A ti, que desatas mis demonios...(Parte 4)

Es increíble la forma en la que esa maravillosa mujer desata cada uno de mis demonios,  al menos en mis 27 años de vida no había sentido tal sentimiento por alguien, a pesar de haber pasado por unas tantas relaciones o encuentros fortuitos no había sentido esa atracción no solo física ni sexual, sino también emocional...   Amo y disfruto que el solo hecho de pensar en ella y en su mirada llena de lujuria me llenen de gozo y placer , cada vez que la recuerdo mi cuerpo reacciona e inmediatamente siento no solo la humedad de mi centro de placer sino una gran dilatación deseando tenerla encima mío, dentro mio y haciendo lo que mejor sabe: provocarme y jugar conmigo hasta llegar al clímax...

Deseosa de tenerla a mi antojo y en mis propios juegos me excita, imaginar que la veré indefensa ante mi me acalora, retarla a que se deje hacer cuanta fantasía pasa por mi cabeza me llena totalmente ; Queriendo llevar a cabo mis mas perversos juegos la cito y una vez estando con ella y después de unos cuantos mimos al ver su mirada que tanto me excita inmediatamente me convierte en una mujer deseosa y sin limites, sin dar mas larga comienzo a besarle suavemente, intensifico los besos a medida que nuestras manos recorren y exploran nuestros cuerpos sobre la ropa, la llevo hasta una cómoda silla que se encuentra ubicada al frente de la cama , hago que se siente y me siento sobre ella , tomo su rostro entre mis manos y le beso con pasión mientras mis caderas se mueven en un va y ven sobre las suyas... cuando el placer esta a tope me levanto de ella , tomo una cuerda y tirando sus manos hacia atrás la ato a la silla y coloco una venda en sus ojos, esta muy claro que el poder esta noche lo tengo yo a pesar de sus reproches...

Sus sentidos inmediatamente se agudizan , puede sentir como me muevo en la habitación y muevo algunas cosas, me tumbo en la cama y le voy relatando poco a poco lo que voy haciendo, le digo con voz juguetona que me encuentro justo al frente de ella, en la cama , totalmente desnuda, húmeda y lista para ella , que tengo junto a mi un consolador, aceite caliente y un pequeño vibrador, su impotencia me excita, verla como se retuerce en la silla y se muerde el labio sin poder hacer mas me humedece por completo ; le digo que me ordene lo que le gustaría que hiciera con estos juguetes e inmediatamente como lo esperaba comienza a dar ordenes...

Me pide agitada y con voz sensual que abra las piernas para ella y me ofrezca, sin pensarlo inmediatamente sigo sus instrucciones, pide que aplique un poco de aceite caliente en mi centro de placer y que comience a usar el vibrador y recorra cada una de mis partes, sonriente comienzo y me calienta mas la forma en la que ella debe de estar imaginando todo lo que pide;  solo se siente mi respiración que poco a poco se agita en la habitación, se escuchan mis gemidos que suben la intensidad a medida que el pequeño vibrador hace de las suyas sobre mi clítoris y se desliza de lado a lado fácilmente con la ayuda del aceite, le digo mientras juego lo caliente que me encuentro, lo húmeda que me ponen sus exigencias, me arqueo en la cama y mi cuerpo reacciona frente a cada vibración, le relato el placer que tengo y las ganas que me recorren de que me haga suya... Resoplamos ambas de placer, se quiere soltar pero no puede, su desespero me excita aun mas y justo cuando intuye que estoy a punto de llegar me exige que deje el vibrador y tome ahora el consolador y que lo introduzca lentamente , de a poco , me pide que lo introduzca en su totalidad y comience a moverlo de adentro hacia afuera una y otra vez ; lo hago a su gusto mientras una de mis manos aprieta mis senos ,  me encanta la forma en la que me lo pide, mis gemidos son cada mayores, y mis ganas de soltarla y que venga a mi me enloquecen pero trato en la medida de lo posible controlarlo; decido ceder un poco mas y me levanto de la cama y besándola con todo deseo le quito la venda de los ojos y regreso a la cama; esa mirada que tanto me encanta y me enloquece se clava en mi , continuo en lo que estaba e introduzco nuevamente en mi el consolador...

