A través de los ojos azules 10

La historia de amor continúa, Pamela debe afrontar algo que siempre ha sabido y nunca había querido aceptar.

El lunes llegó y yo iba feliz a trabajar, después del fin de semana que había tenido, nada me lo podía arruinar, o eso pensé. En cuanto llegué a mi cubículo, me di cuenta de había muchas carpetas sobre mi escritorio, me acerqué a mi jefa para preguntarle de qué se trataba.

P: Buenos días, Débora.

D: Ah, Pamela, buenos días, qué bueno que llegas temprano. Volteé los ojos molesta pues siempre llegaba puntual al trabajar . Tenemos un problema, no tenemos sistema y urgen los análisis de esos productos, así que lo harás a la antigüita con pluma y papel.

P: ¿Para cuándo los necesitas?

D: Para hoy.

P: ¿¡Hoy!? Si hechos con el programa de la computadora apenas acabaría hoy, ¿cómo esperas que acabe haciéndolo a mano?

D: Soluciónalo, Pamela, hay que buscar los recursos necesarios. Suspiré irritada y me marché.

Estaba sumamente frustrada y no tenía ni 30 minutos de llegar a la oficina. Me puse a trabajar y para la hora de la comida, mi cabeza estaba a punto de explotar. Fui por algo de comer y cuando estaba en la cafetería, un compañero de trabajo me dijo que él en su área si tenía sistema, le pregunté si podía usarla mientras el comía y accedió sin problema alguno, lo que me permitió agilizar el proceso.

Le envié a Débora los resultados y me marché a mi casa. Hablé con Lisa un momento por teléfono para platicarnos de nuestros días, cené y me preparé para el día siguiente.

Al llegar a la oficina, no encontré a mi jefa, a lo que pude ir con calma a prepararme un café y alistar todo. Tan pronto me senté, llegó mi jefa.

D: Pamela, ¿te puedo ver en mi oficina, por favor? Me dirigí a su oficina y me quedé parada en la puerta.

P: Buenos días, ¿en qué te puedo ayudar?

D: Recibí tus análisis de ayer, pensé haberte dicho que no había sistema pero veo que los últimos productos si los hiciste así. Se puede saber ¿cómo lo hiciste?

P: Un compañero me dejó trabajar en su estación que si tenía sistema.

D: De acuerdo… Se notaba molesta.

P: ¿Hay algún problema?

D: Nada, Pamela, solamente esperé que si te daba una instrucción la siguieras. Rasqué mi cabeza confundida.

P: Sigo sin entender el problema, me dijiste que lo “solucionara” y eso fue lo hice.

D: Olvídalo, te mandé correo con los pendientes del día.

Terminé mi trabajo y al llegar a casa, abrí una botella de vino con Mónica y nos pusimos a platicar sobre todo y nada.

Al resto de la semana transcurrió sin mucha novedad y afortunadamente, mi jefa no generó más molestias. El viernes, al salir del trabajo, Lisa vino a mi casa pues estaba algo cansada y no tenía ganas de salir.

Nos saludamos y el cansancio de Lisa era evidente. Le preparé algo de cenar, conversamos un poco y acordamos que nos veríamos al día siguiente para ir a ver los camiones para mi fiesta de cumpleaños.

Nos pasamos a la sala de TV y Lisa se tumbó sobre el sillón fatigada.

P: Pobre de mi pequeña, te ves exhausta. Déjame consentirte.

Tomé un bote de aceite de mi cuarto, Lisa se colocó boca abajo sobre el sillón sin ninguna prenda superior, me senté sobre ella y comencé a frotar lentamente sus hombros y espalda.

Su cuerpo era firme pero la tensión era evidente por todo su cuerpo. Poco a poco, mientras la masajeaba, iba notando como se iba relajando. De pronto, me percaté de que se había quedado profundamente dormida.

Coloqué una cobija sobre su espalda descubierta y me senté en el sillón individual a ver un momento la TV, eventualmente el sueño también me venció y fui despertada por el sonido del celular de Lisa. Vi que era su papá pero no me atreví a contestar, inmediatamente entró un mensaje.

