa.

Nos fuimos cada quien a nuestro cuarto para arreglarnos y cuando iba saliendo de bañar, recibí otra llamada de Lisa.

P: Hola, guapa.

L: ¿Qué hay, hermosa? ¿No iré al plan con mi familia quieres ir a comer? Después podemos ver una película o hacer algo más. ¿Qué dices?

P: Me parece excelente. ¿A qué hora te veo?

L: ¿Está bien si paso por ti a las 2:00 p.m.?

P: Excelente. ¿A dónde vamos?

L: ¿Tienes antojo de algo en particular?

P: No realmente, ¿tú?

L: Algo gordo. Rio.

P: Pensemos en opciones y cuando me recojas, vemos.

L: Trato, hasta al rato, hermosa.

Después de un rato, Lisa tocó el timbre, cuando bajé, nos saludamos con un profundo beso y abrazo y al llegar al auto, me abrió la puerta para dejarme entrar. Esos gestos tan lindos que Lisa tenía, hacían que cada vez la valorara más y más, sabía que eran detalles que venían a ella de manera natural.

Acordamos ir a un restaurante de hamburguesas y durante el camino, puse música a todo volumen y ambas íbamos cantando muy divertidas. Mientras sonaba “Mi persona favorita – Rio Roma” y la cantábamos, me percaté que Lisa me estaba observando.

P: ¿Por qué me ves así? Dije intrigada con una risita.

L: ¿Ya te había dicho que eres perfecta?

P: Creo que tengo un vago recuerdo de eso. Bromeé . Pero no creo que lo sea. Me sonrojé.

L: Pues para mí lo eres, que nada ni nadie te diga lo contrario.

Tomó mi mano izquierda y plantó un beso sobre el dorso de mi mano. ¿Sabrá Lisa que ella es la definición de romántico? Pensé para mí misma y sonreí.

Mientras comíamos en el restaurante, nos pusimos a planear mi fiesta de cumpleaños. Aprovechamos el mantel de papel y me puse a hacer mi lista de invitados.

En la lista estaban mis amigas y amigos más cercanos, algunos de la universidad, otros del trabajo (incluida Julieta) y obviamente en el primer lugar, Lisa.

Al terminar, tenía 40 nombres, contemplando a las parejas de cada uno. Mientras considerábamos opciones, a Lisa se le ocurrió la idea de hacer la fiesta en un party bus y me encantó su propuesta. Ella me dijo que me despreocupara sobre conseguirlo, pues ella conocía a alguien que nos podía ayudar.

Al finalizar nuestra comida, decidimos ir al cine, elegimos una típica película de comedia romántica y disfrutamos de la función.

Mientras veíamos la película, se presentó una escena de una regadera, la cual me recordó a la vez que estaba con Lisa y ella no me permitió darle un orgasmo con tal de mantener su delantera en el marcador de nuestra competencia. Una idea traviesa llegó a mi mente y me pareció que el momento de hacerla rogar por su orgasmo, había llegado.

Disimuladamente, levanté la codera que nos separaba, postré mi mano en su muslo y lentamente la recorrí hasta llegar a su sexo sobre el pantalón. Froté con suficiente presión para estimularla ligeramente y noté que Lisa comenzaba a acomodarse, dirigí mi mano hacia el botón de su pantalón y antes de abrirlo, retiré mi mano.

Mantuve mi mirada fija en la película, pero con el rabillo del ojo, pude ver a Lisa mirándome consternada sobre lo que acaba de suceder y no pude evitar sonreír.

Minutos después volví a acercar mi mano, pero esta ocasión, la metí a su pantalón y comencé a recorrer mi dedo a lo largo de su sexo, el cual era suave y estaba perfectamente depilado.

Cuando vi que Lisa comenzaba a excitarse de nuevo, retiré mi mano.

Después de un momento, Lisa se acercó a mi oído.

L: Con que sólo me estas tentando, eh traviesa. Mordió delicadamente el lóbulo de mi oreja.

Únicamente asentí y volví a meter mi mano a su pantalón, en cuanto lo hice, Lisa la sujeto con firmeza.

L: No la puedes sacar hasta que me hagas acabar. Noté la desesperación en su voz y eso me complació de gran manera.

Con mis cuatro dedos, comencé a estimularla y pude percatarme de que ya estaba algo mojada. Aumenté la velocidad de mis movimientos y por el placer que Lisa sentía, se relajó y eso me permitió retirar rápidamente mi mano.

