A Través de la pantalla: Modern Family 2
La corrupción se extiende a los mayores de la familia y Alex reafirma su dominio.
El sonido que despertó a Alex aquella mañana no fue el despertador de su móvil, que había desactivado aquella noche. Era un sonido que empezaba a hacérsele familiar. Gemidos. Abrió los ojos despacio, mostrando una sonrisa.
Su amo estaba sentado sobre la cama de su hermana, con los pantalones bajados. Y ella, arrodillada, vestida con el uniforme de criada que había comprado, con los pechos fuera, realizándole una mamada de campeonato. Alex sabía que iba a aprender mucho de su hermana.
Descubrir el sexo y el poder al mismo tiempo la habían cambiado mucho, pero ella no terminaba de darse cuenta. No terminaba de notar lo raro que era que en aquel momento estuviera bajando la mano y metiéndose lentamente los dedos sin ataduras, pues había dormido desnuda. No se daba cuenta de lo enfermizo que era mirar a su propia hermana, concentrarse en el sonido que producía mientras chupaba la polla de aquel hombre que dos días antes había sido un desconocido.
Observó con fijeza la forma en la que él la tomaba de la nuca, follándose su boca allí de pie. Cada vez más deprisa. Miró a su hermana, que tenía la mirada vidriosa mientras se movía, boqueando obsesivamente. Él emitió un gruñido y pude ver cómo la impedía moverse mientras descargaba directamente en su garganta. Hayley se separó un poco, limpiándosela y guardándosela de nuevo en el calzoncillo.
_ Buenos días._ Saludó Alex, incorporándose en la cama._ Qué envidia me dais.
_ Bueno, Hayley esta mañana se ha levantado temprano para ir a comprar lo que le pediste y pensé en recompensarla._ Dijo él, acariciando el pelo de la mayor._ Os dejaré aquí para que lo probéis.
_ Pero… ¿Te vas?_ Alex se crujió el cuello._ ¿Y mi turno?
_ Todo llegará, cariño._ Me sonrió._ Pero antes… bueno, debemos ocuparnos de tu madre y tu padre. Si queremos hacerlo como conejos en el salón tendremos que ocuparnos de que no se escandalice… y bueno… de que participe.
Alex sintió que se le subía el pulso al recordar cómo había visto a sus padres la noche anterior, provocando con ello su despertar sexual. Se ponía cachonda sólo de pensar en su madre arrodillada del mismo modo que Hayley lo había hecho hacía un momento.
_ Muy bien… nosotras estaremos aquí… pensando en ti._ Le dijo, seductora.
Pero Alex no pensaba quedarse allí aburrida, no con tanto que ver.
Claire, por otro lado, acababa de abrir los ojos. Estaba sola en la cama… Phil debía haber ido ya a trabajar. No entendía por qué no había sonado su despertador. Si lo hubiera hecho quizá hubiera tenido ocasión de usar su pestillo una última vez antes de tener que empezar el día.
En aquel momento se sentía cachonda, como nunca lo había estado. Cuando se miró al espejo tenía el cabello rubio revuelto, y una mirada lujuriosa en sus ojos. No era capaz de pensar con claridad. Supuso que tendría que conformarse con la masturbación.
No será suficiente
No, estaba claro que no iba a serlo, y la idea de verse a sí misma frustrada todo el día era insoportable. Además, acababan de llamar al timbre. Ella no vio al hombre que la había estado observando en su habitación. Ni sintió cómo desaparecía a su lado antes de que aquella voz le susurrase a su cabeza.
Espero que sea alguien cañón.
Trató de apartar esas ideas de su cabeza mientras bajaba esquivando el escalón defectuoso que su marido nunca arreglaba, y la mañana no hacía si no mejorar cuando, al abrir la puerta, se encontró con Dylan.
Vaya… Qué bueno está.
Claire no se podía creer en lo que estaba pensando.
_ Hola, señora D. ¿Está Hayley?
Claire, por algún motivo, se imaginó a su propia hija gimiendo como una fulana mientras montaba al adolescente que tenía frente a ella.
Qué envidia… ¿Por qué tiene que tenerlo todo ella?