Me acerqué a Lisa y planté un delicado beso para despertarla.

P: Guapa, no quería levantarte pero ya es tarde, tu papá te llamó y envió un mensaje preguntado a qué hora regresarías a casa.

Lentamente se reincorporó, nos despedimos y Lisa se marchó a su casa. Le pedí que me avisara al llegar y me metí a la cama para descansar.

Al día siguiente, Lisa pasó por mí y de camino al lugar me comentó que sus papás habían acordado permitirle quedarse a dormir conmigo en ocasiones especiales y sin duda, mi cumpleaños cumplía con el requisito.

Me llevó a un lugar en las afueras de la ciudad, donde habían muchos camiones diferentes, todos adecuados para el mismo objetivo: fiesta.

Al llegar, nos recibió Carlos, el encargado. Le dijimos lo que buscábamos y comenzó a enseñarnos las opciones. El primero era un camión de pasajeros, que en vez de tener los asientos, había un par sillones y una barra para bebidas.

C: Este es el básico, tiene una capacidad para 40 personas aunque no creo que 10 más hagan mucha diferencia, sin embargo ese es el límite. Cuenta con la barra al final del camión, WC y luces para ambientar.

El siguiente camión era similar al anterior pero tenía una mayor capacidad de pasajeros, más sillones y contaba con una pantalla para proyectar videos.

C: Contamos también con los modelos escolares. El básico de 1 piso y el adaptado de 2 pisos. Los cuales son de 30 y 60 personas respectivamente.

Observamos el camión de dos pisos y nos dirigimos a la siguiente opción, la cual llamó mucho nuestra atención.

C: El tráiler, mejor conocido como “el clandestino” cuenta con una capacidad de hasta 100 personas. Abrió las puertas de la caja. Como pueden ver cuenta con sillones, luces, una pantalla, la barra de bebidas y dos tubos para quienes se pongan atrevidos y valientes de bailar en un camión en movimiento. Dijo bromeando.

P: Este me gusta mucho. Dije entusiasmada.

C: Si, es uno de los favoritos aunque hay unos detalles en cuanto a la ruta. Si me permiten, les muestro la última opción y posteriormente podemos discutir las especificaciones.

Llegamos al último camión, el cual era rojo de dos pisos, iguales a los camiones tradicionales de Inglaterra. Contaba con las mismas especificaciones al tráiler aunque éste solamente contaba con 1 tubo.

Al terminar, fuimos a la oficina de Carlos, nos sentamos en una sala y nos comenzó a explicarnos los detalles de cada opción.

C: Dentro de nuestros precios se incluyen las bebidas y un poco de alimentos.

P: ¿Qué tipo de bebidas incluye?

C: Ron, tequila y vodka, con sus respectivos mezcladores, agua simple y mineral.

P: De acuerdo, ¿ahora me podría comentar sobre las rutas que mencionó anteriormente?

C: Todos los camiones a excepción del tráiler, tienen diferentes rutas por la ciudad y al final del recorrido los dejamos en el bar/antro de su elección. El tráiler al ser de mayor tamaño y no ser tan fácil que transite por la ciudad, cuenta con una ruta diferente.

LyP: ¿Cuál es la ruta del tráiler? Preguntamos al mismo tiempo.

C: Se recogen a los pasajeros en un centro comercial y la ruta que sigue es por la ciudad, pero no por calles pequeñas ni concurridas. Algunos clientes prefieren que circule por la carretera hasta que finalice el recorrido y de nuevo se deja a los pasajeros en el centro comercial. Aquí no hay opción de terminar el recorrido en un antro pero por eso se les da la posibilidad de tiempo libre. Eso quiere decir que rentan el transporte por las horas que lo ocupen, los demás cuentan con un horario fijo de 5 horas.

P: ¿Podría darnos un momento para que lo hablemos?

C: Claro que sí, cualquier duda no duden en consultarme.

Me acerqué a Lisa y comenzamos a considerar todas las opciones.