Me pareció sumamente tierno ver la exasperación de Lisa en su rostro, por lo que me acerqué a darle un beso en la mejilla, sin embargo, no pareció darle mucha importancia pues no estaba nada feliz con el resultado de las cosas y no podía culparla.

Al terminar la película, la tomé de la mano mientras caminábamos hacia la salida.

P: Ya, guapa, no te enojes. Lisa se mantuvo en silencio fingiendo indignación . Aún es temprano, ¿quieres venir un rato a mi casa?

L: ¿En serio tienes que preguntar? Rompió su silencio con una risa y plantó un beso en mi mejilla.

En el auto, camino a mi casa, no pude evitar sentirme orgullosa de mi misma pues Lisa se dirigía a la boca del lobo, lo del cine sólo era el comienzo, tenía grandes cosas planeadas para ella.

Al llegar a mi departamento, no nos anduvimos con rodeos y nos dirigimos rápidamente hacia mi cuarto, donde entre besos, comenzamos a retirar nuestra ropa.

P: ¿Confías en mí?

L: Si. Dijo con la respiración acelerada.

P: Recuéstate en mi cama y cierra los ojos.

Al ver que se recostó, abrí un cajón que contenía mascadas, bufandas y otros accesorios de ese estilo. Tomé una mascada y delicadamente la coloqué sobre sus ojos para vendarla.

Posteriormente até sus manos y pies a la base de la cama y observé a Lisa. Se veía indefensa y me fascinó saber que ella tenía tal confianza en mí para permitirme hacerle lo que estaba haciendo.

Me acerqué a su oído y hablé suavemente.

P: ¿Recuerdas la vez de la regadera en la que decidiste quedarte con las ganas para no darme un punto para el marcador?

L: Si. Se notaba nerviosa.

P: Entonces no podrás olvidar que te dije que la próxima vez que quisieras un orgasmo te iba a salir muy caro. Hice una pausa. Prepárate para rogar, guapa.

Inmediatamente comencé a recorrer mi dedo por el interior del muslo de Lisa y sentí como todo su cuerpo se tensaba. Me acerqué hacia su coño, pero no lo toqué, aún no.

Después de recorrer nuevamente todo su cuerpo, postré delicadamente mi dedo sobre su tanga y lo moví lentamente. Lisa intentó moverse, pero las ataduras se lo impidieron.

Comencé a besarla y después de unos cuantos besos apasionados, metí mi mano dentro de su tanga y comencé a estimular su clítoris. Tanto como podía, Lisa se movía ligeramente para acompañar mis movimientos.

Su respiración comenzó a hondarse y supe que el placer iba aumentando en ella, así que me detuve.

L: Ya, por favor. Dijo suspirando.

P: Esto apenas comienza, guapa.

Bajé su tanga tanto como pude, eso me permitió tener a la vista su coño y ver claramente su humedad. Sabía que ella estaba excitada por todas las provocaciones, pero sería una mentira decir que yo no estaba sacando suficiente placer de toda la situación.

P: Mmmm estás empapada, se ve que si te he hecho sufrir.

Inmediatamente después de decir eso, lamí su coño con toda la extensión de mi lengua y el cuerpo de Lisa se estremeció de tal manera que se arqueó con fuerza.

Me imploró que siguiera pero yo era la estaba a cargo de la situación y me encantaba tenerla a mi merced. Retiré su brasier y comencé a recorrer todo su cuerpo suavemente con mis dedos y en momentos, lo intercalaba con besos que transitaban por toda su figura.

Me llevé uno de sus pezones a la boca y después de succionarlo y mordisquearlo suavemente, planté besos en sus senos y descendí por todo su abdomen hasta llegar a su monte de venus.

Antes de volver a comerme su coño, de manera premeditada, liberé unas fuertes exhalaciones para que sintiera mi respiración. Mi boca se dirigió a su sexo con fervor y después de lamerla por un momento, la penetré con mi dedo para aumentar el placer.

El cuerpo de Lisa ya me era familiar, así que fue fácil identificar las contracturas que indicaban la formación de un orgasmo y me detuve antes de que lo consiguiera.

L: Yaaaaaaa, por favor hermosa. Gritó fuertemente. Rogaré cuanto quieras, pero por favor deja de torturarme.

P: Sígueme rogando. Le dije al oído con sensualidad.

L: Te lo pido por favor. Ya no aguanto más. Haré lo que me pidas.

P: ¿Lo que sea?

L: Si, lo que sea. Dijo desesperada.

P: Lo que harás es…Esperar.

