A través de los ojos azules 2
Lisa ha causado un impacto especial en Pamela, ¿qué será de esta situación?
Me desperté al día siguiente y mi día transcurría con tranquilidad. Desayuné, me puse unos pants y fui al supermercado a comprar comida y algunas cosas que necesitaba para la casa.
Al regresar, comencé a arreglarme pues iría a casa de un amigo, quien había organizado una parrillada. Mientras me arreglaba, me llegó un mensaje de Julie invitándome a comer con ella y sus amigos para seguir festejando, decliné la invitación, pero le pedí a Julie que me avisara si harían algo después, para que me uniera más tarde.
Ya en el evento, la estaba pasando muy bien, la carne estaba deliciosa y estaba muy divertida con mis amigos y amigas. De pronto, alguien se acercó a saludarme.
I: Hola, Pame.
P: Hola, Isa. Nos saludamos con un beso en la mejilla.
I: Qué bueno verte por acá.
P: Gracias, igualmente.
I: A ver si al rato platicamos un poco. Dijo de manera coqueta.
P: Claro. Dije con una sonrisa pícara.
Isabel era una chica con la que me había involucrado un par de veces en el pasado. Era bastante linda, tenía el cabello café con luces castañas, ojos café claro con unas grandes pestañas, su rostro era afilado con unos pómulos muy pronunciados. El resto de su físico era promedio, pechos de tamaño normal y poco trasero.
Después de comer y tomar un par de cervezas, vi que Isa se levantaba de su mesa y se dirigía a la mesa donde estaban las bebidas, a lo que decidí acompañarla.
Iniciamos una conversación de una manera muy casual, poniéndonos al corriente sobre nuestras vidas, pero, a quién engañábamos, eso nos era totalmente irrelevante.
La guie al interior de la casa y cuando estábamos lejos de las miradas de los demás, la puse contra la pared y comenzamos a besarnos desenfrenadamente. Isabel me jalaba hacia ella, sosteniéndome por el cuello, mientras que mis manos se movían inquietas por todo su cuerpo.
La temperatura estaba subiendo y el deseo de arrancarnos la ropa iba aumentando.
I: ¿Y si nos vamos a otro lado? Dijo con la respiración acelerada.
P: ¿Tu casa o la mía? Dije entre besos.
I: La que esté más cerca. Dijo desesperada.
P: Vamos por nuestras cosas y te veo en la entrada en 5 minutos.
Reacomodamos nuestra ropa y salimos nuevamente al jardín donde se estaba llevando a cabo el evento. Cuando tomé mi bolsa, vi una llamada perdida de Julieta junto con un mensaje suyo.
“Estamos llegando al bar “La Catrina”, espero puedas venir un rato.”
¿Irme a casa con una chica o ir a tomar unas copas con Julieta y sus amigos? La respuesta podrá haber parecido obvia, pero el plan de Julieta me atrajo más por alguna razón y esa razón, era Lisa.
Tenía ganas de volver a verla, tal vez y así podría leerla mejor y ver si había interés de su parte. Una parte de mi realmente quería que una chica como Lisa, estuviera interesada en mí.
Pedí mi taxi para que me llevara al bar y cuando estaba en la entrada, Isa ya me estaba esperando.
I: ¿Lista, Pam? Me plantó un beso en los labios.
P: Lo siento, Isa, pero tendrá que ser en otro momento.
I: ¿¡En serio!? Dijo molesta.
Mi taxi iba llegando, conforme caminaba hacia él, le dije:
P: Lo dejamos para otro día, prometo compensártelo.
Sin siquiera escuchar su respuesta, me subí al taxi y ya iba de camino a mi destino.
Llegué al bar y fui a la mesa de Julieta, quien me recibió con mucha alegría.
Ju: ¡Qué bueno que viniste!
P: Tenía ganas de seguir festejándote. Reí.
Ju: Me alegra que lo hayas hecho.
P: ¿No vienen tus amigas de ayer? Pregunté fingiendo desinterés.
Ju: ¿Quiénes? ¿Las que te aburrieron o Lisa? Bromeó.
P: Cualquiera. Solté una risita . Aunque Lisa fue la que mejor me cayó.
Ju: Si, Lisa es muy buena onda. Ella llegó después de comer al restaurante, pero a esto ya no quiso venir.
P: Qué lástima, ¿ahora con quién platicaré? Dije con dramatismo a manera de broma.
