A través de los ojos azules 5

Pamela sigue sintiendo cada vez más y más por Lisa.

Desperté de buen humor y le mandé un mensaje a Lisa proponiéndole vernos para la hora de la comida. Después de un rato me confirmó y me dijo dónde nos podíamos ver.

Llegué a la oficina e hice un par de pendientes, al terminar, me dirigí a mi cita. La reunión fue muy provechosa y afortunadamente, no muy extensa. Llegué temprano al restaurante, a lo que pedí una mesa y me senté a esperar a Lisa.

Mientras estaba entretenida con mi celular, unas suaves manos cubrieron mis ojos.

L: ¿Adivina quién?

P: Mmm no estoy segura. Sujeté sus manos. Juzgando por estas manos puedo suponer que eres alguien muy atractiva, pero si no eres quien creo, me meteré en grandes problemas con mi cita. Reí.

L: No quiero meterte en problemas, o por lo menos no ahora. Me dijo al oído y me dio un beso en la mejilla.

Conversábamos mientras comíamos y a pesar de ser un tiempo muy breve el que nos veríamos, estaba muy feliz de pasarlo con ella.

El viernes la invité al cumpleaños de Octavio y aceptó rápidamente la invitación, Lisa estaba tan entusiasmada como yo de que nos viéramos de nuevo.

Al terminar de comer, ofrecí llevar a Lisa a su oficina, sabía que se encontraba a sólo un par de cuadras, pero quería estar con ella tanto como pudiera.

Mientras caminábamos hacia mi auto en el estacionamiento, me sentía muy animada y juguetona, a lo que comencé a correr entre los coches y Lisa empezó a perseguirme.

Al llegar a mi coche, le pedí que me ayudara a pasar unas carpetas que había utilizado en la reunión, del asiento del copiloto al trasero, para que pudiera sentarse.

Mientras las acomodaba, Lisa tiró las carpetas al suelo, antes de que pudiera decir algo, me recostó sobre el asiento trasero y comenzó a besarme apasionadamente.

La detuve pues ya era hora de que ambas regresáramos a trabajar, pero Lisa insistió en continuar y el sentir su cuerpo entre mis piernas, fueron razones suficientes para que siguiéramos.

Retiró mi blusa y bajó mi ropa interior, llevó su mano rápidamente hacia mi coño y lo tocaba con destreza. En cuestión de segundos, ya estaba sumamente mojada, lo que permitió que Lisa introdujera dos dedos en mí y comenzara a penetrarme.

Estaba cerca de culminar, cuando sentí un tercer dedo introducirse dentro de mí. Esa sensación fue suficiente para llevarme al borde el placer y hacerme gemir fuertemente, para que en cuestión de segundos, explotara en un glorioso orgasmo.

Mientras recuperaba mi respiración, Lisa besaba delicadamente mi cuello. Tomé su mano y me llevé sus dedos a la boca, saboreé de ellos mi esencia y la compartí con Lisa a través de un beso.

Comenzamos a arreglarnos para regresar a trabajar y antes de que pudiera colocarme mi tanga nuevamente, Lisa la guardó en su bolsa.

P: Dame eso pequeña pervertida. Dije bromeando.

L: No, no. Me llevaré esto conmigo para que tu estés todo el día descubierta pensando en mí.

P: No necesitas hacer eso para que piense en ti, todos los días ya lo hago. Pero haz lo que quieras. Le lancé una sonrisa pícara.

Dejé a Lisa en su oficina y antes de que pisara el acelerador, escuché que gritaba: “¡El marcador ya va 2-0!”

Llegué a mi trabajo y mientras caminaba entre los cubículos, no podía evitar sentirme expuesta. Sentir mi sexo descubierto debajo de mi falda, era una sensación muy vigorizante.

Me senté en mi cubículo y me dispuse a trabajar, pero mi mente estaba en otro lado, la simple acción de Lisa de quitarme mi ropa interior, me tenía sumamente excitada.

Me parecía injusto que yo fuera la única que sufriera de esa tortura, así que miré a mi alrededor, me aseguré de que nadie estuviera viendo, tomé mi celular, abrí mis piernas para mostrar zona íntima y tomé una fotografía.

Antes de enviársela a Lisa, escribí: “Pensando en ti.”

Quería que Lisa sintiera lo que yo sentía en esos momentos y si eso no la dejaba cachonda en la oficina, no sé qué lo haría.

A los pocos minutos, recibí respuesta de Lisa y comenzamos a intercambiar mensajes eróticos. Tan solo de leerlos, me había mojado de nuevo y mi cuerpo me pedía que hiciera algo para satisfacerlo.