_ No sé pero…
Yo también quiero mi parte…
_ No la necesitas… Dylan._ Claire no se lo creía cuando colocó la mano sobre el paquete de Dylan.
Lo encontró increíblemente duro, dispuesto.
_ Vaya… parece que la señora D te tiene cachondo…_ Le susurró en el oído._ ¿Piensas en mí cuando te lo montas con mi niñita? ¿Eh, hombretón?
_ A veces._ Dylan estaba alucinado.
_ Cierra la puerta.
Claire se dirigió al salón, y se quedó un momento de piedra, al igual que Dylan. Hayley y su padre estaban desnudos. La adolescente estaba siendo enculada en aquel momento, botando sobre su padre que no parecía tener ningún reparo en destrozar el ano de su hija. En la televisión había una grabación de Hayley acostándose con el propio Dylan.
Déjate llevar. Aquí todo se comparte.
Claire estuvo a punto de reaccionar, pero la voz la acalló. Sentó a Dylan al lado de su marido y se dejó caer al suelo.
_ Señora D… esto es…
_ Cállate y disfruta._ Le ordenó, autoritaria, justo antes de liberar su polla del pantalón y tragársela como si la vida le fuera en ello.
_ ¡Oh, joder!_ Exclamó él, que sin embargo cogió con ambas manos la cabeza de Claire, y comenzó a follársela sin el menor respeto.
_ Oh, así, papiii._ Murmuró Hayley._ Dame duro… lléname el culito de leche…
Hayley hablaba con un tono completamente infantoide, entre gemidos excitados. La polla de su padre encajaba a la perfección en su precioso culo, que en ese momento arañaba.
Casi ni se había fijado en su novio hasta que oyó quejarse a su madre cuando se liberó de la presa del adolescente, que se corrió, llenándole la cara y la camiseta de semen.
_ Y por eso, mami… esto se hace desnuda. Ven, deja que te limpie.
Claire estaba confusa cuando se puso ante su hija que, sin dejar de ser enculada, la tomó del cuello y empezó a lamerle la cara hasta que convirtió aquello en un ardiente beso lleno de leche juvenil. Claire sintió un tirón cuando su camisa y su sostén fueron arrancados.
Por un segundo, se quedó observando la escena. Hayley le comía las tetas como cuando era un bebé. Phil seguía aferrándola por el culo, sin dejar de penetrarla. Mientras se esforzaba en quitarse el pantalón, pudo ver que Dylan ya se había desnudado y se tocaba a sí mismo con aire ausente.
_ Ven aquí…_ Le dijo, En ese mismo momento Phil finalmente cumplía su promesa y le llenaba a su hija el culo con su espesa leche.
_ Muy bien, ya basta de milongas. Phil, yo también te quiero en mi culo. Dylan, tú vas a probar un buen coño. Y tú, Hayley, ya que me has robado la leche de tu padre, te quiero sobre mi cara.
Claire ya había tomado las riendas como de costumbre. Phil se tumbó en el suelo y Claire se penetró el culo de un envite. Fue rápido y algo doloroso, pero no la detuvo. Su marido la sujetó, aferrando y apretando sus tetazas. Dylan tardó un segundo en reaccionar y apuntar su polla directamente contra la entrada de su coño. Bombearon un par de veces, provocando intensos gemidos de la rubia, antes de que su primogénita finalmente se decidiera a intervenir.
Hayley se arrodilló. Quedaba justo ante el que hasta el día anterior fue su novio, así que le rodeó con los brazos y le besó con una intensidad que él no le conocía. Quizá tuviese que ver la forma en la que Claire estaba devorando su trasero, llevando su lengua hasta lo más profundo de su cavidad anal.
Claire se sentía en el cielo. Nunca la habían follado así. No imaginaba que el incesto y la infidelidad pudieran ser tan satisfactorios. Y por eso, cuando sus ojos se desviaron un momento y vio a su hija menor observándola, sólo pudo calentarse más.
Ella estaba con un vestido de dominatrix negro. Su cabello en una estilizada cola de caballo. Llevaba las gafas puestas, y un imponente corsé que apretaba sus grandes pechos Llevaba unas botas de cuero altas, una fusta en la mano… y nada más.