Ju: Conmigo, tonta. Ambas soltamos una carcajada.
A diferencia de la fiesta, al ser un grupo más pequeño de personas, pude estar todo el tiempo con Julieta, platicábamos y bebíamos muy contentas. De pronto, escuché que alguien mencionaba el nombre de Lisa, a lo que puse especial atención a la plática.
La conversación no fue lo que se podría considerar interesante, alguien mencionó estar buscando trabajo en el área de mercadotecnia y le dijeron que contactara a Lisa, pues ella se dedicaba a eso.
Esa fue la excusa que necesité, para preguntarle a Julieta de ella.
P: ¿Muy popular esa Lisa, no?
Ju: Rio. Algo así, como nos conocemos de hace muchos años, Lisa conoce a la mayoría de mis amigos y se lleva muy bien con ellos.
P: Qué pena que no vino, la estaríamos pasando muy bien.
Ju: ¡Sin duda!
P: Ya sé, vamos a mandarle una foto para que vea de lo que se está perdiendo.
Ju: Excelente idea. Julieta agarró su celular y tomó una “selfie” de nosotras. Escríbele algo, vuelvo enseguida.
Me dio su celular y me quedé pensando qué podría mandarle junto a la foto.
“Hubieras venido, besos.”
Eso fue lo único que se me ocurrió que no se viera intenso de mi parte, al poco tiempo, llegó su respuesta: “Síganse divirtiendo y tómense una por mí”.
No sé qué esperaba que contestara, pero su respuesta no me pareció muy expresiva, por lo que pude inferir que no había manera de que Lisa estuviera interesada y eso estaba bien, por lo menos de esa manera, podría quitarme la duda del día anterior.
Terminó la noche y regresé a casa. Mi domingo fue muy relajado y me preparé para ir a trabajar al día siguiente.
Estudié la licenciatura en economía y ejerzo como analista de operaciones de una empresa farmacéutica, mi labor es analizar los datos de las ventas, a lo largo del año, para poder anticipar las necesidades de los consumidores y saber que productos y/o medicamentos tienen mayor demanda.
Mi trabajo no me es muy interesante o apasionante, pero es bien pagado y soy buena en lo que hago, por lo que estoy cómoda en mi actual puesto, mi único problema, es mi jefa, Débora.
No entiendo cómo llegó a tener el puesto que tiene, pues me parece una persona sumamente incompetente. Se roba el crédito de las tareas y labores de los demás en el área (yo incluida) y se molesta cuando las cosas no se hace cómo y cuándo quiere, como si supiera hacerlas en el primer lugar.
En fin, esa es mi situación laboral. Afortunadamente, Débora estuvo tranquila durante la semana, así que no hubo tensiones y regaños en la oficina. El viernes, para cuando iba saliendo de la oficina, yo ya estaba de un excelente humor.
Iba a ir a cenar a casa de Tere, con Mónica, su novio, Olivia y un par de chicos y chicas más. Antes de arreglarme, estaba platicando con Mónica, cuando de pronto, nuestra conversación se vio interrumpida por una llamada que recibí de un número desconocido.
P: ¿Hola?
L: Hola Pamela, soy Lisa, de la fiesta de Julieta el viernes pasado, ¿me recuerdas? Le indiqué a Mónica que me diera un momento e ingresé a mi habitación para continuar la llamada.
P: Cómo no te voy a recordar. Es más, yo fui la que pensó que te habías olvidado de mí.
L: Cómo crees, lo que pasa es que tuve una semana muy ocupada.
P: Pues me alegra que me hayas llamado.
L: ¿Tienes algún plan en la noche? Me tomó por sorpresa lo directa que fue.
P: No realmente, ¿a dónde me vas a invitar?
L: ¿Quieres ir a cenar a algún lado? Hay un nuevo restaurante de comida italiana que he querido ir a probar, ¿se te apetece?
P: Suena delicioso.
L: ¿Te parece que cenemos a las 9?
P: Mejor digamos 8:30, pues vas a pasar por mí, guapa. Dije con seguridad.
L: Soltó una pequeña risa. Perfecto, paso por ti a las 8:30.
P: No puedo esperar, te escribo mi dirección enseguida.
L: Te veo en un rato.
P: Sale guapa, adiós.
Tan pronto colgué, una ola de emociones me recorrió, me había agradado la seguridad con la que hablé con ella, pero en cuanto colgué, me puse sumamente nerviosa.