Discretamente, metí mi mano en mi falda y mis dedos comenzaron a frotar mi clítoris rápidamente, pues la urgencia que sentía mi cuerpo era inminente.

Entre los mensajes de Lisa y mi excitación, en cuestión de segundos llegué a otro orgasmo. No podía creer lo que acababa de hacer. Le escribí a Lisa de nuevo.

“Acabo de tener un orgasmo en la oficina gracias a ti. Eres terrible, necesito cada vez más de ti. Vas a la delantera 3-0.”

Su respuesta me sorprendió pues ella también se había estado tocando, lo que me concedió mi primer punto a mi favor.

Cuando finalmente pude concentrarme, me puse a trabajar. Tenía que hacer una presentación sobre todo lo que había visto en la reunión y podría parecer como trabajo fácil, pero no lo era.

Había mucha información que desconocía, pues al ser un cliente que mi jefa llevaba directamente, yo no había tenido acceso a esos datos hasta ese día. Para cuando logré entender el caso y lo pude presentar correctamente, era muy tarde, tan tarde, que cuando quise salir de las oficinas, me habían dejado encerrada y tuve que esperar a que el personal de intendencia me dejara salir.

Era casi la media noche cuando estaba llegando a mi casa, al hacerlo, le envié un mensaje a Lisa, pues me había pedido que le avisara cuando arribara.

Al día siguiente, fui a la oficina de mi jefa y le llevé todo para la presentación. Me dijo que no sería necesario que yo fuera, que ella podía presentar por las dos y así aprovechar mi tiempo en otros pendientes.

Horas después, por un compañero de trabajo, me enteré que mi jefa se había adjudicado todo el crédito de la presentación como si ella la hubiera hecho. El momento en el que la confronté, me dijo que debía ser “jugadora en equipo” y que el mérito no era lo importante, sino cumplir con mis obligaciones. Estaba echando fuego, no podía creer que hubiera hecho eso.

Estaba furiosa y lo único que vino a mi mente para tranquilizarme fue llamar a Lisa.

L: ¿Hola?

P: ¿Guapa? Mi voz se quebró en ese momento, liberando un sollozo.

L: ¿Pame? ¿Estás bien? Espera un segundo. Se escuchaba bullicio de oficina y luego silencio. ¿Qué pasa, hermosa? Sonaba preocupada.

P: Odio a mi jefa. Fueron las únicas palabras que pudieron salir de mí.

Después de un momento, pude explicarle toda la situación y lo frustrada que me sentía, pues no era la primera vez que sucedía algo así. Me escuchó atenta, dejó que me desahogara y me decía palabras reconfortantes.

Para cuando colgamos, me sentía mucho más tranquila gracias a ella. Seguí trabajando y evité a toda costa a mi jefa. Al terminar de trabajar, me fui a casa y rápidamente caí dormida, estaba exhausta.

Al día siguiente, me levanté muy alegre pues estaba emocionada de ver a Lisa. Afortunadamente, el día en el trabajo no estuvo tan mal y no hubo incidentes con mi jefa, cuando salí, llamé a Lisa para coordinar los detalles de más tarde.

Acordamos que después de la fiesta se quedaría a dormir conmigo y eso me emocionaba mucho. Anhelaba pasar toda la noche con ella y tenía la sorpresa perfecta para celebrar esa ocasión.

En la noche, cuando Lisa llegó a mi casa, no pude contener mi emoción y al momento de verla, me colgué de ella en un abrazo. No había sensación más linda que sentir que esa emoción era correspondida.

Me sujetaba firmemente y sentí como sus manos bajaron de mi espalda hacia mi trasero, dándome un par de nalgaditas juguetonas.

Me acompañó a mi cuarto a terminar de arreglarme y ayudó a retirar mi blusa, pero la detuve antes de que las cosas escalaran. Teníamos que llegar temprano al evento y además, Lisa no sabía de la sorpresa que le tenía para más tarde.

Llegamos a la fiesta y comenzamos a beber, después de un rato, ya había llegado mucha gente y varios habíamos formado una zona de baile en el jardín.

Mientras bailábamos, dejé sola a Lisa por un momento y fui por algo de tomar para las dos. Cuando regresé, le di un shot de tequila.

P: A seguir bebiendo guapa, que la noche apenas empieza.

L: ¡Salud! Dijo chocando mi vaso.

P: Salud.

Cuando vi su reacción ante el tequila, le ofrecí un limón, aceptó e inmediatamente la besé, pues me había llevado un limón a la boca. Nos besamos por unos segundos y nuestras lenguas fueron muy habilidosas, pues al terminar, Lisa ya tenía el gajo.

Después de un momento, el hermano de Octavio organizó a todos para que tomáramos “body shots”. Tanto Lisa como yo, nos subimos a la mesa y bebimos el trago de la otra.