Ella no necesita hablar en lo absoluto, su mirada me dice lo deseosa que esta y puedo imaginar todo lo que pasa por su cabeza, continuo introduciendo cada vez mas rápido aquel consolador, jadeo, suspiro , gimo con placer y puedo ver como su rostro se sonroja al ver cada facción de mi cara, juego con mi propio orgasmo y cuando estoy nuevamente a punto de llegar al éxtasis decido parar y nuevamente cedo ante ella; la desato, y con un rápido movimiento se levanta de la silla y me toma de la cintura , me besa con locura a medida que la desvisto y la dejo desnuda para mi , paso mi mano por su entre pierna y noto rápidamente la humedad que tiene ante aquella situación ..Dios! que húmeda esta! , me enloquece, sentirla así me enciende nuevamente y la llevo contra la pared, la coloco de espaldas hacia mi  y hago que pose sus manos y su rostro contra el muro mientras beso su cuello y le susurro en su oído cuanto la deseo,  bajo mis manos por su cintura y me aprieto contra ella , luego con uno de mis pies separo sus piernas y comienzo con una de mis manos a rasguñar su espalda de arriba hacia abajo, ella se arquea y resopla de placer, amo escuchar esos gemidos que tanto eco hacen en mi cabeza ; termino de desplazar mi mano por sus glúteos y roso su entre pierna, deslizo mi mano me muevo entre su humedad que me permite deslizar mis dedos desde su hinchado clítoris hasta la hendidura dilatada de su vagina; muevo mis dedos de adelante hacia atrás y la humedad se hace mas evidente a cada movimiento; ahora introduzco suavemente uno de mis dedos en su interior y lo muevo suavemente, ella suelta sutiles gemidos y pide mas a medida que lo muevo, introduzco un segundo dedo y comienzo a penetrarla lentamente mientras mi otra mano la toma de su cabello y beso su espalda, el placer esta en su máxima expresión , esa posición nos calienta a ambas,salir de la simple monotonía de la cama y explorar otros lugares de la habitación nos tiene al tope del morbo y la fantasía ...

La tengo sometida a mi , su respiración y sus gemidos incrementan , pide mas y dándole lo que quiere saco mi mano de su ser y la volteo hacia mi , la beso intensamente y juego con su lengua, mordisqueo sus labios, beso su cuello, decido descender con mi boca ,llego a sus senos y juego con ellos pasando mi lengua por estos, los mordisqueo, están duros, excitados y eso me enloquece aun mas, desciendo por su abdomen dando suaves besos , me arrodillo y ahora me encuentro de frente a su monte de venus, la tomo por la cadera y la traigo hacia mi boca, muerdo suavemente mientras bajo a su clítoris, lo beso , lo saboreo , puedo sentir en mi boca como crece con cada arremetida de mi lengua... Rápidamente toma mi cabeza entre sus manos y me hunde mas a ella, mueve mi cabeza a su antojo buscando su propio placer, introduzco sin pensarlo dos de mis dedos y a medida que la penetro continuo jugando con su clítoris, no es necesario que ella me toque para sentir placer, al verla en ese estado mi cuerpo comienza a sentir fuertes vibraciones ; me pide que no pare, me pide que lo haga mas duro, continuo sin parar y sintiendo como su vagina se contrae con mis dedos dentro se que le falta poco para llegar al placer...

Sin mediar palabra me paro rápidamente y la llevo hasta la cama y en un maravilloso 69  comenzamos a darnos mutuo placer, nuestros cuerpos se arquean con cada penetración y con cada lamida que hacemos , no demoramos en responder a aquellas caricias, la excitación es tal que hacemos justo lo que la otra desea , gemimos por completo y estos sonidos inundan la habitación , el calor se siente, el placer esta en su máxima expresión , sin poder mas ambas llegamos a ese éxtasis que tanto deseamos desde el primer momento en el que comenzó el juego, temblamos y vibramos juntas mientras sentimos ese placer recorrer todo nuestro cuerpo... nos quedamos en esa posición tomando aire y recobrando la energía, una vez terminan las vibraciones por completo nos recostamos la una frente a la otra, nos besamos sellando aquel momento, nos abrazamos y decidimos descansar con la mejor cara de satisfacción que alguna de las dos pudo haber tenido.