P: ¡Mónica! Grité desde mi cuarto.
M: ¿Qué te pasa, Pamela? Preguntó preocupada al llegar rápidamente a mi cuarto.
P: Cambio de planes, tengo una cita.
M ¿Y? ¿Cuál es el problema?
P: Necesito que me ayudes a ver qué me voy a poner. Mónica me miró desconcertada.
M: ¿Desde cuándo tú te pones nerviosa por una cita? Son tu pan de cada día, me preocuparía si fuera la segunda o tercera. Bromeó.
P: No hay tiempo para bromas, realmente necesito tu ayuda. Dije irritada.
M: Vaya, Pame, es la primer vez que te veo así por una cita. ¿Quién es la chica?
Le conté cómo conocí a Lisa y las pequeñas dudas que habían pasado por mí mente.
M: Suena como una chava decente, pero aun así, tómate las cosas con calma. Date la oportunidad de conocerla.
P: Tengo miedo Moni. Dije afligida. No sé porque me siento así por ella, ¿y si me lastima?
M: Es un riesgo que debes correr, Pam. Dijo de manera reconfortante. Por algo te sientes atraída a ella, hazle caso a tus instintos. Como alguna vez te lo dije, no todas las personas son malas, como tu repudiable ex. Hizo una pausa. Por eso te digo que te tomes las cosas con calma, ve a tu cita, conócela y ve viendo poco a poco cómo te vas sintiendo.
P: Tienes razón.
Mónica me ayudo a escoger mi atuendo y cuando me di cuenta, Lisa ya estaba tocando el timbre. Al llegar a la puerta, pude ver cómo me observaba asombrada y debo aceptar que me hizo sentir sumamente bien ver esa reacción en ella. Por otro lado, ella tampoco se quedaba atrás, estaba usando un vestido verde esmeralda que resaltaba sus preciosos ojos.
Llegamos al restaurante y me quedé atónita con el lugar que había escogido, era un lugar muy romántico. El restaurante tenía velas y una linda decoración, pero lo más bonito, era el enorme jardín que tenía. No pude evitar sentirme algo conmovida, pues era de los lugares más bonitos a los que había ido a una primera cita.
P: Wow, tu si sabes cómo sorprender a una chica.
L: Me agrada que te guste el lugar. Dijo tímidamente.
Al sentarnos, nos ofrecieron la carta, mientras le echaba un vistazo, pude ver a Lisa algo nerviosa. Sus manos estaban inquietas y tenía una mirada algo desconcertada.
Delicadamente, tomé su mano y le sonreí, ella me devolvió la sonrisa y sujetó mi mano con un poco más de fuerza.
Mientras cenábamos y tomábamos vino, Lisa me confesó que yo era la primer mujer con la que salía en un contexto romántico. Eso me ayudó a entender un poco más por qué había actuado como lo había hecho cuando la conocí. Hablamos un poco más sobre el tema de nuestra sexualidad y acordamos que por el bien de ambas, iríamos lento.
Al terminar de comer, ordenamos el postre y en lo que lo traían, salimos al jardín a caminar un poco. Me senté en una banca frente a la enorme fuente que estaba en el centro del jardín y a los pocos segundos, Lisa regresó con una rosa en la mano.
Su detalle me pareció sumamente romántico, por lo que le agradecí con un beso en la mejilla, sin embargo, ella se acercó a mí y plantó un beso sobre mis labios. Me sorprendía como con cada segundo que pasaba, se iba soltando más y parecía estar más cómoda con la situación. No parecía en lo absoluto inexperienciada y eso hacía que las cosas fluyeran con naturalidad entre nosotras.
Comimos nuestro postre y acordamos que iríamos a mi departamento a seguir nuestra cita. No tenía intención de que sucediera algo más que una conversación, pero cuando íbamos en el coche tomadas de la mano, Lisa comenzó a acariciar mi pierna y a provocarme sutilmente.
A pesar de sus avances, nunca pensé que estaba interesada en mí solo por sexo, sino que estaba explorando sus propios límites en cuanto a su sexualidad y quién era yo para negárselo, sobre todo cuando su toque era tan cariñoso y placentero.
Al llegar a mi departamento, abrimos una botella de vino y seguimos platicando. Me caché a mí misma mirando su boca cuando hablaba, pensaba en besar sus labios nuevamente y no de una manera tierna e inocente como lo habíamos hecho anteriormente.