P: Me gustan las últimas dos opciones, pero no me convence lo de la ruta del tráiler. Creo que la mayoría de los invitados va a preferir terminar en un antro o bar.

L: Es algo importante a considerar, pero lo más importante es: ¿Qué quieres tú? Finalmente es día y debemos ir por la opción que a ti te guste. No te preocupes por los demás.

P: Tienes razón, pero aun así sigo indecisa.

Después de deliberar por un momento más, me decidí por el tráiler y le comuniqué a Carlos la decisión. Comenzamos a hacer el papeleo y al terminar, nos solicitaron un pago de anticipo. Me sorprendí por un momento pues yo tenía contemplado ver únicamente las opciones, mas no contratar el servicio en ese preciso momento, sin embargo, Lisa rápidamente se puso de pie y se fue con Carlos para hacer el pago.

El tiempo transcurría y no regresaban, me estaba empezando a desesperar de haberme quedado ahí esperándolos. Momentos después venían saliendo de la oficina, al parecer había habido un problema con la terminal y no podían hacer el cobro.

Nos despedimos de Carlos y nos pusimos en marcha de regreso a la ciudad, cuando entró una llamada de la hermana de Lisa, quien nos invitó a comer con ella y su esposo.

Me encontraba sumamente nerviosa por conocerlos, pero a la vez me emocionaba integrarme más en ese ámbito de Lisa, pues sabía que era una chica muy cercana con su familia.

Al llegar al restaurante, tomé un hondo respiro y nos dirigimos a la mesa en donde estaban su hermana y su esposo.

L: Hola, les presento a Pamela. Ella es mi hermana Daniela y su esposo René.

D: Hola, mucho gusto. Puedes llamarme Dani.

R: ¿Qué tal?

P: Hola. Dije con la voz temblorosa.

Daniela, era físicamente muy similar a Lisa. Tenía la tez blanca, el cabello oscuro pero más corto (a la altura del hombro) y la gran diferencia era que sus ojos eran cafés. Su cara era un poco más redonda con cejas delineadas, contrarias a las cejas pobladas de Lisa. De lo que me pude percatar, no tenía mal cuerpo, pero se notaba que no hacía ejercicio como Lisa, el cuerpo de Lisa, no tenía comparación.

Nos sentamos en la mesa y rápidamente Daniela habló.

D: Es un gusto conocerte, Pamela.

P: El gusto es todo mío. Lisa me ha hablado mucho de ti.

D: Espero que cosas buenas.

P: Por su puesto. Hice una pausa. Debo decir que se parecen mucho.

D: Pero yo soy más guapa, no? Dijo bromeando.

L: Ya quisieras. Contestó a la broma.

Mientras comíamos, Daniela y René estaban muy interesados en conocerme y me hacían todo tipo de preguntas, eran muy amables y disfrutaba mucho de platicar con ellos.

Al terminar los platos fuertes, pedimos un postre, mientras esperábamos a que llegara, entró una llamada de mi mamá. Me puse de pie para tomarla lejos de todos.

P: Hola, ma.

Mamá: Hola, princesa, ¿cómo estás?

P: Todo bien ¿y tú?

Mamá: Todo bien. Oye preciosa, malas noticias, no te veré para tu cumpleaños, Arturo tiene viaje de negocios y lo voy a acompañar. Te lo compensaré, ¿si?

P: Si, ma. Sabía que eso sucedería. Adiós.

Antes de regresar a la mesa, fui al baño a limpiarme las lágrimas que de manera involuntaria habían brotado de mí. Siempre me decía a mí misma que tenía que dejar de esperar tanto de las demás personas, especialmente mis papás, pues siempre encontraban la manera de decepcionarme.

Al regresar a la mesa, Lisa me miró y en voz baja me preguntó si estaba a bien a lo que respondí susurrándole: “Después te cuento.”

Salimos del restaurante y a la hora de despedirnos, Dani se acercó a darme un afectuoso abrazo.

D: Ha sido un gusto conocerte, espero nos veamos pronto, cuñada. Me sorprendí al escucharla llamarme así.

P: Muchas gracias, espero así sea, Dani. Dije nerviosa.