Había disfrutado enormemente de haber lamido su abdomen marcado, pero disfrute aún más, el sentir su lengua recorrer mi cuerpo. Eso nos había dejado bastante excitadas a las dos, a lo que nos subimos a una recámara a hacer de las nuestras.

Una vez ahí, cerramos la puerta con seguro y rápidamente nos desvestimos hasta quedar únicamente en nuestra ropa interior. Lisa tenía un juego de lencería de encaje negro que la hacía ver sumamente sensual.

La aventé a la cama y vi cómo me observaba con lujuria mientras me acercaba lentamente hacia ella. Al llevar mi mano al interior de su tanga, sentí su humedad, lo que me permitió penetrarla con mi dedo medio.

Mientras tanto, Lisa comenzó a jadear y a gemir por el placer que le provocaba. De pronto, escuché ruidos en el pasillo, en vez de detenerme, cubrí su boca para que guardara silencio.

Exhalaba fuertemente por la nariz y sus caderas complementaban el movimiento de mis penetradas. Tan pronto escuchamos que las personas se habían ido, liberé su boca y con eso salió un fuerte suspiro, anunciando la llegada de su orgasmo.

Lisa estaba rendida en la cama y yo decidí que era buen momento para retirarme y así llevarme un punto para mí en nuestra competencia.

L: Estás loca si crees que esto ha terminado. Dijo mientras estaba recostada.

Comencé a recoger mi ropa del piso y con una velocidad increíble, Lisa se puso de pie de la cama y sin darme cuenta, ya me tenía atrapada entre su cuerpo y la pared, instintivamente, mis piernas rodearon su cuerpo.

Sin más, me penetró y mientras me besaba apasionadamente, su dedo comenzó a tocar mi punto más sensible. Del poco tiempo que llevaba saliendo con Lisa, ella había aprendido a identificar todas las sensaciones que me prendían y ocasionaban el máximo placer.

Así que al sentir ese contacto, no me tomó mucho culminar épicamente. La ola de placer recorrió mi cuerpo e hizo que mis piernas perdieran fuerza. Sin embargo, Lisa me tenía bien sujetada y con facilidad me recostó sobre la cama.

Estaba recostaba viéndola ponerse su ropa interior, mientras que pensaba que si cada orgasmo que me diera fuera como ese, no me importaría perder la apuesta.

Se recostó junto a mí y nos miramos profundamente a los ojos.

P: No sé qué me has hecho, pero soy adicta a ti. No me canso de cogerte y aún menos de pensarte. Una sonrisa se dibujó en su rostro.

L: Eres demasiado tierna al decir eso. Acarició suavemente mi mejilla. Tú también me encantas, nunca pensé que estaría en esta situación y estoy feliz de que sea con alguien como tú. Eres perfecta.

“Perfecta…” Mi corazón comenzó a palpitar rápidamente y me sentí sumamente conmovida. Era la primera vez que alguien me decía así.

Una parte de mí no podía creer que me hubiera llamado así, yo sabía que no lo era, pero la mirada y la forma en la que Lisa lo había dicho, me mostraban que ella genuinamente lo creía.

Al terminar, nos reincorporamos a la fiesta, pero después de un momento, decidimos que era hora de irnos. Lisa no lo sabía, pero la noche estaba lejos de acabarse, pues aún quedaba la sorpresa que tenía para ella.

Cuando llegamos a mi departamento, le pedí que se sentara en una silla en la sala de TV. Corrí a mi cuarto y abrí un cajón en donde tenía guardadas la mayoría de mis objetos sexuales y saqué un corsé negro con su liguero.

Me puse ropa interior negra, medias de red atadas al liguero y con un poco de dificultad, me coloqué el corsé. Tomé el arnés, el consolador y lubricante y me dirigí de nuevo a la sala.

Siempre había sido una persona sexualmente muy activa, pero normalmente se trataba de mi propio placer, con Lisa, quería explorar mi sexualidad de una manera en la que ambas disfrutáramos y aumentara nuestra conexión. De alguna manera, se había vuelto importante para mí, el que ella viviera esos placeres de los que por tanto tiempo se había perdido y quería ser yo quien se los mostrara.

Puse música sensual y antes de hacerle un baile erótico a Lisa, dejé que me admirara. Quedé muy satisfecha con su apreciamiento, ya que literalmente, tenía la boca abierta al verme.

P: Vas a disfrutar de este baile que preparé para ti, pero no puedes tocarme a menos de que yo te lo diga. Dije de manera autoritaria. Si lo haces, tendré que detenerme y dudo que quieras que eso pase. ¿De acuerdo?