L: ¡No! Por favor ya no puedo esperar más.

P: Puedes y lo harás. Le di un pico en los labios.

Lentamente me levanté de la cama y agarré mi celular para tomarle unas fotografías, quería tener un recuerdo de esta situación.

Sigilosamente, me moví alrededor de la recámara y tomé las fotos desde diferentes ángulos, su hermoso y vulnerable cuerpo atado, era una obra de arte.

Me quedé observándola en silencio por unos segundos y Lisa comenzó a llamarme, se notaba algo preocupada e intentó liberarse de los amarres pero no lo logró.

Me acerqué a donde estaba y se percató de mi movimiento.

L: Sé que estás ahí, puedo escucharte . Solté una carcajada, me monté sobre ella y retiré la venda de sus ojos.

P: Nunca me fui, sólo quería ver tu reacción. Continué riéndome.

L: Como ya me quitaste la venda, ¿quiere decir que ya me vas a liberar?

P: Aun no, lo hice porque quiero que veas la última parte de tu tortura.

Le mostré un pequeño vibrador que había tomado de uno de mis cajones y la mirada de sorpresa de Lisa no tuvo precio.

L: ¡Estás loca! Ya me has provocado lo suficiente.

P: Solo un poquito más. Dije de manera coqueta.

Tomé el vibrador y lo coloqué sobre sus senos, rodeé sus pezones y comencé a descenderlo hasta su coño. Me puse a jugar con él, recorría cada fibra sensible de su zona íntima y Lisa gemía y suspiraba ante la estimulación y como era de esperarse, cuando el cúmulo de placer se acercó al tope, me detuve.

Después de gritos y súplicas por parte de Lisa, volví a colocar el vibrador en la entrada de su vagina y recostada a lado de ella, le hablé al oído.

P: Córrete para mí. Dije con sensualidad.

Mantuve el vibrador en su lugar y veía a Lisa estremecerse de placer, la escena que tenía enfrente me tenía sumamente excitada y pude sentir como me mojaba con tan solo verla.

Presioné con más fuerza el vibrador y después de unos segundos, anunciando la llegada de su tan esperado orgasmo, Lisa liberó un fuerte gemido, no, gruñido. Fue un sonido tan primitivo y carnal, que mi piel se enchinó al escucharla.

Mientras Lisa recuperaba fuerzas, comencé a desatarla y por un momento se quedó acostada, inmóvil.

L: Eres terrible. Dijo bromeando.

P: Tal vez lo seré, pero no me puedes negar que fue el mejor orgasmo de tu vida. Dije con orgullo.

L: Tienes razón, no puedo negarlo. Me encantaría poder hacerte disfrutar, pero me encuentro agotada y adolorida. Dijo frotando sus muñecas donde estaba la marca de la tela.

P: Lo siento si te lastimé. Acaricié las marcas con delicadeza. Honestamente no pensé que fueras a aguantar tanto tiempo sin venirte, así que no consideré que estarías tanto tiempo amarrada.

L: No te preocupes, no es nada que para mañana no esté recuperada.

La abracé con ternura y después de quedarnos así por un momento, Lisa tuvo que vestirse para regresar a su casa. Quería decirle que se quedara conmigo, pero sabía que al día siguiente tenía una junta importante del trabajo y debía estar descansada y preparada.

Nos despedimos con cálidos besos y afectuosos abrazos y en cuestión de minutos, Lisa ya me estaba avisando que había llegado a su casa. Yo también preparé todo para el día siguiente y antes de dormir, le mande a Lisa una de las fotos que le había tomado, junto con el siguiente mensaje: “Tenía que tomar un pequeño recuerdo de esta experiencia. Estoy haciendo mi mayor esfuerzo por no tocarme al ver esta foto, no te pienso dar ni un punto más. Me encantas, buenas noches.”

Al día siguiente, le envié un mensaje a Lisa para desearle suerte en su junta y yo me dirigí a mi trabajo.

Pensando en que mi semana empezaría bien, mi jefa vino a demostrarme lo contrario. Nos dejó a una compañera y a mí, una carga excesiva de trabajo la cual teníamos que entregar al final del día.

Mientras trabajaba, entró una llamada de Lisa para contarme sobre el éxito de su junta con los directivos de su empresa y me invitó a celebrar con ella. Acordamos que pensaríamos en opciones para ir a cenar y nos veríamos más tarde.

Estaba lejos de terminar el trabajo del día, así que decidí hacer lo más que pude y dejé el resto para el día siguiente. Hice una reservación en un restaurante japonés y le dije a Lisa que pasaría por ella las 7:30 p.m.