D: ¿Te incomoda que te llame cuñada?

P: Al contrario, me gusta. Sentí mis mejillas ruborizarse.

R: Suerte en tu fiesta de cumpleaños, ya nos contarán qué tal la pasan.

P: Están invitados a ir si así lo desean. Me daría mucho gusto verlos ahí.

D: Agradecemos la invitación, pero tenemos una boda. Me hubiera gustado ir, además tiene mucho que no salgo de fiesta con mi hermanita. Soltó una carcajada. Tal vez en otra ocasión.

Nos fuimos a mi departamento, nos sentamos en el sillón de la sala de TV y después de un momento, Lisa intervino.

L: Ahora que recuerdo, no me dijiste qué fue lo que te sucedió en el restaurante.

P: Era mi mamá, habló para avisarme que no me podrá ver en mi cumpleaños pues acompañará a su esposo a un viaje de negocios. Dije decaída.

L: Lo siento mucho.

P: Da igual, como te conté no soy muy cercana a mis padres. Dije dolida.

L: Yo sé que no son muy cercanas, pero me imagino que siendo tu cumpleaños de las pocas veces que la ves por eso te pone tan triste.

P: Tienes razón. Dije con los ojos llorosos. Además, estaba anticipando mucho ese momento pues te la quería presentar, al fin tenía ganas de compartir algo con ella.

L:Lamento escuchar eso, ¿hay algo que pueda hacer para alégrate?

P: Simplemente debo dejar de ilusionarme para evitar que me decepcione y si… abrázame. Me lancé a sus brazos.

Después de estar abrazadas por un largo momento, acordamos que la mejor manera de seguir pasando la tarde juntas, era haciendo el amor.

Comenzamos a quitarnos la ropa como desesperadas, nos besábamos con mucha pasión y rápidamente nuestros cuerpos ya estaban uno en contacto con el otro.

Lisa estaba sobre de mí y se empujaba con fuerza para generar una gran fricción en nuestros clítoris, ambas gemíamos fuertemente.

De pronto, cuando Lisa comenzaba a acelerar sus movimientos, tocaron la puerta de la recámara. La detuve pues no era normal que Mónica, interrumpiera situaciones así.

Me cubrí con la cobija y entreabrí la puerta.

M: Lo siento, no sabía que estabas ocupada. Dijo con una risa. Hola, Lisa. Le gritó a través de la puerta.

L: ¡Hola! Me pareció muy gracioso lo amigables que ya eran las cosas entre ellas, pero yo quería regresar a lo mío.

P: ¿Qué sucede?

M: Lamento la interrupción pero me parecía que debía avisarte que vamos a tener visitas, van a venir a cenar algunas personas y ambas están invitadas.

P: ¿A qué hora llegarán?

M: A las nueve, iré a comprar algunas cosas al supermercado para darles tiempo para que terminen sus asuntos. Soltó una carcajada . Para que estén listas o en caso de que no nos quieran acompañar, no vayan a hacer ninguna escena.

P: De acuerdo, gracias.

L: ¡Tómate todo el tiempo que quieras! Gritó nuevamente.

M: Regresaré como en una hora, espero sea tiempo suficiente para ustedes, par de conejos. ¿Acaso no paran ustedes? Dijo bromeando y retirándose.

P: Aprovechemos el tiempo.

L: Claro que sí, conejita. Me encantó que me llamara así.

Me puse encima de ella y reanudé los movimientos que hace un momento Lisa hacía que tanto placer nos brindaban.

Nuestros ojos se conectaron y sin dejar de mirarnos, aceleré mis movimientos, el rozar se nuestras partes era una sensación increíble y en cuestión de segundos, ambas estábamos estallando en un orgasmo casi de manera simultánea.

Algo cansada por el esfuerzo, me recosté justo a Lisa, pero ella tenía otros planes. Rápidamente llevó su boca a mi coño y comenzó a lamer todos mis jugos y los suyos que eran uno mismo en mi ser.

El placer que Lisa era capaz de generar en mí era increíble, gemía y suspiraba con fuerza mientras que sujetaba las sábanas con fuerza.