Lisa únicamente asintió y con eso, empecé a bailar sensualmente alrededor y sobre de ella. Estaba sentada sobre sus piernas y comenzamos a besarnos, de pronto, sentí como colocaba su mano sobre mi cuello y eso me obligó a ponerme de pie.

Seguí bailando eróticamente frente a ella, hacíamos contacto visual y podía ver sus ojos llenos de lujuria. Me acerqué de nuevo a ella, retiré su blusa y de manera provocadora, abrí el botón y cierre de su pantalón.

Le ordené que lo retirara y rápidamente obedeció. Al tenerla sentada en su ropa interior, comencé a tocarla lentamente, recorría todo su cuerpo y plantaba pequeños besos donde podía.

Veía en Lisa grandes rasgos de excitación y sufrimiento, me imploraba que la dejara tocarme y sé que quería eso y más, lo que ella no sabía, era que estaba a punto de concedérselo.

Después de provocarla un poco más, revelé el arnés.

P: Ahora sí, quítame este corsé y hazme tuya. Le di el arnés y el consolador que traía en la mano. Espero ahora si te acuerdes como ponerte el arnés. Bromeé.

L: Claro que sí, pero mejor vámonos a tu cuarto.

Llegamos a mi recámara y Lisa retiraba de manera apresurada el corsé, era como una pequeña niña rompiendo la envoltura de un regalo, desesperada por abrirlo.

Retiró todas mis prendas y las suyas y rápidamente comenzó a colocarse el arnés. Me prendía muchísimo verla tan segura de lo que hacía y en cuestión de segundos, ya estaba lubricando el dildo para penetrarme.

L: Vamos a coger hasta que salga el sol. Dijo con determinación.

P: Todo el tiempo que quieras.

Tan pronto dije eso, sentí el consolador penetrarme y llenar satisfactoriamente mi interior. Lisa se movía con fuerza y rapidez, generando en mí sensaciones maravillosas.

Ambas gemíamos fuertemente, el roce del consolador con el sexo de Lisa la estaba estimulando de gran manera y poco antes de que yo culminara, ella tuvo un orgasmo.

En cuanto llegué al clímax, le pedí a Lisa que no parara. Al ser multiorgásmica, sentía como se formaba otro orgasmo en mi interior y estaba desesperada por liberarlo.

Lisa, manteniendo un excelente ritmo, siguió embistiendo hasta que solté un pequeño grito de placer.

Al ver la ventana, vimos que el sol comenzaba a salir y ambas estábamos muy satisfechas por haber cumplido nuestra palabra.

Lisa se quitó el arnés y me abrazó por atrás, nos quedamos recostadas sintiendo nuestros cuerpos desnudos preparándonos para dormir, cuando de pronto, Lisa habló:

L: Hermosa, ¿sigues despierta?

P: Si guapísima, ¿qué pasa? Volteé a verla de frente.

L: Te quiero. Dijo mirando profundamente a los ojos.

P: Yo también te quiero… y mucho. Le di un tierno beso en los labios.

Nos acomodamos nuevamente para dormir, me encantaba la forma en la que nuestros cuerpos encajaban perfectamente.

Antes de dormir, no pude evitar recordar que me había dicho que era “perfecta”, no creía que lo fuera, pero sin duda, ese momento que estaba viviendo con ella, lo era.

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Querido sasia, gracias por tus lindas palabras. Me alegra que te esté gustando la historia desde la perspectiva de Pamela. Te mando muchos besos y abrazos.

HombreFX, como siempre, gracias por comentar. Tienes razón en cuanto a el poder que tiene el amor para cambiar la vida de una persona. Me da gusto que te parezca más tierna esta perspectiva, sin duda ninguna historia es vista igual por las diferentes personas que la viven. Muchos besos.

Linda Angiehot, aprecio muchísimo tus comentarios siempre, eres muy amable al referirte así de mi manera de escribir. Espero te sigan gustando tanto o más los próximos capítulos. Besos y abrazos con mucho cariño.

Mi estimada Animapersa, gracias por tus comentarios, me hace muy feliz saber que disfrutas de mis relatos. Sin duda la perspectiva de Pamela es muy romántica, pronto vendrán más momentos que se enriquecerán más desde esta visión. Siempre seguiré intentando enamorarte, solo espero me digas si algún día lo logro haha. Te mando muchos abrazos.

Fabiola11, agradezco tu comentario y me alegra que esta perspectiva te ayude a comprender y expandir más esta historia. Espero mantenerte enamorada y atrapada en esta historia. Besos y abrazos con cariño.

CostaRicanGurl, gracias por comentar. Me alegra que sigas la serie y te guste la perspectiva romántica de Pamela. Definitivamente esos ojos verdes están causando más impacto que los ojos azules hahaha. Te mando un besote.