Los ojos de la madre pasaron por el sexo depilado de su hija. Pero no se movió, estaba atrapada entre aquellas tres moles de carne. Sin embargo, cuando Alex se sentó en el sofá y chasqueó los dedos, hubo una reacción en cadena. Los cuatro tuvieron un poderoso orgasmo repentino que los hizo caer al suelo.
_ Supongo que os estáis divirtiendo. Pero ya basta.
Alex se sentía poderosa con esas cuatro personas sometidas por completo a su voluntad. A un chasquido estuvieron en el suelo, besando sus pies.
_ Eres un poco cruel, ¿No crees?
Él había aparecido a su lado, y la estaba observando desde el sofá.
_ Me estoy vengando. ¿No era eso lo que querías?
_ Alex… mm…
Claire había ido elevando los labios y los juntó al coño humedecido de su hija, provocando que la adolescente gimiera. La cogió de la cabeza y le impuso su ritmo, con los ojos entrecerrados.
_ Oh… joder…_ Murmuró.
_ Yo sólo quería ponerte en tu puesto, Alex._ Se acercó por detrás y la besó.
Alex correspondió diligentemente, pero sin soltar a su madre. Se corrió furiosamente, notando lo endurecidos que se quedaban sus propios pezones.
_ Me excita tanta humillación, no puedo evitarlo._ Reconoció la morena.
_ Creo que deberíamos darte una buena recompensa sólo por decir eso…_ Dijo él, acariciando una de sus nalgas.
_ Sí, por favor._ Rogó.
_ ¿Quieres que te den duro, Alex?_ Preguntó él.
_ Sí..._ Insistió.
_ Baja al suelo, con ese culito en pompa._ Ordenó.
_ Sí, amo._ Dijo, sumisa.
_ Claire, lubrica el culo de tu hija. Hayley, acércate.
Claire no creía lo caliente que estaba mientras avanzaba de rodillas ante el culo expuesto de su hija. Su lengua comenzó a explorarlo con la misma intensidad con la que lo había hecho con su hija mayor. La misma que en aquel momento devoraba la polla del que ahora era su amo para dejarla húmeda y preparada.
_ Ya está lista, amo._ Claire se relamía, lamentando haber apartado la lengua.
_ Hayley, detente.
Cuando Hayley se separó, una hilera de saliva aún manaba de sus labios.
Él no avisó a Alex antes de taladrarla. Su culo estaba siendo invadido por primera vez y no pudo evitar gemir. Se sentía sorprendida de que no le doliese, aunque entendía que su amo tenía ese poder de todas formas. Anular el dolor.
Cuando la tomó de la cintura y entre todos la tomaron en el sofá, no se resistió, invadida por el placer. Su padre la tomó de las piernas y se las separó, ella le miró con deseo y asintió. Phil la envistió y ella le aferró con las piernas.
Pero eso no era todo. La doble penetración de su padre y su amo no fue todo. Dylan se puso de pie sobre el sofá, con la polla en la mano y aprovechó un gemido de la joven para llenarle la boca y empezar a bombear directamente contra ella.
Alex se sintió como una muñeca, siendo bombeada por los tres agujeros, sus pechos liberados y maltratados por su amo. Se dejó hacer, cada vez más cachonda, dejando que la usaran. Ella no lo vio, pero ante ellos su hermana y su madre estaban haciendo un erótico sesenta y nueve
El aroma a sexo lo llenaba todo. Alex decidió que no tenía sentido quedarse tan quieta. Empezó a mover la pelvis, forzando a las pollas que la tiranizaban a penetrarla con más intensidad. Phil fue el primero en correrse, dejando anegado su coño. Dylan se la sacó de la boca cuando se aproximaba el orgasmo y empezó a tocarse con fuerza. Alex abrió los ojos, abriendo la boca lo más grande que pudo.
El semen comenzó a llegar de su interior, manchando su rostro, sus mejillas, sus gafas. Como un bautizo que culminó cuando recibió la tercera carga directamente en su trasero. Su propio orgasmo la hizo desmadejarse, sólo sujeta por él.
_ Ahora descansa, Alex… mañana tenemos un viajecito pendiente.