Definitivamente había mejorado considerablemente sus habilidades con la lengua desde que nos habíamos conocido. La movía habilidosamente y encontraba esos puntos que tanto sabía me gustaban.

En cuestión de segundos me tenía por las nubes y un sonoro grito anunció la llegada de mi orgasmo. Mientras me recuperaba de ese gran orgasmo, Lisa se acercó a mi oído y dijo de manera delicada: “Gané.”

La miré y una gran sonrisa estaba dibujada en su rostro. Lisa había ganado la apuesta de orgasmos y no me podía sentir más feliz al respecto.

P: Eres increíble, me encanta cómo que eres, me fascina todo lo haces y me vuelve loca cómo me haces el amor. Dije cariñosamente.

L: Eres perfecta, te quiero como no he querido a nadie. Respondió con ternura.

Nos unimos en un tierno abrazo lleno de besos y después de disfrutarnos con ternura, nos arreglamos para la cena con Mónica.

Ayudamos a Mónica a preparar todo y momentos después, estaban llegando Octavio y un amigo suyo, llamado Fernando. Después llegaron otros amigos llamados Esteban y Sofía junto con Olivia.

Todos manteníamos conversaciones por grupos y me di cuenta que Fernando y Lisa se estaban entendiendo muy bien, pues ambos eran mercadólogos. Era evidente que Fernando le estaba coqueteando a Lisa y ella ilusa, no se percató hasta que Fernando fue más descarado con su coqueteo y me vi en la necesidad de intervenir.

P: Lo siento querido Fer, pero Lisa ya está ocupada. La abracé y la besé en la boca. Fernando se quedó sorprendido.

F: Lo siento, Pame. No sabía que venía contigo. Dijo apenado.

P: No te preocupes, amigo. No te puedo culpar, viendo a esta guapura quién no estaría interesado. Lisa se sonrojó.

Después de cenar, llevamos los trastes sucios a la cocina y una vez ahí, Lisa me hizo una pregunta curiosa. Me preguntó si Olivia tenía algún problema con ella pues veía que la miraba de manera extraña y no era la primera vez que lo notaba. Negué cualquier problema, pues aunque Olivia y yo nos habíamos involucrado en el pasado, dudaba que se pudiera deber a eso.

Nuevamente en la sala, Fernando propuso que jugáramos algo, sacamos unas cartas y decidimos jugar póker, sin embargo tenía un giro. El ganador podría hacerle un verdad o reto al perdedor y dependiendo de la cantidad de fichas ganadas sería la intensidad del castigo.

Comenzamos a jugar y al principio los castigos se limitaron a preguntas incómodas o a retirar prendas, conforme avanzaba el juego, los castigos comenzaron a subir de nivel.

Uno de los castigos fue impuesto por Fernando e hizo que Sofía le hiciera un baile erótico a Esteban y que se quitara una prenda. Otro lo puse yo e hice que Octavio le dijera a Mónica 3 fantasías sexuales, al cumplir el reto Mónica moviendo los labios me dijo “Te odio.”

Fernando ganó otro juego y retó a Olivia a que me hiciera un baile sensual y debo aceptar que me percaté que Olivia se esmeró demasiado en el baile, pero decidí ignorarlo.

La siguiente ronda la ganó Lisa y tuve que ser su esclava, me pidió que le trajera bebidas, que me sentara en sus piernas, que la besara y le hiciera un pequeño baile.

Esteban y Sofía tuvieron que retirarse y el resto nos quedamos jugando. Fernando y Olivia ya estaban algo tomados y se veían algo intensos.

Olivia me ganó y me preguntó si quería verdad o reto, decidí reto para evitar que hubiera otro baile o cualquier otra situación que pudiera incomodar a Lisa.

O: ¿Quién coge mejor? ¿Lisa o tu ex? Dijo retadora.

P: Creo que mejor quiero cambiar a reto. Dije sin saber qué más decir, estaba sorprendida ante su pregunta.

F: ¡Así no son las reglas del juego!