Antes de llegar por ella, hice una parada en una tienda de regalos, donde le compré un globo que decía “Felicidades” y unos chocolates.

Al llegar a su casa, se sorprendió al ver los regalos, me dio un abrazo y mientras nos sujetábamos, miré sobre su hombro para asegurarme que no estuvieran sus papás cerca y la besé.

Lisa volteó preocupada de que sus papás no nos vieran, pero le aseguré que había sido cuidadosa al haberla besado. No quería hacer otra escena con los papás de Lisa y más si tenía interés de conocerlos y que les agradara por salir con su hija.

Llegamos al restaurante y cenamos delicioso mientras entablábamos una excelente conversación. Después de mucha comida y un par de copas de vino, decidimos regresar a casa, pues al ser lunes, ambas teníamos trabajo al día siguiente.

Al llegar a su casa, antes de que se bajara del coche, tomé la mano de Lisa.

P: Estoy muy orgullosa de ti. Gracias por dejarme acompañarte en tus éxitos.

L: No tienes nada que agradecer, al contrario, quiero darte las gracias por todos tus detalles el día de hoy.

P: Lo hago con todo mi corazón. Así como estoy feliz de estar contigo en estos momentos, quiero que sepas que también estaré contigo en cualquier momento que me necesites, bueno o malo.

L: Lo sé y sabes que es mutuo. El haber compartido este momento contigo, hizo que fuera mil veces mejor.

Después de un gran abrazo, mi cuerpo respondió de manera inmediata y me pasé al asiento de Lisa. Me senté sobre ella, empezamos a besarnos apasionadamente, y nuestras manos se movían inquietas por nuestros cuerpos.

Rápidamente me quité la blusa y Lisa clavó su rostro entre mis pechos y los devoraba con entusiasmo. Cuando intenté meter mi mano debajo de la falda de Lisa, la posición en la que estábamos no permitió que tuviéramos mucha movilidad.

Después de varios intentos de concretar algo, nos reímos resignadas y antes de separarnos, me quedé abrazada a Lisa. Mi lugar seguro era y siempre sería, en sus brazos y cada vez que me encontraba entre ellos, mi vida y mi mundo eran un poco mejor.


Hermosa Angiehot, me alegra saber que logro transmitirles emociones de manera en que puedan sumergirse cada vez más en la historia. Espero hayas disfrutado de esta entrega, te mando besos y abrazos con mucho cariño.

Estimado HombreFX, como dices, Lisa es más romántica y eso es fácil de ver ambas versiones. Sin embargo, lo alocado a veces puede pasar desapercibido para la otra persona, pero quien lo vive, tiene sentimientos muy intensos que llevan al desbalance. Espero puedan percibir todas estas emociones que Pamela vive y la sigamos viendo crecer como persona en su relación con Lisa.

Mi queridísima Animapersa, qué te digo que no sepas ya, preciosa. Espero que estos relatos te siga manteniendo atenta y enamorada hahaha, pero sobre todo, espero te lleven a inspirarte sobre cómo alguien así de arrebatada como Pamela, con sus cosas buenas y malas, llegó a aportarle a Lisa todo lo que ella siempre había querido.

Aprecidado sasia, gracias por tus felicitaciones y de verdad es un honor y logro saber que mantengo tu atención y la de mis demás lectores, después de tantas entregas. Espero lograr que se sigan adentrando a esta gran historia y la sigan disfrutando tanto como siempre, te mando miles de abrazos.

Karen, gracias por comentar y me halaga saber que te hayan atrapado tanto mis relatos que los hayas acabado tan rápido. Te agradezco tu paciencia y espero sigas disfrutando de las futuras entregas. Te mando un beso y un abrazo hasta Colombia.

Weter0, qué gusto volver a leer un comentario tuyo, ya tenía tiempo sin saber de ti. Qué bueno que te está gustando esta perspectiva, espero la sigas disfrutando mucho y estos nuevos detalles complementen la historia que ya conocemos. Besos y abrazos.

Estimada Eva, muchas gracias por tu comentario, espero sigas disfrutando de mis relatos, tanto como yo disfruto de los tuyos. Estamos en comunicación, un fuerte abrazo.

CostaRicanGurl, me da gusto saber que a tus ojos, siga mejorando la calidad de mis relatos, finalmente me esfuerzo por entregarles lo mejor a ustedes, mis lectores. Te mando muchos besos, linda.