Lisa ya no había hecho ningún nuevo avance, así que si quería que algo sucediera, yo tendría que ser la que tomara la iniciativa. Y así lo hice, me acerqué a besarla apasionadamente y fui inmediatamente correspondida.
Como si hubieran prendido un interruptor en mí, en cuestión de segundos estaba excitadísima y moría de ganas por darle placer a la virgen que tenía frente a mí.
Descendí por sus piernas y aprovechando su vestido, me fue muy fácil retirar su tanga y rápidamente llevar mi boca a su sexo. Pude sentir a Lisa estremecerse cuando sintió el contacto de mi boca y eso me motivó a seguir devorándola.
Sentí que sujetaba mi cabeza con fuerza y me di cuenta de que estaba muy cerca de culminar, tan solo me tomó unas lamidas más y Lisa ya se estaba viniendo en mi boca.
Lisa me acercó a ella y comenzó a besarme de nuevo, sentí que su mano descendía por mi cuerpo y antes de que llegara a su meta, la detuve.
P: Espera, guapa.
Corrí a mi cuarto y tomé de mi cajón un arnés, un dildo y lubricante. No sabía si Lisa estaría lista para algo así, pero mi necesidad de ser cogida era mayor, a lo que decidí aventurarme a ver su respuesta.
Antes de salir de mi cuarto, me quité el vestido y me mostré ante ella en ropa interior. Me senté sobre ella y mientras Lisa besaba mis senos, le dije al oído: “Quiero que me cojas y me hagas tuya”.
Lisa muy dispuesta, rápidamente se quitó la ropa y comenzó a ponerse el arnés. En esta ocasión, se mostró su inexperiencia, pues le estaba costando trabajo acomodárselo. Al estar sumamente caliente, de manera desesperada, me acerqué a ayudarla y al tenerlo acomodado, me llevé el consolador a la boca.
Al verme felando el miembro artificial, la mirada de Lisa se llenó de lujuria y velozmente me recostó sobre el sillón y comenzó a penetrarme. Estaba tan excitada que no me tomó mucho tiempo llegar a un explosivo orgasmo, el cual demostré con un grito estruendoso.
Mi cuerpo me pedía más y realmente deseaba que Lisa me diera más, así que me coloqué en cuatro y le supliqué que me hiciera suya. Lisa obedeció, lubricó el consolador y lentamente se introdujo en mi culo. Conforme me fui relajando, Lisa tuvo la oportunidad de acelerar y profundizar sus embestidas.
Ambas gemíamos como locas y estábamos desesperadas por acabar, después de un momento, terminamos juntas y nos recostamos en el sillón.
El cansancio nos consumió y caímos dormidas. De pronto, escuchamos que la puerta se abría y ambas nos levantamos de manera abrupta. Comenzamos a vestirnos y al terminar, quité el pasador de la puerta para que Mónica pudiera entrar.
M: ¿Por qué pusiste el pasador wey? Antes de que pudiera contestar, Mónica vio a Lisa. Disculpa, no sabía que tenías visitas. Dijo algo avergonzada.
Lisa se presentó con Mónica y se dirigió a la puerta.
L: Creo que es hora de que yo me vaya.
P: ¿Segura? ¿No te quieres quedar?
L: Estoy segura, además ya es demasiado tarde y tú debes estar agotada. Me dijo en voz baja.
P: Si lo estoy, pero todavía podría seguir. Dije de manera pícara.
L: Otro día continuamos, eso tenlo por seguro. Besó mi frente.
P: Me acerqué a su oído y susurré. Coges delicioso, quiero que me des otro orgasmo.
L: Si no mal recuerdo, esta noche me iba a tocar a mi disfrutar. Y aunque lo hice, tú sigues teniendo más puntos en tu marcador. Dijo de manera bromista.
P: ¿Entonces vamos a contar con marcador, eh? Soy muy competitiva y voy a buscar más puntos entonces.
Lisa me dio un último beso y se marchó. Tan pronto cerré la puerta, Mónica me abordó.
M: ¿En qué mundo esto es ir lento? Me mostró ligeramente disgustada el arnés con el consolador.
P: ¡Lo sé! Cubrí mi rostro con mis manos, riendo . No pude contenerme, estaba muy caliente y para haber sido virgen con las mujeres, lo hacía muy bien. Me sonrojé.
M: ¿¡Es virgen!?