O: Está bien, aceptaré cambiar a reto. Tu reto es que debes tomarte una foto sexy y mandármela.

P: ¿Es en serio? Dije indignada.

O: Por qué te apenas, no es como que no le enviste fotos así a tu ex.

L: ¡Estas cruzando la línea, idiota! Se levantó de manera abrupta en mi defensa.

La mirada de Lisa me impactaba de sobremanera, sus ojos estaban llenos de rabia, nunca me imaginé poder ver ese grado de enojo de ella.

P: ¡Lisa! ¡Basta! Tranquilízate por favor.

L: No voy a dejar que te falte al respeto.

P: Está tomada, por favor olvídalo. La tomé de la mano y la llevé hacia mi recámara. Tranquila, guapa, es solo un juego.

L: El único juego que esa idiota ha estado jugando es a estarme provocando.

P: No hables así de ella. Me puse a la defensiva.

L: ¿La vas a defender? ¿Después de lo que te hizo en el juego?

P: No, pero por favor, ya tranquila. No vale la pena que te pongas así.

L: No me importa quién sea, nunca voy a permitir que nadie te hable así.

Tomé la mano de Lisa y me recargué sobre su hombro. Tenía que dejar de ignorar lo que estaba pasando, comprender a Lisa y a lo que estaba sucediendo con Olivia, probablemente no se debía únicamente al alcohol sino a sus sentimientos por mí.

Lo había sospechado antes, pero nunca lo había analizado ni comprobado hasta ese momento.

De pronto, Mónica nos avisó que ya todos se habían ido.

P: Perdóname.

L: ¿Por qué te disculpas? No es tu culpa.

P: No, pero me disculpo porque sé que esas preguntas te hicieron daño. Sé que te incomodó escuchar esas cosas sobre mí. Te conté sobre mi relación anterior, en la cual no era la persona que ves hoy en día.

L: Hermosa, no me importa lo que hayas hecho en el pasado, lo que me importa es lo que somos hoy. Lo que me enoja es creer que alguien que se hace llamar tu amiga actuó de mala fe.

P: Lo sé, pero ya lidiaré yo con ella. Hizo una pausa. Perdón.

L: ¿Puedes dejar de disculparte? Ya te dije que esto no es tu culpa.

P: Lo sé, pero también me disculpo por no haber contestado la pregunta, me agarró desprevenida y no supe cómo reaccionar y más cuando era la respuesta era simple: Tu.

L: No tienes porque…

P: No lo estoy diciendo para elevar tu ego. Dije seriamente. Eres la mejor que he tenido en mi vida, no se trata de técnica o experiencia, cuando alguien te hace sentir lo que tú me haces sentir, no hay nada que se le compare.

Nos recostamos sobre la cama por un momento y Lisa se recargó sobre un codo para verme.

L: Yo también me disculpo por haber reaccionado así.

P: Tú tampoco tienes por qué disculparte. Debo aceptar que me excitó verte tan ruda defendiéndome. Ambas nos reímos y se puso de pie.

L: Es hora de que me vaya, conejita. Ya el próximo fin me podremos dormir y despertar juntas.

P: No puedo esperar, te acompaño a la puerta. Avísame cuando llegues.

En la puerta nos dimos un largo beso y se marchó.

Después de un rato llegó el mensaje: “Lista para dormir, gracias por un gran día. Te quiero, te quiero, te quiero.”


Mi querida Angiehot, espero hayas disfrutado este relato. Agradezco como siempre tus comentarios y te mando muchos besos y abrazos con cariño.

Animapersa, espero te sigan gustando tanto como siempre los relatos. Te mando muchos abrazos, preciosa, las palabras aquí se quedan cortas.

Estimado HombreFX, como dijiste en tu comentario anterior, Pamela no se daba cuenta de la situación con Olivia, ahora eso ha cambiado. Espero hayas disrfutado el relato, te mando muchos abrazos.

Querido sasia, gracias por tus felicitaciones y por siempre comentar, realmente significa mucho saber que después de tanto, sigas disfrutando mi serie. Besos con mucho cariño.