P: Bueno, después de hoy, ya no lo es. Explotamos en risas.
M: A ver, cuéntamelo todo.
Le conté con lujo de detalle todo lo sucedido durante la noche y al terminar, Mónica estaba sumamente sorprendida.
M: Parece que le invirtió mucho esfuerzo a su cita, eso me agrada. No la conozco, pero tengo un buen presentimiento respecto a ella.
P: Yo también lo tengo, hoy ha sido una noche increíble.
M: No sabes cómo me alegra verte dándole una nueva oportunidad al amor, pero aun así, ten cuidado.
P: Seré cuidadosa, lo prometo. Hice una pausa. Honestamente, creo que es más viable que la termine lastimando yo a ella, que ella a mí.
M: Tal vez, pero mi amiga eres tú y yo me preocupo por ti, no por ella.
P: Gracias Moni. Le di un abrazo.
M ¿Y cuándo la volverás a ver?
P: Planeo invitarla al plan de mañana.
M: ¿Tan pronto? Pensé que te esperarías unos días.
P: La antigua Pamela se esperaría, pero mi nuevo yo, me dice que me deje llevar por lo que siento y lo que siento es ganas de verla mañana.
M: ¿Quién eres y qué le has hecho a Pamela?
P: No lo sé, ni yo me reconozco. Me quedé pensativa. ¿Me estaré adelantando, Moni? Nunca había sentido algo así de rápido por nadie, ni siquiera Sara.
M: Tal vez, Pame. Te lo plantearé de esta forma: Es como si fueras en un coche y ya vimos que ir lento no te funciona, así que ve tan rápido como quieras, pero no olvides ponerte el cinturón de seguridad. Ambas reímos.
P: Me gusta como lo has planteado. Dije con una sonrisa.
M: De verdad espero que las cosas se den bien con Lisa y por eso, creo que es importante que te diga esto: Si te vas a dar esta oportunidad, tienes que dejar atrás a la persona que fuiste en tu relación con Sara. Perdón que te lo diga así, Pame, pero eras otra y esa Pamela huía de los problemas y su manera de afrontar las cosas era muy dañina para ella misma y los demás.
P: Lo sé. Dije con un tono de culpabilidad. Espero saber cómo actuar.
M: Sólo tienes que actuar como actúas conmigo o con tus demás amigas. Eres cariñosa, respetuosa, sabes escuchar, en fin, tienes muchas cualidades que te hacen una gran amiga. Actúa así con Lisa, se su amiga y súmale el sexo. Rio.
P: ¿Qué fue lo que tomaste hoy que te hizo tan sabia?
M: Siempre soy sabia, solo que no me escuchas. Nos reímos de nuevo.
Abracé con fuerza a Mónica y le agradecí todas sus palabras y consejos. Definitivamente esta noche había generado un cambio en mí y me hice una promesa a mí misma de ponerle todo mi empeño por lograr que las cosas funcionaran con Lisa, por más terrorífico y difícil que pudiera ser para mí.
Podría estarme adelantando mucho, pero la sensación que Lisa generaba en mí, junto con la forma en la que las demás personas se expresaban de ella, me daban a entender que era una gran chica y no quería dejar ir la oportunidad de estar con alguien así, además, es muy guapa, parece ser el paquete completo.
Estimado HombreFX, lamento la confusión en el título, de ahora en adelante, la serie seguirá con el mismo nombre. Espero te haya gustado esta nueva entrega. Te mando muchos besos y abrazos.
Mi querido Sasia, gracias por tus comentarios, realmente los aprecio mucho. Prometo no cansarme de escribir para ustedes, siempre y cuando, ustedes no se cansen de leerme. Saludos y que tengas un excelente inicio de semana.
Animapersa, me alegra que te mantenga enganchada en la historia. Espero este capítulo haya sido de tu agrado. Es un placer interactuar con mis lectores como lo hago, al final de cuentas, es gracias a ustedes que disfruto tanto de escribir estos relatos.
Carmen, gracias por tu comentario, espero también te haya gustado este capítulo. Te mando besos y abrazos.
Hago mención especial a CostaRicanGurl, aunque ya me enviaste un correo, acabo de ver tu comentario en uno de mis relatos (19). Me siento sumamente halagada de que al llevar tanto tiempo leyendo aqui, catalogues mis relatos como los que más te han cautivado. Muchas gracias, te mando muchos besos.